Partida Rol por web

Crónicas de Á: Tomo 0 - El Amanecer -

Tercera Edad

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19/10/2010, 13:59
Elocc`iso

Tres Nayas, llegaron a las puertas de Enth´ale, alli una de las hembras Tvus, les esperaba. Junto a ella les condujo a una sala donde poder hablar con tranquilidad.

Una vez en ella, los Nayas le pidieron asilo, andaban perdidos, sin un hogar, sin un lugar donde quedarse y vivir en paz y armonia. La mujer del concilio acepto, aunque les impuso ciertas limitaciones, pues la megapolis de los Tvus, tambien guardaban secretos que no podian ser revelados, menos a unos cuantos, ademas tambien estaban los lugares sagrados donde los invitados no tenian paso.

Durante su estancia, los Nayas, aprendieron mucho de los Tvus y con ellos lograron encontrar la paz en sus almas. Y asi pasaron algunas decadas.

Pero llego el dia que Él convoco a los Nayas a traves de los sueños y estos partieron, despues de haber trabado una amistad con el pueblo de Knhoss.

Solne recorría los pasillos de la sala del Concilio, meditando acerca de la pronta marcha de los nayas. Había aprendido a apreciarlos el tiempo que habían permanecido en Naghaurn, incluso comprendía parte del dolor que llevaban dentro. Pero antes de que se marcharan, necesitaba hablar con ellos una vez más.

Las cosas no iban tan bien como parecían. Luego del ataque de los esqueletos, parte del pueblo pedía más poder militar y el deseo de venganza latía en sus corazones. A pesar de la aplastante victoria, se estaba instalando el miedo en los tvus. Tres veces habían sido víctimas de ataques sin sentido, sin ningún tipo de provocación. Tres veces habían sobrevivido, cada vez mejor que la anterior, pero eso no bastaba.

El pueblo se preguntaba ¿y si vuelven los esqueletos? ¿y si el gran dragón de la grieta decide romper su pacto? ¿si nuevamente aparece algún sirénido dispuesto a acabar con ellos?

El Concilio llamaba a la paz y al razonamiento. Pero los habitantes de la gran Skraag hacían oídos sordos. El pueblo quería sangre.

Solne no estaba de acuerdo con aumentar el poder militar. Así estaban bien, los ejércitos habían demostrado ser sólidos. Pero algo debía hacerse para evitar volver a ser el blanco perfecto para una nueva destrucción.

Debo alcanzar a los nayas antes de que partan... ellos podrán ayudarme

................

 

En algún lugar un grupo de Nayas, perdidos a los ojos del mundo, proseguían su vida sin prestarle atención a los acontecimientos que azotaban al mundo y sin que el mundo se fijara en ellos. Hasta que un día, alguien se fijo en ellos, el Dios muerto y para servirse de su talento los hizo llamar. Movidos por su llamada, cinco Nayas, comenzaron a caminar olvidando todo cuanto tenían a su alrededor. Cuando sentían sueño,descansaban y con el hambre, cazaban. Nadie en el mundo sabe cuanto tiempo estuvieron buscando la respuesta a aquella llamada, deambularon durante meses por el continente, tratando de encontrar la procedencia de aquella voz. Fue entonces donde encontraron aquel extraño lugar, escondido a los eruditos de cualquier raza. Solo uno, solo Yoonel sabía donde se encontraban y lo cruzaron y el Dios muerto los esperaba al otro lado, con un mandato para ellos...

 

Al otro lado del Portal se encontraron a cientos de esqueletos rodeandoles con sus armas. Asustados, y con la voz que les guiaba mas fuerte que nunca, los Nayas siguieron al líder aparente por las tortuosas calles de la Necropolis.

Después de andar durante un tiempo llegaron a un inmenso palacio custodiados por incontables guardias, que les guiaron por escaleras y pasajes que parecían hechos por el mas grande de los gigantes, hasta llegar a una monolítica puerta a través de la que se escuchaba la voz.

-Pasad, mortales.- Retumbo la voz.

En una gran sala en lo alto de su palacio se encontraba Yoonel, que miro a los Nayas con interés.

-Os he estado esperando durante algún tiempo Nayas, tengo una misión para vosotros.- Dijo Yoonel mientras uno de sus sirvientes traía una extraña daga adornada.

-Estáis perdidos y desconcertados en este mundo, pero yo os ofrezco una alternativa. Aceptad mi misión, tomad esta daga y asesinad a mis enemigos, sed mis asesinos en las sombras, y yo os daré protección y significado.

El tiempo que pasaron en el palacio de Yoonel fue demasiado breve como para aprender nada acerca de los muertos. Una vez aceptada la mision el dios muerto, los despidio y los cuatro nayas abandonaron aquel lugar para no regresar nunca mas.

.............

El vidente, tuvo un sueño y comenzo los preparativos para el momento que le esperaba, dejo las cartas escritas y le dio instrucciones a sus ayudantes. Hablo en secreto con su maestro y partio en la noche escoltado por dos guerreros.

..........

