Partida Rol por web

La ciudad de Leto se situa a lo largo de la desembocadura del rio Taig, la parte oriental de la ciudad da al mar, convirtiendola en una ciudad tradicionalmente pequesquera, que constituye la base de su economía junto al comercio.

Es una ciudad en expansión y bastante cambiante, no tiene ningun tipo de muro protector, tan solo un cuartel y una guardia austera. Las casas no guardan una simetría y una estética como en Daona, o como en la capital aunque aun conserva la tradición religiosa propia del oeste, con una iglesia mas que llamativa.

Al entrar en la ciudad lo primero que llama la atencion es... el olor a pescado.

Era una pena que no hubiera funcionado su pequeña estratagema con Rubel. Habia demasiada gente, tal vez cuando estuvieran más a solas podrian congeniar más.

Marchó aprisa camino al norte, cruzando tan rápido como pudo el bosque antes de que cayera la noche. Suspiró cuando lo dejó atrás, y oía los aullidos lejanos. Aún así, seguía girándose a menudo para mirar atrás. Aún de dia, tras aquella espantosa noche, pasó todo el camino vigilando especialmente alerta, hasta nerviosa.

Llegando a la ciudad, todo parecia mejor. Habia descansado seis horas durante el viaje, de modo que llegaba descansada a Leto. Miró unos segundos la pblación desde lejos. Le gustaba el aspecto de ciudad próspera que tenia, era alentador que a pesar de guerras y Yomas, la humanidad siguiera colonizando el continente.

Durante el trayecto habia estado practicando con el laúd, y empezaba a saber tocar alguna cosa satisfactoriamente, si bien no habia perdido la costumbre de vigilar todo lo que sucedia a su alrededor y fijarse en los detalles, tan solo cuando tenia que mirar las cuerdas perdia de vista un instante lo que la rodeaba, asi que aunque fuera algo más dificil, se esforzaba en hacerlo sin mirar.

Pensó bastante en Jonathan, pero por fortuna su encuentro no habia sido tan largo como para que tuviera mucho más en que pensar sobre el asunto, y no la afectó. Llegó a Leto tocando una melodia simple pero que sonase bien, y con ella y sus sonrisas como cartas de presentación, entró en la ciudad, cuando un vahído de olor a pescado invadió sus fosas nasales.
Beeej... Este sitio acaba de perder todo el encanto...

Aguantando el olor, al que sabia que acabaria por acostumbrarse, se acercó a los guardias. Desde los límites de la ciudad seria un buen lugar para comenzar a sentir Yoki, tras lo cual llegó ante ellos y colgó el laúd, haciendo una pequeña reverencia. No parecian capaces de defenderse de gran cosa, asi que debian estar algo desesperados.

Buenos días, señores. Una de mis compañeras pasó por aquí hace unos días, ¿No es cierto? Estoy buscándola, podrian ayudarme?

Andrea lució la mejor de sus sonrisas. Esta gente debia estar pasándolo mal, seguro que su llegada, después del... presunto... fracaso de su compañera hundiese sus esperanzas de acabar con la plaga.

Es un dia soleado, corre una brisa agradable y en estos momentos el sol se encuentra en su ponto mas alto, parece que cerca de la costa el cielo no está tan gris como en Daona.

Los dos hombres se miraron el uno al otro ¿Otra claymore?

-Estoooo... si, hicimos un encargo, ella llegó hace ya dos dias, no se alojó en ninguna posada y estubo deambulando por la ciudad como una hora, luego desapareció, desde entonces no hemos sido atacados por ningun yoma asi que suponemos que los mató se deshizo de los cadaveres y se fue, aun no ha venido nadie a cobrar el pago acordado, ¿se lo tenemos que entregar a usted?.

No parecen haberse preocupado en absoluto de preguntar o intentar averiguar algo mas, los yomas no habían vuelto, eso era suficiente.

Mmmmhh... no, no, a mi no Andrea adoptó una expresión más pensativa.
Qué felices, estos dos.
No habia ningún aura yoki en las cercanias, y desde luego, éstos no sabian nada de la Claymore, y parece que tampoco nada de los Yoma. Si no estaban por aqui, y la Claymore se fue a buscarle podría estar en cualquier parte de los alrededores. Pensó aquello mirando a los montes cercanos.
Tal vez mataron a Leticia pero no se atreven a volver por aquí.

