Partida Rol por web

Tras decidir… …. … absolutamente nada sobre el plan a seguir, Zanc, como en otras ocasiones, hizo una pequeña incursión para conocer que había más allá de las escaleras donde el resto de aventureros aguardaba.

Tras oír la información del gnomo, una cosa estaba clara, el éxodo de los piratas de la isla no pasaría de mañana por lo que deberían actuar con rapidez para acometer cualquier decisión que tomasen, bien fuese acabar con Todler o ingresar en uno de los barcos que zarparía en pocas horas….  

- No disponemos de mucho tiempo, comenzó hablando el hechicero tras finalizar de hacerlo Zanc, - Cualquier cosa que vayamos a hacer, no debe pasar de esta noche o mucho me temo que quedaremos abandonados en esta isla infernal con los demonios del antiguo templo como vecinos…, dijo para luego sumergirse pensativo en un silencio grupal.

El grupo de aventureros permaneció en silencio durante unos instantes. Todos, excepto Kormack que enredaba con su pipa ajeno a la conversación, trataban de dar con la mejor opción a seguir con la única presión del paso de los minutos, casi nada:

- Podríamos intentar liberar a los presos de las celdas..., intervino de nuevo Morwing, - ...si los tenemos de nuestro lado podemos armarlos e intentar hacernos con el control del Trueno del Mar…aunque…claro…el problema de las cadenas para salir de la isla seguiría ahí, comentaba negando con la cabeza su propia propuesta. – Hummm, no, quizá sería mejor ocultarnos en el barco y una vez salgamos de la isla, liberar a los prisioneros y tomar el control desde dentro… aunque…claro, dejaríamos de lado a Todler y quién sabe si a Hasler también, dijo nuevamente moviendo la cabeza.

El dialogo del hechicero consigo mismo era un fiel reflejo de las dudas que habitaba en cada uno de los aventureros, muchas ideas pero ninguna clara. Con cada proposición, aparecían nuevos pros y contras, lo que evidenciaba que alguno de los objetivos marcados al llegar a la isla tendrían que acometerlos en otra ocasión.

El enano se empezó a preparar otra de sus ya famosas pipas mientras Zanc iba a hacer de sus cosas. Para cuando llegó el gnomo Kormack ya fumaba relajadamente. El gnomo exponía todo lo oído y la disputa comenzaría con las palabras del mago. - Ia, ia, ia... Es el mejorrr momento parra acabar con Todler. Decía con una sonrisa, como si nadie hubiese caído en esa idea. - Luego tú puedes hacerrrte pasarrrr por Todler. Dijo señalando al mago. Y salirrrr con todos los barrrcos. Con Haslerrr... ya pensarrré como. Sin duda era un plan sin cabos sueltos, pero el enano no quería dar todas las claves de su plan, le gustaba que todos aportasen su granito de arena, como un grupo sólido.

Las nuevas que Zanc trajo al grupo sólo dejaban una opción: actuar. Los comentarios de Morwing y Kormack no dejaban lugar a dudas de la decisión que tomaría el grupo. - Creo que no tenemos tiempo que perder, será mejor liberar a los marineros cuanto antes, bien sea ocultándonos en las alcantarillas, o bien abordando el barco. Ya veremos como se nos presenta la situación. - Losse parecía decidido ante la llegada de los nuevos acontecimientos. - Si como suponemos las celdas están cerca de esta posición, creo que no encontraremos mejor momento que éste, ahora que aún pensarán que podemos ocultarnos en otro lugar que en el bastión principal. Quizá Zanc, después, podría intentar sabotear el barco de Todler y así evitar que nos persiga ese barco tan famoso por su tamaño y velocidad. Debemos darnos prisa - Y así el elfo alentó a sus compañeros con él encabezando la subida por las escaleras.

El elfo ascendió los peldaños de la forma más sigilosa posible y comprobando en cada momento que nadie se acercara hasta su posición, hasta que abrió la primera puerta que se les presentaba.

Ogna se estrujaba las sienes con sus pequeñas mans tratando de ver con claridad. Nada. No conseguía un mejor plan que arriesgarse y acabar con todo. Entonces se acordó de que tenía una poción que se suponía clarificaba la mente. Tenía dos, ni más ni menos, así que decidió tomarse una. Rebuscó en su mochila y se tragó su contenido con avidez.

