Partida Rol por web

Todo se nublo... ruido... oscuridad, luz, no sabrías decir cuanto tiempo duro cada fase, lo que si que te pareció, fue agónica y dolorosa cada una de ellas, y de pronto apareciste, solo, en medio de el espacio... , miles de puntos brillantes adornaban tu alrededor, en la infinidad, todos estaban tan lejos que era imposible tocarlos alargando físicamente tu mano, pero sabias que si estirabas tu conciencia, podrías cogerlos todos y moverlos de lugar, sentías como a tu alrededor nacían y morían miles de estrellas, soles negativos... todo fluía y se movía a tu alrededor, tenia un ritmo marcado todo, entonces algo llamo tu atención,una gran mancha roja adornaba la lejanía en el negro espacio... aquella mancha te suponía un gran dolor recordarla.

Empezabas a pensar..¿quien eras? porque estabas allí? un dolor dentro de ti, no, mejor dicho, un vació.. ¿o era un dolor? de lo que estabas seguro era de que algo dentro de ti te afligía, ademas, sabias que te faltaba algo, había algo en ti que estaba mal, ¿porque te sentías tan inferior?.. de pronto empezaste a sentir como señales, palpitos, de seis direcciones diferentes ¿que podían ser? el vació es frió, lo mejor seria volver a casa entonces te paraste a pensar de nuevo lo que había cruzado tu mente¿casa? ¿que es casa? ¿tengo una casa? había un recuerdo en tu mente de una casa, tu casa... pero¿como podías tener una casa, si acababas de nacer de una gran explosión roja? ¿quizás la casa era de tu creador?¿de tu padre? la imagen de la casa aparecio en tu mente, estaba tan lejos y a la vez tan cerca... la Ruth-adum asi se llamaba, en los confines de la creacion...

quieto en medio del espacio no podías responder a ninguna de esas preguntas, lo mejor seria hacer algo...

La formidable y brillante figura se quedó inmóvil durante un tiempo que nadie podría contabilizar, porque ni siquiera el tiempo se había inventado por aquel entonces. Se miró a las manos, y sintió el roce del tejido que cubría su cuerpo, hecho de pura luz. Abrió la boca para hablar, pero ningún sonido emergió de ella. Sólo sentía un gran y terrible dolor en su interior, y por eso lloró. Y esas lágrimas corrieron por sus mejillas, para pronto cristalizarse en el frío del infinito espacio.

Sabía que su dolor se debía a ese gran esplendor rojizo que se alejaba, y algo nuevamente se encogió en su pecho cuando le dedicó una última mirada. Sabía que la plenitud y felicidad que sentía antes no volvería a sentirla jamás. ¿Por qué lo sabía? ¿Por qué tenía conocimientos en su interior que nunca había aprendido? ¿Quién era? ¿Cuál era su nombre?

Miró a los millones de estrellas que titilaban en el espacio, y extendió su mano hacia ellas. Eran hermosas, dulces. Podía vagar entre ellas por toda la Eternidad y no pasaría absolutamente nada malo. Sería feliz. Ellas le amarían, le protegerían y le cuidarían. Las miró durante horas, o quizás siglos, o quizás sólo segundos, y de ellas obtuvo la respuesta.

- Yo soy Eidolon. Soy la Luz en la Oscuridad. Soy la Pureza. Soy la Rectitud.

Y Eidolon supo que tenía un sitio al que llamar Hogar. Pero le apenó abandonar las estrellas, que parpadeaban a su alrededor, como rogándole que no se marchara. Así que cogió el brillo de las Supernovas que, a su alrededor, daban forma a nuevas Galaxias, y se cubrió el rostro con él. Y desde ese momento, los ojos de Eidolon brillarían para guiarle en la Oscuridad; su cabello relampaguearía con violencia, y su voz sería serena e infinita como el Espacio.

Como sólo una Entidad Divina podía hacer, Eidolon quiso ir a Ruth-Adum. Y sus pies tocaron el suelo de sus inmensas galerías, su brillo inundó las oscuras salas y su sola presencia hizo estremecer los cimientos de la casa de los Dioses.

La abrumadora inmensidad del espacio, una profunda sensación
de dolor y melancolía recorría cada partícula de mi ser,

¿pero porque me sentía así? ¿Y que eran esos ecos dentro mi? Se sentían
como si estuvieran tan lejos y a su vez tan cerca.

¿Y que era este lugar que
se presentaba en mi mente? ¿Seria mía o de alguien a quien conozco?

No puedo recordarlo, ¿acaso
seria de mi padre?, ¿pero quién es padre? ¿Y porque no está aquí? Tal vez el se
encuentre ahí.

