-Dejad los monoculos e id a otro pueblo a molestar y tomar vuestras substancias ilegales, antes de que nos mosqueemos y os volvamos la ropa lila con topos verdes... o tengamos que hacer algo peor...-
Paco se está empezando a cabrear, y sólo su promesa de no ser el primero en repartir lo retiene de empezar a soltar ostias ante el espectáculo que está ofreciendo el "macho alfa" de esos animalejos patéticos.
-Y ahora va y se caga el mono de mierda este y la puta madre que lo parió.- murmura el cocinero justo antes de que empiecen lso chillidos histéricos, los que hacen que inmediatamente coga el mango de sus cuchillos, aunque sin sacarlos de sus fundas.... aún.
- Anda, que ropas mas chulas. -
Digo fascinado por los cambios de color. Aunque el monolo no tarda en estropearla al cagarse encima.
- ¡Joder!... - exclamo apartando el aire de delante de mi nariz - lo que nos faltaba... -
Echar a los monóculos empezaba a parecer más fácil de lo que ya parecía de inicio... Aunque eso es lo que yo hago, hacer que la gente crea que es fácil vencerme para luego ganar todos sus leuros ¿que truco nos tienen preparado?... Miro a los lados con atención en busca de algo raro.
Te fijas alrededor vuestra. No hay nada que parezca amenazador, pero algo llama tu atención.
Uno de los monóculos está algo más alejado que los demás. Detrás de unos hierbajos os mira muy serio, tal vez esté tramando algo asi que decides observarlo con más esmero aún.
Tiene los pantalones a la altura de los tobillos y las piernas flexionadas dejando el culo en pompa. Un churro marrón empieza salir de su ano. Va deslizandose por el recto hasta llegar apaciblemente al suelo, donde se va posando con la forma de un McFlurry.
Realmente hay algo que huele mal en ese monóculo.
Esto es lo más extraño que ves a vuestro alrededor.
Cómo criaturas pacíficas, no suelen necesitar un líder fuerte y enérgico, y se está demostrando que Monolo está muy lejos de serlo.
Con temblores y llanto, Monolo se acerca la mano para quitarse el monóculo y dejarle en una piedra a su lado. Los demás a su alrededor no pueden estar más sorprendidos y se empiezan a escuchar algunos gritos de indignación entre el estupor inicial, incluso una piedra vuela hasta impactar en Monolo quien parece aceptarla resignado. El antes altivo semihibrido, ahora se ve como alguien destrozado y consciente de la deshonra que acaba de cometer.
Monolo da unos gruñidos bajos y algunos empiezan a desprenderse de sus monoculos con un sentimiento generalizado de tristeza. Otros, sin embargo se mantienen erguidos y no hacen el minimo gesto por quitarselo, algunos otros retroceden lentamente hacia los arboles.
Con todo el dolor de mi corazon les doy el monoculo para mantener mi vida...vosotros deberiais hacer lo mismo.
Las palabras de Monolo son escasas pero no pueden ser mas claras
Ernesto observa con sonrisa maliciosa como algunos híbridos comienzan a desprenderse de sus monóculos. Con la dudosa rapidez de una rata sale de detrás de sus compañeros y se abalanza para conseguir alguno de los monóculos.
Vamoz chicoz coged loz que podaiz. No lo tendremoz tan fácil.
Ernesto confiado coge algún monóculo inconsciente que si alguno de los híbridos se enfadase por el robo de objetos pudiese soltarle un guantazo que le durase el dolor dos semanas.
En cuanto Monolo se quita el monóculo, seguido por algunos de los otros monos, Paco saca un manojo de papeles del bolsillo y se pone a anotar alguna cosa en ellos con expresión oficial mientras se le puede oir diciendo:
-...claro del bosque.... fornicando....monóculos.....té prohibido... resistencia leve y casi nula....-
Entonces ve que algunos intentan retroceder y grita con voz potente y autoritaria:
-USTEDES!!! QUIETOS AHI!!!!- y dirigiéndose la grupo dice sin gritar pero en el mismo tono -Abascal, Kilder, poneros detrás y que no escapen.- y agrega por lo bajo a sus compañleros -No os preocupéis que son una banda de cagones, si hay problemas para eso estoy aqui... ahora id y dad el pego.-
Hago caso de lo que ha dicho Paco.