Cuatro Nayas, penetraron en secreto en la tierra de los gigantes. La magia los camuflaba, asi su paso era mas rapido. Buscaron por la ciudad la figura de mayor importancia, el Rey. Una vez llegaron a su estancia, desenvainaron las espadas y siendo invisibles a los ojos de Albur le cortaron la cabeza mientras descansaba. No hubo batalla, no hubo gritos, ni amenazas. Solo cuatro sombras, una gran mancha de sangre que corria por la estancia y poco despues el fuego purificador que lo convertiria en ceniza para que Yoonel no lo pudiera levantar.
Cuando el incendio desperto al resto de los gigantes solo encontraron el cuerpo de su Rey ardiendo en cenizas. La cabeza habia desaparecido.

........

Él busco la ciudad de Vanderfran y guio alli a sus soldados que venian de las tierras de Yoonel. Una vez en sus cercanias Él los envolvio en su manto y burlando todas las leyes naturales los elevo ocultos a los ojos de sus guardias y los oculto en la ciudad flotante.
La ciudad desperto como todos los dias, sin saber la espina de veneno que se habia instalado en su interior. Los Nayas, valiendose del don de Él y la voluntad de Yoonel, encontraron el camino hasta llegar a la entrada del consejo.
Se colaron en su interior y cuando los Vander los vieron alli, quisieron echarlos, el primero que hablo fue el primero en caer de un virote de ballesta insuflada por la energia de Él. Dos mas intentaron huir viendo venir su destino. Cayeron bajo la daga de hueso.
El resto quedo atemorizado, no eran guerreros, eran lideres, arquitectos, maestros de tal magna obra que era la ciudad voladora. No hubo perdon para ninguno. Todos cayeron muertos por la daga de Yoonel y aquel que intentara huir era flecheado.
Alli se quedaron todos muertos, ardiendo por el fuego purificador en la sala sagrada, y en el centro de ella, la estrella de Yoonel y la daga de hueso.
Los cuatro Nayas, huyeron en silencio, saltando al vacio cuando alcanzaron el limite de la ciudad para ser recogidos por Él y depositados sanos y salvo en la tierra, donde volvieron a partir para encontrar su hogar.

.............

En la llanura de las almas, un Naya se habia escurrido y ocultado con la voluntad de Él de los ojos de Yoonel. Cuando este despidio a su grupo de secuaces y hubo vuelto a sus tareas, el Naya, busco al mas antiguo de los seres de Albur, el lider de los esqueletos. Encontrarlo fue mas sencillo que entrar y acabar con el, fue mas dificil que entrar.
Como acabar con un ser que ya estaba muerto? purificandolo, fue por ello que Él creo el fuego de la purificacion, un liquido que requeria el calor de una estrella para crearlo, pero que era capaz de terminar con la vida de cualquier ser. Claro que su elaboracion era muy extraña y complicada y solo se usaba en muy pocas ocasiones.

El esqueleto los vio llegar, y es que la magia los mantenia ocultos a los ojos de Albur, pero este ser no tenia ojos y las leyes de Albur no se manifestaban aqui de la misma manera.
La batalla del Naya contra el esqueleto fue larga y cansada, al menos para el humano, los seis brazos hacian que su ataque fuera imparable y solo le quedaba rodar y huir constantemente.
El final llego cuando el Naya, astutamente utilizo el truco de la duplicidad y creo una segunda imagen suya, confundiendo al esqueleto al ver como dos nayas corrian a su alrededor. El esqueleto persiguio a la ilusion y el naya salto sobre su espalda, le vertio todo el liquido y salto lanzando una bola de fuego que lo consumio entero.
Sobre el suelo, el naya grito - ¡¡YOOOOOOOONEL!! - tratando de llamar su antencion - POR ¡¡LA MUERTE DE NUESTROS HIJOS!! - la voz estaba duplicada, la de una mujer y la de un hombre. Voces que le eran familiares y enseguida las reconocio como la voz de Knhoss y la de Él y a la espalda del naya crecio unas alas como las de los Tvus y el Naya huyo del lugar.

Notas de juego

Catastrofe acabar con los 8 (5 puntos Él + 5 puntos Yoonel)
Catastrofe acabar con el Rey Gigante (10 puntos Él)
Catastrofe acabar con el primero Akhors (5 puntos Él + 5 puntos Knhoss)

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19/10/2010, 15:02
Jeldhor, el errante

Pasada la larga noche de las grandes familias de Vandrerfán fueron elegidos nuevos miembros para los 8

Notas de juego

8pp crear avatar, los 8

2pp comandar avatar Los ocho y Eutharkos, 2 ejercitos

 

si lo se, pero no tengo tiempo, hacer las catastrofes antes, si tengo tiempo y ganas editare algo por la noche

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19/10/2010, 15:06
Elocc`iso

Notas de juego

Lo siento, lo hice cuando cerre los tratos, ni antes, ni despues xD.

