Partida Rol por web

El Silfarion más grande ya no de toda la Orden, sino de todo el mundo, y por tanto el más antiguo.

Tras unas pocas horas de vuelo que aprovechas si acaso para dormir alggún que otro ratito, sois llevados hasta él, en plena Antártida.

Al final, cuando llegas, os van recibiendo muchas personas, las cuales no reparas mucho en ellas, yendo por muchos lugares, tanto instalaciones subterráneas como por ciudad exterior, de los cuales ya el camino ni te acuerdas, y escuchando conversaciones a las cuales ni a la mitad prestaste atención.
Sí que oíste algo de que te iban a interrogar muy estrictamente y a mantener bajo estricta vigilancia tanto a ti como a Kaoru y separados.

Antes de que fueras a darte cuenta, ya estabas en una habitación encerrado. La habitación tenía cama, televisión, un par de muebles de noche, un baño y una ventana que daba a un exterior digital, no real. De vez en cuando, la puerta se habría y te pasaban una bandeja de comida y bebida.
Ahí te encierran duarnte horas eternas sin decirte nada de nada más.
El cómo pudieran estar Shiro y Kaoru te reconcomía por dentro, y el que nadie te haya dicho nada antes de encerrarte como a un preso también llegaba a desquiciarte a ratos. ¿Quién sabe cuándo y quién podría volver a por ti y para qué?

Entonces, tras esas laaaaargas horas, que a saber cuántas han pasado ya, te da la sensación de haber estado allí días, oyes la puerta abirse.

Akira entra por la puerta, cerrándose tras de sí. Su porte es firme y recto y su expresión igual y seria, aunque en sus cejas se nota una ligerísima curvatura compugida.
Córen... - Te dice. - ¿... Qué tal estás?

Córen que no comprendía porué estaba siendo tratado como un preso simplemente se había dejado llevar a la "prisión" comiendo sólo de vez en cuendo y muy poca cantidad.
Cuando llega Akira está tirado en el suelo de la habitación y co la espalda apoyada en la pared. Su expresión denota cansancio, pero sobre todo tristeza.
-Akira...-dice cuando entra haciendo un amago de levantarse pero sin llegar a finalizar tal acción.-No le estaréis haciendo esto a Kaoru ¿verdad?. No podéis hacerlo. Acava de perder a su hermano...-por lo visto en esos momentos poco o nada le importa su situación, el tratamiento que le están dando o las preguntas que antes le bombardeaban la mente. En esos momentos sólo le interesa la seguridad de Kaoru.

Akira se sorprende ante tu respuesta, aunque no lo exterioriza mucho.
Es la primera vez que le veo preocuparse por alguien en circunstancias así... Otras cosas se le pasan por la cabeza, pero las deja de lado para responderte.
Tranquilo. Está en buenas manos. Sarah se está ocupando de ella en persona, junto con un telepático para que la entienda. Se encuentra mejor. - Te explica con tono sueva. Tras lo que calla para acercarse un poco más a tu posición, de forma que quede frente a ti, pero dejando buen espacio entre ambos. - Creeme cuando te digo que no temas por ella.
... Supongo que tienes muchas preguntas. Yo también tengo preguntas que hacerte. Pero te dejaré que hables primero. Tenemos todo el tiempo del mundo...

-Uhm...- Córen se revuelve en su improvisado asiento algo incómodo. Después de descubrir que llevaba tanto tiempo metido dentro de una sociedad en la que todos lo deseaban ver muerto se le hacía extraño volver ha estar entre amigos...
-¿Porqué no habéis traido aqui?...¿No hubiera sido mejor ir al Lunaestrella o a otro silfarion más cercano?¿Porqué habéis venido a rescatarme? ¿Y cómo conocíais mi situación?-empieza a preguntar con cierta ansiedad.

Akira da un leve suspiro.
Ahora mismo, sigues siendo considerado un miembro de Ancestra. Te tragimos aquí porque esas eran las órdenes del Rey y de los sabios. Gracias a que les he insistido te están tratando mucho mejor que a cualquiera que estuviera en tu situación. Un telépata te leerá los recuerdos que hayas tenido mientras estabas con Ancestra, y además te borraría la memoria, pero he procurado que no te hagan eso. Además tanto el rey como los Sabios les gustaría verte en un interrogatorio normal. - Te explica, con voz suave y pausada. - Ten en cuenta, que ahora mismo eres considerado un desertor y un traidor para la Orden.
...
Supimos de tu situación por varias razones, pero la principal fue una de las visiones de Sarah...
Yo... - Se pone algo más suave. - Te habría dejado hacer lo que quisieras, si con eso eras feliz. Pero cuando Sarah me advirtió que estabas en Ancestra, y lo que te podía suceder, no pude quedarme de brazos cruzados. Por eso fuímos a buscarte, más que nada, porque no quería que ellos te mataran.

