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Constantinopla Nocturno - El sueño perdido

Diálogos

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06/12/2014, 14:14
Beatrice Lasso de Gamboa

La admiración que Beatrice veía brillar en los ojos de Naida hacía crepitar su piel con la suave excitación de una vitalidad perdida hacía siglos. Y como si de una sustancia adictiva se tratase, Beatrice quería más, deseaba más de ese placer recorriendo sus nervios, igual que en vida había ansiado los aplausos de aquellos nobles, en ese momento la admiración de esa joven pelirroja estimulaba sus sentidos y despertaba sus deseos más primarios. 

Bajo su pecho sentía ganas de que Naida no admirase a nadie como la admiraría a ella. Ni siquiera fue realmente una decisión consciente, pero Beatrice sonrió cuando empezó a extender el encanto que había desarrollado en los últimos siglos. Sus emociones acariciaban las de la joven, tratando de atraerlas con suavidad hacia sí. Sus ojos se clavaban en los de Naida con la intensidad de los de una cobra al fascinar a sus víctimas y su sonrisa se mostraba cada vez más encantadora, cautivadora. 

- Tiradas (1)

Motivo: Carisma+Interpretación

Dificultad: 7

Tirada (8 dados): 6, 4, 6, 7, 2, 5, 4, 3

Éxitos: 1

Notas de juego

Me gustaría usar el nivel 1 de Presencia: Fascinación ^^.

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06/12/2014, 14:45
Beatrice Lasso de Gamboa

Beatrice sonrió al ver el brillo en los ojos de Naida y asintió, contemplando la belleza de la flor perderse entre los cabellos de fuego de la joven. Los ojos de la mujer se mantenían fijos en los de Naida, con las pupilas levemente dilatadas, mientras escuchaba sus palabras admirando de nuevo la frescura de su juventud. Y cuando habló de nuevo, lo hizo con suavidad y dulzura, como quien enseña a un niño a dar sus primeros pasos. 

- Descubriréis que lo que otros llaman maldición puede permitiros ver el mundo de una forma completamente diferente. Podréis acariciar la belleza en lugares que nunca habríais imaginado. O incluso ver más allá de las sensaciones y comprender su esencia con la vuestra. - Su sonrisa se amplió entonces. - No creo que podáis imaginar cuánta envidia me produce vuestro sire, querida, por tener la fortuna de poder veros florecer junto a él.

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06/12/2014, 17:00
Director

La mirada de Beatrice se te antoja atrayente y casi imposible de evadir. Su voz, para tus oidos, en aquellos momentos es aún más dulce y su sonrisa se te antoja arrebatadora. Sientes una poderosa atracción hacia ella que te lleva a querer agradarla. Deseas caerle en gracia, deseas su cercanía. La encuentras súmamente encantadora. 

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08/12/2014, 13:50
Naida

Si en ese momento, Naida hubiera tenido sangre caliente circulando por su organismo, sus mejillas se habrían sonrojado hasta límites insospechados. Se quedó en silencio, contemplando a Beatrice. Sus pestañas temblaron ligeramente y sus pupilas se dilataron.

Muchas sensaciones se apoderaron de la joven. Aquella mujer le traía sensaciones olvidadas hacía tiempo. Recordó una tarde de invierno, su madre todavía vivía y estaban los tres juntos, en el salón, sentados junto a la chimenea. Naida se había acurrucado junto a ella y contemplaba el sinuoso baile de las lenguas de fuego. Recordó que en ese momento había pensado que no podía ser más feliz. Durante muchos años, aquel recuerdo lo atesoró, era el más hermoso de todos. Y ahora, contemplando y escuchando a Beatrice, se dio cuenta de que aquellos recuerdos eran cascarones vacíos.

Naida acababa de perder la sensación del tiempo y el lugar. En ese momento sólo existía Beatrice. Durante unos segundos estuvo en silencio, bebiendo de sus palabras, atesorando cada gesto y mirada de aquella increíble mujer. Aunque en algún momento fue consciente de haberse quedado embobada, apartó la mirada y pestañeó, turbada. 

- Disculpad - Que vergüenza, pensará que soy tonta. Todavía no se hacía a la maldición que corría por su sangre. La miró de nuevo, de soslayo y la sombra de una sonrisa se perfiló en sus labios. - Vuestro sire también tiene la suerte de teneros a su lado - . Fue lo primero que se le ocurrió, intentando arreglar su indecoro de hacía unos instantes.

