Partida Rol por web

El Señor Oscuro os guió a vosotros y a los Mortífagos por los túneles que pasan por debajo de Homesgade durante casi una hora. Allí, todos ibáis callados, sabiendo que es lo que les esperaría a los que estuviesen en Howarts en ese momento. Voldemort había aprovechado la salida de los alumnos a Homesgade para que la escuela estuviera lo bastante vacía para que nadie se diera cuenta del ataque hasta que sea demasiado tarde.

Salistéis al exterior en la orilla del lago junto a Howarts, dónde allí os esperaban varios botes con un mortífago encima de cada uno. Poco a poco, fuistéis llenando los botes y el Señor Oscuro movió su varita...

Como una suave sábana de seda, sentísteis como os cubría una especie de oscuridad. El agua del lago se removió y los habitantes del mismo parecían escapar al grupo de botes que lentamente, comenzó a acercarse a la escuela.

Tras unos minutos, los botes mágicos cruzaron el lago y os depositaron sobre la otra orilla, justo a un lado de la entrada lateral del colegio. Uno de los mortífagos se os acercó y os dio una máscara a cada uno, para ocultar vuestras identidades. Los que estuvieran en el colegio, no sabrían quienes serían y vuestra identidad estaría más o menos a cubierto.

La máscara tenía esta forma:

Tras hacer el viaje en absoluto silencio, William intenta restar importancia al ataque. Espera que la excusrión a Homesgade haga que el castillo esté prácticamente vacío de estudiantes. Eso espera, ya que le sería imposible repetir lo que hizo para iniciarse, aunque si su vida dependía de ello (que era así, sin lugar a dudas el innombrable los vigilaría muy de cerca) tendría que decidir entre su vida y la de otros. Y des de luego, William no quería dejarse morir fácilmente. Siempre podría intentar redimir sus acciones de una forma u otra. O quizás se le helaría la sangre, como a sus padres, y conseguiría adaptarse a la situación y aprovecharse del poder que el Innombrable le proporcionaría.

Tras bajar de la barca y haberse pasado el viaje ensimismado, William contempló la máscara y sin titubear se la puso. No era momento de titubeos. Y mientras se puso la máscara, algo que hacía tiempo no cruzaba su mente lo hizo. Recordó cierto objeto que sus padres le mandaron guardar y se preguntó si, tras el ataque, seguirían estando a salvo. Por un momento se sintió tentado en sacarlo de su baúl para guardarlo mejor, en Homesgade, aunque indeciso por las severas instrucciones de su padre no sabía que hacer.

Observaba a todos lados nerviosa, caminaba al lado de William y de Peter, cuya mano tenía cogida... Estaba histérica, en realidad, pero sabía disimularlo... Ella no guardaba tanto rencor como para querer matar a todos los alumnos, incluso tenía buenos amigos, allí dentro... Bueno, tenía amigos... Conocidos, más bien. Esperaba tener que levantar la varita como último recurso, eso si no se encontraba cerca el prefecto capullo de Hufflepuff. 

Una leve sonrisa surgió en su rostro. 

Tomó la máscara y se la colocó, no sin antes hacer una mueca por lo fea que era. 

Si quieres le puedes poner un lazo rosa. Dijo Peter mientras se colocaba su máscara en la cara. ¿Sabéis lo que tenéis que hacer, no? Sino, os lo explico muy rapidamente, por que creo que el Señor Tenebroso obvió algunos detalles.

Peter se acercó a vosotros y asintió.

El plan es entrar y causar estragos dentro de la escuela. Vale todo. Podéis matar a quién queráis, siempre y cuando no se rinda al Señor Tenebroso... bueno, aún así si le tenéis idea podéis matarlo. Pero sobretodo, el-que-no-debe-ser-nombrado busca más seguidores. Habrá mucho de ellos en la escuela, sobre todo en la Casa Slyterin. Tal vez algún profesor se nos una, pero para saber eso, tendréis que enfrentaros a ellos. Lo bueno es que no saben que venimos, por lo que podemos hacer lo que queramos durante un tiempo, hasta que pase el factor sorpresa. Y por supuesto, no os olvidéis de la Marca Tenebrosa.

Peter se acercó más a vosotros y susurró.

Aunque no lo diga, le encanta verla en el cielo.

Asintió a las palabras de Peter, sacando la varita y sonriendo bajo aquella máscara... No iba a matar a nadie, pero torturar... ¿por qué no?

Cuando queráis -dijo un poco impaciente. 

William asiente ante el plan de Peter. Oye Pet -le pregunta al terminar de explicarse- Que te parece si yo y Brit nos dirigimos primero a la Sala Común de los de Slytherin para buscar seguidores? No creo que estemos lo suficientemente preparados para atacar a los profesores, pero seguro que nuestros compañeros son mucho más fáciles de convencer. -termina, mientras dirige una mirada a sus compañeros, Brit y Peter- Tras hacer un llamamiento en la Sala Común podemos unirnos a vosotros en el ataque principal o seguir causando estragos por la escuela, como veas mejor.

Me parece una excelente idea, Will. Además, recordad que los que se unan a nosotros no perecerán. Así que si alguien más quiere unirse, perdonadle la vida. Dijo el prefecto mientras comenzaba a avanzar junto con los otros Mortífagos.

En ese momento, Voldemort se detuvo y levantó la varita.

Esa era la señal.