- Hay otras opciones.- Contestó la siempre más precavida Ogna.- Podemos pasar la noche aquí. Descansar un poco no nos vendrá mal y esta habitación parece pasar desapercibida a los piratas.- El polvo acumulado así lo indicaba. Incluso estaría dispuesta a dormir en las alcantarillas si hiciera falta.- Pensadlo bien. Si lo que ha escuchado Zanc es cierto, esta noche la Boca de la Sirena quedará vacía de piratas a excepción de la tripulación que ocupe El Trueno del Mar y el Skirganden. - Siguió reflexionando jugando con un apelmazado mechón de su pelo entre los dedos.- Pero no nos quedaremos parados aquí toda la noche. Deberíamos ponernos en contacto con los prisioneros, incluso pasarles algunas armas y provisiones. Liberarlos de sus cadenas si los tienen encadenados o atados. Seguro que los ejecutarán antes de marcharse. Así podrían luchar si entran a matarlos. Si aguantan hasta mañana los liberaríamos para que juntos recuperáramos el Trueno del Mar. También estaría bien sabotear el otro barco para que no pudiera seguirnos.- Después estaba el problema de las cadenas.- Sabiendo que el El Trueno del Mar va a salir mañana puede que no nos resulte tan complicado que nos suban las cadenas.- Confiaba en Morwing para ello o incluso en capturar a algún pirata por si había algún alto y seña para poder pasar.- Alguien podría acercarse oculto en la noche hasta la salida de la boca y observar qué hacen con los barcos que la abandonaban para poder pasar sin problema.

-Ogna tiene razón- comentó Allen tras las propuestas de sus compañeros, -si lo que Zanc ha escuchado es cierto y los piratas abandonan la isla esta misma noche a excepción del trueno del mar y el Skigarden, tendríamos a Todler a tiro para después salir de esta isla con el Hassler y su barco. El hecho de liberar de sus cadenas a los prisioneros y armarlos de algún modo es también una buena decisión, pues los ruidos del combate nos alertarían fácilmente pudiendonos dar la oportunidad de intervenir en ese momento. Es más, Zanc, podrías ocultarte en esos sacos de los que has hablado y gracias a tu habilidad para enviar mensajes podrías ponernos sobre aviso de lo que pienses que va a pasar, como que se dirijan a esta habitación o bien piratas armados vayan a las celdas a, como creemos, ejecutar a los oficiales del Trueno del mar.

El plan parecía muy sólido. Hasta la fecha pocas situaciones habían favorecido tanto al grupo como la que se les presentaba en estos momentos. La idea de quedarse a solas con la tripulación de Todler y la del Trueno del mar hacía crecer la idea de abandonar por fin la isla con el trabajo bien hecho, a excepción claro de Steznag, quien escurridizo como nadie ni siquiera había hecho acto de aparición aún.

La postura tanto de Losse como de Kormack quedó clara cuando ambos ascendieron las escaleras por las que poco antes había subido Zanc. La mayoría de ellos no daba crédito a que elfo y enano compartiesen la misma idea con respecto a la acción a seguir. La situación no había cambiado lo más mínimo desde que el bribón examinara la planta superior. Una docena de hombres continuaba con la carga de sacos de provisiones en el Trueno del Mar. Eran ajenos a que, tras la pared que separaba la Explanada de Carga del interior del edificio, las ocho personas más buscadas del Atolón de la Sirena Muerta se dirigían hacia las celdas donde los oficiales del barco de Hasler Nazyr aguardaban su destino.

Tomando el pasillo a mano izquierda los compañeros cruzaron la puerta donde no hacía mucho Raphenos había ordenado la puesta en marcha e las últimas órdenes impartidas por Todler acerca de que los barcos del interior de la bahía deberían ponerse en marcha esa misma madrugada. Se encontraron en otro pasillo con cuatro puertas, dos por cada lado, sin embargo si su intuición era acertada, las celdas deberían hallarse tras alguna de las puertas a mano izquierda. 

...y perdimos a tres hombres ese puto día. No te puedes ni imaginar la altura de aquellas olas. El barco no era más que un cascaron dando bandazos de un lado a otro sin forma posible de gobernarlo. - Comentaba alguien tras la primera puerta. El sonido de un líquido vertiéndose en una jarra acompañaba a la animada conversación.

