Partida Rol por web

El cuervo volo, en direccion opuesta a las otras esencias, internandose en la mancha roja... buscando a una de las esencias, la mas alejada, mientras cruzaba la mancha, sintio dolor, frustracion, pena.... empezo a sentirse debil... y cuando llego hasta la esencia, encontro a Eadai, flotando alli, quieta... pero consciente, parecia estar bastante debil y buscaba algo, o a alguien.

El cuervo observo a los presentes durante unos instantes con la cabeza ladeada, en un extraño angulo. Tras aquello un nuevo ente apareció en el lugar, un cuerpo que se podía describir de un millón de formas distintas si lo veían un millón de seres, pero como solo lo veían 4 solo 4 definiciones quedaban.

-Mi nombre es Eve, he aparecido solo y he encontrado este lugar y a vosotros 6 con mi voluntad en bruto. Deduzco que sois seres como yo... Aunque tu aun no has despertado -Dijo mientras señalaba a un lugar vacio-. ¿Que hacéis aquí?

El cuervo observo a los presentes durante unos instantes con la cabeza ladeada, en un extraño angulo. Tras aquello un nuevo ente apareció en el lugar, un cuerpo que se podía describir de un millón de formas distintas si lo veían un millón de seres, pero como solo lo veías tu solo un aspecto presentaba.

-Mi nombre es Eve, he aparecido solo y he encontrado este lugar y a vosotros 6 con mi voluntad en bruto. Deduzco que sois seres como yo... Aunque tu aun no has despertado -Dijo mientras señalaba a un lugar vacio-. ¿Que hacéis aquí?

El cuervo observo a los presentes durante unos instantes con la cabeza ladeada, en un extraño angulo. Tras aquello un nuevo ente apareció en el lugar, un cuerpo que se podía describir de un millón de formas distintas si lo veían un millón de seres, pero como solo lo veías tu solo un aspecto presentaba.

-Mi nombre es Eve, he aparecido solo y he encontrado este lugar y a vosotros 6 con mi voluntad en bruto. Deduzco que sois seres como yo... Aunque tu aun no has despertado -Dijo mientras señalado la diosa, quizás con la intención de despertarla-. ¿Que hacéis aquí?

      Károdon saludó encantado a Kira, mas no llegó a pronunciar palabra, pues el revoloteo de un cuervo captó su atención. La criatura le produjo una inmediata simpatía, quizá fuese por las alas, pero se sintió inexplicablemente próximo a ese ser. Cuando adoptó su nuevo aspecto, a Károdon no le importó, en su mente, las negras alas seguían tras la espalda del ser que, finalmente, planteó la pregunta a la que el tanto ansiaba encontrar una respuesta. Tras negar brevemente con la cabeza, habló.

No sé exactamente cómo ni por qué he llegado aquí, hermano... es la búsqueda de respuestas y de un... "hogar" lo que me atrajo. Percibí vuestras presencias en la distancia pero... confiaba en que todos llegaríamos finalmente al mismo punto. ¿Cuales son tus motivos?

      El aúreo guerrero seguía mostrándose sonriente. Cuantas más presencias se aproximaban, más belleza sentía en su alma, y más fuertes eran sus deseos de plasmarla en algún lugar. Sentía que así era como debía ser, todos unidos, todos juntos para llenar ese vacío que sentía en su interior y que, no tenía duda alguna, los otros debían sentir al igual que el... pero al mismo tiempo se sentía incómodo con esas presencias, pues ya percibía las fuertes diferencias que le separaban de algunos, y temía lo que podría devenir de ellas... esa era la causa de que sus ojos no compartiesen la sonrisa de sus labios.

La gigantesca figura, que se movia lentamente y con seguridad, permanecía ajena al resto de participantes de la tan particular escena. No se giró cuando llegó Nell, y tampoco se inmutó cuando surgió Eve. Tenía los brazos cruzados y escrutaba la Casa del Cosmos. Pareciera como si no necesitara de ninguno de ellos, y llegado un momento, dedicó una breve mirada a cada uno, quizás para poner un rostro a las voces que había percibido.

- El círculo aún no está completo - dijo, mirando a Eve, quizás confirmando su afirmación.

Y diciendo esto, se internó en la Casa, sin esperar a nadie, y sin responder a las preguntas que se habían formulado.

Dos parpadeos fueron la respuesta necesaria para centrarse del todo en lo que tenia frente a el. Como una esponja Eve sintio como su interior se llenaba de los sentimientos del resto de los presentes, la inseguridad de Károdon, el orgullo de Eidolon, solo eran los primeros de muchos...

-Comprendo que este es... ¿nuestro? "hogar". Yo busco respuestas. -Su tono de voz era frio y su respuesta tajante y escueta, no invitaba a mas preguntas.

Pero Eve poso su mano sobre el hombro del guerrero dorado y sonrio, y a este le inundo una sensación de hermandad y confianza. Quizas las palabras anteriores solo eran su forma de expresarse.

Se adentro en el interior tras el gigantesco ser que lo habia precedido a la entrada.