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12/12/2014, 13:00
Beatrice Lasso de Gamboa

Beatrice parecía henchirse con la admiración de Naida, como si alimentase algo en ella, una vitalidad que hacía mucho que había perdido. Siguió su mirada con sus ojos cuando la joven se disculpó, turbada. Era tan encantadora. Tan joven e inocente... Una risa argentina brotó espontánea de sus labios al escuchar sus últimas palabras. No estaba segura de que Diego pensara lo mismo. O al menos, de que lo hubiera pensado siempre. 

- Querida niña... - Susurró, por fin, deleitándose con la belleza de Naida. - No hay nada por lo que debáis disculparos. Dejad los arrepentimientos y las disculpas para los mortales, vos tenéis la eternidad.

Se acercó a ella y le ofreció su brazo como apoyo para que caminase a su lado. - Sigamos paseando, estos jardines son maravillosos y me gustaría escuchar vuestra historia. ¿De dónde sois? ¿Cómo os encontró Nabuk?

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28/12/2014, 13:01
Naida

Las pestañas de Naida aletearon cuando Beatrice se echó a reír. La miró y no pudo evitar que sus labios se curvaran en una bonita sonrisa. Hasta su risa es maravillosa. Se dijo, admirada por las tonalidades que dibujaba cada una de sus notas.

Se cogió de su brazo y empezó a caminar a su lado. Al preguntarle sobre su historia, por unos segundos se quedó en silencio. Su mirada perdida en la distancia mientras recordaba la primera vez que había visto a Nabuk.

- Acabábamos de trasladarnos a Budapest - . Empezó a explicarle con un tono suave de voz. - Vivía con mi padre y su esposa - . Al nombrar a esta última, su voz varió, notándose el rencor que debía sentir por aquella mujer. - Mi padre decidió que ya era hora de presentarme en sociedad y empezó a llevarme a fiestas de la alta sociedad. La primera vez que fui a una, me sentía fuera de lugar - . Miró a su acompañante y una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. Seguro que ella no ha tenido nunca ese problema. - Me sentía turbada y con deseos de irme de allí, cuando le vi. Él se acercó a mi y entonces, yo... - ¿Cómo explicar la sensación que le había embargado cuando sintió como si la mirada de él pudiera acariciar su alma? - Supe que le amaba - . Dijo tras un breve suspiro. - Coincidimos en varias fiestas y paseábamos por los jardines mientras él me hablaba de sus viajes. Yo tenía miedo de parecerle insulsa. Tenía una vida tan interesante y llena de aventuras... Pero por aquel entonces no sabía quién era e imaginaba que sus vivencias eran las de un mortal - . Una suave sonrisa aleteó en sus labios. Pero se borró enseguida, al retomar su pequeña historia. - No tardé en enfermar. Todos creían que había heredado los males de mi madre. Lo veía en los ojos de mi padre, que se acercaba a mi lecho y le costaba mirarme. Sabía que él sufría y me dolía en el alma. Cada vez fui enfermando más. No podía moverme del lecho y era Perséphone, la mujer de mi padre, la que cuidaba de mi. Pero los médicos ya habían desistido, decían que no me quedaba mucho tiempo. - Se mordió el labio, guardando unos breves segundos de silencio.Recuerdo aquella noche. Mi padre se había quedado dormido en una silla, junto a mi lecho. Yo intentaba no hacer ruido y ahogaba mis gemidos. Él necesitaba descansar, llevaba mucho tiempo sin separarse de mi lado - . Mientras hablaba, su voz había ido bajando hasta convertirse en apenas un murmullo. - Entonces sentí una pequeña corriente y miré hacia la ventana. Él estaba allí. Se acercó a mi lecho y me susurró palabras de ánimo. Me prometió otra vida y le rogué porque me llevara con él. Yo no quería morir - . Terminó diciéndole, y la miró a los ojos. - No tengo mucho más que contar - . Una pequeña mueca se dibujó en sus labios. 

