Partida Rol por web

Lunes , 9 de la mañana en la entrada de la escuela superior Shogun Ieyasu de la ciudad de Koiwa en Edogawa .

Es al primer día de instituto en el cual no habrá grandes novedades , conocer las nuevas aulas , nuevos compañeros , reencuentros con viejos compañeros , la aburrida charla inicial del director y conocer el tutor de ese curso . 

No habría estudios ni tareas y en todo caso habría que apuntar algún material nuevo de última hora de algún profesor y el horario de clase . Los grupos comenzaban a formarse en la entrada salvo por algunos rezagados antes de que el bedel procediera a abrir la puerta para acceder a la escuela . Allí os encontrasteis una vez más , viejos y nuevos amigos integrantes del comité disciplinario dirigido por Regulus Bael , aun alumno modelo al cual en privado debéis llamar rey ya que todos sois ahora parte de su grupo de demonios , su élite y sus sirvientes por igual y al cual le debéis en parte vuestra vida como demonios . 

Descendí de la limusina y cerré la puerta para mirar el colegio, me quedé apoyado contra la puerta del vehículo mientras me encendía un cigarrillo y lanzaba el humo al aire.

Otro año más...veremos que nos depara el destino esta vez

Estaba algo cansado, pero no por haber dormido poco, más bien no tenía ganas de empezar el ciclo lectivo, venía arrastrando pensamientos desde hacía unos días.

Al menos esperaba poder distenderme el día de hoy con el discurso y la ceremonia.

Debería de pensar algunas palabras si me hacen subir a hablar como presidente del consejo disciplinario, que fastidio...

Era un día excelente y ya esperaba en la puerta junto a los demás alumnos a que abrieran las escuela.Entre el barullo de los saludos y contar que tal las vacaciones, cosa un tanto irritante, miraba hacía la entrada esperando a que mis amigos llegaran.

Kato, kurogame, James y Scarlet, los había visto durante todo este tiempo pero volver junto a ellos a la escuela simepre era mas agradable, además de sentir que aprenderemos cosas nuevas.

Una de las veces que miré capté la mirada de Regulus que ya se había bajado de su limusina y fumando esperaba con cara de poco interés, levanté mi mano de manera suave y le saludé a lo lejos. Siempre hay que mantener las jerarquias.

Unos compañeros me preguntaron y comencé a charlar con ellos animadamente.

Lleguamos en la moto Akatsuki y yo, cuando la gente comenzaba a entrar. Aparque y me quede cerca de la puerta, ya había visto a Regulus al lado de su limusina, era difícil no verle. Aimi hablaba con algunas personas y no tenía ganas de acercarme a nadie más. Observe en derredor con gesto de disgusto y luego a Akatsuki cambiando la mirada. Esboce una media sonrisa y la ayude a bajar, luego guarde los cascos, y me quede a su lado, sin mediar palabra.

Un día más bajo la luz dorada del sol cuando en realidad amo la oscuridad… Maldita sea. ¿Por qué no existirá una escuela nocturna? – pienso mientras espío por la ventana al vecino nuevo que por las noches sale a caminar (Kazimir), nunca he cruzado una palabra con él aunque al parecer tenemos los mismos gustos.

Como siempre dándole un toque de sensualidad ya que es innato de mi, elijo una falda corta de Jeans y una musculosa de color negro, mi pelo atado en una cola. Hacía calor y a pesar de mis insinuantes curvas intentaba vestirme normal o acorde a mi edad.  Mis padres me habían regalado un auto para ir al colegio por lo tanto no era todo negativo en mi vida.

Al intentar ser puntual, me despido fugazmente de mis padres mientras me subo al coche con intenciones de escuchar algo tranquilo mientras conduzco hacia el colegio. No era una chica de tener muchos amigos aunque en su mayoría eran hombres, es más, extrañaba a Kenro ya que desde que estaba de novio se había olvidado un poco de su amiga de la infancia.

Luego de 20 minutos de viaje, aparco a mitad de cuadra enfrente del colegio. Con mi mochila colgada hago un repaso con la mirada para ver quien se encontraba, al primero que vi es a Regulus, me acerco a su lado para darle un beso en la mejilla a modo de saludo. – Hola. Lindo día.  ¿No?- pregunto sin dejar de buscar a mis amigos que al parecer se encontraban en la entrada reunidos, al menos Kenro había pasado junto a su novia por delante nuestro.