Para galerna la que sufrimos nosotros hace cuatro o cinco años en la punta de Memmon. - Contestaba otro. - Ese día nuestro barco acabó encallado en una playa al norte de la ciudad. Nuestro capitán estaba tan borracho que seguía al timón quejándose porque el barco no respondía a sus órdenes. - Hubo risas de varias personas personas, probablemente tres o cuatro.

Losse se encontraba sorprendido al llegar hasta aquel pasillo en el que escuchó la conversación de los piratas, puesto que los únicos pasos que escuchaba eran los de Kormack - ¡Por fin un poco de sigilo!. Este grupo promete - Para sorpresa del elfo lunar, cuando echó la vista atrás para ver la situación de sus compañeros, se dio cuenta que no había sigilo alguno en el resto de compañeros, en aquel lugar sólo se encontraban él y Kormack. El explorador abrió los ojos ante la incredulidad de la situación y volvió sobre sus pasos tirando del enano como buenamente pudo - ¿Pero qué hace esta gente? Esos hombres están a merced del destino que los piratas quieran darles - Le comentó un tanto indignado al enano que, tras tres fuertes empujones del everlunita que sintió como unos simples toques de atención, decidió volverse atrás también.

Cuando Losse llegó con los brazos abiertos en busca de una explicación a aquel comportamiento, contempló como Ogna comenzaba a acomodarse utilizando su mochila de almohada y mientras los demás buscaban el lugar idóneo sobre el que reposar sus fatigados cuerpos. - ¿En serio éste es el plan que tenéis? - La resignación alcanzó a Losse y lo único que hizo fue agitar su cabeza en un claro gesto de negación mientras también buscaba un lugar para acomodarse. - Está bien, dejemos a esos hombres a su suerte. Espero que vuestras conciencias os dejen descansar en los días venideros si alguno de esos valientes marineros muere mientras nosotros descansamos placenteramente. - Finalizó mientras clavaba su mirada en Allen, al ser el que más le decepcionó con su actitud.

- Tchssssss.- Indicó a Losse con el índice sobre los finos labios que se callase.- Tranquilo, nadie va a abandonar a nuestros amigos a su suerte. ¿Pero acaso quieres precipitarte? Calmémonos un poco y pensemos con la cabeza. Antes te fuiste sin escucharme.- Dijo cruzándose de brazos y enfurruñada.Para algo tenían la cabeza sobre los hombros. ¿Qué plan tenía Losse? ¿Infiltrarse en la fortaleza seguido por el hombre de hojalata? Mejor dicho, enano de hojalata.- Creo que los más sigilosos deberían ir a ver las celdas de los prisioneros, si están atados o encadenados, cómo son la cerraduras, si están en celdas individuales. - No quería tener que pedir a Morwing que volviera a usar a su sapo, aunque le parecía la mejor opción. Si no, Losse y Zanc, o ella misma podrían tratar de hacerlo.- Como he dicho antes...- Dijo recalcando con su tono su disgusto.-...podríamos pasarles algunas armas.- Despejó de su cabeza todo resentimiento pues no tenía ningún sentido ahora.- La información es tan valiosa como el tiempo, Losse. Sabemos que el éxodo de piratas es inminente. Mañana al alba creo que sería el mejor momento para lanzar nuestro ataque. Si no me equivoco el Skirgarden es ahora el barco de Todler. Creo que será el último en abandonar la Boca de la Sirena. Su anterior capitán, Igban, cayó en las Torre de las Drizas bajo tus flechas...y bajo el filo de su hacha.- Dijo señalado a Kormack con el mentón. Ogna se dirigió al intrépido gnomo en busca de apoyo. Para la muchacha el hueso más duro de roer sería el enano. ¿Cómo convencerlo de tomárselo con calma?- ¿Qué opinas Zanc? ¿Crees que podrías echar un vistazo al Skirgarden? Es un barco muy grande y veloz, tiene 4 cubiertas, pero quizás se te ocurra alguna manera para sabotearlo. Hacerlo más lento o lo que sea que pueda ayudarnos.- Ogna se recogió el pelo y se hizo un desastroso moño en lo alto de la cabeza.- Resumiendo. Por una parte necesitamos información de qué va a ser de los prisioneros de las celdas y de los que aún permanecen en el Trueno del Mar. Por otro lado información sobre el Skirgarden y si podemos hacer algo para, al menos, retrasarlo. Por último,  contactar con los presos para ver si, en caso de que su suerte fuera la de una muerte inminente, lograr ayudarlos.- No le parecía un plan descabellado y, si tenían suerte y tuvieran tiempo, puede que lograran descansar algo.