Traidor. Claro. No se le había ocurrido pensarlo. Fue él quién abandonó la orden para unirse más tarde a Ancestra...Es normal que todavía lo considerasen un traidor, un desertor...Probablemente tardaría mucho en quitarse ese apelativo...
-¿Y quién es Marcocius? Os pusisteis muy tensos cuando "estaba" ahí...aunque yo no conseguía captar a nadie más...-recalca la palabra estaba con cierto énfasis, pues realmente no sabe a qué se referían con ese Marcocius...-Y...¿podríamos reorganizarnos para volver a por Shiro?...Tenéis que entenderlo no puedo abandonarle a su suerte...por mi culpa lo han atrapado...-

Marcocius, es uno de los altos dirigentes de Ancestra. No se si habrás oído hablar de él allí, la Estrella del Ser. - Explica, mientras se sienta en la cama dando un fuerte suspiro, y con la espalda encorbada. Cuando Akira siempre suele mantenerse firme en cualquier lado, parece ahora soltarse y relajarse como puede. - Ese hombre... Por un lado, el que no pudieras captarle ni verle ni nada es debido a su poder. Un poder muy raro y que lo tiene muy desarrollado, llamado ``Incógnito´´...
Gracias a ese poder, sin hacerse invisible, es capaz de manipular las mentes de las personas para que sencillamente piensen que no está ahí, incluso la de los aparatos electrónicos. Ahora mismo podría estar en esta sala y nadie del Silfarion entero se daría cuenta. Por eso casi no se sabe nada de él. Los que lo han visto o han muerto o les ha borrado la memoria. También tiene cambio de tamaño, sangre al rojo vivo y control sobre la materia de su sangre para solidificarla en armas, es muy difícil pelear contra un enemigo que ni sabes si existe... - Te va explicando, serio pero relajado.
Por otro lado, Marcosius nos dio bastantes problemas en el pasado. Una vez, le hicimos frente Lyon y yo con unos artefactos con el poder de ``Luz Verdadera´´, el único poder capaz de desbaratar su incógnito. Y en ese combate fue cuando perdí la vista.
Hace una breve pausa. Desde luego, el poder de incógnito de Marcocius le hacía ser inclusomás intocable que el ágil Adrastos que conociste. Pelear contra alguien que crees que no existe, es un combate perdido...
Si lo seguimos recordando es porque no ha querido borrarnos de su mente... Ingoro el por qué.

Entonces es cuando le preguntas lo de Shiro.
No es tan sencillo Córen... - Hace una pausa reflexiva, para volver a continuar. - En realidad, tuvimos muchísima suerte al ir a por ti. Cnocíamos dónde se encontraba el Silfarion Edén en aquel entonces, y removimos tierra y cielo para poder ir, pues ya se tenía previsto un asalto al mismo. Nos colamos en ese asalto, por suerte, para poder ir. Si hubiésemos ido nosotros solos no habría habido ni una sola posibilidad de éxito. Además, el Silfarion Edén se habrá vuelto a mover, y a saber dónde estará ahora. Ha ido esquivando a la Orden durante siglos, por lo que no es tan fácil.
¿Lo, entiendes, Córen? - Te pregunta con tono bajo pero firme, para nada inseguro ni dubitativo.
Por un lado, Akira llega a sorprenderse por tu preocupación ante otros. ¿Será que en Ancestra hizo amigos? ¿Amigos de Ancestra? Ese pensamiento le preocupaba.

