Partida Rol por web

Atraviesas el portal, y al atravesarlo casi no percibes cómo los Samuel y los otros dos lo atraviesan tras de ti y lo cierran.
Quedas como mínimo sorprendido ante lo que se abre ante ti, una estructura sólida de colosales dimensiones. A la vista tienes que elevar la cabeza hasta situar tu campo de visión a la verticalidad y no sabes si aun así llegas a ver la cúspide de tal tremenda edificación. Para tu radar sónico, simplemente captas la colosal atura de los muros frente a ti, y la inmensa nada que tienes detrás.
Ahora mismo no lo ves entero, pero acabarás viéndolo, así que para ahorrar te lo pongo ta XD

El viento agita con fuerza, y el aire es puro, incluso llegas a sobresaltarte cuando notas de nuevo la mano de Samuel posándose en tu hombro...

Este, es nuestra base. - Dice Samuel tras de ti. - Nuestro hogar, y, a partir de ahora, el tuyo también. El Silfarion Edén.

Córen se queda realmente asombrado ante las dimensiones del silfarion. Su radar apenas puede discernir otra cosa que una mole gigante de piedra, y su vista no alcanza el final de la estructura.
¿Cómo pueden mantener esta estructura en secreto? Debe poder verse a kilómetros...
-Es impresionante.-dice de corazón.-¿Cómo mantenéis esto oculto?-dice finalmente materializando sus pensamientos en palabras.

Samuel alza la mirada, con cierto orgullo.
Tenemos nuestros métodos... - Dice con tono suave. - Generalmente lo tenemos oculto a la vista con un... campo situado a su alrededor que refleja la luz. Y a los radares con n complejo sistema de inhibidores... - Dice de forma resumida.
Te empuja suavemente en el hombro para que te pongas a andar junto a él.
Pero eso es lo de menos, ya te lo explicaré luego. Ahora vamos, tienes mucho por ver y conocer, Córen. - Te dice mientras echáis a andar, subiendo una amplia rampa hasta llegar a una basta puerta...

Nos vamos Samuel. - Dice la alegre Enrietta mientras vuelve a abrir otro portal de la misma forma que antes y se meten en él ella y Lucia. - Adióooos. - Se despide, cerrando el portal.

Córen sigue en silencio a Samuel, fijándose en la estructura y en las zonas por las que pasan.
-¿Este es el silfarion principal de Ancestra?-pregunta de repente rompiendo el silencio-Lo digo porque es un silfarion bastante más grande que el de Lunaestrella, que era mi silfarion de la...Orden-dice sorprendiéndose a si mismo al pronunciar la última palabra con cierto recelo.

Samuel sonríe levemente. Le satisfacía y divertía la curiosidad del chico.
Sí Córen, se podría decir que el Edén es la base de Ancestra. - Te explica mientras subís la rampa y os dirigís hacia la puerta. - Pero, obviamente, no la única. Te hemos traído aquí para que veas sin entresijos la grandeza de nuestra organización. El Edén es uno de los Silfarions más grandes y antiguos de la historia.

Entonces, cuando llegáis a la basta puerta, Samuel hace una pequeña demostración de su poder.
Extiende las manos, y frente a la puerta de grandes dimensiones aparecen otras 2 manos también de un gran tamaño, aparecidas de la nada.
Las manos abren las puertas hacia adentro con facilidad, tras lo cual desaparecen hacia la misma nada de la cual vinieron.
Adelante. - Te marca Samuel para que entres.

Al entrar, encuentras un gran Hall principal.

Una tenue luz azulada lo baña, acentuada por una pintura de un cielo salpicado de nubes de un realismo increíble.
Aunque en la imñagen no se ve, el Hall no es muy basto a lo ancho ni a lo largo, pero a lo alto se ve que sube hasta incontables pisos, todos pudiendo mirar al Hall con barandillas de piedra.
Es un ambiente que, en esencia, reconforta.
¿Qué te parece? - Pregunta Samuel gentil tras de ti.

Córen observa con asombro como las manos oscuras abren la enorme puerta sin esfuerzo. Cómo ya percibió en su casa Samuel tiene pinta de ser un Haze muy poderoso.
El hall que aparece delante de sus ojos es bastante impresionante. Desde luego Ancestra demostraba ser una organización muy grande, y por lo que parece, antigua.
-Es tan impresionante como por fuera.-dice mirando al techo que nunca acaba.-Incluso más. Es realmente enorme este silfarion. Cualquiera podría perderse, y apuesto a que poca gente lo ha visto entero por dentro.-

De repente, mientras observas la impresionante estructura y Samuel está volviendo a cerrar las tremendas puertas con otras tremendas manos, oyes la sonora voz de un hombre al que apenas has notado.
¡Saaaaaaamueeeeel, amigo mío! - Dice un hombre situado al final de las escaleras, enfrente de la hermosa pintura. Está frente a vosotros, con ambos brazos extendidos, dándoos la bienvenida. - Al fin has vueeelto. ¿Es este nuestro, nuevo invitadooo? - Dice mientras baja las escaleras con andares algo afeminados, al igual que su tono. - Qué guapo es. - Comenta llevándose una mano al mentón.

Hola, Alban. - Le saluda con aire calmado, mientras el hombre se acerca a vosotros. - Este es Córen, una nueva y seguramente poderosa incorporación. Córen, este es Alban Frey, se podría decir que es el supervisor general de todo el Silfarion.
Te lo presenta, a lo que el hombre te responde con un ``Encantado´´ bastante sutil, mientras te ofrece la mano para que se la estreches.

