Llegas al apartamento de pisos que te ha dado el policia William Dodge, es muy tarde, esperas que la chica se encuentre en casa y te abra, llamas al timbre y esperas, escuchas ruido en el interior, por lo que parece que hay alguien en casa
Vas a la rueda de prensa, donde los perioristas no dejan de preguntarte cosas que aún no puedes responder, ya que no tienes idea de quien puede ser el asesino, te sorprende no ver al señor White allí, eso solo podía significar una cosa, tenía una pista, seguramente sabía algo que a ti se te escapaba
Madam Luvie insistió en llamar a la puerta.
- ¿Hola? ¿Hay alguien? ¿Pasa algo?- preguntó algo preocupada.
Cuando acaba la rueda de prensa me sentía como si hubiera perdido los 20 minutos más preciosos de mi vida. Solté un suspiro antes de coger una chaqueta e ir a la casa de Adam Smith, donde vivía tambien Emily. Tenía muchas preguntas, ninguna respuesta e increíblemente la falta de White me había molestado más que su presencia.
Agarré el móvil, llamando a su secretaria y le pedí que le dijese que "Un policía desconsiderado le había llamado", y que me llamase cuando pudiera. Aunque tenía la sensación de que le encontraría ahí.
Coloqué otra vez la mano en el pecho de Adam y lo removí en la cama:
-Cariño, despierta que llaman.
Le di varios meneos para despertarle.
Adam se levanta sobresaltado por los meneos de Emily.
- ¿Eh que? - pregunta medio dormido mientras se viste para finalmente abrir un poco la puerta como para mirar quien es.
Adam abre la puerta para ver a la mujer del río en el otro extremo de la puerta
- Buenas tardes.- dijo Madam Luvie algo sorprendida por encontrarse con ese chico.- Estoy aquí para... hablar con la señorita. Si es posible, claro.- explicó, algo avergonzada al darse cuenta de que aún no sabía el nombre de la chica.- Usted es Smith, ¿verdad? Veo que está muy preocupado por su... amiga... como yo. Quiero ayudarla.
Llegué a la casa de Adam Smith y Emily Swamp. No entendía muy bien qué se me escapaba, pero si había algo, ella lo sabría. Además, aprovecharía para ver si Luvie no la estaba liando en su nombre. Llamé a la puerta con firmeza.
- ¿Buenas tardes? - Pregunta Adam confundido por acabar de levantarse. - ¿Quién es usted? Y ¿Cómo sabe quien soy? - Sabía quien era, la vieja de la escena del crimen, pero aún no sabía ni como se llamaba ni sus intenciones. - Espere un momento. -
Cerró la puerta por un momento y miró a Emily. - Es la señora del parque... aquella que decia que nos puede ayudar... -
Máster, por fa, dime argo XD
Aun en la cama, me levanto envuelta en la sábana y me asomo por al marco de la puerta. La miro y asiento con la cabeza afirmativamente para que entre.
-Llévala al comedor -susurré y señalé con el dedo-
Mientras entraba y no, me vestí con lo primero que encontré y luego fui a su encuentro.
-Perdone que no le ofrezca nada, pero no tenemos nada preparado -y casi que ni teníamos nada...-
Madam Luvie negó con la cabeza, sonrió e hizo un gesto para disculpar a la chica.
- No te preocupes, chiquilla. Sólo he venido a hablar contigo sobre... el asunto del río. Sé que debe ser muy duro para ti, pero estoy segura de que puedo ayudarte.- hizo una pausa, mirándola a los ojos.- Sé que te ocurre algo. Sé que sabes algo importante.- se inclinó un poco hacia ella.- Si me dijeras qué has visto, podría ayudarte.
Me senté en un sillón arropándome con una bata de raso fuxia, y escuché a la vieja como me preguntaba.
No sabía como había conseguido mi dirección, y eso me mosqueaba un poco, aunque accedí a contestar:
-Yo no veo nada señora. Simplemente sueño que me persiguen, pero no veo nada ni a nadie. -coloqué la mano sobre la pierna de Adam.
Madam Luvie abrió los ojos y le brillaron.
- Eso es exactamente a lo que me refiero.- se removió en la silla de emoción.- Los sueños son... los mensajeros. Son un portal a todo lo que sentimos durante el día pero que nuestros sentidos no llegan a mostrarnos. Si me explicaras ese sueño, si dejaras que indagásemos más, podríamos averiguar por fin qué clase de criatura maléfica está atacando a las chicas.
Mientras hablais, sentis que vuelven a llamar a la puerta
Solté la pierna de Adam y me crucé de brazos:
-Ves a abrir cari...
Prosigo con la anciana:
-No hay mucho mas del sueño, no veo a nadie en la calle ni a quien me persigue, simplemente noto su presencia.
- Exacto. Notas solo su presencia...- asintió como si fuera una maestra cuya alumna hubiera entendido la lección.- Eso puede significar que la criatura que te persigue sea de otro mundo... que no seas capaz de verla sino simplemente de sentirla cerca.- miró a la chica a los ojos muy fijamente.- Yo también la he notado. Su presencia es... demoníaca, y parece crecer cada vez que...- desvió la mirada temiendo asustar o intimidar a la chica.- ... cada vez que lleva a cabo una de sus atrocidades. Te propongo algo: deja que prepare un ritual que nos permita ver más allá de las barreras de este mundo.- sonrió y le ofreció la mano.- Con mis habilidades y tu conocimiento podremos obtener respuestas. Eso es lo que quieres, ¿verdad?
Todo aquello me sonaba raro, muy extraño, lo mas bizarro que había escuchado nunca, y le contesté:
-Señora, lo siento, pero si intenta sacarnos dinero con algún truco, en esta casa somos pobres y no tenemos mucho, de verdad.
Madam Luvie se echó un poco hacia atrás, como confundida por la respuesta.
- ¿Dinero? No, no... claro que no.- negó con la cabeza rápidamente.- Estoy haciendo esto por las pobres chicas que han muerto... ¿Quién sabe qué pretende esta demoníaca criatura? No creo que la policía pueda resolver este caso a menos que conozcan los detalles del enemigo al que se enfrentan.- miró a la chica en silencio durante unos instantes.- Créeme: no quiero dinero. De hecho, ni siquiera quería cobraros por el ritual. Lo que quiero es ayudar...- se inclinó de nuevo hacia ella y la miró fijamente.- Tú sabes que corres peligro... Muchas chicas correrán peligro si no lo detenemos. Quiero ayudaros.