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30/12/2014, 17:01
Beatrice Lasso de Gamboa

Beatrice escuchó la historia de Naida mirándola con un leve arrobamiento. Romance, peligro, traiciones... Intuía las emociones que asomaban tras las palabras y cuando terminó, apretó levemente la mano de la chica con los dedos. Se preguntaba si la muchacha sería consciente de lo que a simple vista parecía la causa de su enfermedad y no pudo evitar sentir una pizca de curiosidad por esa tal Perséphone. El veneno había servido a las mujeres desde tiempos inmemoriales, Beatrice sabía bien que resultaba un aliado tan fiel como las espadas lo eran para los varones. Un pensamiento fugaz y divertido, sobre la posible implicación de Nabuk pasó también por su mente. Sin embargo, guardó silencio un par de segundos más antes de decir nada.

- Es una historia preciosa, querida niña. - Dijo, estirando la mano para colocar un mechón de cabellos rojizos tras la oreja de Naida, acariciando su mejilla al hacerlo. - Puede que ahora os resulte dolorosa, pero con el paso del tiempo terminaréis por ver la belleza que hay en ella. Y quizá podáis darle el final que se merece. - Añadió, esbozando una sonrisa tranquila. Una bonita venganza pondría una guinda perfecta. Se imaginó a Naida, con su tez pálida, sus afilados colmillos y sus cabellos ardientes como una aureola perfecta para su rostro. Como un ángel vengador. Hermosa y peligrosa al mismo tiempo, y su sonrisa se amplió. Probablemente fuese pronto para ver algo así, pero si algo les sobraba a todos ellos, eso era tiempo.

- ¿Qué pensáis de todo esto? - Preguntó entonces, cambiando de tema. - ¿Tenéis intereses propios en la reconquista?

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16/01/2015, 15:52
Naida

Al escuchar las palabras de Beatrice, sobre la belleza que ella encontraba en su triste historia, Naida se detuvo y la miró durante unos segundos. Había estado a punto de morir y había sufrido mucho. Mientras su cuerpo se debilitaba, abrazado por las altas fiebres y sus sentidos se abotargaban, ella no había sentido que aquello pudiera llegar a considerarse una hermosa historia. Pero ahora, bajo la luz de aquellas estrellas, paseando por aquel espléndido jardín y junto a la compañía de aquella mujer que hechizaba con su voz aterciopelada, entendió a lo que se refería y una suave sonrisa se dibujó en sus labios, mientras sus pestañas aleteaban al sentir el contacto de sus suaves dedos sobre su fría piel.

Pero la pregunta que Beatrice le hizo a continuación, congeló la sonrisa en su rostro. Tarde o temprano aquella pregunta acabaría formulándose y la joven no sabía qué responder. Naida nunca había tenido ningún interés político en nada. En el momento de su abrazo tan sólo era una chiquilla, que había empezado a despertar a una nueva vida, a la que todavía le costaba acostumbrarse. Nabuk le había advertido que podía entrar en una red de conspiraciones y secretos y ella creía estar preparada para lo que fuera. Pero cuando escuchó la pregunta de Beatrice, por un momento, sintió vergüenza y bajó la mirada, mientras, inconscientemente, se mordía el labio.

- Mi señora, yo estoy aquí por Nabuk. Sus intereses son los míos - .

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17/01/2015, 21:38
Beatrice Lasso de Gamboa

A Beatrice la vergüenza de Naida le resultaba tan encantadora como antes lo había sido su admiración o el brillo de ilusión que había visto asomar a sus expresivos ojos. Su sonrisa se amplió y siguió caminando. 

- Oh, igual que yo estoy aquí por Diego y sus intereses. - Dijo con tono confidente y voz suave, acercando levemente su cabeza a la de la joven pelirroja. Al pasar junto a uno de los parterres de flores dejó caer el brazo que no había entrelazado con el de Naida y acarició los pétalos con las yemas de los dedos, dejando que su tacto y su textura enardeciesen sus sentidos y ampliasen su sonrisa. - En eso consiste ser una buena compañera, ¿no es así? Vástagos o humanos, siguen siendo hombres al fin y al cabo. Nos necesitan. - Sentenció, moviendo su cabeza en un gesto afirmativo y elegante. 

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20/01/2015, 18:25
Naida

Al escuchar que Beatrice también se encontraba allí por los intereses de su sire, Naida volvió a mirarla y una sonrisa más relajada se perfiló en sus labios.

- Yo me siento muy feliz de que Nabuk precise de mi - . Le confesó mientras sus ojos azules volvían a las hermosas flores que, como si se trataran de mudos testigos, se mecían con la suave brisa nocturna. En ese momento recordó la mirada que le había echado Nabuk antes de abandonar el salón. No sabía qué podía haberle molestado y eso la atormentaba, pero no quería preocupar a su compañera. Pestañeó y volvió a mirarla, esbozando una nueva sonrisa y enterrando de nuevo sus temores. 