Kira la cual se encontraba caminando escaleras arriba a punto de entrar en este supuesto "hogar" se volteo para ver a la nueva presencia que habia arribado y con un pequeño gesto con la cabeza, demostro una pequeña reverencia y saludo a la entidad llamada Eve.

Eve, estoy segura que dentro encontraremos mas respuestas que estando aqui afuera, tal vez padre dejó alguna nota para nosotros.

Dicho eso, se volteó nuevamente en direccion a la gran puerta de cristal la cual tenia un gran escorpion grabado en el vidrio y manijas con forma de cola de escorpion, y se adentro en la residencia

Nell entro mirando extrañada al resto

-Asi que vosotros sois lo que senti, es interesante.

Nell entro hacia lo que llamaban hogar

-Un lugar para hacer el que, no entiendo el significado de esto

Las puertas interiores de Ruth adum fueron abiertas, y un largo pasillo con miles de puertas se abria ante ellos, con un par de pasos podria ser recorrido, aunque eso no podia ser medido de ninguna manera mortal, si no divina, cada habitacion podia contener casi cualquier cosa, de lo que podian estar seguros, es que al fondo del interminable pasillo, habia una habitacion que no podria ser alterada por ellos, eso lo sabian de sobra, lo sintieron nada mas entrar en aquel lugar, la habitacion del fondo, presentaba un gran salon, con cortinas de seda, una gran mesa circular con siete sillas alrededor, sillas? sillones grandes y adornados cada uno con las representaciones diferentes segun el dios que se sentara en ellas, un gran ventanal daba paso a un balcon gigantesco, desde el cual, se podia contemplar la infinidad del espacio, y la gran mancha roja se podia ver a lo lejos, como una pequeña gota, rodeando miles de puntitos diminutos a su alrededor... ademas, otros sillones mas grandes recorrian el lugar, estos elementos estarian siempre alli, mas cada dios, podia añadir lo que quisiera a este salon...

De el resto de habitaciones, infinitas ellas en el largo pasillo, podian encontrar casi cualquier cosa que imaginaran... pero habia algo que no encontrarian nunca, señales de padre, ninguna nota, ningun recuerdo les asalto, era como si por primera vez entraran alli, de eso se trataba no? eran sus primeros pasos en el infinito como seres... entonces, ¿porque el gran salon tenia 7 sillones alrededor de una mesa circular?

Al entrar en el hogar, los dioses se sintieron mejor, pero miles de dudas seguian asaltandoles...

      Káradon se decidió a entrar tras los demás, caminando con firmeza, los tres pares de alas plegados a su espalda. Cuando llegó al gran salón, sus ojos se fijaron rápidamente en uno de los asientos: el respaldo de oro tenía la forma de un escudo rectangular, tras el cual sobresalían las puntas de dos lanzas cruzadas y, entre ellas, el pomo de una espada. A ambos lados del escudo se desplegaban unas alas que rodeaban el asiento, sin duda con el fin de rodear a quien se sentase en él, y los extremos de ambas alas hacían las veces de reposabrazos. Károdon sabía que ese era su asiento, nadie se lo había dicho, nunca antes lo había visto... pero no eran necesarias las palabras de su mente, su corazón sabía bien que ese era su lugar.

      Tras acercarse al asiento y acariciarlo, el dios se alejó de él y salió al balcón, donde se quedó contemplando la lejana mancha roja, intrigado.

Éadaí vio como un cuervo se acerco, y tomo enseguida la apariencia de un guerrero. Ella miro fijamente a Eve, y se giro a ver que era lo que habia señalado. Pero al no ver nada, se volvio a girar. Observo con detenimiento el cuerpo del dios, y en un instante, su forma cambio. Ahora ella y Eve eran absolutamente iguales. Habia copiado hasta el ultimo detalle del dios, por lo que nadie podria decir con exactitud quien de los dos era el verdadero y quien era en realidad Éadaí.

-Yo soy Éadaí.-su voz sonaba igual que la de él.-¿Quien no se ha despertado?-pregunto volviendo a mirar lo que el dios habia señalado hace poco.

Las puertas de los largos corredores se abrían de par en par ante su presencia, y el Señor de la Bóveda Celeste sonrió de satisfacción. No hacía falta ni que moviera una sola fibra de su majestuoso ser para moverlas. Y finalmente, llegó a la sala.

- La Sala del Cónclave - dijo, tranquilamente.

El nombre había acudido a sus labios nada más entrar y se sintió satisfecho con lo que vio. La sala era gigantesca, con grandes columnas que se alzaban hasta un techo abovedado en cuya cúspide reposaba una vidriera perfecta, donde 7 símbolos venían reflejados. Cada columna eran tan ancha como los brazos de Ediolon, y representaba figuras vegetales que se enroscaban y crecían salvajes. El suelo, formado por baldosas blancas y negras, parecían formadas del mismo material que el resto de la casa, y se acomodaban al peso y la estructura de cada dios.