Por un instante el Gnomo quiso ir tras el Elfo y el Enano para hacerles caer en cuenta de las opciones que tenían, pero finalmente optó por dejarlos a que ellos mismos entraran en razón. Esta vez estaba de acuerdo con la niña de las ojeras, la información que Zanc había compartido les daba una idea clara de cómo proceder y la mejor opción era esperar que la mayoría de piratas abandonasen la boca de la sirena, aunque podía ser arriesgado, ya que tenían a una isla entera buscándoles... Las opciones para el Bribón de repente no eran tan claras como creía.

Cuando Pelonieve y Kormack regresaron, Zanc estaba descansando su espalda contra la pared roca, pensando y analizando sus opciones, ciertamente la ausencia de la figura de un líder o simplemente el hecho de que el grupo entrara en debate y discordia con cada toma de decisiones, hacían mucho mas complicado de que todos ellos llegaran a un acuerdo. Hasta ese momento el Gnomo actuaba por su propio pie, buscando las opciones que más le beneficiaran y no se inmiscuía en ningún tipo de debate. ¿Acaso debería cambiar su modo de hacer las cosas?. No, eso no estaba entre las posibilidades. Simplemente debes hacer lo necesario por sobrevivir y salir lo mejor librado de todas las situaciones, no importa lo que debas hacer. - Pensaba para sí mismo a la vez que sus curiosos ojos recorrían los rostros de los demás compañeros. Últimamente su frialdad había sido mermada y había comenzado a establecer aquellos "vínculos de amistad", algo que el Gnomo jamás había contemplado.

La voz de Ogna lo sacó de su ensimismamiento moral, nuevamente recurrían a él en busca de ayuda, el Gnomo esbozó una sonrisa e infló el pecho orgulloso. - Claro!.. Déjalo en mis manos.. Sólo pido que no vayan a empezar la acción sin mi, ¿eh?- Bromeó divertido mientras acomodaba algunas cosas de su mochila. - Necesitaré una de esas pócimas de respirar agua, ¿puedo?- Indagó el Gnomo a los compañeros esperando su aprobación para posteriormente tomar el brebaje del fondo común y añadirlo a su inventario. -¿Podremos estar en contacto?- Advirtió a la bardo esperando que usara su hechizo con él, e independientemente de lo que decidiera, sus pasos lo llevaron nuevamente al almacén para internarse nuevamente en las alcantarillas. La misión de reconocimiento y saboteo es algo que el Gnomo ya tenía contemplado y estaba contento de algún modo ya que alguien compartía esa idea con él.

Cuando vio al elfo y al enano volver enseguida, respiró tranquilo, - ¿Cómo se le ocurre a Kormack actuar sin pensar una y otra vez? - Debían mantenerlo con correa corta o acabarían siendo comida para la fauna del fondo de la boca de la sirena.

- Zanc ha dicho que el que daba las órdenes ha ido en dirección a las celdas, con lo que los prisioneros estarán vigilados, probablemente por más de uno, dos guardias y el jefecillo pirata, podría ser. Siento decirlo, Morwing, pero tu compañero sería la mejor opción, son pasillos estrechos, no hay donde esconderse, si algo sale mal darán la voz de alarma y estaremos perdidos... Pero, como dice Ogna, necesitamos más información, si estás de acuerdo... Sea como sea, alguien debería pegar el oído a las tuberías por donde entró Bagul, puede que digan algo más que nos venga bien.- Se giró hacia Losse - ¿Puedes usar esas botas tuyas para husmear por alguna ventana? Cuando se vaya la luz, podrías probar en el último piso del edificio frente al muelle, si yo fuera Todler, estaría allí, y con suerte puede que con Hasler.- Era una apuesta a ciegas, con lógica, pero a ciegas, aún así procuró aparentar confianza en su idea, si eran afortunados, conseguirían algo.