- ¿Y vos? Me gustaría mucho escuchar vuestra historia -

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22/01/2015, 20:52
Beatrice Lasso de Gamboa

La mirada de Beatrice se volvió distante durante un segundo al escuchar la petición de Naida. Su historia era larga y había estado llena de dolor y traición. Sin embargo, con el paso de los años, la mujer había terminado por quedarse con una imagen romántica de su propia historia y tan sólo una pequeña parte de ella seguía ensombreciendo su mirada. Miró brevemente hacia el palacio, no podían entretenerse demasiado y su historia sería larga. Pero Beatrice sentía en la joven neonata una adorable expectación y deseaba envolverse de la admiración que venía en sus ojos. Tal vez podía hacer un pequeño aperitivo, que dejase a la joven con ganas de saber más y al mismo tiempo saciase su curiosidad.

Así pues, apretó suavemente su mano y empezó a hablar, con la entonación de quien narra un cuento para un niño pequeño. Su voz salía aterciopelada y vibrante, modulada con una cadencia casi melodiosa. Beatrice podía imaginar perfectamente cómo su voz las envolvía a ambas en una nube densa y cálida. 

- Mi historia, querida niña, se remonta más allá de la Primera Cruzada. Nací en una familia humilde, pero tenía un don con una riqueza más allá del oro o la plata: mi voz. La primera vez que me casé apenas era una niña y lo hice por inconsciencia. Mis padres buscaban procurarme lo mejor, pero no dejó de ser una transacción comercial. Mi voz a cambio de un mejor puesto en la sociedad. - Hizo una pausa y sus ojos ensoñados se perdieron entre los parterres de hermosas flores. - Mi marido murió pronto, pero no tardé en volver a casarme con su hermano. Por dinero esta vez. Me dio dos hijos, pero ambos murieron, así como mi segundo marido. 

Una nueva pausa y una sonrisa suave se deslizó en los labios de Beatrice. - Tardé en volver a contraer nupcias, pero cuando lo hice de nuevo, lo hice por primera vez por amor. Se llamaba Dante y su música engalanaba los salones como el más rico de los tapices. - Una nota amarga se coló entonces en sus palabras al continuar. - Me traicionó. Traicionó nuestro amor y nuestro matrimonio. Y esa traición se volvió contra él, pues la misma con la que me engañaba envenenó su sangre hasta que murió. - La voz de Beatrice no titubeaba al narrar con suavidad, pero llegados a ese punto su mirada descendió hacia el suelo. - Perdí al hijo que me había dado, antes de que llegase a nacer. Y dejé de cantar. 

Pasaron un par de segundos antes de que la mujer hablase de nuevo, levantando otra vez la mirada y sin dejar de caminar junto a Naida. - Pasaron años antes de que mi voz volviese a escucharse en los salones. Y fue precisamente el día que lo hizo cuando conocí a Diego. Sabéis que es imposible resistirse a un caballero como él - una sonrisa cómplice se esbozó en sus labios-. Terminó desposándome y cuando me abrazó me convertí por fin en su compañera. 

Con un gracioso ademán de la mano dio por finalizado el relato por el momento. Su voz volvió a la cadencia habitual y miró a la joven con ojos brillantes. - Lo demás sería demasiado largo para contarlo en una sola noche, querida. Temo que tendré que ser como Scherezade y dejarlo para la siguiente ocasión. 

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26/01/2015, 16:06
Director

Notas de juego

Tiren ambas Percepción+Alerta a dificultad 7- Puntuación de Auspex.

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26/01/2015, 16:36
Naida
- Tiradas (1)

Motivo: Percepción+Alerta (Especialidad)

Dificultad: 7

Tirada (7 dados): 1, 7, 6, 1, 2, 5, 8

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Meeec xD

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26/01/2015, 18:21
Beatrice Lasso de Gamboa
- Tiradas (1)

Motivo: Percep+Alerta (Especialidad)

Dificultad: 3

Tirada (5 dados): 8, 2, 5, 2, 2

Éxitos: 2

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27/01/2015, 13:11
Director

Un ruido ahogado lleva a ambas damas a mirar hacia lo alto. 

