Partida Rol por web

Mientras lo escuchaba asentía suavemente, de no ser porque él sabía claramente lo que era Francesca, incluso habría parecido una niña asustada, quizás eso era lo que quería parecer. Se llevó la muñeca a la mano hiriéndose con sus colmillos, solamente cubriéndose un poco con sus cabellos pero por accidente, no porque quisiera ocultar nada y una vez que tuvo la herida suficientemente abierta, sacó los colmillos y puso la muñeca en la boca de Demian sin darle tiempo a más.

-Bebe, por favor... Luego iré a donde sea que quieran...

Lo miró a los ojos, necesitaba que él hiciera un esfuerzo, que absorbiera su sangre y así estar segura de que él estaría bien y que estaría para ella. Mientras lo dejaba ser parte de ella misma, miraba con atención y un poco de reserva a los demás. Nunca esperó hacer algo así frente a tanta gente pero es que no le habían dejado opción.**

Demian escuchaba, de modo vago, porque la cabeza le daba aún vueltas y se sabía en poca disposición de hacer algo más. Lo que decía aquel hombre le sonaba totalmente fuera de sitio, fuera de época, y su rostro no le recordaba a nadie. Pero de sus palabras, extraía que era un sirviente de un miembro, o quizás incluso un vástago miembro de los menores, porque autoridad de Giovanni era claro que no tenía. Le habían avisado los espíritus, ¿le habría avisado Ernesto? Ernesto sabía toda la historia, aunque no era parte de ella. No, Ernesto no podía estar involucrado. No había nada de ello que le sirviera, o le dejara de servir.

Entonces, sintió el olor de la sangre cerca suyo. Un olor denso y penetrante, de venas añejas, de poder concentrado. La sintió contra su boca, presionándose, quitándole por un momento la respiración. Todo daba vueltas. El sentido de la situación, lo que había terminado resultando del plan de Dante, todo lo que había sido arrastrado por los siglos. Él mismo, que tan seguro se había sentido de lo que hacía durante todos esos años, desde el primer momento que lo había escuchado. Había conducido parte de su vida hacia ello, había tomado decisiones muy graves, había dejado mucho. Y todo había conducido hacia allí.

Y de nuevo era libre y ahora, mientras separaba los labios y la sangre de Francesca entraba en su garganta, ahora, otra vez encadenado.

- Bien entonces estan todos listos? - Pregunto el sujeto que les miraba, por su cabeza pasaban tantas cosas qeu si las supieran ya no estarian alli para contarlo; en sus ojos habia repulsion por algun motivo y algo mas se escondia tras los ojos muertos del Personaje. La sangre de Francesca pese a no estar en optimas condiciones aun comenzaba a sanar el cuerpo Demian poco a poco, este fue cargado en una camilla dura esas que se usan en accidentes y retirado de alli hacia quien sabe donde.

Ahora Francesca y el sequito de uniformados tras salir de la recamara se dirigieron a un auto y antes que preguntes Frederic comento - Esta en el mismo auto que iremos, tu juguete esta bien -

Odiaba que lo llamara su juguete pero en el fondo, ella estaba convencida de que lo mejor era no expresar lo que sentía, además, la actitud de ese... Lo que fuera, le decía que un sólo movimiento en falso y la volaría en pedazos si se le antojaba. Cruzó las piernas, se veía terriblemente extraña, una niña haciéndose pasar por mujer y le sonrió a Frederic. Al menos tenía la tranquilidad de que Demian estaba bien.

-¿Hacia a dónde vamos con exactitud?

Habría sido una hermosa mujer y sugerente, de no ser porque estaba encerrada en ese cuerpo de niña. A veces, muchas veces hizo extensiva la pregunta hasta Dante, se preguntaba si no era mejor morir..., pero él siempre la convencía de que no, no era lo mejor. Ahora, necesitaba respuestas y estaba segura, que como casi siempre, aquellos que estaban o creían estar por encima de ella, no se las darían pero nada perdía al intentarlo con Frederic.

