Partida Rol por web

Erick ayudó con las tareas duras de montar el campamento. (si es que las hay xD) Luego se calló a esperar los turnos, ya que le daba igual estar primero tercero o en su caso, segundo. Iva a compartir la guardia con el clerigo, eso significaba demasiada palabrería que el fortachón no iva a entender. Sería una noche muuuy larga... Erick sorprendió al clérigo mirandole los pechos a Devi. - Jajaja, parece señorita. - Refiriendose a devi. - Que su delantera cada dia se gana mas adeptos. Jajajajaja.

Luego asintió a Arelix. - Bien descansemos pues, Si pasa algo no dudéis en despertarnos, a mi el primero. - Por su mente pasaron miles de posibilidades de monstruos que atacarían por la noche, y miles de maneras distintas de partilos en rbenaditas finas y equilibradas. Sonrió y se fué a su tienda. - Muy bien, descansemos, será lo mejor.

Estas solo junto a Nicholas haciendo la segunda guardia, todo el campamento esta en silencio pues el clerigo y tu no pareceis tener mucho de lo que hablar, cada cual observa por su lado y ambos os calentais a la llama del centro del mismo. Las noches son algo frias pero al menos no sopla el viento de mil demonios que esta por el dia.

De pronto te parece percibir movimiento en tu zona de vigilancia, algo se acerca lentamente hacia el campamento, quizas como si no quisiera ser descubierto.

Se detiene justo antes de entrar en la zona iluminada por el fuego, por la silueta dirias que es un hombre, pero al notar que le has visto se ha quedado completamente quieto mirando hacia donde estais tu y Nicholas.

Erick desenfunda el rifle y apunta a la figura con él. - ¡Alto, quien vá! - Digo con mi tono de voz normal, alertando aun que sea a el clérigo.

El grito de alerta del guardia imperial hace que rapidamente Nicholas mire tambien en la direccion en la que se encuentra la extraña figura.

Hasta ahora la guardia habia sido muy tranquila pero parecia que no seria tan facil. La figura claramente perteneciente a un hombre se habia detenido justo donde comenzaba la luz del fuego del campamento, por lo que sus rasgos asi como sus intenciones eran inescrutables.

Por el momento estaba completamente quieto y no parecia querer responder a Raven.

Un grito te despierta en mitad de la noche, es del soldado Raven.

-¡Alto, quien vá!

Raven se levanta dejando ver su gran silueta, y sin dejar de apuntar a la figura. - ¿Quien eres, que haces aqui? Si no vienes a hacer nada mas vale que te largues y no vuelvas... Estaré vigilando ¿entiendes? - Las intenciones de raven si que eran claras, si algo pasaba dispararía, y tenia bastantes ganas. Pero con sus compañeros durmiendo no quería despertarles, se merecían el descanso.

Con un siseo los sentidos del joven Quintos vuelven al 100% de funcionalidad... puesto que solo estaba en espera, en el equivalente de una humana "duermevela". Aguzó sus sentidos, intentando percibir lo que sucedía afuera, mientras a tientas busca su pistola laser.

No podía percibir nada, por lo que intentó asomarse al borde de la tienda... sus entrañas rechinaron levemente; Quintos se quedó completamente inmóvil, rezando al Omnissiah que no hayan reparado en él.

Al salir ves que tanto Nicholas como Raven estan mirando en una direccion en concreto en la cual se encuentra una figura humana esta justo en el linde donde la luz de las llamas alcanza por lo que no se distinguen sus rasgos. Pero esta completamente inmobil y el guardia imperial le apunta con su rifle laser.

Un sonido metalico os alerta un instante antes de que Quintos asome por su tienda de campaña. Al parecer el grito le ha despertado.

El tecnosacerdote observa al extraño individuo que se niega a hablar o moverse desde hace unos segundos.

Quintos se desliza fuera de la tienda, ante el sonido de la voz de Raven...

# Visitantes? pregunta con su antinatural voz. En la mano, firmemente apretada, lleva su pistola láser.

El extraño permanece inmobil en el borde del campamento, su silencio parece haberse apoderarse de todo pues el unico sonido que se escucha es el del crepitar del fuego y vuestra propia respiracion.

Raven apretó un poco mas el rifle contra su hombro. - ¡Identificate! - Joder si hubiera mas luz...

El sacerdote, que hasta entonces había estado contemplando al intruso en tenso silencio, no pudo contenerse más y se adelantó hacia él- ¡Aquellos que surgen de la oscuridad no pueden ser más que servidores del mal! -desenvainó su espada con furia, la brillante hoja siseando hambrienta contra el cuero de la vaina al ser liberada- ¡¿Que siniestros propósitos te han traido hasta aquí, ser despreciable?! ¿La rapiña? ¿El saqueo? ¡¿Acaso disfrutas arrebatándole a los inocentes muertos todo lo que tenían en vida?! ¿O pretendías hacer que nos reunieramos con los antiguos pobladores de estas tierras mientras dormíamos?

Sin pararse a pensar en nada más, el sacerdote agarró una tea de la hoguera con la mano libre y la blandió ante el desconocido para poder contemplar sus rasgos- ¡Vuelve a las sombras de las que provienes o yo mismo te desterraré de este mundo!

El hombre ni se inmuta ante las amenazas de Erick, ni ante el desenvainar de la espada del clerigo. Su comportamiento empieza a poneros algo tensos.

Nicholas furioso se acerca a por una tea de la hoguera pero segun se volvia acercar hacia el hombre este se desplomo hacia detras antes de que nuevamente la luz del fuego lo alcanzase.

Despertais sobresaltados en mitad de la noche unos gritos os hacen salir de vuestro sopor. Debido a lo repentino del despertar no lograis capturar demasiada informacion pero los ultimos gritos si los captais claramente.

Son de Nicholas.

Cita:

Arelix, que dormía con la espada a su alcance, hecha mano del arma antes de saltar de la cama. Los gritos la sacan de su ensoñación y la ponen en guardia al momento. Antes de salir de la tienda ya tiene desenvainada la espada.

-¡¡Despertad todos, nos atacaaan!! -Da la voz de alarma mientras intenta comprender que esta ocurriendo fuera. -¡¡Hermano Nicholas, informe de la situación!!

Al salir de la tienda la situacion es un tanto mas extraña de lo queesperabais.

Raven y Quintos estan en un lado del campamento con las armas listas y apuntando en una direccion concreta. En esa misma direccion se encuentra el hermano Nicholas con una tea de la hoguera en la mano y junto a el caido en el suelo, el cuerpo de un hombre. Al que las llamas de la improbisada antorcha del clerigo solo llegan a iluminar los pies.