Suspiró y habló a los dos guardias con serenidad, lo que iba a decirles les pondria nerviosos, así que con una expresión que quitase hierro al asunto, comenzó a interrogarles

No hemos sabido nada de nuestra compañera. No sabemos si está viva o muerta, y he venido a buscarla y a por supuesto asegurarme de que el trabajo que se nos encargó se termina. ¿Nadie vio a donde iba? Necesito más información..., ahora mismo estoy completamente segura de que no hay ningún yoma en la ciudad, pues podemos sentirlos, pero si nuestra compañera no ha vuelto... Bueno, en estos combates, es o ellos o nosotras, así que el monstruo podria seguir vivo a pesar de haberse marchado, y debo descubrir a donde para asegurarme de que está muerto.
¿No han habido mas ataques, ni aqui ni, en los alrededores, o en pueblos cercanos? ¿Quien más puede darme todos los detalles?
No esperaba respuestas demasiado brillantes, pero le servirian, por ahora. Si no estaba en la ciudad, tendria que investigar un poco.

Leticia debió descubrir al yoma y siguio su rastro, si supiera al menos hacia donde fueron y los detalles de los ataques y las víctimas, seria un buen comienzo para empezar a buscar por su cuenta. Antes de despedirse de estos dos les pediria que mantuviesen la máxima discreción, ya que al no haber Yoma no habia razón para preocupar a nadie, e iria a hablar con quien tuviese todos los detalles o la hubiese visto a donde partía. Tal vez el Yoma la mató y se mudó a otro pueblo, previendo que mandarian a otra 'Claymore' a por él.
Eso haria dificil encontrarle, pero los Yoma no suelen ocultar los cadáveres, así que, en el peor de los casos, si encontrase el cadáver de Leticia, los restos de la batalla podrian darle alguna pista.

Qué peste a pescado....

El soldado sonrió al oir que en efecto ya no hay ningun yoma en la ciudad.

Guardia1- Bueno, pregunte por la ciudad igual alguien al vio salir, o vio algun combate, de todas formas puede tambien preguntar en el cuartel, al jefe de la guardia que es el que juntó el dinero para hacer el encargo.

De repente el otro guardia habló dando su opinión.

Guardia2- Igual le gustó tanto el marisco que decidió ir a pescar mas despues de acabar con los yomas.

El primer guardia le mira con una mezcla de incredulidad y reproche.

Guardia2- ¿Que? No es la primera vez que voy a pescar despues de una guardia.

Guardia1- *suspiro* Quizá el capitan Deus pueda decirla algo mas, vaya a verle si lo desea.

Digo a Andrea ignorando a su compañero con resignación.

El rio Taig divide la ciudad en dos partes, haciendola alargada, sin embargo el puerto es casi del mismo tamaño que la ciudad entera si se compactara un poco mas. En las calles por cada puesto de verduras o carne normal hay dos de pescado, los vendedores preginan sus ofertas...

-¡Pescado fresco!¡Pescado fresco!recien sacado del mar, ¡miren!, ¡todavía se mueven! ¡Pescado fresco!.....

Andrea levantó los ojos al cielo sonriendo ante la soberana tontería del guardia.
Madre mia.... jijiji.

Jeje, no será por eso, ya te lo digo yo. Dejó la razón de su seguridad en el aire, tampoco iba a contarle demasiados detalles sobre las 'Claymore' a cualquiera. Podria llegar a ser contraproducente.

Miró a ambos sonriente y preguntó por el cuartel. Agradeció con un gesto gentil de la cabeza sus indicaciones, y fue hacia donde le indicaron. Ya se estaba acostumbrando al olor, o, más bien, estaba perdiendo el olfato. Saludó con tranquilidad a todo el mundo con quien se cruzaba, y hasta sacó la lengua burlonamente con un guiño a algún crio que se cruzara.
De nuevo volvia a sentirse bien. Entre gente. Entre humanos. En casa, pese a no ser del todo bienvenidas. No habia peligro inminente para esta gente, como creia que lo habia en la plaza de Daona, ni andaba buscando algún yoma 'justo aqui', podia estar tranquila, y los humanos eran la mejor compañía.
De camino al cuartel fue preguntando a la gente que andase de aqui para allá si habian visto a la compañera que llegó al pueblo, evitando dar razones o detalles. Preguntar a alguien que pasara el dia en una parada de pescado no tenia sentido, así que más bien si se cruzaba con algun guardia, carretero, o similar.