Nos levantamos temprano el primer día de clases, como de costumbre lleve el desayuno de Kenro a su cuarto y luego volví al mio para terminar de prepararme para ir a clases, habíamos quedado en irnos juntos, así que una vez lista, le espere en la entrada de la mansión junto a su motocicleta.

Buen día...sonreí, nos pusimos los cascos y partimos rumbo al instituto, rodeando su torso con mis brazos me mantuve apegada a el todo el viaje, ambos disfrutábamos esa conexión.

A los minutos llegamos al instituto, Regulus ya estaba en la entrada y podía divisar a Ami y Scarlet llegar; le pase el casco a Kenro y tras asegurar la motocicleta caminamos juntos a la entrada, solo un gesto con la cabeza en señal de saludo al "Rey" y luego junto a Aimi un beso en la mejilla para saludar a mi querida amiga.

Mire a Scarlet y el mismo gesto de saludo que a Regulus, ya habría tiempo para charlar y saludarnos de mejor forma.

Buenos días, ¿que tal andas hoy Aimi?...pregunte sonriente.

Caminar en plena noche, una de las únicas cosas en el mundo tan agradables y apreciadas como la vida misma. Le encantaba pasear todos los días y más cuando la luna está llena donde todo obtiene un brillo plateado, algo diferente casi diría que mágico cuando lo ves, cautivador y a la vez pasional. Una mezcla de sensaciones agradables que con bella melodía era de lo mejor del mundo. También había otros motivos por los que surgía de su casa, no muy decente, ya fuera trabajo o mera caridad aunque de esta última apenas había mostrado en su vida o más bien hasta que conoció a cierta persona que le enseñó bien los valores y la ética antaño perdida en su familia.

Despertó esa bella melodía a Kazimír con una sonrisa en la cara. No sabía quien podía ser pero era una pieza de lo más tranquila y a la par triste, cargada de frustrción y en parte dolor. Simplemente la combinación perfecta. Se levantó y adecentose desayunando poco más que unas ciruelas ácidas típicas de Japón, ya que estaba allí por lo menos aprovecharlas. En cuanto salió por la puerta recordó una cosa fundamental en ese dia, bueno, desde lo acontecido hace poco que casi nadie sabía y era mejor así, cuanto menos lo conocieran más idóneo pues no era exactamente algo agradable.

Caminó tranquilo y vestido como le gustaba, la época victoriana era su debilidad. Con capa, bastón, camisa, chaleco, guantes y sombrero junto a su melena pelirroja suelta por detrás y una rosa blanca en el ojal de la camisa mas otra que ataba la capa en el cuello. Aquello ojos cobrizos se fijaban en casi todo lo que se encontraba recordando al poco en el lugar donde se encontraba aunque no conseguía diferenciarlo del todo ¿Sería la ciudad donde conoció a aquella muchacha? Hace años de aquello y todavía andaba hecho un pimpollo además de sus obvios inconvenientes. Prefería no darle vueltas por lo menos por ahora, que surgiera lo que fuese.

Pasó por delante de unos escaparates y se vio reflejado, con una sonrisa pícara en sus labios. Miró su melena, roja, le venía a la mente una vecina vecinilla con la cual apenas miradas en ocasiones cruzaron mas palabras ni soltaron sus bocas nunca. Cuando se percató desde dentro unas chicas se habían quedado mirándole pero cuando se dio cuenta rápidamente se rieron traviesas. Ante ello no pudo sino guiñarles un ojo indicando que sí las había visto y era por ellas aunque no fuese verdad. Hizo una media reverencia levantando por un momento el sombrero para luego dejarlo como estaba y proseguir su camino con esa sonrisa sostenida como nota de sonata.

Y, por fin, llegó al instituto como estaba estimado unos minutos antes - Y yo ahora tener que venir a un instituto. Sino fuera por Regulus no estaría en este ridículo lugar - Pensaba mientras dejaba atrás un jardín lleno de cerezos aún sin flor pero que seguro en la época correcta deberían ser un obsequio para los ojos. Suspiró resignado para después seguir con su sonrisa más que característica, no era falsa pero tampoco sentida del todo, simplemente pícara como era él.