Durante un breve momento me mantuve flotando en el frio
espacio, podrían haber sido segundos o tal vez años, como saber cuánto tiempo había
pasado. Me había quedado pensando o intentando recordar. Ruth-adum…..Ruth-adum….ese
nombre es muy familiar y a su vez se siente tan extraño

Siento como que puedo
llegar a ese lugar fácilmente, incluso se donde queda, ¿pero cómo puedo saberlo
si recién acabo de nacer? quizás consiga alguna respuesta si voy.

Intente mover mis extremidades tratando de dirigirme a ese
lugar pero fue en vano. Por más que lo intentan taba nada sucedía.

Hmmm, tales si pienso
en moverme o en ir a ese lugar pase algo

No sabia que habia ocurrido, pero le dolia. Sentia que iba a explotar, pero intento ignorar aquel malestar, y averiguar donde estaba. Abrio los ojos. Estaba rodeada de puntos brillantes, que a su vez rodeaban una gran mancha roja. En cuanto lo vio, volvio a sentir aquel dolor, ahora mucho mas fuerte.

-¿Padre?-susurro ella. No sabia bien que significaba aquella palabra, pero sentia dentro de ella que asi le debia llamar. Extendio un brazo hacia él, y empezo a acercarse a él. Pero a medio camino se detuvo. Habia alguien mas alli, otras 6 mas igual que ella. Sin embargo, con ellos no se repetia aquel dolor, por lo que no debian de ser tan importantes como Padre. Olvidandose de los demas, siguio caminando hacia Padre. Tenia tantas preguntas que necesitaban ser respondidas...

Y en su mente se dibujo una casa, su casa. No sabia lo que era exactamente, pero ya sabia adonde iria despues de haber hablado con Padre. Cada vez su velocidad aumentaba, aproximandose rapidamente a él. Y a la vez, seguia estando tan lejano...

      Káradon despertó en medio del vacío. La sensación de soledad y angustia no le agradaba, y su primera reacción fue enfurecerse. En su ira, maldijo a las estrellas, al vacío y a quien le había dejado en aquel lugar. Pero entonces, una idea abstracta vino a su mente... "casa". No tenía claro lo que era eso, pero la sensación que le producía pensar en ello era agradable y apaciguaba su fuego interior.

      Tras relajarse y calmar sus emociones, se concentró en todo lo que le rodeaba, y entonces descubrió que esos pálpitos que habían sentido eran muy reales, no una alucinación fruto de la ira y la desolación de la soledad. Presentía que había mas como él en este vacío, y sintió la necesidad de acudir a buscarles... pero, ¿por cuál debía comenzar? Por desgracia, no se encontraban todos unidos... Finalmente, optó por lo que le pareció la opción más sensata... buscaría esa "casa". Seguro que si los otros se sentían como él, terminarían allí.

Seguisteis vuestro instinto, el camino que creáis que era el correcto, expandisteis vuestra existencia por las estrellas, cada uno a su modo,  hasta que las luces se apagaron y todo se volvió oscuridad, la mancha roja que os atormentaba quedo en el infinito perdida, alejada, ya no era visible ni para la mente ni para la vista, sentíais como otros dos focos de energía, algo parecido a vosotros se acercaba, quizás fueran también a Ruth-adum, pero donde estaba? en teoría, estabais siguiendo el camino adecuado, pero solo encontrabais oscuridad...

finalmente, un punto luminoso apareció en la lejanía, y como si se acercara rápidamente choco contra vosotros, como si un mazo os golpeara la cabeza, aparecisteis los tres juntos, nunca antes os habíais visto, eso estaba claro, acababais de nacer pero, había algo en los demás que os resultaba familiar, agradable y desagradable a la vez, ante vosotros las grandes puertas de Ruth-adum, el lugar no era mas que una roca flotante en medio de un vació, una muralla lo rodeaba todo, mas una única puerta daba paso a sus jardines, en el centro de los cuales, la casa se presentaba, como un gran lugar, lleno de habitaciones, terrazas, balcones... cada dios lo veía de una forma distinta, pero sin duda alguna, todos veían un hogar allí.

Por mas que seguías el que creías era el rastro de padre, mas te internabas dentro de la extraña nube roja, mas débil te sentías, mas triste, mas dolor recorría todo tu ser, ademas sentías como si las otras seis fuerzas que sentiste, desaparecían, hasta que finalmente ,solo quedaban dos de ellas, y tu, sola flotando en medio de la nube roja, débil, triste... sin duda alguna, internarse dentro de la mancha roja, no era buena idea, sentías como tus fuerzas te abandonaban.