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19/10/2010, 15:31
Aildor

Campamento de los Har-Ail

Al despuntar el alba todos los hermanos se hallaban despiertos, junto a los restos de la hoguera. Se encontraban todos reunidos, rodeando al que había sido su líder durante tanto tiempo. Mirlat había reunido lo que quedaba de los magníficos Har-Ail para brindar a sus hermanos una luz esperanzadora. Un nuevo comienzo.

- Hermanos Har-Ail, llevamos mucho tiempo perdidos, desorientados, sin poder hacer nada más que tratar de sobrevivir. Pero eso se ha terminado ya – dijo tajantemente. Miró a todos los hermanos que se habían congregado, adultos, ancianos, incluso las más pequeñas crías – La pasada noche tuve una visión, hermanos. Una estrella en el infinito cielo se tiñó de carmesí. Una estrella de esperanza, que nos debe guiar. Nuestro nuevo padre se puso en contacto conmigo, Aildor quiere que resurjamos de las cenizas para devolverle la justicia a este mundo.

Muchos de los allí congregados alzaron sus voces, quejándose. ¿Dónde había estado su padre todo este tiempo? ¿Por qué debían ahora hacer caso a los dioses que los habían abandonado? Mirlat permaneció en silencio mientras los abucheos duraron. Pasados unos segundos alzó la voz de nuevo.

- Tranquilos, hermanos. Podéis, si queréis, no escuchar mis palabras. Pero yo alzaré mi voz para todos aquellos que sí que quieran escucharme. Puede que no confiéis aún en nuestro padre, ¿pero qué hay de mí? ¿No he sufrido con vosotros todo este tiempo? ¿No luché junto a todos nuestros camaradas en la batalla en la que nuestra ciudad cayó? ¿No he vivido este difícil periodo de la misma manera que lo habéis hecho vosotros? Siempre he estado a la disposición del pueblo de los Har-Ail, transmitiendo la voluntad de los dioses. Y, en su ausencia, guiando a mis hermanos lo mejor que he podido – hizo una pausa, mirando a sus hermanos a los ojos -. Por eso os pido que, no confiéis en los dioses si no os veis con corazón de hacerlo. Pero, por favor, confiad en mí.

Mirlat volvió a callar, pero esta vez sus hermanos no dijeron nada. Permanecían también en silencio, atento a lo que tenía que decir. Puede que muchos no confiaran ya en la guía de los dioses, pero sin duda sabían que Mirlat era alguien de confianza. Pero si transmitía el mensaje de los dioses, ¿podían confiar en él realmente? Le otorgaron el beneficio de la duda, y dejaron que se explicase.

- Como os he dicho, una estrella carmesí brilla en el cielo. Es nuestra guía, hermanos. Nos pide que viajemos al sur. Este lugar en el que tanto hemos sufrido es y seguirá siendo siempre una dolorosa herida abierta, pero con el tiempo construiremos un nuevo hogar para todos nosotros, para los nuevos Har-Ail que poblarán Albur en un futuro. Hermanos, Aildor nos pide que viajemos al sur, que encontremos un nuevo hogar en el que levantar nuestro estandarte. Pero aquí no acabará nuestra misión, porque de ahora en adelante nuestro hogar estará allí donde la justicia sea requerida. Viajaremos por el mundo y propagaremos la palabra de la justicia, nuestro sagrado código. Daremos justicia a este mundo que ha sido corrompido, ayudaremos al débil, y juzgaremos al injusto.

Mirlat comenzó a caminar entonces hacia el sur, sus hermanos iban apartándose, dejándole pasar. La llanura se extendía hasta las grandes paredes de piedra, y sólo seguía en ese punto en que la Balanza permitía el paso.

- Construiremos nuestro templo de la justicia, un lugar donde reunirnos, un lugar donde podremos refugiarnos, un hogar para los viajeros justos, y una escuela donde aprender el  verdadero significado de la justicia. Aquí comienza nuestro viaje, hermanos – se giró hacia los Har-Ail, que lo miraban esperanzados -. Aquí comienza nuestro resurgir.

 

Desierto de Thir

El viaje de los Har-Ail era un viaje largo, y duro. No había costado demasiado salir de la Balanza. Habían recogido sus pocas pertenencias y todas sus provisiones para comenzar un viaje que marcaría un antes y un después en la historia de la justa raza. Antes de salir de la zona de la cordillera rindieron homenaje a la Piedra de la Verdad, que Aildor había traído de los cielos para llenar de verdad el dominio de los Har-Ail. Recordaron con nostalgia su antigua ciudad, pero ahora debían mirar hacia el futuro. El cambio era bueno, el cambio era necesario.

El desierto de Thir fue la etapa más dura de todas. Tras cruzar la tierra desnuda, carente de más vida que algunos arbustos y hierbajos, se internaron en el gran desierto. La travesía fue complicada, muchos hermanos perdieron la vida entonces. Algunos Har-Ail se rindieron, y volvieron atrás. Otros se dejaron caer, sin fuerzas. El agua se acabó a los pocos días, cosa que mermó la voluntad de los viajeros.