El rey al fondo junto con ¿La vecina pelirroja? Se quedó quieto por un segundo para luego proseguir su camino hacia la entrada - Vaya sorpresa - Pensó mientras observaba a un hombre alto y aparentemente callado junto a una muchacha peliazul y otra con cabellos blanquecinos. Miró a Regulus que seguía con su vicio, el tabaco. Había que admitir que siempre da un toque varonil en los hombres y sensual en las mujeres pero era algo que Kazimír tampoco gustaba de ello.

Sin dudarlo demasiado optó por acercarse a Bael al cual saludó con una reverencia y su propio destape del sombrero - Buen día, Señor Bael - Dijo con una sonrisa en la cara - Y a usted también - Hizo lo mismo con la pelirroja mas cuando sus palabras cesaron apoyó el bastón en el suelo y con cierto porte poderoso y la par cortés echó un vistazo a los alumnos que estaban congregándose en la entrada del lugar.

Se escuchó una campana de bicicleta y un "disculpe, con permiso..." para eventualmente notarse llegar a un muchacho en uniforme de la escuela, sobre una bicicleta. El chico traía un sombrero, que se nimetizaba bien con el uniforme, de donde salían varios de sus cabellos rojos.

Al ir acercándose a la entrada fue bajando la velocidad de su bicicleta y finalmente frena y desmontan a cierta distancia; pues la gente importante estaba más cerca. Se queda esperando tranquilo, atento a que habrán el portón para ingresar.

Ya habían llegado casi todos , las puertas estaban de par en par y la campana ya había sonado con la melodía típica de un instituto japonés siendo el primer aviso ; algunos comenzaron a entrar mientras que otros esperaban los siguientes avisos y quien sabe si a lo lejos un torpe estudiante con una tostada en la boca corría para no llegar más tarde del tercer aviso . 

Una jovencita de unos 12 años de largos cabellos rosados ataviada con el uniforme del instituto se acercó a Regulus con mirada desafiantes en sus castaños y grandes ojos . Por sus rasgos faciales se denotaba que era europea . 

Fumar está prohibido . 

Dijo con una voz dulce pero firme e igual de desafiante que su mirada mientras se cruzaba de brazos , a pesar de su delicado rostro no parecía tener cara de muchos amigos . 

Alarmado o asustado por el acto de la chica, Shyresh, se acerca apresurado con su bicicleta en las manos; intentando "rescatar" a la jovencita, aunque conociendo su suerte, ella no lo necesitaría y el terminaría saliendo mal del asunto.

Forzaba una sonrisa mientras intentaba poner una mano en el hombro de la muchacha -el señor Regulus Bael, es el presidente del comité disciplinario; ya conoce las reglas.- se giraba a explicarle; para luego mirar a Regulus y esperar la respuesta del presidente del comité disciplinario. Aunque mientras lo mira, no lo hace directo a los ojos, pues no es chica para que una desafío así se tome a la ligera, como probablemente ocurriría con aquella chica.

De momento solo quería alibianar cualquier tensión posible.

Mientras me encontraba esperando para entrar vi como fueron llegando los demás, saludé con un gesto de la cabeza a cada uno de los que fueron pasando y respondiendo con un beso en la mejilla el saludo de Scarlet.

-Y el uniforme?- fue lo primero que le pregunté al verla, para luego volver mi mirada hacía la puerta, justo cuándo sonó la primer campanada.

Vi venir a la pequeña pelirrosa y sonreí al ver su actitud, claramente no sabía quien era.

Iba a decir algo pero entonces Shyresh intervino.

Los peones siempre mueven primero.

Terminé el cigarro de una pitada y le lancé el humo en la cara a la chica, antes de soltar la colilla a sus pies y comenzar a caminar hacía dentro.

Esa mañana era como cualquier otra, había despertado temprano, aseado como todas las mañanas para luego prepararse el desayuno, todo esto con tiempo de sobra para llegar al colegio, pero el camino se hizo más largo de lo normal, no estaba con ánimos de comenzar un nuevo semestre en el instituto, pero sabia que debía hacerlo, lo único que lo motivaba era saber que este año no seria como los anteriores.

Caminando lentamente en su uniforme y con los últimos sonidos de la campana se lo ve acercarse a la entrada, al ver a Regulus y los demás se acerca al grupo buenos días saluda con una reverencia a Regulus y a los demás parece que llegue justo a tiempo mientras comienza a entrar detrás de Bael 

Por fin veo llegar a mis amigos y sonrio ampliamente recibiendo el beso de Kato y saludando tambien a Kurogame

-Estoy muy bien, el dia es..-

Iba a continuar pero de reptente un alboroto me hizo girar la cabeza y enfocar al rey y a una chicquilla de pelo rosa, estaba al parecer recriminandole algo.