La revelación del poder del tal Marcocius sorprende a Córen de sobremanera. Sólo con ese increíble poder podría atacar laOrden y nadie se enteraría, y junto con los otros 3 poderes hacían de ese timpo un ser muy poderoso...Incluso podría ser más poderoso que Samuel...Pero eso no es lo preocupante. Marcocius ostenta una increíble cantidad de poder, es un gran dirigente de Ancestra, pero no es el Dios...Si es tan fuerte...¿Cómo de fuerte podría llegar a ser el Dios de Ancestra?...Esos pensamientos son realmente preocupantes.
A lo siguiente ni siquiera se atreve a pensar en ello. Saber que Shiro está atrapado y condenado por su culpa le corroe, pero sobre todo le destroza saber que no puede hacer nada por evitarlo...
Dios...¿Qué le diré a Kaoru?...Ni siquiera volverá a dirigirme la palabra...Y es comprensible...No podría ni mirarla a los ojos ahora mismo...
Córen lanza un suspiro y vuelve a agachar la cabeza de manera que parece que está incosciente o dormido.
-No tengo más preguntas...Akira.-dice en un tono neutro y esperando el interrogatorio de la orden.

Akira da un leve suspiro antes de levantarse, sin prisa alguna.
Si necesitas algo, pide que me llamen. - Te dice mientras se acerca a la puerta. - El interrogatorio será esta tarde.
Luego, una vez en ella, tras abrirla y antes de marcharse, dice una última frase, ya con menos firmeza y más sentimiento en el tono.
Me alegro, de que estés bien.
Añade yéndose y cerrando la puerta tras de sí. Quedándote de nuevo solo, esperando a que te llevasen al interrogatorio por la tarde.

Llega la tarde, y llaman a tu puerta para reclamarte.

Un par de hombres te llevan por varios pasillos hasta acabar en una sala blanca donde apenas hay un espejo, unas sillas, una mesa y unos tubos de neon para iluminar. Ni siquiera tiene ventanas. Ahí, junto con los Hazes que te han acompañado, llega otro hombre, más formalmente vestido y de expresión menos bruta que los otros.
El hombre te mira y te pone la mano en la frente.
Relájate... - Es lo único que te dice antes de notar cómo indaga en apenas unos segundos en todo el interior de tu mente, recogiendo y haciéndote ver a la vez tooodos los recuerdos desde que Samuel llamó a tu puerta hasta el mismo instante anterior a entrar en la sala. Una sensación no muy agradable, pues no es solo el hecho de volver a recordar toda esa farsa, sino que es como si alguien estuviera revolviendo a más no poder el baúl individual e intocable de tu mente. En última instancia, resulta como una violación mental.
Al acabar, los pocos brotas de furia que podrías tener son aplacados por los otros dos Hazes.
El Haze telepático dice simplemente:
Lo tengo... - Y se va de la sala.
Recuerdas las palabras de Akira. Seguramente en ese momento te habrían borrado la memoria, pero parece que no lo han hecho.

Después de un rato encerrado allí, vuelven a reclamarte para llevarte a otro sitio. Te sientes como un auténtico preso, o como un mero objeto sin valor. Un desertor, una mera caja que simplemente contiene valiosa información para la Orden sobre Ancestra.
En parte, lo entiendes. Al fin y al cabo eras como un soldado que desertó en plena batalla para luego aliarse sin miramientos con el enemigo. De haber estado en su lugar no te habrías dado ninguna compasión, lo que hace que vuelvas a arrepentirte aún más de tu actitud y forma de ser.

Llegas hasta otra puerta, que no tardas en hacer que la cruces, solo...

Al entrar, es una sala poco iluminada. De base cuadrada, con tres ventanales a un lateral los cuales están cubiertos con cortinas, ondulantes en el viento algunas, pues ha caído ya la tarde.
En el centro hay una silla, simplemente, y algo más alejado, frente a esta, una ancha mesa.

En esa mesa hay sentadas 4 figuras y 1 de pie, las cuales reconoces perfectamente y te ponen en tensión, o al menos, te invade en cierta medida el nerviosismo al tratarse de quienes se tratan.

Tres de los sentados son los 3 sabios ministros de la Orden. Las tres figuras de grandísima inteligencia que organizan por completo toda la sociedad de la Orden junto con el Rey. Por sus manos pasan todos los asuntos que tienen que ver con la orden y a saber qué otros que no sa dan nunca a conocer.
Son, la tuerta Ministra Ann Pérez (Veindauger). De la que recuerdas que tenía empatía, entre otros, o quizás no. Not e acuerdas muy bien de los poderes de los sabios.

Otro es Victor Valverden (La balanza áurea), el cual cuyo conocimiento sobre distintas materias dicen que no conoce límites.

Y el otro es Erwing Garet (Ala blanca), del que no recuerdas apenas nada más que su nombre.