Al llegar al Ruth-Adum la imagen de este extraño pero
peculiar lugar se sentía mas conocida, como si alguna vez ya hubiera estado aquí,
¿pero como podía ser si yo acababa de nacer?.

El lugar era extraño pero familiar, adornado con unas flores
rojas por doquier y uno podía reflejarse en el suelo, el cual estaba hecho de
una hermosa piedra. Todo a mí alrededor estaba hecho a mi gusto, como si yo
hubiera diseñado el lugar a mi confort.

Hace unos momentos podía sentir otras seis presencias, que se
sentían similares a mí y ahora me encuentro en Ruth-Adum junto a dos de ellas,

¿Por qué es que se
sienten tan familiar, tan iguales a mí y al mismo tiempo tan distintos? ¿Serán también
hijos de padre? ¿De ser así serian mis hermanos? ¿Y porque han venido a este
lugar, es que acaso ellos también tuvieron el mismo recuerdo?

Hola, creo que mi nombre es Kira, ¿ustedes también son hijos de padre?

Pregunte con intriga ante su aparición en lo que creo es mi
hogar.

Su presencia era magnífica y sobrecogedora. Un titán de Luz y Poder, cuyo cabello se mecía en el vacío del espacio como si lo moviera una suave brisa. Sus ropas, con miles de pequeños destellos que rivalizaban con las estrellas del cielo, flotaban a cámara lenta como si el tiempo, que en aquel entonces aún no había sido inventado, se moviera a distinta velocidad a su alrededor. Sus ojos refulgían y relampagueaban con la fuerza del infinito, y su aspecto elegante y sencillo a la vez, inspiraba temor y respeto a la vez.

Era inmenso, y en ocasiones parecía que fuera demasiado grande para la Casa del Cosmos. Pareciera incluso que mantuviera su atención alejada, prestando atención a algo que estaba más allá de la simple vista, y no fue sino hasta después de que la Diosa del Cambio hablara, que desvió su mirada hasta ella y arqueó las cejas como si fuera la primera vez que reparaba en ella.

- Kira... te conozco, hermana mía - dijo, extendiendo su manaza hasta ella, sin llegar a rozarla siquiera, en un atisbo de caricia - Pero es la primera vez que te veo.

Luego desvió nuevamente su mirada, observando Ruth-Adum con curiosidad.

- Padre nos ha dado la vida... y ya se ha ido. Ahora es nuestro momento.

Y diciendo esto, avanzó hacia la Casa del Cosmos como si flotara.

      Antes de llegar a su destino, Károdon ya sabía que, al menos en parte, había acertado en su premonición: dos de las presencias que sintiese con anterioridad viajaban también por el espacio, en la misma dirección que el, y parecía que una cuarta llevaba el mismo camino. Finalmente, ante su vista apareció un resplandor y se revelaron los imponentes muros de Ruth-Adum... la palabra "hogar" volvió a su mente.

      Volando con lentitud, el dios atravesó las puertas, contemplando todo a su alrededor, extasiado. El lugar poseía una belleza inesperada, esculturas en mármol, oro y plata te asaltaban en cada esquina, rodeadas por mosaicos formados por piedras de todos los colores, todo ello tan solo en el jardín que se encontraba al atravesar las puertas. Entre el canto del agua en las hermosas y fantasiosas fuentes, el aletear de Károdon pasaba completamente desapercibido, aunque este no tardó en posarse en el suelo para disfrutar caminando por tan idílico paisaje. Al final del jardín encontró unas escaleras que ascendían hasta la edificación, una construcción de aspecto marcial que, no obstante, no carecía de belleza, pues había grabados y colores por doquier.

       Lo último que captó la atención del dios fueron las presencias que percibiese. Contempló con curiosidad al inmenso ser que en esos precisos momentos hablaba con aquella a la que llamase "hermana"... Y dentro de sí, lo supo, ambos eran sus hermanos, y una fuerte corriente de sentimientos embargó todo su ser. No terminaba de sentirse cómodo, pero al mismo tiempo se sentía alegre, pues ahora ya no estaba solo... Aun silencioso, caminó en dirección a sus hermanos, todo embutido en su armadura dorada y con sus rubios cabellos al viento, parecía una de esas estatuas de oro que viese anteriormente en el jardín... Solo que el dios era mucho más imponente que cualquier estatua. Esperó unos instantes, hasta que fué alcanzado por la cuarta presencia, y entonces habló con una voz tan bella como poderosa.

Saludos, hermanos... - una amplia y radiante sonrisa acudió a su rostro - Es un placer encontraros aquí.