Córen fija su vista en el hombre del sombrero. Contrasta bastante con el imponente porte de Samuel, pero si algo aprendió de su maestro es el no subestimar a la gente. No le pasa desapercibido el cumplido que Alban le lanza, e incluso llega a sentarse algo incómodo.
-¿Supervisor general? Encantado.-pregunta Córen sin tener muy claro que representa ese cargo mientras le estrecha la mano con fuerza, aunque controlándola para no romperle la mano.

Ohins, lo mismo digo. - Te dice con tono rimbombante y alegre. - Ven anda. Samuel, me dejas al chico para que le enseñe todo esto por encima, ¿Verdad? - Le pregunta, con un cierto y extraño brillo de ilusión en sus ojos.

Samuel te mira con la misma expresión segura y confiada que le has visto desde el principio.
Tranquilo, ve con él Córen. - Dice. - Yo tengo unos asuntos que atender.

-Claro. No hay problema-dice Córen a pesar de que se siente bastante más a gusto con Samuel que con Alban. De todas formas no hay más remedio y tiene que ir conociendo a los demás integrantes, sobre todo si son importantes.

El tal Alben te hace una pequeña guía turística por las partes según él más significativas y que más vas a visitar. Además, como parecía, no tardas en verle la pluma al hombre al ver su jovial y afeminado comportamiento, también frente a gente que te vas escontrando pore que no retienes en la memoria.

Te lleva por varios sitios, recorriendo los pasillos del Silfarion:

Te muestra tu habitación, situada en los pisos intermedios de la zona de aposentos. Parece algo destartalada en comparación al resto del Silfarion, pero te explica que últimamente hay alguna escasez de habitáculos y que no tardarán en hacer reformas de los viejos como el tuyo:

Otra cosa que te muestra, y es lo que más te llama la atención, es el jardín. Un bastísimo jardín que deja en ridículo al del Lunaestrella, con senderos de piedra, estatuas de distinta índole y robustos árboles. Alban te explica que, en la antiguedad, el Edén era muy bien reconocido y famoso por sus jardines. De ahí el origen de su nombre:

También te enseña muy por encima las instalaciones de maquinaria y demás, de las cuales apenas llegas a quedarte con su ubicación o la función de alguna de ellas:

También te lleva a los sitios más comunes que frecuentarías y que no tienen mucha diferencia con los del Lunaestrella, salvo su tamaño en comparación con esta: Gimnasios, zonas de recreo, de deporte, cafeterías, restaurante, zona médica, bilbioteca (Infinitamente más grande que la del Lunaestrella), etc...
Te vas topando con muchos Hazes, lo que te da a entender que Ancestra es mucho más grande de lo que imaginaste en un principio.

Por supuesto, también te indica incontables pasillos o puertas que están terminantemente prohibida su entrada.

Tras enseñarte todo esto, te da libertad para hacer lo que quieras, excepto en las áreas restringidas. Por supuesto le comentas referencias sobre tu entrenamiento, pero Alban no sabe contestarte sobre eso, él sólo supervisa todo lo del Silfarion, no se encarga directamente de nada. Para satisfacer tus dudas al respecto, te dice que en algún momento vayas a las zonas de deporte y tal y te informes.

Sólo llega la tarde-noche de ese mismo día, cuando a tu abitación llamaron Alben con otras dos personas más.
Eran Shiro y Kaoru, que te explican que a Shiro le hicieron la misma proposición que a ti y aceptó venir junto con Kaoru, que se negaba a no ir junto con vosotros. Te explica también que su tío estará bien, y que no fue un tal Samuel quien fue a recogerle sin embargo, fue un tal Sairoh acompañado de Enrietta, y ningún Lucia de por medio.

De todas formas, la estancia en ese basto y laberíntico Silfarion sin duda será más llevadera con Shiro y con Kaoru a tu lado. Es una lata para Kaoru con respecto el idioma, pues al haber Hazes de todas partes del mundo no puede comunicarse con casi nadie, por ello no será raro que no se despegue de vosotros.
(Pues, si no lo recuerdas, los Hazes tienen la pequeña cualidad natural de entenderse universalmente entre ellos, sea cual sea el idioma con el que hayan crecido)
Por supuesto, lo que más les ha impresionado son los jardines.
Las habitaciones de Shiro y de Kaoru están casi junto a la tuya.

Puesto que es el 1º día, acordáis no hacer nada fuera de lo común. Shiro también estaba deseando empezar a entrenar allí, por lo que acordáis ir mañana por la mañana a informaros en los pabellones.

A Córen empieza a gustarle realmente el silfarion. Sólo por la grandeza en comparación al de Lunaestrella ya demuestra la superioridad de Ancestra, aunque claro él no conoce otro silfarion de la Orden.
Le llama la atención en especial el jardin, pues un espectáculo para todos los sentidos.
Le agobia un poco la gran cantidad de Hazes que hay, pues no es muy sociable, pero también le ve el lado bueno: más gente con la que entrenar.
El día que aparecen Shiro y Kaoru se tranquiliza del todo. Todos los cabos sueltos quedan listos. Ya no hay ningún problema con Ancestra. Es el momento de empezar el entrenamiento. Es la hora de covertirse en el mejor Haze de todos los tiempos...

A la mañana siguiente, Shiro y Kaoru llaman a tu puerta.
Córen, ¿Estás despierto?

Córen ya estaba despierto y vestido.
-Claro. Ya salgo.-dice agarrando su katana y colocándose el, de momento inútil, broche de Akira.
Sale de la habitación y saluda a sus dos amigos.

Laoru te saluda con un gentil gesto de mano y una cálida sonrisa en su cara. Ella era a fin de cuentas la que más rara se sentía ahí, pues básicamente los únicos con los que de momento podía hablar erais Shiro y tú.

Shiro también la secunda en el saludo.
Venga tío, vamos a ver cómo van las cosas de los entrenamientos a los pabellones. - Te dice alegre, mientras ya a empezado a encaminarse hacia allí.