Cada vez estoy mas nervioso, en cualquier momento, voy a hacer un recuerdito para el picolo, o como mínimo voy a soltar un bofetón que me va a dejar la mano llena de pelos.
Tras ver la desagradable escena en los alrededores aparto la vista, estos monoculos son asquerosos...
- Venga, rapidito, que no tenemos todo el día -
Les apuro desde detrás de Paco.
- ¿Y con los que resisten que hacemos? -
Los cuento.
Vaya escena que me relatas jajaj
Aquellos que intentaban huir, al verse rodeados, empiezan a quitarse también los monóculos y dejarlos a su lado.
Casi todos están ahora llorando, excepto los que no se han movido ni un poco, que mantienen su gesto altivo y señorial. No parece que estos quieran desprenderse del objeto tan facilmente.
Tan solo resisten 5 de los veinte, 3 de ellos son ancianos (uno especialmente, ya que se nota que sin su bastón le costaría bastante andar) y otros dos se ven más jovenes y fuertotes.
Roland, tu buscabas algo raro XD
Desde mi posición, le chillo a los monos que no están cooperando:
-A ver, hominidos, los monóculos fuera, pero ya!
Motivo: intimiidar
Tirada: 1d8
Resultado: 5
Utilizo la habilidad de intimidar
William se dirige a Monolo.-Tus decisiones te honran. Ahora, ve, instálate en otro lugar y asegúrate de cumplir con todas las leyes.- Después anda a buen paso hacia los resistentes. -Venga, dejad esos monóculos en el suelo antes de que tengamos que haceros algo de lo que os podáis arrepentir.-
William se dirige a Monolo en tono solemne y después va hacia los resistentes. Con muy mala leche empieza a gruñir en su idioma para dar fuerza a los gestos de Kilder.
Es un día triste para los monóculos. Hasta el último de ellos deja su monóculo en el suelo. Una mezcla de ira, pena y miedo se nota en los cinco últimos que son los que más tardan en ponerlo.
Monolo se levanta con su ropa gris y su pantalón cagado y habla hacia los otros haciendo gestos con la mano para irse de aquel lugar.
Tranquilamente, sin querer dar problemas, todos marchan de allí, posiblemente a molestar a otro pueblo no muy lejano.
Si alguno quiere hacer algo antes de que se vayan, todavía puede hacerlo.
Si no quereis hacer nada, pues ahí teneis los 20 monóculos esperando que los recojais y volvais con Antonio Trastantino a recoger vuestra recompensa.
Me acerco a los monóculos para coger uno y probármelo, ya imitare a los híbridos comicamente cuando no me vean.
- Así me gusta, sin dar problemas - digo con unos movimientos con la mano, echándolos. - Lastima que no me dejen uno de esos trajes... -
Me giro hacia el grupo.
- ¿Así de fácil?... -
Agarro al último mono que se está marchando, y lo arrastro hasta donde están mis compañeros.
-¿Le cortamos la cabeza o le dejammos irse?
Motivo: levantar el mono en volandas
Tirada: 1d8
Resultado: 2
he tirado a pelo, pero tengo 6 en fuerza, y es otra de mis características naturales.
Ernesto corre como un loco a acumular todos los monóculos que puede. Una vez que ha conseguido todos los que puede, coge uno y comienza a examinarlo. Saca unas lentes y parece observarlo. Quizá tengan más precio en el mercado de lo que parece.
Para ello apoya los demás monóculos sobre una piedra y parece concentrarse en su trabajo.
Motivo: tasación
Tirada: 1d8
Resultado: 8(+6)=14
-Demasiado fácil, Roland. Demasiado fácil. Algo no me cuadra...- William empieza a examinar el entorno, entrecierra los ojos y se concentra. Busca el origen de la magia que hizo cambiar de color las ropas de Monolo. Se quita el collar que le pende del cuello y lo coge por la cadena, dejando que cuelgue sobre el suelo.
-Péndulo, pendulito, dime de donde ha salido esa magia.-
Motivo: Buscar origen de la magia
Tirada: 1d8
Resultado: 3(+7)=10
Examinas los monóculos de forma rápida y, según tus conocimientos, crees que no sería dificil colocar cada uno por unos 30 leuros. Eso sí, por los alrededores no hay muchos sitios donde podáis vender 20 monóculos. Además el metal con el que están hechos no tiene valor, por lo que ningún herrero ni joyero los querrá si no quiere monóculos especificamente.