Rápidamente le chico extraño defendió a Regulus y a juzgar por el gesto con el cigarrillo y como se lo expulso en la cara a esa chica esa había sido la causa. Fruncí el ceño, claramente esos alborotos me disgustan.

Miré hacía el rey mientras este pasaba delante nuestro hacía clase, tan arrogante como siempre y movi la cabeza en desaprovación.

-En fin...¿Y vosotros como estais?-

Olvide el momento y miré a mis amigos mientras también hacíamos por entrar

De pronto de la nada se genera un inconveniente entre Regulus y una chica, me gire para observar la escena, que me parecía por lo menos bochornosa, desafiar así al rubio era algo inadecuado, aunque su arrogancia tampoco me gustaba, pero eras sus piezas.

Veo que empezamos el año con un grato espectáculo...comente sin mayor interés.

Hemos pasado unas excelentes vacaciones con Kenro, hay varias cosas que quiero contarte...le dije bastante animada, mientras tomaba de la mano a Kenro...vayamos entrado o nos quedaremos afuera.

Volví a mirar de reojo a quienes acompañaban a Regulus, pues uno de ellos se me hacia muy familiar, el cabello rojo y su forma de vestir, aunque demasiado elegante para esa persona, me quede pensativa y con un sentimiento que me inquietaba, apreté fuertemente la mano de Kenro sin notarlo.

Con actitud engreída y muy convencida de si misma contestó a la palabras del lacayo de Regulus pero a la vez ignorándolo ya que le habló al rey directamente . 

Alguien que conoce las normas y las quebranta no es digno de ostentar tal cargo . Voy a quitarte el puesto . 

Para un demonio eso sería similar a una declaración de guerra , pero no todos en el lugar eran demonios , aunque si había una mayor concentración a lo habitual junto a sus eternos enemigos y multitud de yokais como el sirviente que había acudido rauda a ayudar a su líder . 

Aimi y Akatsuki charlan de forma amistosa, mientras una cría interrumpe a Regulus. Frunzo el ceño, pero no hago ningún gesto más, aun no es de mi incumbencia y parece que algún otro de los esbirros del Rey se harán cargo.

La mención de nuestras vacaciones me saca un poco los colores y me hace mirar a otro lado.-Hmm…- No estoy seguro si me importa o no que lo comente, tampoco sé si con Aimi será mejor o peor.

Noto la presión en mi mano y observo a Akatsuki. Su mirada parece prendida de alguien y al seguirla veo que mira a alguien que no conozco, un joven de cabello rojo y elegantemente vestido. Mientras observaba la escena con la cría cambia. Y con un gruñido me veo obligado a intervenir. Pero antes aprieto la mano de mi novia y la miro a los ojos, con una muda pregunta y preocupación en los míos ¿Qué pasa? Antes de ir a ayudar.

Retrocedo hasta situarme detrás de la mocosa, la agarra por el cuello de atrás del uniforme y la levanto, quitándola del camino de Regulus.- No deberías molestar al Presidente. Las normas se aplican en el centro y en su horario. Apréndetelas.- Le digo con voz siniestra y poderosa. Luego la pongo en el suelo y la sujeto por los hombros, mientras el grupo continúa. Al pasar saludo con una leve sonrisa y un cabeceo a Scarlet, antes de regresar a mi expresión adusta con la niña.

Como siempre en un lugar cuando se reúnen muchas personas un conflicto adyacente aparece. Recibo con amabilidad el saludo del rey aunque me extrañaron sus palabras al preocuparse por mi uniforme. - En el bolso, luego voy al baño y me cambio. - detestaba esa ropa, al menos el primer día deseaba estar vestida como me gustaba a mi. 

Pero lo mas llamativo del día no fue el silencio del rey o la interrupción abrupta de la chica de pelo rosa, sino era aquel chico vestido de forma antigua, me resultaba cara conocida pero no sabía de donde, hasta que caigo en la cuenta de que era mi vecino. - Hola... ¿Tú nombre es? Disculpa, me llamo Scarlet. Un placer. - le tiendo mi mano, si se vestía así es probable que saludara acorde a su estilo. 