Fue cavilando con las respuestas, hasta que llegó al cuartel. Sonrió a los guardias y les pidió de hablar con el capitán.
Buenas tardes caballeros. Vengo a hablar con el Capitán Deus
Creyendo que vendria a por la paga, no le dirian que no. Mejor, así entraba y hablaba del tema sin tapujos, a solas con el capitán, por si habia algo que no convenia que fuese de dominio público. Bastante habia hecho contándoselo a aquellos dos. Uno de ellos no, pero en más simplón, podría hablar de mas. Esperaba que no lo hiciera, la posibilidad de que el Yoma estuviera vivo podria intranquilizar a la gente de nuevo.

Justo en ese momento salen otros tres soldados, uno de ellos mas alto y fuerte que se para al oir a la claymore.

-Yo soy el capitan Deus...

Es un hombre realmente grande, sacandole mas de una cabeza a Andrea, su voz es grave y su tono intimidante.

-¿Ha venido a cobrar la recompensa?.

Se quedó expectante, lo cierto es que su forma de mirar no es ,en absoluto, algo reconfortante, sino mas bien amenazante.

El resto de soldados esperaban a una distancia prudencial y murmuraban entre ellos mientras escudriñaban el cuerpo de Andrea, dificil determinar en que sentido, pero tratandose de hombres, es facil deducir.

Vaya, este hombre parece enfadado... Tal vez éste si sepa de algun nuevo cadáver por parte del Yoma y le ofenda que venga a cobrar. Si no, no entiendo a qué vienen semejantes maneras. Pero hay que comportarse.

Andrea hizo una reverencia.
Un placer, Capitán. Dejó una pausa de un segundo o dos mientras le mantenia la mirada argéntea, sin pestañear, firmemente clavada en los ojos del Capitán, y se cuadraba ligeramente tras levantarse de la reverencia. No era su intención intimidarle, si no demostrarle que no conseguiria intimidarla aunque le sacase tres palmos. Además, seria mucho mejor si trataban el asunto con calma. De hecho, vengo a averiguar si se ha finalizado el trabajo, ya que nuestra compañra no regresó y no tenemos noticias. En caso de que el yoma siguiera vivo, mi deber es completar yo misma el encargo y descubrir el paradero de mi compañera, si es que aún vive.
Dejó otro segundo para que lo asimilase bien y siguió.
El pago no lo cogemos hasta que nos aseguramos de que hemos cumplido nuestra misión, capitán. Respecto a mi misión, si tienen cualquier información que me pueda ayudar, estaria muy agradecida. Creo que encontrar a mi compañera seria un buen comienzo. A ver qué sabe del Yoma que parece ser que detectó, y qué sucedió despues de que se marchase de Leto. 
Por cierto, por si temía, no, ahora mismo no hay ningún Yoma en la ciudad, de modo que puede estar tranquilo. Podemos sentirlos, y yo soy razonablemente buena en eso.

Siguió cuadrada delante del Capitán, calmada e impasible ante cualquier grito que pudiera querer proferir, y no le apartaria la mirada mientras no relajase sus modales.

Aquel grandullon parecía tener la cara congelada con el ceño fruncido y su ruda expresión, sin embargo, pronto Andrea podría entender que no estaba enfadado, sino simplemente esa era su forma habitual de ser.

-Me parece bien, porque no entregaremos el dinero hasta que no aparezca el cadaver del yoma, su compañera llegó hace dos dias, no habló con nadie y parece que tampoco nadie la vio luchar, tampoco marcharse de la ciudad, aunque siempre pudo hacerlo a escondidas por la noche.

El capitan señaló hacia el puerto.

-Pregunté por la ciudad a ver si alguien había visto algun cadaver del yoma, pero nadio vio nada, la pista de su compañera se pierde en el puerto, allí un pescador la vió merodeando por la costa. Vaya a preguntar. Quien sabe igual le gustó el tema de la pesca jajajaja.

Los demas soldados se rieron de forma burlona junto al capitan, el cual con su forma de reirse confirmó que su educación era inversamente proporcional a su tamaño.

Aguardó por si la claymore canija tenía algo mas que preguntar.

Andrea era perfectamente consciente de que la Humanidad tenia estas cosas. Habia gente encantadora, y gente molesta. Era parte del encanto de sociabilizar con humanos, después de todo. Gente como Vincent, amable, sabio y comprensivo, y gente como Deus... gruñón y tan simple que parecia juzgar a la gente por el tamaño.
Por el bien de la ciudad, Andrea esperaba que pronto pusieran a alguien más capaz.