De una de las torres que bordean el patio interior, cae, como un fardo, el cuerpo de un hombre ataviado con el uniforme de un guardia. Y la ausencia de quejido o réplica alguna tras su impacto contra el suelo evidencia que probablemente está muerto. 

En la torre, una figura ataviada con otro uniforme, distinto al del primer hombre, guarda el filo de acero de un arma. Se agacha, desapareciendo de vuestra visión, y cuando vuelve a levantarse lo hace portando algo parecido a una botella entre las manos. Toma la antorcha más cercana, y tras mirar hacia lo que se presupone que es el patio interior, acerca el fuego a la botella, que en seguida prende. Entonces la tira, y se vislumbra una llamarada y un coro de gritos de asombro y confusión. 

El hombre repite la acción una vez más, y lo intenta una tercera, pero los pasos metálicos de soldados envueltos en armadura lo alertan. Alguien grita un alto, pero éste lo ignora y corre hacia el el bordillo de la muralla, saltándolo, y sirviéndose de toda clase de apoyos para bajar a toda prisa la vertical que lo separa del suelo, ágil como un gato. 

Al llegar al suelo, se desprende de su capa, pero antes de que su rostro pueda ser identificado por cualquiera de las dos damas, desaparece, como si se lo hubiera tragado la noche. 

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27/01/2015, 13:51
Beatrice Lasso de Gamboa

Si Beatrice hubiera sido humana, su respiración se habría contenido al ver la escena que se desarrollaba ante ellas. Sin embargo, la cainita hacía mucho que ya no necesitaba respirar si no era para fingir humanidad delante del rebaño. Sus ojos se abrieron sorprendidos, pero permaneció inmóvil y estática como una estatua, hasta que vio al hombre desvanecerse en las sombras de la noche. 

Tardó un par de segundos en reaccionar y entonces se giró hacia Naida. Su ceño se fruncía levemente con el recuerdo de que estaban en medio de una guerra. La hora de compartir historias y cotilleos parecía haber terminado. Su voz sonó tranquila y suave, pero su expresión se había vuelto más seria y había perdido el aire ensoñado de los instantes anteriores. 

- Sospecho que el momento de volver al salón ha llegado. Puede que nos necesiten dentro. - Con una última mirada hacia el lugar donde había visto la figura desaparecer, se dio la vuelta para volver a entrar en busca de Diego.

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27/01/2015, 14:08
Naida

Naida parecía beber de cada una de las palabras de Beatrice. Se había detenido y la miraba a los ojos, escuchando embelesada su voz aterciopelada. Sus pupilas se dilataron y sus cejas se arquearon, sorprendida, cuando la escuchó hablar de Dante. Un pequeño brillo, indignado, iluminó sus ojos azules, pero no la interrumpió, dejando que continuara con su historia. Pero... ¿Aquél hombre era tonto? ¿Cómo podía ser que hubiera traicionado a una mujer como Beatrice? A pesar de que acababan de conocerse, la admiración que le procesaba era evidente en cada uno de sus gestos y miradas. 

Sus labios formaron un mohín cuando Beatrice cortó su historia. Deseaba saber más, y así iba a hacérselo saber cuando un ruido ahogado acaparó su atención.

Buscó el origen de aquel sonido y echó un paso hacia atrás, al ver como el soldado caía de la torre. Se quedó en silencio, sin saber cómo reaccionar, mientras el asesino se dedicaba a lanzar botellas llameantes. Pestañeó, confusa, y le siguió con la mirada, cuando empezó a huir de unos cuantos soldados. Pero desapareció y Naida se quedó unos instantes paralizada. 

Escuchó a Beatrice y la miró, asintiendo suavemente con la cabeza y reaccionando finalmente.

- Voy contigo - Le dijo y empezó a seguirla, de vuelta a aquel salón, para reunirse nuevamente con Nabuk. Él sabría qué hacer.

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27/01/2015, 17:11
Director

Notas de juego

Chicas, se me olvidaba. Tiren también Inteligencia+Política dificultad 6. 

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27/01/2015, 17:19
Naida
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Inteligencia

Dificultad: 6

Tirada (3 dados): 5, 9, 2

Éxitos: 1

Cargando editor
27/01/2015, 17:49
Beatrice Lasso de Gamboa
- Tiradas (1)

Motivo: int+pol

Dificultad: 6

Tirada (4 dados): 10, 5, 8, 5

Éxitos: 2