- Con lo que tenemos hasta ahora, se me ocurre que habría una posibilidad de entrar de polizones en nuestro barco - Al terminar la frase se percató de lo triste que era - La tripulación del Hijo de Thuran traerá consigo todas sus pertenecías, donde seguro que no faltará... - Repasó con la mirada a cada uno de ellos por si alguno acababa la frase - ...¡Vino! Seguiríamos teniendo el problema de nuestros oficiales de abordo, pero si por lo que parece, los van a reubicar para que sean de utilidad en alguna parte... Puede que sea lo mejor, sería más fácil sacarlos de cualquier otro sitio que de aquí sin que nadie lo note. Aunque, por duro que sea, recordad nuestra prioridad, Athkatla y la costa de la espada, si debemos sacrificarlos será un un bien mayor.- Por supuesto que Davros no quería dejar a nadie atrás, pero tenía muy claras las prioridades.

En ese momento, Zanc se disponía a salir por las alcantarillas, hacia el Skirganden - Suerte, culo inquieto, y... Que parezca un accidente - Un sabotaje tendría las mismas consecuencias que dejar salir a Kormack, sabrían que estamos aquí, confiaba en las formas de actuar de Zanc, pero no pudo evitar decir lo obvio.

- Por mi parte, si no os importa, tomaré prestadas esas botas, ya que espero no tener oportunidad de usar las mías en un futuro inminente, y así puedo aportar algo de músculo a la avanzadilla sigilosa que nos veremos obligados a llevar a cabo casi con total seguridad  - Se sentó en el suelo, donde acababa de compartir todas sus ideas y pensamientos y comenzó a descalzarse.

El grupo quedó sumido en sus pensamientos en el polvoriento suelo del almacén a la espera de una oportunidad de llevar a cabo sus planes. Zanc había desaparecido a través del hueco en el muro hacía largo rato ya. Su idea de sabotear el Skirganden era tan audaz como peligrosa, aunque de llevarla a cabo con éxito les reportaría una ventaja decisiva en caso de tener que huir del temible barco.

El ambiente en el edificio parecía seguir en relativa calma según comentaba Losse, quien cada poco tiempo se acercaba hasta la puerta que daba al pasillo y pegaba la oreja a fin de saber si pasaba algo fuera de lo común. Nada sucedió durante las tres primeras veces aparte del típico murmullo resultado de las quejas de los piratas que cargaban el Trueno del Mar con los suministros depositados junto al portón. 

Por otro lado, Morwing junto a su fiel Bagul se aseguraban de que nada cambiase en las celdas de los oficiales. Cualquier tos, quejido o conversación era captada por el hechicero quien, apoyado contra una de las paredes de las húmedas paredes, escrutaba todo lo que sucedía a través de los sentidos del sapo.

Gracias a ello el elfo descubrió que Hasler junto con el difunto Fyumir habían sido separados del resto de oficiales cuando atracaron en el Muelle Mayor. Atrás quedaron al resto de la tripulación, retenida en las bodegas del barco y atados con sogas a la espera de un futuro incierto. Sin embargo, de todas las conversaciones que Morwing llegó a captar durante la hora escasa que permaneció allí, la más interesante fue la que mantuvo Anlocen, Primer Oficial de cubierta, con Willeof, el joven cartógrafo que había heredado el puesto de su padre en el Trueno del Mar tres años atrás. 

¿Te fijaste en cómo nos miraba el Tuerto? - Preguntó el muchacho de pelo rizado y redondo rostro al oficial de cubierta. -  Me estaba poniendo nervioso cuando nos reunió en la cubierta, ya pensé que nos iba a degollar allí mismo.  

Sí, claro que me fijé. - Contestó el veterano oficial en un susurro apenas audible incluso para Bagul. - Estaba muy cambiado, creo que trabajar para Steznag le ha sentado bien a esa sucia rata. Joder, incluso estaba mucho más gordo que la última vez que lo vimos en Puerta de Baldur. Eso sí, todo lo que ha ganado de peso lo ha perdido de memoria. - Respondió Anlocen.

¿Por qué dices eso? - Preguntó curioso Wileof manteniendo el mismo tono bajo y pausado.

¿No escuchaste que preguntó quién era el capitán de la nave? - Volvió a preguntar el oficial.