Andrea frunció el ceño disgustada mirando a todos, si bien parecia dirigirse al capitán, por el modo de hablar.
¿Es mucho pedir un poco de respeto, señores? Mi compañera podría estar herida, muerta, o en el peor de los casos, en manos del Yoma. No sé que tiene eso de gracioso. ¡Y qué creido se tienen lo de la pesca! Aunque el comentario no fue muy diferente del que dijo el otro guardia, en boca de este hombre le pareció bastante peor educado, burlón, y malintencionado, donde el otro humano solo habia sido bromista y descuidado.

Suspiró y pidió indicaciones de donde se encontraba el pescador que la habia visto, y fue a hablar con él sin perder más tiempo con Deus, dijera lo que dijera, aunque, por supuesto, se despidió educadamente antes de partir, de acuerdo al rango del gigantón.

No esperaba encontrarle en casa, debia estar faenando, de modo que si no le encontraba, seguiria la costa en la dirección más razonable: dependiendo de donde estuviera la casa del hombre que la vio, y volveria con el atardecer.
Si salia desde luego que no iba a dejarse sorprender de nuevo, así que cada poco tiempo se pararia a sentir el Yoki por los alrededores.
No creia que hubiesen Yoma acuáticos, pero ya se podia esperar cualquier cosa. Además, si el Yoma se hacia pasar por pescador,  habria que esperar a la noche para que llegase de faenar... lo cual era una suerte, pues no podria saber que Andrea habia llegado y le estaba esperando, así que si no daba con el pescador, se aseguraria de estar aqui poco antes de que llegasen los barcos.

Cavilante, no dejaba de mirar alrededor con atención, ni de ser agradable con quien se cruzase. Llevaba dos dias sin comer, así que compró un poco de marisco para comer mientras llegaba a casa del pescador.
Vaya, que sabor... Empiezo a entender porqué se lo creen tanto. -Sonrió saboreándolo- Que pena que solo pueda disfrutar del comer tres veces en semana.

En efecto muchos de los pescadores habían salido a faenar, solo restan unos pocos en el puerto y el embarcadero, hay dos pescadores apostados en un saliente rocoso de la playa, y un grupo que preparaba redes para hacer la feana nocturna, hay ciertas especies que se pescan mejor de noche.

Los edificios mas cercanos son basicamente almacenes, lonjas, y pequeños negocios, todos ellos presididos por el faro, una torre de dimensiones considerables, el orgullo de Leto.

Todo parece bastante tranquilo nada mas allá de la vida normal de aquellas gentes, parece que Leticia no había dejado muchas pistas acerca de su paradero, lo cual confirma los motivos por los que la organización envía a otra de sus "empleadas" solo para investigar, ni los cadaveres ni las personas se evaporan en el aire, pero si se hunden en el mar, lo cual puede hacer mucho mas dificil el cometido de Andrea. En cualquier caso, el hecho de que tampoco hayan aparecido los yomas puede tener como significado que la desaparición de Leticia no haya sido fortuita, ambas cuestiones es probable que esten totalmente relacionadas, pero ¿de que modo?

Suspiró mientras se terminaba el delicioso marisco. Al menos tendría el sabor un buen rato. Hacia un buen día, y si seguia así, la noche seria clara y aprovechable para la búsqueda, siempre es mejor si la luna ayuda.

Llegando al puerto, otro bofetón de olores golpeó su nariz al pasar cerca de las lonjas, pues aún estaba muy lejos de acostumbrarse realmente. Unos cuantos pescadores seguían en tierra, ocupados en otras labores.
Se acercó en primer lugar el grupo más grande de pescadores, los que preparaban las redes, mientras se limpiaba los dedos con un pañuelo.
Tal vez sea uno de estos. Los marineros suelen ser gente muy supersticiosa, tal vez me cueste un poco tratar con ellos... corren demasiadas supersticiones sobre nosotras y los Yoma.

Llegó saludando, tratando de utilizar unos aires más dicharacheros y menos 'corteses y delicados', pensando que entraria mejor entre aquella gente si iba de ese modo. No es que no se sintiese a gusto soltándose, pero la fuerza de la costumbre era mucha, y la costumbre era ser cortés y educada como una princesa, solamente le costaba un poco soltarse al principio.

-¡Buenos dias! Les sonrió y volvió el brazo con el que saludó a su balanceo acompañando los pasos, cuando estuvo cerca, puso una mano tras la espalda y con la otra llevó el puño a la boca, carraspeando Necesito unas indicaciones, estoy buscando a mi compañera, que pasó por aquí hace días, y aún no sabemos nada de ella... me han dicho que algunos pescadores la vieron. ¿Me pueden ayudar? Terminó la pregunta con una amplia sonrisa. Como de costumbre, se habia estado fijando en los detalles que la rodeaban.