Mirlat, que encabezaba la enorme caravana, no se quiso dar por vencido. Aildor le había contado que el viaje sería duro, que muchos no llegarían. Le advirtió de que la suya era una complicada hazaña. Pero Mirlat no quiso darse por vencido, confiaba plenamente en las palabras de su padre. Sabía que aquellos que demostrasen una inquebrantable voluntad y la resistencia necesaria obtendrían la recompensa que entrañaba el viaje. Un nuevo comienzo. Así pues, animó a todos sus hermanos a continuar. Les alentó, les dio fuerzas para seguir. Les recordó que la suya era la raza justa, y que su voluntad debía ser de hierro. Los Har-Ail comprendieron que si querían un hogar no podían rendirse. Y tras completar la travesía, los Har-Ail se habrían fortalecido. Ya no se darían por vencidos ante nada.

Los que habían seguido junto a Mirlat encontraron el Oasis de Él en poco tiempo. Un lugar lleno de vida en medio del desierto, un lugar donde reponer fuerzas para continuar. Aildor sabía lo que se encontrarían sus hijos en su travesía, y sabía también que aquellos que de verdad confiasen en él encontrarían el oasis en su camino hacia el sur. Pero no se detuvieron los Har-Ail, no quisieron darse tiempo para acomodarse en el oasis. Se aprovisionaron de alimento y agua, y siguieron hacia el sur, en dirección a las montañas.

Pronto alcanzaron la última prueba que los separaba de su destino.

 

Picos de la Esperanza

Así los llamaron los Har-Ail al darse cuenta de que su nombre no figuraba en ningún mapa. Así los bautizaron, pues entre esos picos alzarían su templo.

Algunos se mostraron confusos, ¿cómo iban a sobrevivir en las montañas? ¿Cómo se comunicaría el recóndito templo con el exterior? Se mostraron dudosos, pero habían seguido a Mirlat hasta ese punto. El viaje los había hecho fuertes, había puesto a prueba su voluntad. Sabían que podían confiar en la guía del antiguo representante de los dioses. Escalaron las montañas y buscaron un lugar propicio para comenzar de nuevo.

Duró largas semanas el viaje entre las montañas. Los Har-Ail treparon por las montañas, en busca de refugio y alimento. Algunos cayeron al vacío, otros se vieron llevados al límite de sus fuerzas. Algunos Har-Ail habían abandonado la travesía al cruzar el desierto, pero en la montaña sólo la abandonaron aquellos que acabaron viéndose privados de sus fuerzas. Mirlat animó a sus compañeros cada vez que caían, cada vez que dudaban, cada vez que se detenían a descansar. Su destino estaba cerca.

Finalmente llegaron al lugar idóneo, al que habían llegado sólo gracias a su inquebrantable voluntad. Un riachuelo fluía cerca de donde los Har-Ail habían decidido asentarse. Había agua y alimento, por fin tenían una base donde comenzar. Esta vez en las alturas, más cerca del estrellado cielo y de sus dioses.

De esta forma nació el Templo Oculto de Alharei, el hogar de la justa raza. Hogar, refugio, escuela, y palacio de la justicia. Una gran estructura, abrigada por la protección de la montaña. En un lugar difícilmente accesible, donde sólo aquellos que demostraran la verdadera voluntad para no darse nunca por vencido alcanzarían el templo. Una voluntad digna del viaje de los Har-Ail.

 

Así comenzó el resurgir de la justicia. Pronto los caballeros de la Orden del Grifo comenzaron a sobrevolar los cielos, repartiendo justicia allí a donde iban, y volviendo más tarde a su hogar. O incluso asentándose allí donde habían enseñado a sus gentes el significado del Equilibrio.

Notas de juego

1pp Comandar Avatar: Mirlat funda la ciudad "Templo Oculto de Alharei" en las coordenadas x:24 y:32

5pp Avanzar ciudad (Templo Oculto de Alharei): Difícil acceso, Defensa +1"Un templo situado entre las montañas. Un lugar donde sólo aquellos que demuestren una gran voluntad podrán llegar."

1pp Comandar Avatar: "El viaje de Mirlat" intento de avance para los Har-Ail; Voluntad de Hierro, Defensa +1 "Algunos Har-Ail abandonaron el viaje cuando la situación se tornó difícil. Aquellos que continuaron hasta el final se fortalecieron. Los Har-Ail nunca se rendirán por difícil que sea la situación, seguirían siempre luchando hasta el final."

 

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19/10/2010, 16:15
Yoonel, el Nacido Muerto

Cuando Arkhos murió, Yoonel lo sintió en su ser. Irritado ante estos acontecimientos, salio veloz detrás del extraño asesino de su Avatar hasta cazarlo y, después de rasgarle las alas, lo lanzo a la tierra.

-Pocos serían tan estúpidos para cometer tal afrenta hacía mi mortal, y por eso pagaras.- Dijo Yoonel.- Y aunque tu acción a sido, en el fin, inútil, la muerte seria un castigo demasiado piadoso para ti.