No. ¿En serio? Eso no lo escuché. Bueno, puede ser porque para cuando consiguieron sacarme de mi cuarto esos hijos de puta ya tenían al capitán encadenado. A lo mejor es para hacerse el importante. Orgullo, prepotencia...ya sabes. - El joven se arrastró hacia el oficial a fin de poder hablar mejor. El tintineo metálico de las cadenas indicaba que tanto manos como pies permanecían encadenados.

No sé, ese bastardo conoce al Trueno del Mar de sobra y a nosotros también. En esta profesión muchacho la diferencia entre la vida y la muerte puede estar en reconocer a un barco y saber quién es su capitán. - Sermoneó Anlocen con su característico tono paternal. 

Sí, sí, padre siempre lo repetía. - Se apresuró a responder el muchacho a fin de evitar una regañina.

Entonces Morwing recordó las palabras del Capitán Hasler Nazyr en último día antes de partir de Athkatla durante su cena en el Salón Cervezaplateada como respuesta a una pregunta de Allen en la que afirmaba conocer bien a Todler. Al principio aquella conversación entre los oficiales quedó como una mera curiosidad pero ese recuerdo hizo que no pudiese evitar contarlo al resto de sus compañeros cuando volvió hasta el almacén de herramientas de construcción.₁

Para entonces, cuando el hechicero se arrastraba por el hueco trayendo consigo la información hallada, Losse regresaba también de una de sus escapadas para escuchar lo que sucedía en el pasillo. El semblante del everlunita revelaba que también él traía tenía algo que decir. Esta vez el explorador, nerviosos por encontrarse allí encerrado sin hacer otra cosa que esperar, se adelantó para informar de que alguien en el pasillo había avisado a voces de que "el transporte para los esclavos acababa de llegar". ₂

El enano se fue tan campante con el elfo. Por supuesto, Kormack lo contemplaba como una salida de cacería. Hasta que el elfo pareció arrepentirse. Así de caprichosos eran - HMmmm... - sólo respondió cansado a sus golpes. Vuelta atrás parecía que el elfo se había dejado al bicho de su mujer, ¿O era a Vishna y su mujer? BAH! - Eso no era relevante ahora. Parecía que nadie había escuchado al enano quien no perdió ocasión para tumbarse sobre fardos de harina que hab'ia recogido de la parte de arriba. - El tiempo se agota... decía, hasta que Zanc se marchaba a sabotear. A lo que se levantó y dijo a Losse y a Davros ​- Hay más puerrrrtas...podrrrríais verrrr que hay. igual tesoros... un sitio tan grande... pero parecía que no les importaban esas cosas, igual el hermano de Allen... porque aún no sabían donde estaban. - Hmmm... pensaba mientras fumaba ... Si tienen a los oficiales en esas celdas tienen que tienerrrr otrrrras celdas. decía con razón el enano Igual esas celdas están porrr aquí también... Sabes? dijo incitando a pelo-nieve y a colmillo a dar una vuelta.

El grupo parecía que por fin se ponía manos a la obra siguiendo un plan establecido después de que Losse y Kormack, sí, Kormack abortasen una pequeña incursión a los pasillos del piso superior mostrando algo de lucidez.

Por una parte Zanc abandonó el grupo con un claro objetivo, sabotear el Skirgarden como si de un accidente se tratase. Morwing le entregó una de las pócimas de respiración acuática halladas en el Hijo de Turan que a buen seguro le sería muy útil al gnomo. – Aquí tienes Zanc, buena suerte…, se despidió justo antes de que el enérgico gnomo volviese siguiendo los pasos que habían traído al grupo hasta el almacén e iniciara así su particular misión.

Por otro lado Losse quedó vigilante del pasillo al otro lado del portón. Cada pocos minutos el elfo lunar comprobaba que todo estaba en orden y que ni los prisioneros ni ellos mismos corrían peligro alguno.