El pequeño grupo parecia atareado y hablaban acaloradamente entre ellos, bueno, mas que acaloradamente, con cierto tono de procupación, no se percataron de la presencia de la claymore hasta que esta habló.

-¡¿El barco de James no ha vuelto?!

-Si eso lo pasa por ir con tripulación que no conoce, ese oye que hay peces en tal sitio y va en ropa interior si hace falta.

-¿No iba con su tripulación de siempre?

-No, quiso salir mas temprano y contrató marineros que no conocía de nada el muy iluso.

Despues de las palabras de Andrea todos se giran con cierta sorpresa.

-¡Ah! Se refiere a la claymore que vino ha matar al yoma, pues no, lo cierto es que no la he visto..

-Yo tampoco...

-Ni yo...

-¿Que aspecto tenía? ¿Como usted?.

Pregunta el pescador muentras enrolla una eterna soga con ayuda de sus compañeros, con el ruido de las olas de fondo.

Andrea se alegraba de equivocarse en sus suposiciones, parece que o bien no eran tan supersticiosos (¿Seria cosa de la religion?) o bien estaban contentos de ver una 'Claymore'.

Andrea esperaba que ese tal James no fuera justo el que estaba buscando, pero, no sabe porqué, tenia la corazonada de que seria asi...
Andrea asintió a los marineros, acercándose más a ellos.
-Sí, el uniforme y el arma debían ser como los mios, también ojos plateados y cabello claro. He escuchado... que un tal James ha tardado en volver. Mi compañera podria estar en apuros y necesito encontrarla, quiza haya tenido problemas con su misión ¿No sería el quien vio a mi compañera? Estamos algo preocupados O al menos, yo. Los jefes, no más que si perdiesen un martillo.

Siguió hablando como si estuviera entre compañeros de trabajo, con respeto pero con cierto 'buen rollo', y les dio todas las indicaciones que Deus le dio sobre el pescador, por si les servia de ayuda.

Los pescadores se miraronj unos a otros...

-Pues yo creo que si alguien con su mismo aspecto se presentara aqui en el puerto no le veria solo un pescador, llamaria mucho la atención, asi que si es verdad que su amiga pasó por aqui no iba como usted.

Obviamente era solo una hipotesis de un hombre simple y humilde. Luego su compañero añadió.

-Igual decidió cambiar de vida y dedicarse a la pesca, quien sabe, igual estaba en la tripulación de James jajajaja...

Y ya van tres.....

-James es un intrigante, nunca dice nada de lo que pesca ni a donde va, el dia que se pierda va a ir a buscarle rita... de todas formas si quiere esperar su regreso tendrá que ser cuando se ponga el sol, que es la hora de regresar de la faena.

Continuaron enrollando cuerda, con una mirada tranquila, al fin y al cabo Andrea no era como las demas claymore, su presencia era algo mas llevadero que en los demas casos.

Era muy, muy extraño que una Claymore no fuese de uniforme. Era mucho mas facil pensar que estaban faenando cuando pasó por aqui, ya que los guardias la habian visto e ientificado como una Claymore mientras merodeaba por la ciudad.

A pesar de la insistencia en la supuesta afición de las Claymore a la pesca, el comentario del segundo marinero podia ser razonable. Tal vez el Yoma fuera algún marinero, o estuviese en algún islote o aldea cercana, o alguna cueva cerca del mar.

El último comentario molestó a Andrea. Ese no era un comportamiento normal. Y qué casualidad que el 'tipo raro' fuese el que habia visto a la Claymore irse por la playa... cuando ninguna otra persona habia visto lo mismo.
Agradeció a los pescadores su tiempo y se marchó

Aún quedaban el par de pescadores de las rocas. Iba a preguntarles también. Si pasaban el dia ahí, debian ver mucho. Si ese tal James tenia más comportamientos sospechosos, se acercaria a su casa a echar un vistazo antes de que volviera. Tal vez pudiera sentir o descubrir algo.

Se acercó a ellos subiendo por las rocas con ligereza, pero aparentando naturalidad humana en la dificultad para llegar. Podria subirlas en dos saltos, pero no queria parecer más bicho raro de lo que era. Estaba contenta de la reacción de la gente ante ella -cosa que no se achacaba a sí misma ni a su comportamiento- , y eso la alegraba. Acarició un poco su ángel, no sabia muy bien porqué, y llegó donde estaban, saludando con la mano.