Luego de los saludos correspondientes se acerca Kenro. - ¡Hey Kenro! Hola. Me debes un paseo en moto. - no sabía de su nueva adquisición, es que su noviazgo nos había distanciado un poco pero nada ha cambiado en cuanto a nuestra amistad desde que éramos pequeño. 

Al ver que estaban las chicas en la puerta me despido de los presentes haciéndole un gesto a Ryuji otro amigo mío para que me acompañe a saludar mientras le daba un beso en la mejilla. - ¿Vamos? Te presentaré unas amigas y debemos ponernos al día con las noticias. - le digo al chico rubio. - Si me disculpan. Los veo luego, Regulus me pondré el uniforme descuida. - sonrió caminando hacia Amy y Akatsuki.

Cuando llego saluda a mis amigas. - Hola. ¿Cómo están?- pregunto.

Aunque en principio había permanecido al margen del alboroto con el rey cuando la niña de pelo rosa vuelve a replicar y desafia tan abiertamente a Regulus alzo las cejas sorprendida.

Le miro a la chica y depués a mis amigos que siguen el evento igual

-¿Quien es esa?-

Susurro por encima del hombro. No tarda mucho en actuar Kenro y sacarla a un lado recordandole él las normas a ella. Sonrio de manera imperceptible, pero aun así me llama la atención nadie se atreviera a enfrentarse asi a él.. ¿ Quien será?

-Has hecho bien-

Premio a mi amigo de forma casual.No se me pasa que las manos de mis amigos estan juntas y que se miran de manera complice, la armonia que emana de ellos... y sonrio, esta vez visiblemente. Comenzamos a andar hacia dentro dentrás del rey

-Oh pues cuentame que es, Akatsuki, entre nosotras no hay secretos!- Le pregunto a ella para que me cuente todo eso que tenía que contarme. No pasa un instante cuando Scarlet se gira y nos localiza, con todo esta escena ni la habíamos visto.

Viene con otro amigo suyo y nos saluda, el " Ey Kenro me debes un paseo en moto" no creia que le sentara muy bien a Akatsuki

-Hola Scarlet ¿Que tal verano has pasado?-

Observó cómo Regulus ignora su saludo y una muchacha pelirrosa se acerca para recriminar al alto cargo del consejo estudiantil el "pecado" de que está fumando a muy poca distancia del centro donde se impartirían clases. La actitud tanto de ella como luego de Bael con esa chulería tan absurda le pareció más que innecesario mas no diría nada, que cada uno cargue con sus actos que no todos quedaran impunes. Un muchacho, seguramente siervo del rey, intentó apacigüarla aunque no lo consiguió y tuvo que entrar en el tema el aparente novio de la peliazul - Espera ¿esa no es? - Pensó al cruzarse sus miradas. No sabía qué hacer, estaba confuso - Es Akatsuki - Terminó por decirse.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por las palabras de la pelirroja a quien sonrió de forma pícara y alegre - Kazimír - Recogió su mano delicadamente con la suya para inclinarse y acercarla a sus labios, sin besarla - Encantado de conocerla, Scarlet. Le regalaría una rosa mas estas son de luto - Se irguió y encogió de hombros mientras la miraba de arriba a abajo de manera sutil. Iba vestida de manera demasiado...¿provocativa? Pero no se quejaría, más gozo para los ojos ajenos - Sino me equivoco somos vecinos - Añadió con una sonrisa antes de dejarla partir a junto Kenro ¿Así se llamaba entonces el novio de Kato?

Pudo verlo coger por el cuello del uniforme a la enana pelirrosa - ¿Qué hace? Actuando así o es una pieza más del tablero o un íntimo amigo de Regulus aunque lo último es demasiado complicado por distintos factores pero mas vale no descartar nada - Pensaba ante su actuación. No dijo nada, simplemente decidió pasar del tema caminando tras Bael.

Es más que probable que Kazimír llamara la atención pero poco le importaba. No tenía mucha más ropa y el uniforme ni se le había entregado por lo que esperaría a uno, tener dinero, o dos, que se lo entregaran. Qué mínimo que ese detalle ¿No? Además era mejor de momento no abordar a Akatsuki, no sabía cómo iba a sentarle que él estuviera allí y más tras los sucesos del pasado, siempre presentes. Había cambiado bastante tanto física como psíquicamente, no era el mismo de antes.