Comprobó cómo el Guerrero Dorado se acercaba a un trono que pareciera hecho para él. Y miró uno que se encontraba en el extremo más alejado de la puerta. Era grande, lo suficiente como para albergar su majestuosa presencia. Estaba hecho de marfil, oro y piedra. Las patas, forjadas en oro puro y metal estelar, representaba figuras humanoides que soportaban con sus brazos y espaldas el respaldo y el asiento, que estaba hecho de cómodas almohadas de plumas. Se sentó en él lentamente, y al hacerlo, surgieron telas blancas como la luz más pura que flotaron mecidas por un viento inexistente, y observó la estancia desde su posición, y le gustó lo que vio.

Aún no tenía todas las respuestas, pero sabía que todo iba como debiera ir.

Mi mente daba vueltas, todo estaba confuso y mi respiracion comenzaba aparecer de forma lenta, escuchaba latidos, sonidos en mi interior, y una voz lejana, poco a poco mis ojos se abrieron y allo habia un hombre, frunci el ceño sin entender nada, perdida, desorientada...

¿Que estaba pasando?

El dios se adentro en la sala con solemnidad, observo los huecos en el techo perfectos para que sus cuervos entraran y salieran a voluntad de la sala, sin molestar a nadie, pero mas importante. Sin ser molestados.

Camino unos pasos, hasta su asiento, hecho de sangre y sombras, plumas rojas y negras formaban la parte mas mullida y la estructura que contenia las sombras y la sangre en el interior del trono era el mas oscuro ebano adornado por los mas puros rubies.

El asiento parecio vibrar ante la presencia de su amo, impaciente queria su contacto. Cuando Eve se sento el trono se amoldo a el a la perfección.

-Interesante habilidad, pero un tanto inutil...

Su mirada se perdio por un instante en el infinito, observando ese rojo que se fundia mas alla de su comprensión. Su mano se extendio, a un lado del trono, como si esperase que alguien la tomara.

El dios parecia ignorarte por un instante, comenzo a caminar aunque no se movia del sitio, finalmente hizo un amago de sentarse y bajo el aparecio un trono que le recibio.

El trono tenia un aspecto etereo, pero se veia claramente su composición. Su asiento, hecho de sangre y sombras, plumas rojas y negras formaban la parte mas mullida y la estructura que contenia las sombras y la sangre en el interior del trono era el mas oscuro ebano adornado por los mas puros rubies.

Luego te miro fijamente a los ojos, y se vio a si mismo, alzo una ceja quizas como muestra de curiosidad.

-Interesante habilidad, pero un tanto inutil... Tu aspecto a cambiado, pero tu mente y su corazón siguen siendo los mismos.

Extendio la mano hacia ti, ofreciendotela.

-Somos hermanos, y hemos encontrado un "hogar" toma mi mano y te estaremos juntos. Todos.

Eve observaba la nueva diosa con una mezcla de curiosidad y diversión, parecia divertirle el desconocimiento de la misma.

-Selenia, ese es tu nombre, no se si eres consciente de ello. A mi me costo un poco.

Su voz era alegre y melancolica a la vez, capaz de transmitir cualquier gama de sensaciones en cada palabra. Sus gestos tranquilos y meditados, pero fluidos. Extendio su mano hacia a ti, ofreciendotela.

-Levantate, somos hermanos ¿recuerdas algo antes de esto?

El cuerpo de la diosa volvio a cambiar. Esta vez su piel se torno palida, sus cabellos se oscurecieron, sus orejas eran puntiagudas, y su atuendo fue sustituido por un vestido negro. Éadaí habia recobrado su aspecto original. La diosa se cruzo de brazos y fruncio el ceño, rechazando la mano del dios.

-No eres el unico que deduce. Supongo que tu puedes notar los pensamientos, o algo parecido.-su voz sonaba bastante hostil, pero a la vez, debil.-Pero seguro que eres el unico de nosotros que puede.

Éadaí miro fijamente a su "hermano". Estar en aquel lugar la fatigaba mucho. Es como si aquel lugar... estuviese prohibido, y todo aquel que entrase alli, se debilitaria lentamente.

-Y no has contestado mi pregunta.-añadio, en voz baja.

Cogi la mano de aquel hombre y lo mire confusa incorporandome y acercandome mucho a el, pegando mi cuerpo al suyo y curvando la cabeza, acariciando su rostro con una de mis manos y el viento leve pasando entre mis dedos...

- Te conozco pero... es todo borroso aun... - Comento sin apartar la mirada de confusion de el, semarandome poco a poco y contemplando nuestro entorno. - ¿Hermanos?

Eve sonrio, sentir el viento en medio del vacio era desde luego algo inesperado. El contacto de la piel con la de Eve era sorprendentemente apaciguador. Una sensacion de seguridad y tranquilidad lo envolvia.

-Muchas cosas te pareceran extrañas ahora y otras asombrosamente familiariares. Somos 6, todos nacidos de la misma esencia y tu has sido la ultima en despertar. Todo esto es un misterio pero lo mejor sera que te lleve con el resto. Quiza entre todos...

De pronto se sintio como un leve tiron, y ya no estaban alli.