Después de aquella musculosa persona se presentara como su hermano la
segunda presencia que había arribado con nosotros parecía ser también otro hijo
de Padre.

¿Serán acaso las otras energías que sentí también mis hermanos? 

Kira pensó para luego voltear su mirada hacia el alto hombre vistiendo una
gran armadura dorada la cual parecía brillar por la luz de uno de los soles
cercanos.

Te doy la bienvenida Károdon, imagino debes saberlo pero por si no,
mi nombre es Kira y al parecer este es nuestro hogar.

Si me disculpas iré a recorrer el lugar.

Dicho eso, Kira se encamino al interior de Ruth-adum para ver descubrir lo
fuera hubiese en su interior.

Todo oscuro y luego claro...una luz roja...mmm rojo sangre... pero la congoja llego hasta su corazon... que es este sentimiento.

De pronto el sentimiento de una casa se hizo acogedora, no agradable pero si acogedora. Sabia donde tenia que ir pero no sabia como, como podre llegar alli. Su pensamiento volo hacia alli y de repente las distancias se acortaron...solo su pensamiento...era maravilloso. Como si de una nadadora profesional se tratara su pensamiento fue dando brazadas en la inmensidad en la que se encontraba...parecia estar mas cerca lo que queria, estaba mas lejos?? Eran contextos indescifrables

Mientras Karodon se acercaba a la puerta de entrada al edificio, una cuarta esencia se sintio cerca... cada vez mas, hasta que finalmente ,Nell aparecio frente a los muros de Ruth-adum, alli se encontraban Eidolon y Kira, y cruzando los jardines en direccion a la puerta de la casa Karodon.

estabas siguiendo el camino adecuado, pero solo encontrabas oscuridad...

finalmente, un punto luminoso apareció en la lejanía, y como si se acercara rápidamente choco contra ti, como si un mazo os golpeara la cabeza, apareciste frente a la casa, ante ti las grandes puertas de Ruth-adum, el lugar no era mas que una roca flotante en medio de un vació, una muralla lo rodeaba todo, mas una única puerta daba paso a sus jardines, en el centro de los cuales, la casa se presentaba, como un gran lugar, lleno de habitaciones, terrazas, balcones... cada dios lo veía de una forma distinta, pero sin duda alguna, todos veían un hogar allí.

-Hogar...curiosa idea, habra que investigarla

Nell se adentro en aquella casa, la idea de hogar la penetro dentro y un hogar debia tener habitaciones

-Siento mas presencias...pst, que vengan ellas

Su mente habia conseguido que llegara alli, lo mismo tambien servia en aquel lugar para crear nuevas cosas. Su mente se imagino una gran habitacion semi enterrada en la tierra... con todo lo que pudo imaginar, cosas que no sabia para que servian pero que le apetecia tener...por que??

Flotando en la nada, con tantas dudas y con tan pocas respuestas, sin ninguna sensación aparte de la ignorancia. Eso era algo que Eve no podia permitir.

En 6 direcciones, 6 incognitas ¿como podria alcanzarlas todas? Era sencillo, por algun motivo sentia que su voluntad era ley.

Simplemente deseo conocer a esos 6 puntos y parte de su voluntad se dividio en 6 aves en forma de cuervo que se desplazaron por el infinito en busca de esos enigmas. Ellos serian sus ojos y sus oidos.

Cada ave volo por separado, pero, 4 de ellas se unieron en una sola para encontrar 4 puntos que se habian reunido, este ultimo cuervo, volo solo por zonas oscuras, donde la cordura podria verse afectada de no ser seres perfectos, la oscuridad lo rodeo, y de golpe, un punto blanco se fue acercando a toda velocidad, hasta que, como si de un golpe se tratase, el cuervo se vio aturdido un segundo antes de encontrarse ante las murallas de Ruth-adum.

el lugar no era mas que una roca flotante en medio de un vació, una muralla lo rodeaba todo, mas una única puerta daba paso a sus jardines, en el centro de los cuales, la casa se presentaba, como un gran lugar, lleno de habitaciones, terrazas, balcones... cada dios lo veía de una forma distinta, pero sin duda alguna, todos veían un hogar allí.

Hacia poco tiempo que habia llegado Nell junto con los otros, tres, cuando un ave, un cuervo, quizas se llamase asi si estos animales existieran, llego volando hasta Ruth adum, y sobrevolo a los cuatro dioses.

Aun no habia despertado, seguia flotando ahi, en medio de las estrellas, dormida, quizas tubiera algun problema, quizas habia nacido muerta? no, un dios no puede, simplemente...

El cuervo llego al lugar y encontro a Selenia inmovil, como extasiada aun, flotando en las estrellas.