Partida Rol por web

Después de ver todo lo que había sucedido con Renesmeé, sentí que mi cabeza daba vueltas pero por suerte no pasó nada y pudimos continuar, claro, continuar para encontrarnos con otro acertijo. Eché la vista atrás, sabía que estaban cerca y no me agradaba nada esa sensación. Miré las joyas pero no me decidí a elegir alguna, no enseguida al menos; de hecho di un paso y titubeé.

Maggie dio un paso hacia adelante, empujando a Bella en el proceso y tomó el rubí, convencida de que por su color, debía ser ese. Lo apretó en su mano, esperando y deseando que fuera el indicado, si no lo era, estaban perdiendo el tiempo.

Se abre una puerta escondida en la roca y veis una brillante luz blanca.

-Genial, vayamos para allí.- Comento azuzando a los demas... Mejor salir antes de que lleguen los otros.... Puaj. Pienso mientras avanzo.

Embry lanza una furtiva mirada hacia atrás y olfateo el aire antes de internarse por la puerta.

-Muy bien, Maggie, nos has ahorrado tiempo.

Con una sonrisita en la cara por la acción de Maggie, avanzo detrás de los lobos para ver la siguiente puerta.

Ahora más que nunca es muy importante que nos demos prisa...o los Vulturis nos alcanzarán.

-Eso si que es pensar rápido chica-le digo a Maggie cuando paso a su lado para dirigirme hacia la puerta por la que van saliendo todos.

Apuré el paso, agradeciendo que Maggie hubiera tenido tan buena suerte a pesar de que ella no me agradaba mucho, no es que la odiara pero sentía que no le tenía confianza. Caminé al lado de Edward sin perder de vista a Renesmeé, deseando que no tuviera ninguna consecuencia y contrario a los demás, no le di las gracias a la pelirroja.

Caminé detrás de los demás, aliviada de que mi indecisión no repercutiese gracias a Embry.

-Gracias, gracias...

Respiró aliviada porque su acción no sólo no había retrasado más al grupo, sino que había sido acertada. Tenía una sonrisilla de satisfacción en el rostro, sin llegar a ser soberbia.

Me acerco a Maggie y le apoyo una mano en el hombro.

- Buen trabajo - le digo mientras le guiño un ojo.

Sigo a los demás a través de la puerta recién abierta, preguntándome si los Vulturis nos alcanzarán o no.

Vale, salís al esterior y os encontrais delante de todos vuestros amigos, licántropos y vampiros que han venido a ayudar en la batalla gracias al llamado de las amazonas.

Estais en otro bosque, que parece un inmenso oasis situado detrás de las montañas. Hay un montón de animales. Tenéis que cazar, pues Embry a olfateado que los Vulturis están muy cerca y necesitáis reponer todas las fuerzas posibles antes de que lleguen.

Tirad por velocidad y por fuerza, poniendo los atributos en las tiradas. Hacedlo rápido, por favor, porque no puedo tener al otro grupo esperando.

Vale, Bella consigue acorralar a un ciervo, pero no lo agarras con la suficiente fuerza y se te escapa.

Los demás conseguir atrapar a los animales que perseguíais:

Maggie coge un montón de zarigüeyas que descubre. Dos o tres familias se come con elegancia y naturalidad. Las aplasta a todas contra un muro de piedra cercano y se quedan las pobres atontadas, lo que le da tiempo a amontonarlas, sentarse cómodamente en el suelo y coger una enorme hoja de palmera con la que evitar mancharse.

Edward captura un par de pumas, sin muchos miramientos, les da un golpe certero y selos come, hay otras cosas en las que pensar, pues sabes que los Vulturis saldrán de un momento a otro de la cueva.

Nessie, tú aplastas una gacela, literalmente, provocando que un montón de vísceras y sangre salpique a todo el que está cerca de ti y a ti misma, aún así te la comes y cazas a otra porque de la primera no sacaste mucho. La mayoría de la sangre quedó esparcida por doquier.

Eleázar también se luce, pues da una patada a un rinoceronte en el centro de su cuerpo y este se parte por la mitad. No puede aprovechar nada de él para comer, por lo que tiene que capturar a otro. Con este último es más cuidadoso y consigue alimentarse correctamente, pero tanto Eleázar como Nessie, están cubiertos de sangre de arriba a abajo.

Paul consigue su presa, transformándose en lobo y partiéndole el cuello a un jabalí.