Al mismo tiempo que Yoonel pronunciaba estas palabras, las arenas sobre las que se encontraba el Naya empezaron a cubrirle poco a poco, hasta que se enterró completamente por ellas.

-No, mortal. Tu destino sera servirme para siempre como un mero esclavo, incapaz de desobedecer mis ordenes ni deseoso de hacerlo. Ademas, lo cierto es que mis ejércitos necesitan a un comandante y a sido muy amable de ti ofrecerte.

Riendose, Yoonel se alejo de vuelta a su morada dejando solo al Naya, poco a poco transformandose en lo mismo que odiaba con todo su ser.

Notas de juego

(8) Creo al Avatar Lorath.

Saludad a mi amigo:

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19/10/2010, 16:48
Luciel

 

Los elementales largo tiempo abandonados y solos, encontraron en los tvus una agradable compañía. Comenzaron a confiar en ello investigaban, comían y dormían con ellos en convivencia.

Sabían que en realidad no eran tan diferentes unos de los otros y tenían mucho que aprender unos de otros…

 

 

Nuevos nayas a los que los seguidores de Luciel los nuevos Nayas odiaban llegaron y  las puertas se les fueron cerradas y negadas, no quería Luciel una guerra civil en sus tierras.

 

Los nayas entregados a Luciel fueron llevados a una nueva ciudad llamada Nuevo amanecer el cual fue construido cerca de ciudades de khnoss.

Pero estos no eran como los elementales a pesar de ello aquellas tierras les fueron entregadas, y desde las tierras vecinas elementales fueron vigilados.No se les permitia la entrada en las ciudades elementales .

Pero su Dios tenia otros planes para ellos.Ambas razas convivirían separadas pero hermanas.

Notas de juego

Mantengo alianza con los tvus 3pp

comandar raza Nayas-  3pp crear ciudad Nuevo amanecer-coordenadas 51/22

 

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20/10/2010, 04:08
Ghiskhaft

El suelo se agitaba... La vida en el interior de Skraag bullia...

Algo planeaban...
Se oian golpes, gritos, rugidos, dulces melodias...

Magrat y Nograt recorrieron las ciudades subterraneas de Skraag,
buscando en cada una de ellas a los mejores guerreros, tambien reuniendo
a los mejores artesanos, buscando como maximizar la eficiencia de sus
cuerpos...

Entre unos y otros, trabajaron duro, los cuerpos mejorados aun no daban
todo su potencial... Las articulaciones eran toscas, y no fueron si no los
restos del Fenix los que ayudaron a mejorar a los Sekaar...
Usando sus cenizas mezcladas con lava, las nuevas articulaciones eran de magma
fluido, permaneciendo siempre liquido, eterno como el ave de fuego...

Mas potentes, mas rapidos, mas maniobrables...

Pero hubo un artesano que quiso ir mas alla...
Y no solo realizo ese cambio en las articulaciones,
si no que creo Sekaar mas grandes y... Diferentes...
con casi el triple del tamaño de un individuo medio,
y 6 extremidades superiores, los delirios de aquel
artesano dieron su fruto, llevando el poder
de la roca a su maxima expresion...
 

Notas de juego

Comandar Avatares (2pp) 2 Intentos de avances:

Articulaciones de Magma: +1 Ataque

El tamaño importa: +1 Ataque.

Comandar Avatares (4pp) Crear 4 ejercitos (1 por ciudad)

Perdon por el cutrepost, pero en el ultimo momento he recibido unas gratas noticias que me han hecho replantearme mis acciones...

Mañana lo compenso con una historia de la Secta!! Capitulo especial ademas...

 

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20/10/2010, 19:04
Director
- Tiradas (1)

Tirada: 1d6
Motivo: Avance Alexandris?
Dificultad: 4+
Resultado: 1 (Fracaso)

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20/10/2010, 19:36
Director

Comienzo del Turno 23 24

Notas de juego

Pyaray, los Sirénidos deben decidir si destruir o anexar Askam.

Por favor, revisen el resumen para ver si encuentran omisiones, errores, etc. Gracias.

PD: Hoy obligo a potty a que me obligue a re-hacer el mapa.

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20/10/2010, 19:40
Yoonel, el Nacido Muerto
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 2d6
Motivo: Puntos de poder
Resultados: 4, 5

Notas de juego

(5) Comandar Avatar (Lorath) Crear 5 ejércitos.

Y así el ciclo comienza de nuevo... XD

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20/10/2010, 19:43
Ghiskhaft
Sólo para el director

Tenia 4pp, +2 gratis +2 +6= 14pp

- Tiradas (1)

Tirada: 2d6
Motivo: power!!
Resultados: 2, 6

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20/10/2010, 21:12
Aildor
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 2d6
Motivo: Poder
Resultados: 4, 5

Notas de juego

¡Tirada de poder! +9 a mi reserva! (Nada mal, voy a ponerme a planear)

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20/10/2010, 21:26
Elocc`iso
Sólo para el director

¡Guau! hacia tiempo que no tenia tiradas asi xD.