Frederic se mantuvo en silencio separados en aquel auto por la distancia de un cuerpo, su mirada estaba perdida en el camino hasta que Francesca hizo la pregunta.

- Nos dirigimos hacia Nueva York, avandonaremos esta ciudad y cruzaremos el mar en avion para estar mañana en la reunion de Clan que se realizara en su Honor - Dijo solo hechandote una mirada de reojo.

-Vaya, pues gracias...

No quiso decir más y es que Frederic no parecía estar por la labor de conversar con ella y quizás era mucho mejor eso que otra cosa. Se pasó las manos por el cabello alisándolo y se recargó bien en su asiento, evidentemente iba a ser un largo viaje.

Demian guardaba silencio, apartado de la conversación principal, apartado de Francesca y del desconocido. La sangre que había recibido ahora formaba parte de sí mismo, y despacio había ido tomando cada pedazo de su cuerpo, llevada por los latidos de su corazón y además, por la voluntad de su mente. Sabía cómo hacerlo, Francesca no tenía que enseñarle nada, él simplemente ya sabía. Condujo la fuerza de la vitae hacia sus músculos, para llenarlos, la condujo hacia sus células para azuzarlas, comenzó a hacer que todo trabajara a ritmo acelerado en su interior buscando salir del estadío de debilidad. Sintió la potencia concentrada, latente, comenzando a diluirse en lo que había quedado de su sangre mortal. Aún se sentía mareado, pero sus ojos estaban fijos, su mente se había vuelto lúcida, y no perdía pisada de lo que se estaba diciendo allí.

Las cosas se le habían ido de las manos. No era su intención que se realizara una reunón de Clan, ni siquiera que se enterasen, pero ya no había vuelta atrás. Al menos no perjudicaría a nadie, excepto a él mismo, y ya estaba dispuesto a ello desde hacía largo tiempo. Básicamente, desde que la había dejado. Hacía tanto tiempo, también, que esperaba no recordar del todo lo que se sentía la vitae navegando por sus venas, pero se había equivocado. Lo sentía perfectamente, incluso más que antes, de modo más violento, más potenciado. También había empezado a sentir el lazo que se había tendido entre Francesca y él, esa atracción irresistible, esa dependencia inexplicable, una sed menos grande pero más abarcadora que la de la sangre. No faltaba mucho, sólo con un par de minutos había sido suficiente para crear ese puente. Él sabía que sucedería así.

Guardó silencio. No era su momento de hablar. Había hecho lo que debía hacer. Había decidido lo que quería decidir. Listo, era todo.

Frederic giro su rostro para mirarte por un par de segundo y luego volver a observar el paisaje por la ventanilla de aquel auto con vidrios espejados - Veo que el nuevo mundo le interesa bien poco, que solo se preocupa por un simple mortal el cual con su poder seguramente podria volver a la vida.. en fin no entiendo a quienes se aferran a algo que podria morir por una simple enfermedad - algunas palabras las dijo con el desprecio de mil hombres.

- Espero que no pretenda presentar a su mascota ante la Familia, se veria estupido y sabe que las cabezas rodarian - se llevo tres dedos al menton como pensando - En fin a mi no me incumbe lo qeu usted haga, seguramente le respetaran por su trayectoria -

 -No es que no me interese, sencillamente estoy esperando a descubrir algunas cosas por mí misma y aunque no lo creáis, ese humano del que parecéis reír, me ayudará mucho más de lo que podéis imaginaros... Pero...

Francesca estaba realmente fuera de si, caprichosa y molesta porque no sabía con qué se iba a encontrar. Se pasó las manos por el cabello, miró a aquel hombre y luego volvió a empezar.

-Lo siento, sé que hay cosas que debo mantener en silencio o cosas que sólo me conciernen a mí, también sé que no es vuestra culpa todo esto... Ya veremos cómo me va allá a donde me lleváis.

El autto siguio su rumbo hasta que se detuvo frente a una casa grande, no era una mansion pero se veian varios lujos; frederic miro por la ventana y luego bajo del auto ofreciendote su mano - Por favor, sigame por aqui - Dijo sin mas mientras ordenaba que atendieran a tu Ghoul.