Todos los que iban con él comenzaron a correr hacia la escuela, con las varitas arriba y con las máscaras puestas, dispuestos a destruir todo lo que se cruzara en su camino.

Peter os miró con el rostro serio, se colocó la máscara en el rostro y asintió.

Corred. Daos prisa o os quedaréis sin diversión. ¡Vamos!

Vamos compañera. Recuerda no llamarme por mi nombre una vez estemos allí dentro, vale? -le dice William a Brit cuando Peter les hace la señal para avanzar. Se asegura que la máscara está bien puesta y agarra la varita con su mano derecha, dispuesto a defenderse y preparado parael ataque- Tenemos que ir rápido a la Sala común de los Slytherin, si nos entretenemos demasiado terminaremos separados del grupo principal y eso sería peligroso para nosotros. Recuerda que si nos acorralan los profesores... Mejor no pensar en ello. Vamos!

Brit asiente únicamente a las palabras de Will después de haber escuchado lo que dijo sobre la Sala Común, ella también estaba de acuerdo... Aunque encontrarse con este Hufflepuff... No sería algo que le desagradaría. 

¡Vamos! 

Exclamó con la varita en mano y echando a correr. 

Entrastéis corriendo al castillo, esquivando a los Mortifagos que iban delante y bajastéis las escaleras, directamente a las mazmorras de Slytherin. Era allí donde pensabais coger adeptos a la causa y dejar la escuela completamente limpia de sangres sucias.

Bajasteis las escaleras caracol a una velocidad impresionante y girasteis en el recodo, justo dónde estaba la puerta de vuestra Sala común, pero una vez allí, os llevásteis una gran sorpresa.

Allí de pie, junto a la puerta y alzando la varita hacia vuestra dirección, se encontraba Tim Queiron, el alumno de Ravenclaw.

- ¡Alto! - Dije mientras les apunté con mi varita. - No os mováis u os aso aqui mismo. ¿Quienes sois? ¿Qué hacéis aquí? ¡Hablad!-

Mortifagos en la escuela, debo avisarles a los demás para que nos ayuden a repeler este ataque.

¡Es un ataque a la escuela en toda regla! ¿Pero como demonios han entrado?

Miré a un lado y a otro buscando más enemigos mientras no dejaba de apuntar con la varita a los otros dos.

- ¡Ayuda! ¡Atacan la escuela! ¡Son mortífagos! -

Aunque el mortífago intentó estar atento a cualquier eventualidad, el hecho de haber entrado tan rápido, priorizando la velocidad de sus acciones ante la cautela, hizo que no se esperase que un alumno de Ravenclaw estuviese en las mazmorras. Por un instante se vio sorprendido, pero eso no impidió que alzase la varita que llevaba empuñando todo el rato y apuntando al pobre alumno gritase

¡Desmaius!

y se preparase para cualquier contrataque.

Me eché a un lado previendo el ataque del Mortígafo y apunté con mi varita hacia él.

Tenía una sola oportunidad y cuando el hombre enmascarado lanzó su hechizo, me hice a un lado dejando que el hechizo pasara por encima mío y grite.

- ¡Sectumsempra! -

Entráis por un pasadizo que queda justo frente al cuadro de bodegón que sirve como entrada a las cocinas, por lo que os encontráis cerca de la entrada de la casa Hufflepuff y del Gran Salón y comedor de Hogwarts.

Todo allí abajo parece tranquilo, pero justo arriba de vuestras cabezas suenan los estallidos de la batalla que se unen a gritos y golpes resonando por doquier, al parecer, por ahora, la batalla se limita al Gran Salón.

Leslie camina con cuidado, detrás de los prefectos y siendo consciente de qué y quién hay a su alrededor. Los pelos se le ponen de punta al oír ruidos de batalla. Ya había empezado y seguro ya había heridos y ni pensar en muertos.

Chasquea la lengua. Y caminando algo más a prisa, se pega a quien tenga delante, para crear presión y llegar cuanto antes al Gran Salón. La angustia la estaba asfixiando.

Saco la varita, todavía algo en shock para decir nada, preparado para lanzar maldiciones a la primera de cambio.Ahora deseo no haberme puesto la camisa verde que hoy llevaba. Dejo a los prefectos adelantarse un poco, y me pongo a la altura de Andrea, con la varita en alto y  un miedo poco sano metido en el cuerpo. Tengo ganas de morderme las uñas, pero he de mantenerme sereno, y en guardia, pienso. Por anto, sigo en silencio y con los ojos vidriosos, escuchando esos ruidos poco reconfortantes, esperando a que un objetivo se ponga delante de mí.

Camináis por el castillo con cuidado, las antorchas y velas iluminan pobremente los pasillos del colegio. Los prefectos miran con temor en cada esquina ya que temen encontrarse con un mortífago preparado para emboscaros pero no es necesario...ellos ya parecen haberos encontrado.

Dos rayos de color rojo pasan volando por encima de vuestras cabezas. Al giraros veis que detrás vuestra aparecen dos mortífagos, llevan sus caras tapadas y visten de color negro. Su aspecto es terrorífico. Empuñan sus varitas y emiten risas de loco. 

Uno de ellos os mira y exclama:

- Cachorros de mago...huelen a sangre sucio...matémoslos...
 

Os apunta con la varita y grita:

- Aveeeda Kedavra...

Un rayo verde sale de su varita y falla al chocar la maldición imperdonable con una estatua que se deshace en mil pedazos. Ese hechizo no era una broma. La cosa va en serio y quieren mataros...