- Tiradas (1)

Tirada: 2d6
Motivo: cruzo los dedos y...
Resultados: 5, 6

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20/10/2010, 21:39
Pyaray, The Whisperer
Sólo para el director

+7 puntos de poder

- Tiradas (1)

Tirada: 2d6(+2)
Motivo: poder
Resultados: 2(+2)=4, 3(+2)=5

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20/10/2010, 22:12
Pyaray, The Whisperer

La ciudad de Askam luchó valiente, los dracos descendieron sobre los sirénidos, los hombres pez se arrojaron con una rabia sin sentido contra la ciudad, el bosque se ensombreció y las flechas ponzoñosas abatieron a muchos de los guerreros y sacerdotes de Pyaray, los sirénidos se estrellaban una y otra vez contra la magia duídrica y las armas de los Shenkem, aunque masivo y brutal fuera el ataque, parecía que la ciudad de Askam resistiría al enemigo... pero algo más estaba de su parte.... llegaron las brujas cantoras.

Las sirenas cabalgaban sobre los dragones marinos que planearon hasta el centro de la ciudad, exhalando sus vapores venenosos y haciendo que gritos de dolor hirviente poblaran el campo de batalla, los Shenkem abandonaron Askam, reconocieron la derrota a tiempo y perdieron por ello su única ciudad, Neltheros, la montaña viviente, quedó en el mismo lugar, impasible y durmiente.

El lugar en el bosque que una vez fuera cuna de la alquimia y veneración de la naturaleza se convirtió en un montón de ruinas, totalmente desierto,  aún flotaban los gases venenosos de los dragones marinos que allí atacaron, una huella de naturaleza marchita en medio del bosque, la huella de la destrucción.

Taramath habia resistido, pero ¿por cuanto tiempo podría aguantar la roca el incansable embite de las olas del mar?

Notas de juego

Destruyo Askam. Los ejércitos supervivientes vuelven a la ciudad sirénida

6pp Mantengo Alianza entre dragones y sirénidos: Alianza Forjada

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21/10/2010, 02:14
Ghiskhaft

La Secta del Ala Negra estuvo callada largo tiempo...
Pero eso no significaba que hubieran estado cruzados de brazos...

Cayo la noche, y en el mercado las antorchas jugaban a crear sombras
fantasmagoricas... Pero no todo eran quimeras...
Entre las lonas de los tenderetes, el brillo de unos ojos delataron su
presencia, si es que alguien quedaba en las inmediaciones para verla...
La joven Ikarhis avanzaba con paso firme por el intrincado laberinto que
eran las calles del mercado de Naghaurn...

Al otro lado de la calle, una sombra envuelta en una tunica azabache
aguardaba... Recelosas sus manos juntas frente a el, ocultaban algo.
De eso no habia duda...

Ikarhis Habia sido citado alli con un tal Em'wor, su contacto... Uno de
los Tvus mas ancianos, participe del consejo que debatio sobre el Velo que
cubrio Albur...

-Hija mia... Dijo el anciano a Ikarhis... Bien sabes que no me queda
mucho tiempo... He de darte algo antes de que tenga que irme...

-No digais tales palabras!!

Ikarhis levanto la voz, manteniendo la cabeza agachada...

-Silencio jovencita, no deben saber que estamos aqui... Prosigio...
Es el ciclo de la vida, lo importante es hacer lo que uno cree correcto...

Despues extendio sus manos, para darle a la joven de la Secta lo que
guardaba...

-En fin... Debes llevarte esto, aqui no traeria mas que problemas, pues a
pesar de todo, la inmortalidad no es tan bella como la pintan...

Em'wor le entrego lo que parecia una moneda, grande y pesada, formada
por dos partes, la interior, roja, era casi todo el peso del doblon,
mientras que el aro exterior, era liviano...

Junto a la moneda, adjunto un pequeño pergamino, y cuando Ikarhis fue a
leerlo, el anciano la detuvo...

-No, aqui no, debes viajar al lugar donde los Nayas vivian, a aquellos
lugares destruidos por los esqueletos... Alli hayaras la respuesta...

Tras toser, y mirar alrededor, el anciano se dio la vuelta y desaparecio
sin dejar rastro...

[...]

Ikarhis partio rapidamente del lugar, algun secreto debian ocultar las
palabras del pergamino, ahora debia llegar pronto a su destino. Lamkio.

En su mente tenia clara la manera mas rapida de llegar... Los Portales...
Se dirigio a los tuneles de Tag-Niandar, esquivando habilmente a los
guardias, cargando con aquella moneda, sin saber muy bien porque...
Rapidamente llego al portal de Skraag, y tras cerciorarse de que estaba
sola, entro en el...

Al salir, algo confusa y desorientada, se encontro con que habia llegado
cerca de las montañas que protegieron Ovidia en su dia. Desde alli veia la
ciudad portuaria, y tras recobrar la vision y el equilibrio, se dirigio alli
sin demora...

Los Nayas fueron exterminados, en sus ciudades solo habia escombros de
lo que fueron grandes y prosperas urbes...