-¡Buenas tardes! ¿Pican? -Sonrió- Imagino que pasan bastante tiempo aquí, y quizá..., verán... estoy buscando a la Claymore que vino a por el Yoma. ¿La han visto, o vieron a donde fue? Hace tiempo que no sabemos de ella, no ha vuelto a informarnos de que haya terminado su trabajo.
No le acababa de convencer llamarse a sí misma 'Claymore', pero sonaria mejor en los oidos de los humanos. Cuando hubieran respondido sobre Leticia, tantearía sobre James. Poco a poco y con mano izquierda...

Eran dos pescadores, al acercarte compruevas que uno es ya un anciano y el otro apenas un niño, padre e hijo, o probablemente abuelo y nieto.

El anciano se giró lentamente, su barba era larga y blanca, asi como su bigote, dejando casi por completo oculta su boca y creando un efecto gracioso al hablar, el niño se limita a observar a la claymore con ojos de plato.

-Buenas tardes... claymore...

Habla terriblemente despacio.

-Aahhh....mmmm...

Se toma su tiempo...

-Si... otra como tu se me acercó en este mismo sitio y me pidió ropas de marinero, me dió bastante dinero asi que le di lo que pedía, Allen le trajo las ropas y luego no supe mas de ella...

Digo el nombre de Allen refiriendose al niño ahí presente, el hombre parecía muy calmado, o simplemente no acostumbra ha ser mas activo que eso.

Unos segundos despues el anciano alzó la vista lentamente y señaló al mar.

-Mire, ya vuelven varios barcos de faenar, vaya a ver si su amiga se encuentra entre ellos.

Sin mas siguó pendiente del cebo, pronto se irian a casa.

Andrea sonrió al anciano ¡A ver lo que tardan en decir lo de la pesca!

Muchas gracias, señor. Si me permite, tengo algunas preguntas más...¿Como eran las ropas que le prestó, y cuando le dijo que se las devolvería? ¿Sabe en que barco podria haberse embarcado? ¿Tal vez en el barco de James? Dicen que reunió una tripulación que no conocía y nadie sabe donde fue a pescar Miró a los barcos que llegaban ¿Es uno de esos barcos? Con un gesto se agachó y le dejó algunas monedas en sus aperos de pesca.
A él le hará mas falta que a la Organización, y me aseguraré buenas respuestas.
Sacó la lengua al niño un segundito cuando la miraba, y luego le dedicó otra sonrisa, y se giró, aún agachada, frente a él, poniéndole la palma de la mano ¡Choca, Allen!
Andrea adoraba la compañia inocente y pura de los niños. Ellos no la juzgarian por su ser si no por sus actos. Un niño es algo que jamás podria tener, tal vez por eso, y porque su infancia se destruyó con ocho años, sentía por ellos un cariño y un instinto maternal de protección muy especial...

El tranquilo anciano se vio desbordado con tantas preguntas para las cuales tenía pocas respuestas.

-Ehmm... bueno...

Repasabe mentalmente las preguntas buscando por donde empezar, la paciencia es requisito indispensable para Andrea.

-Todas las ropas adecuadas para la pesca son parecidas, la costurera de Leto los hace siempre iguales, aunque eso no quiere decir que no sean de calidad. Asi que, que voy a decirle, mire esos pescadores de ahí, las ropas que dejé a su compañera eran iguales...

Para desgracia de Adrea, había muchos pescadores con esas ropas.

-Tras dejarle la ropa no se a donde fue, digo que me las traería al terminar su misión, pero no habló de hacia donde se dirigia, era una chica bastante callada... o timida.

El anciano observó los barcos que iban llegando.

-No no parece que el barco de James esté entre esos, quien sabe, siempre hace cosas como esta, de repente un dia desaparece y aparece dos dias despues con un monton de pescado, al fin y al cabo es el unico que puede hacer eso, su barco es uno de los mas grandes, no se si su amiga se enbarcó con él, anque lo veo dificil, James no es una compañía agradable.

El pequeño no parecía tampoco muy activo, pero lejos de atender las palabras y gestos de Andrea, se quedo boquiabierto y casi sin parpadear mientras miraba los pechos de la claymore, los cuales resaltaban al estar agachada. No dejaba de ser un gesto desafortunado por su parte, pero igualmente inocente, al fin y al cabo nadie le ha dicho que eso es una falta de educación, y el anciano no esta ya para fijarse en esos detalles.