Puede que los tres en poder no lleguen a sobrepasar ni a algunos miembros de Unidad, pero han llegado a ostentar un puesto tan altísimo en la gran Orden Haze gracias a la otra faceta que nadie suele entrenar mucho, la inteligencia. Sientes como sus penetrantes miradas indagan hasta en el más mínimo gesto involuntario que realiza tu cuerpo, lo que no contrivuye a tu tranquilidad.

El que está de pie, por estar junto a esta gente, reconoces de debe ser el legendario Genosuke Taira (Azote de acero) Oíste hablar mucho de él a Akira. Ha vivido varios siglos junto al Rey siendo su mejor guardia personal, y decía que es el mejor Haze espadachín que el mundo nunca ha conocido ni conocerá jamás. Una vez peleó contra él, y le bastó pelear con un simple cuchillo para derrotar al gran Akira Kurono (Filo hedor)

Y por último, el hombre que más intriga de todos.
Sentado en el centro está el mismísimo Rey Haze, Yu Xun (Crisol de fuego ardiente). El Haze más poderoso de todos, que ha vivido miles de años y posee casi todos los poderes a gran rango.

Sin embargo, su mirada te parece menos amenazadora que la del resto. De hecho, cuando le miras a la cara, empiezas a sentir una gran tranquilidad y paz que te invade el cuerpo. Una sensación que desde que llegaste no has tenido, en ese momento la tensión desaparece y todas tus preocupaciones dejan de ser tan importantes. Te sientes a gusto y relajado, sin dejar de saber frente a quiénes estás, pero algo mejor de humor...

Hola, Córen. - Te saluda el Rey Yu Xun con una voz melodiosa y una sonrisa apaciguadora, la cual te hace sentir como si estuvieras hablando con alguien completamente de confianza e inofensivo, al que por ello no puedes evitar obedecer pequeñas órdenes. - Siéntate, por favor.

Córen obedece todas la órdenes que se le dan sin la más mínima resistencia. A la hora de desplazarse anda con la cabeza gacha sin mirar a nadie en concreto, como si simplemente fuera un zombie. Avanza arrastrando los pies lo que denota entre otras cosas, un enorme cansancio.
La "absorción" de conocimientos es ante todo desconcertante. Volver a "ver" todo lo que pasó es como la peor de las torturas, como si le estuvieran metiendo cañas de bambú entre las uñas, o le abrieran una herida con hierro al rojo vivo. Pero lo que lo deja trastocado de verdad es el porqué lo llevan a otra sala después de eso. Ya tienen sus conocimientos ¿qué más podria querer la Orden? Podrían matarlo, borrarle la memoria o dejarlo libre, pero ya no le podían sacar más información que era lo que en principio lo había mantenido con vida...
y lo más sorprendente de todo es la reunión. En una sola sala se reune lo más importante de la Orden...por él. Es irónico saber que muchos Hazes habrían dado mucho por poder asistir a una reunión en la que estuvieran los máximos dirigentes, y ese honor se lo conceden a la persona que menos se lo merece: un desertor traidor.
Córen deja de darle vueltas a lo que le ronda la cabeza en cuanto ve a Yu Xun. Cuando este le pide que se siente, Córen simplemente lo hace sin decir nada más, entonces vuelve a clavar la vista en el suelo, esperando lo que sea que fuera a venir ahora...

Tras un breve silencio, unas simples palabras de la melodiosa voz de rey se alnzan.
¿Qué tal estás?

Ante la pregunta de Yu Xun Córen no hace más que sorprenderse. ¿Hablaba en serio? ¿Tanta gente importante sólo para preguntarle cómo estaba?. En ese momento si que mira al lider supremo de la Orden e incluso parece amagar una sonrisa, que no llega a formarse.
-Estoy...Bueno, he estado mejor...-.responde con poca gana.

El Rey Yu Xun sí que esboza una leve sonrisa de satisfacción.
Bueeeno, ya sabes lo que dicen. A mal tiempo buena, cara. - Dice, con demasiada sinceridad en el tono como para tratarse de un comentario burlón.
Con las mismas, se lleva los codos a la mesa y entrecruza los dedos de sus manos.
Bueno, dime Córen. - Empieza a decirte ya yendo a meterse en materia, pero aún con una voz y un tono confiados, tranquilo y apaciguador. - Cuéntame cómo te ha ido desde que dejaste la Orden. Cuéntame todo lo que te ha pasado desde que regresaste a tu casa.
No pasa nada si te explayas en detalles. Tenemos todo el tiempo del mundo. Tómate tiempo si lo necesitas. - Te sugiere, aunque estando frente a él te resulta como estar frente a un amigo de confianza más que frente a quien realmente estás, por lo que las palabras te saldrán sin problema.