Ikarhis llego a la ciudad, las casas estaban destruidas, pocos eran los
barcos que se mantenian a flote. Solo entonces desdoblo el pergamino...

Parecia una pagina de un diario, sus letras tenian trazos finos,
rectilineos, angulosos, comenzo a leerlo...

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"Dia 16: A lo lejos se distingue, malamente, la pequeña isla envuelta en
una densa bruma que contaba la leyenda, al anochecer llegaremos...
Existira un tesoro de tal calibre en Albur? Pronto lo descubrire..."


"Dia 17: Si era cierto!!! Coronas, baculos, cetros, broches, hebillas...
Innumerables objetos valiosos... Pero aquel baul lleno de esas extrañas
monedas debe tener un valor incalculable, incluso mayor que todo lo
demas... En Lamkia lo sabremos con certeza..."


"Dia 18: Aunque sufrimos varias bajas, la recompensa era mas que
abundante como para superar dicha tragedia y aun asi... La tripulacion
tiene los animos bajo minimos, y algunos miembros han desaparecido."

"Dia 19: Apenas quedamos hombres para guiar el navio, pero no estamos
solos... Sus miradas se clavan en mi, como dagas al rojo... Pretenden
eliminarme y quedarselo todo? No, mis camaradas no harian eso...
No, nunca lo harian... No pueden hacerlo..."

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Que demonios significa esto?? Penso la joven Tvu...
Absorta en sus pensamientos, caminaba por las ruinas, cuando avisto un
barco, medio hundido, con signos de pelea en la cubierta, y la proa
encayada en el puerto... La curiosidad (Seguro que fue la curiosidad?)
pudo con ella, y con cuidado, subio al mismo...

Regueros de sangre bañaron la madera sobre la que sus pies caminaban...
Aquel barco pirata encontro algo que no debia...
En los camarotes, solo habia silencio, enseres rotos y...

Un poco mas adelante, una gran puerta daba paso a lo que parecian los aposentos del capitan...

Al cruzar el umbral, una voz, debil, pero amenazante, se pronuncio...

-Quien eres!! Has venido a por mi?? No podras matarme... No en mi
barco...

Ikarhis miro rapidamente al lugar de donde procedian esas palabras...
Tras una mesa, apoyado en la pared, un cuerpo cadaverico bajo un
sombrero de ala ancha seguia murmurando y blasfemando...
Su diestra apoyada sobre el pomo de la espada, vertical, clavada en el
suelo, su siniestra en un baul... Un baul... Enorme, se movia, y lo que
hubiera ahi dentro tintineaba como piezas de oro...

La hija de Khnoss se aproximo lentamente a la mesa, alcazando a ver el
interior del baul... Decenas... Cientos de monedas como la que cargaba
consigo, entre el rojo y el negro su parte interna, descansaban...

En la mesa, un pequeño cuaderno, parecido a su papel, estaba abierto,
una pagina habia sido arrancada... Alcanzo a leer algunas frases...

"Dia ... Los esqueletos ... ciudad... me rodearon ... Todo perdido...
tornarse ... negro... sobrevivi... esqueletos volvian ... monedas ... la
vida...

Entonces aquella criatura que un dia fue Naya, volvio a hablar...

-Tu!! No eres como ellos... Entonces tienes una!! Enseñamela... Quiero ver
su estado... Por favor...

Despues de unas pequeñas convulsiones, y de echar sangre por la boca,
prosiguio, dirigiendose a la Tvu...

-Siempre vuelven... Siempre...

Ikarhis, dubitativa, saco lentamente la moneda, mostrandola...

-Tu... Eres el capitan de este barco?? Pregunto...

-Mi nombre fue Jooph Lareign... Empezo a reirse a carcajadas...
-En su dia lo fui... Ahora... Ni soy capitan ni tengo... Barco...

-Debes entregarme esa moneda, para acabar con esto... El dolor es
insoportable, pero no logro morir... Al principio luche por sobrevivir,
despues, la muerte no llegaba tras mis suplicas...


Con gran esfuerzo, saco la espada del suelo...

-A cambio, te dare lo que me ha traido hasta aqui...

Alzo la espada, orientando la empuñadura hacia Ikarhis...

-Su filo ha cortado incontables no muertos...

Entre tanto, el Tvu dejo caer la moneda sobre el resto...
Viendo como su color cambiaba lentamente al negro, quedando como una
mas...

Mientras, el hilo de voz de Jooph se debilitaba mas aun si cabe...

-Este es... Realmente... Mi mayor... Tesor...

Ahi termino la frase... Y entonces, las monedas recobraron su color
rojizo...

Ikarhis blandio la espada, era ligera, brillante... Demasiado brillante...

De pronto, la madera empezo a crujir, pasos por doquier se oian...
Rapidamente salio de los camarotes...

Por el puerto llegaban esqueletos, abordando el barco, cada vez mas cerca
de besar el lecho marino... El peso era insoportable para tan añeja
construccion, por suerte, los Tvus podian volar, y logro evitar que los
esqueletos la atraparan en la cubierta del barco, que cedio y termino por
hundirse... El baul...