El resto de los aventureros descansaban lo más plácidamente que podían a excepción del hechicero que, a votación popular, tuvo que hacer uso nuevamente de su fiel amigo Bagul:

MORWING: Vamos Bagul, necesitamos que vuelvas a subir allí arriba y me tengas informado de lo que vaya ocurriendo…
BAGUL: ¡Croac!, pero amo, ahora… ahora… estaba durmiendo…
MORWING: Pues hay moverse, perezoso
BAGUL: Es que… ¡Croac!, está lleno de sangre y huele mal, no me gusta estar ahí… ¡Croac, croac!, y es que… tengo, tengo un mal presentimiento…
MORWING: BAAAAAAAGUUUUUUL…. ¡¡¡No empecemos eh…!!! 
BAGUL: Va..va…vale vale amo, ¡Croac!, subiré de nuevo…

El pequeño sapo subió de nuevo a regañadientes por el conducto que conectaba con las celdas y se mantuvo oculto escuchando y observando todo lo que allí ocurría.

La conversación entre dos de los presos en la que destacaban que Todler desconocía que Hasler era el capitán del Trueno del Mar, llamó la atención de Morwing ya que Hasler afirmó con seguridad en una ocasión que ambos se conocían sobradamente… - Que extraño…, quedó pensativo el hechicero cuando ya iba de regreso junto a sus compañeros.

Estaba compartiendo ese extraño detalle con el resto, cuando Losse bajó acelerado las escaleras anunciando que había llegado la hora en la que los prisioneros del Hijo de Truran serían trasladados… - Es la hora…, comentó el hechicero. Si el plan pasaba por liberar a la tripulación de Hasler, este era el momento de actuar… 

Con paso presuroso Zanc había dejado atrás a sus compañeros como tantas otras veces. Recorrió de vuelta hasta la explanada donde habían desembarcado minutos antes y observó el panorama que ante él acontecía. 

El Hijo de Thuran continuaba iluminando la parte oeste de la Boca de la Sirena con las llamas que lo recorrían. Éstas habían llegado hasta el velamen y ahora el barco podía decirse que se había convertido en una auténtica bola de fuego. El gnomo distinguía incluso a los hombres corriendo de un lado a otro del muelle intentando apagarlo antes de que se extendiese a otros barcos o a algún tejado de las precarias construcciones. A parte de ello, el número de barcas que recorrían la bahía se había visto incrementado enormemente. Tanto pequeñas barcazas a remos como algunas goletas surcaban las negras y tranquilas aguas de un lado a otro como abejas merodeando alrededor de un panal. Todo ello, sumado a las voces de los piratas que recorrían el puerto indicaba que la búsqueda de los aventureros se había intensificado y que Todler se había puesto manos a la obra para solucionar el problema de una vez por todas.

Zanc, permaneció un rato prudencial pegado a la pared más septentrional aguardando el mejor momento para lanzarse al agua. Cuando esto por fin sucedió el gnomo ingirió la poción y se zambullo en busca del Skirganden. Descubrir su pequeña cabeza sobresaliendo del agua en un lugar tan oscuro como aquel era prácticamente imposible y mucho más aún si tenemos en cuenta que al menor indicio de peligro el bribón se sumergía en las profundidades y continuaba avanzando sin ser molestado gracias al efecto de la poción mágica. 

La oscura silueta del enorme barco apareció sobre el gnomo y a continuación la rectangular forma de los muelles. Se hallaba debajo del Skirganden y una vez allí el timón estaba a su alcance. Era una pieza enorme, varias veces mayor que Zanc, pero con habilidad y paciencia conseguiría hacer algo que pudiese retrasarlo. 

Las frías y oscuras aguas servían de cobijo al Gnomo, quien se movía pausadamente hacia su objetivo, el caos que se había generado tras su incursión en el Hijo de Thuran, provocaron que se dibujara en su rostro una sonrisa, ciertamente disfrutaba con todo aquello, ya tendría tiempo de contarlo después en alguna taberna de Athkatla, cuando su misión haya finalizado con éxito. Finalmente la enorme sombra del Skirgarden apareció y sobre su cabeza pudo contemplarlo, moviendo sus piernas con rapidez nadó hasta el enorme timón y se puso manos a la obra hasta que por fin creyó dejar obsoleto el mecanismo que le permitía virar a la imponente embarcación. -Ygrrhhaaa Egrrhhssta Hegrhhhchhgrro- Le transimitió en un susurro a Ogna, quien claramente se percató de que el Gnomo estaba bajo el agua.