Córen lanza otro suspiro algo desesperado por tener que volver a revivir esos momentos...otra vez. Sería la 2da en un sólo día...
¿Esto será parte de una tortura?...
-Pues estuve unos cuantos dias en casa de Akira con bastante poco que hacer. me entrenaba cuando podía y por lo demás simplemente organizaba mi vida. Los días pasaban sin más, hasta que uno lo cambió todo. Fue el día que me encontre con Kaoru y...-se queda callado unos momentos. Le cuesta pronunciar su nombre.-Shiro. Los encontré justo cuando les asaltaban unos maleantes. Al principio me eran indiferentes y sólo los ayude porque los gamberros eran unos capullos impresionantes, pero tenía pensado echar a todos...Pero descubrí algo en ellos que no me dejó hacerlo. Tal vez fuera la simpatía de Shiro o la amabilidad de Kaoru, la cuestión es que poco a poco se convirtieron en mis verdaderos...amigos.-habla en un claro tono neutro intentando ocultar lo que realmente siente al contar todo eso.-La cuestión es que al cabo de los día apareció un tipo muy siniestro en mi casa. Más tarde sabría que era Samuel, La estrella de la verdad. Me dijo que era de una organización llamada Ancestra, que eran contrarios a la orden y que llevaban tiempo vigilándome. Me ofreció entrar en la organización con la promesa de convertirme en el haze más poderoso de todos. Yo les dije...-traga saliva.-Les dije que si...pero sólo si Shiro y Kaoru venían conmigo. No tenía ni idea...pero los estaba condenando...-esta vez a pesar de la influencia de Yu Xun la cara de Córen es de total tristeza y culpabilidad.
Durante un buen rato Córen les cuenta los detalles sobre su estancia en Ancestra, incluyendo el nombre de su "nuevo maestro", el "enfrentamiento" con Loki y los demás detalles del descubrimiento del engaño.

Tanto el Rey como sus 3 ministros escucharon atentos todas y cada una de tus palabras. Los tres sabies con semblante serio y apenas cambiante, excepto el de la mujer, que de vez en cuando en las peores partes movía ligeramente los labios o compungía muy levemente el rostro.
En cambio el Rey no altera su simpático pero suave rostro, también compungiendo un poco el semblante en las peores partes, cuando tu historia se va acercando al final. Que hasta se te empiezan a saltar un poco algunas lágrimas que te secas enseguida y con disimulo.
Ya veo... - Dice cuando terminas tu historia. - Así que al fin descubriste el valor de una amistad y hasta del afecto hacia alguien. Pero han sido tus actitudes ambiciosas y arrogantes las que han echado todo a perder. Un amigo perdido, una chica desorientada y un bando con intenciones de matarte y otro con intenciones de desconfianza. - Va diciendo refiriéndose a o último a Ancestra y la Orden por orden. - Eres consciente de lo horrible que te ha supuesto, ser como eras. - Te añade, como afirmación y no como negación, como si te leyera como un libro abierto.
Tranquilo. Se lo mal que debes sentirte... Aun así, no sería nada extraño que nosotros también quisiéramos acabar con tu vida por una traición tan alta...
Hace una breve pausa, muy inquieta para ti por sus palabras.

Sin embargo... Quizás haya una forma de hacer que, más o menos, todos salgamos más o menos beneficiados... - Dice, ocultando la parte inferior de su rostro con sus manos entrelazadas, apoyadas con sus codos en la mesa. Su mirada es tranquila, pero penetra en ti como un taladro aunque no de una forma hostil y amenazadora. Unos ojos inmortales de miles de años de edad te miran indagando a saber en cuántas líneas de pensamiento. - Pero, mucho me temo, que para no matarte por traicición y darte una segunda oportunidad, sin dejar tampoco a Kaoru en la estacada, deberás prometernos a nosotros, a la Orden Haze, una serie de cosas...
Te dice. Idea que al principio puede asustarte, pero por otro lado el precio que le pondrías al bienestar de Kaoru, poder rescatar a Shiro, y poder quizás hasta vengarte de Samuel y Ancestra, no debería tener límites.