Al pisar el puerto, llevo el arma nueva al frente para protegerse, al verla,
los esqueletos gruñeron aterrorizados, huyedo un buen numero de ellos...
El arma brillaba con un fulgor blanquecino, guiando los movimientos de
Ikarhis, como si supiera donde atacar por si misma...

Sus mandobles eran una danza perfecta, en pocos minutos solo quedaba
ella en pie... Entonces la espada dejo de brillar...

Tras de si, los restos del navio zozobraban... Frente a ella, el largo
camino de regreso al portal...

Aquella hoja podria cambiar el destino de Albur en las manos adecuadas,
pero la lealtad de la joven a sus dioses no le permitia decidir sobre su
uso...

En lugar de eso, llevo la espada a la gruta donde depositaban todos los
bienes de la Secta, donde permaneceria oculta al mundo...

Notas de juego

Las monedas: El poseedor de una no morira (pero si sufrira daño, dolor y demas) mientras el color del centro sea rojo... (Cuando el portador debiera morir, el color ira cambiando de rojo a negro) Es como una "segunda vida"

Por eso el Capitan tenia la mano en el baul, para usarlas todas y resistir ante los esqueletos...

El baul cae al mar, pudiendo aparecer luego donde sea (ya sea el baul o alguna moneda)...

(Esto es en plan maldicion de piratas del caribe)

-----------------------------------------

La espada: Ante la presencia de no muertos, brilla, y tiene una especie de vida propia, ayudando al que la blande a usarla mas eficazmente...

(Como la Dardo de Frodo, pero con no muertos)

 

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21/10/2010, 14:55
Director

Notas de juego

Me corrijo: Este es el turno 24.
De acuerdo a las reglas, la mayoría de los Dioses podría pedir fin de la Tercera Edad ya. A partir del Turno 28 (inclusive), con que UN Dios lo pida se termina la Edad. Y como es la última, también significa el fin de la partida XD

Independientemente, crea que Á terminará la partida en un número primo ;)

Cargando editor
21/10/2010, 15:08
Ghiskhaft
Sólo para el director

Notas de juego

Un numero primo?? entonces aun queda un poco hasta el 29 (si no me equivoco)... No creo que en estos momentos nadie pida el fin de la partida :S

Cargando editor
21/10/2010, 14:59
Pyaray, The Whisperer

Taramath habia resistido, el mapa de Albur seguía contando con un punto de luz en este lado del mundo, los shenkem aún no eran los alquimistas vagabundos de piel púrpura en la que los sirénidos la tendrían que convertir. Taramath resistía, los años siguientes al ataque resultaron de pobreza, parece que Shenkis, diosa de la naturaleza habia olvidado a sus hijos, dándoles de comer a los hambrientos sirénidos.

La bruja que ideó el ataque a Askam cabalgó sobre el más grande de los dragones: Shad'daoum, era tan colosal, que por su nariz exalaba nubes de ácido que más tarde caían como lluvia de muerte. La ciudad de Taramath habia resistido el ataque, y con ello habia insultado la memoria reciente de la raza que dominaba el mar, no habría puertos seguros en Albur, no habría lugar sobre la tierra donde se pueda navegar tranquilo.

En Taramath proliferaba la mendicidad, los Silvhos y Shenkem añoraban a su diosa y pedían ayuda y protección, pero no hubo respuesta, no habia nadie que les escuchara, es entonces cuando se encomendaron al último dios al que querían llamar, los cantos de los Shenkem elevaron el nombre de Pyaray, pidieron misericordia, pidieron que esta fuera la última ciudad que les quedara, pidieron no ser expulsados a los caminos de Albur, unos caminos ahora inseguros por la constante guerra entre pueblos, un mundo hostil en el que sin duda hallarían la muerte.

Y Pyaray respondió, la sombra se cernió sobre los oradores, y bandadas de dragones cayeron sobre ellos, las primitivas barcazas de los Shenkem se vieron inundadas por escuadrones de escualos, y la ciudad portuaria no tenia ninguna oportunidad contra las Cantoras. Las sirenas se elevaban en torbellinos de agua en el puerto, llamando a los tentáculos del Kraken, unos tentáculos de agua tan negra como sus almas, tentáculos gigantescos que recorrían la ciudad como ríos imparables y se llevaban a sus habitantes al fondo del mar.

Esta vez no habría otra oportunidad para Taramath, los sirénidos volvían a la superficie de Albur

Notas de juego

2pp Crear Avatar temporal: Shad'daoum,   El ejército superviviente del ataque a Askam se lanza a por Taramath

Cargando editor
21/10/2010, 15:12
Pyaray, The Whisperer
Sólo para el director

+3 ataque+3 avatar+1 ejército=+7

Esta vez la ciudad será anexada, y los mejores alquimistas Shenkem serán esclavizados, los Silvhos expulsados y perseguidos

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10(+7)
Motivo: Ataque a Taramath
Resultado: 9(+7)=16