Ingresaste a la Casa y Dante fue separado de tu persona por una puerta de hoja doble, tu seguiste al Giovanni hasta una sala - Espere aui, pronto vendran a verla -

Se quedó muy quieta donde le habían ordenado, después de todo, no tenía mucho más que hacer y el hecho de que la hubieran separado de Demian no le hacía gracia alguna pero debía mantenerse tranquila como tantas veces Dante le había aconsejado para así poder concentrarse en lo que estuviera por venir. 

Milliner volvio y te hizo un ademan para que pasaras a una sala donde habia tres sillas, en ellas habia dos hombres y una mujer que te miraban sin sentimiento alguno, el mas crudo silencio parecia congelar el tiempo hasta que ella hablo.

- Ya estan atendiendo sus heridas - Dijo sin mas, sus rostros se escondian tras una debil oscuridad que no te dejaba verles del todo

Luego uno de los hombres el de la derecha hablo - BIenvenida Francesca.... a lo largo de mis años jams pense tener el placer de ver a un antiguo -

Francesca observó con atención todo lo que sucedía alrededor de ella y no pudo menos que hacer un gesto de aprobación cuando le dijeron que ya estaban curando las heridas de Demian. No era sencillo imaginar lo que ahora estaba sucediendo, especialmente el modo en que se transportaban ya le decía que las cosas habían cambiado mucho más de lo que ella pudiera imaginarse pero pronto tuvo lo que quería, lo que ella siempre había amado por sobre todas las cosas: la admiración de alguna manera. Ella era especial, siempre lo había sido pero ahora lo era más, lo único que quería era recuperar a su ghoul.

-Gracias... Aunque, no entiendo muy bien por qué me han traído aquí. Podría intentar imaginarlo pero...-subió sus pies a la silla y sonrió.-Es más fácil si alguien me lo explica...

Realmente parecía una niña encantadora.

- Estas aqui, despierta de tu letargo para que nos ayudes con el conocimiento del pasado.... las leyendas e historias cuentan de la epidemia y de como algunos incluyendote lograron erradicarla y preservar nuestra raza sobre los mortales - Comento quien ahora dejaba ver su rostro.

- Podrias hacerlo? -

- Tranquilo Julio - Dijo la voz de la mujer quien tambien dejaba ver su rostro - YO te ayudare en lo que aqueja tu corazon Dulce Francesca - Dijo con una voz suave, sin dudar se referia a tu Ghoul.

 Miró al hombre con total desagrado, nadie le hablaba así e incluso sintió que alguna lágrima amenazaba con salir pero no debía, no podía mostrarse así tan vulnerable ante quien no conocía y luego, aquella voz suave que le prometía lo único que ella quería, consiguió devolverla a esa que ahora era su realidad. Asintió brevemente y luego se quedó pensando unos instantes en aquellos tiempos, cuando consiguieron erradicar la plaga. ¿Lo habían conseguido? Buscó y buscó en sus recuerdos, claro, tenía que ser así y sabía que pronto daría con ellos.

-Podría... Podré. Pero necesito un lugar para vivir y un poco de tiempo, los recuerdos no están frescos en mi memoria, aunque asumo que no tardaré mucho en recordarlo todo.

Francesca se levantó y se acercó a la mujer lentamente, previniendo que alguno le fuera a saltar encima; era realmente hermoso, como a ella le habría gustado ser de mayor. Incluso acercó una delicada, suave y fría manito hacia el rostro de la mujer pero no la tocó, no debía. La amaba por ser hermosa y la odiaba por ser lo que ella nunca sería pero en vez de demostrar ese último sentimiento, la nena sonrió y se apartó volviendo a su silla, esta vez cruzando la pierna como toda una señorita.

El cabello de Andrea era rojo, peor un rojo especial e cual debia su color a los rayos del sol que alguna vez los habian acariciado, ella te miro con unos profundos ojos grises y solamente asintio...