Ahora debería iniciar a hacer el reconocimiento, bajo el agua sus manos se apoyaban en el navío a medida que comenzaba su ascenso, sin embargo la visión de un bote de remos aproximándose lo hizo detenerse, aguardó unos momentos mientras observaba que hacían, cuando se cercioró de que aquel bote no se movería mas, se acercó hasta el y asomo su cabeza pegado a la madera, lo suficiente para que sus oídos alcanzaran a escuchar algo.

Ygrrhhaaa Egrrhhssta Hegrhhhchhgrro- Le transmitió en un susurro a Ogna, quien claramente se percató de que el Gnomo estaba bajo el agua.

Ya estamos aquí. - Saludó alguien en la cubierta de la ligera goleta. ¿Qué es lo que tenemos que transportar? - Preguntó con inocente curiosidad.

Ya era hora, os lo habéis tomado con calma. - Contestó otro hombre desde el muelle soltando un pesado fardo al suelo. Aunque Zanc no podía verlos sí que podía escuchar claramente su conversación como si se encontrase a de pie junto a ellos. Esta vez no es qué...es quién. Bueno, mejor dicho quienes. - Añadió finalizando con una risa pícara.

¿Qué estás diciendo? - Preguntó el primer hombre a la vez que saltaba al muelle.

Lo que oyes. Todler dice que tenéis que llevar a los que tenemos aquí encerrados y a otros tantos más que están dentro. - Dijo refiriéndose al edificio. Serán unos setenta más o menos...

¿SETENTA?  - Gritó alarmado quien había llegado con el barco. ¿Quieres meter a setenta cabrones aquí dentro? ¿Es que han perdido la cabeza? ¿Cómo coño queréis que meta a setenta personas ahí dentro? ¡Ni setenta medianos cabrían bien ahí! No tengo jaulas para tanta gente.

No es asunto mío amigo...entra dentro y habla con Raphenos, a mi no me calentéis la cabeza. - Se excusó el pirata mientras cargaba el pesado fardo otra vez sobre sus hombros. Cuando te mande de vuelta hasta aquí de una patada en el culo, cargaremos a los marineros.

Ya lo creo que voy a ir a hablar con él. - Replicó enfadado el pirata encargado del barco para acto seguido dirigirse hacia el edificio con amplias zancadas. El ruido de sus pasos se alejó por el muelle sin embargo el gnomo aún podía escuchar al resto de piratas transportando mercancías al Trueno del Mar. Además de ellos los pasos dentro de la embarcación que tenía encima le indicaban que al menos tres hombres más paseaban dentro del estrecho barco.

Los sobresaltos llegaron unos detrás de otros. Primero Losse diciendo que venían a por los esclavos. 

- Quizás no vayan a matarlos sino a llevarlos a alguna otra parte de la isla.- Eso les daba más margen de maniobra. Si la tripulación del Trueno del Mar eran llevados a otra parte de la isla, como esclavos, no morirían y podrían centrarse en otra cosa. Ya serían rescatados un poco más adelante, como Mieleri.- ¿Qué opináis? Si necesitamos a la tripulación será el momento de actuar. Si lo que vamos a hacer es meternos de polizones deberíamos esperar más. De todas formas creo que esa goleta será para la tripulación que aún permanece en el Trueno del Mar. Creo que los oficiales correrán otra suerte.- No creía que Todler fuera tan tonto como para dejar vivo a Hasler y a los oficiales. Estaba convencida de que la suerte que iban a correr los de las celdas era la muerte.-  ¿Y si nos escurrimos hasta las celdas para pasarles algunas armas? Dagas aunque sea.- Frunció el ceño puesto que Zanc hubiera sido el más adecuado para hacer todo aquello, sobre todo en lo que concernía a complicadas cerraduras y ataduras varias. Fue entonces cuando dio otro respingo, al igual que hacía cuando Vishna entraba en su mente.- Parece que Zanc lo ha conseguido. O eso he entendido. El tonto de él habla bajo el agua y no le entiendo.¡No soy una sirena!-Por guapa que fuera y por bien que cantara aún no tenía aletas por piernas. Se retiró un poco e hizo un extraño gesto con la mano.- ¿Lo has conseguido? Haz ruido tres veces si es que sí. No te comprendo muy bien bajo el agua amigo.

¿Lo has conseguido? Haz ruido tres veces si es que sí. No te comprendo muy bien bajo el agua amigo.