Partida Rol por web

Con la vida que llevaba, rodeada de estafadores, ladrones, violadores y asesinos, no me lo acababa de creer. Alguien que quería ayudarnos de forma gratuita y sin ninguna recompensa. Sonaba extraño, y no sabía que hacer, así que le dije:

-¿Te importa si se lo preguntamos a mi chico?, que lo decida el que sabe mas de estas cosas -estas cosas sonó mas a estafas que a otra cosa-

Madam Luvie ladeó un poco su cabeza, como si no comprendiera y dudó durante unos segundos. "Es ella la que está en peligro, no él. ¿Por qué debería decidir el chico?" Sin embargo, simplemente respondió:

- De acuerdo. Si es lo que quieres, se lo preguntaremos a él.

Adam vuelve a donde están Emily y Madam Luvie, a su lado está el teniente Dodge

-Ah, hola teniente, buenos días -dije un poco desilusionada al ver que era le policía quien había venido.

En voz mas baja:

-Adam, esta señora -digo indicando que me refería a Luvie- dice que quiere ayudarnos gratis, ¿tu que opinas?

Guardé las formas con tranquilidad. Sinceramente, me habría esperado ver al señor White allí, rapiñeando como un buitre, pero me sentí más relajado al ver que no habían llegado.

-Buenos días.

Comenté a Emily mientras llegaba:

-Otro que vino de visita sin traer desayuno. Casi que deberíamos bajar al bar a desayunar, y si la señora quiere ayudar sin cobrarnos nada, que difícilmente lo tendría, que haga lo que quiera.

Después miré al policía y le dije:

-¿Y usted a que viene?

Mi rostro siguió estoico, y lo único que me permití fue alzar ligeramente las cejas.

-Ya sabe a qué vengo. Tengo más preguntas que hacerle a la señorita Swamp, si tiene la amabilidad de responderlas. -respondí con un tono calmado.- Lamento decir que sólo tengo un termo de café, nada sólido, a menos que quieran un poco.

Refunfuñé al escuchar al policía y le dejé pasar.

-Pase por favor. ¡Emily cari, el policía tiene dudas, te hará algunas preguntas!.

Mientras me apartaba le comenté:

-También está la señora que ayer tenía dudas, espero que no sea una molestia para usted si se queda, ya que el piso no es muy grande como para que podamos ir escondiéndonos.

Esperé y le dije a la señora:

-Si Adam da su permiso, si que nos puede ayudar, gracias.

Cuando llegó William le pregunté:

-¿Y que dudas tiene señor?

La mujer asintió sonriendo a la chica, pero siguió en silencio, a la expectativa de lo que pudiera hacer o decir el policía, que no ayudaría mucho en crear un ambiente de cooperación por vías poco comunes.

Carraspeé para aclararme la garganta mientras tomaba asiento junto a los demás.

-No quiero molestarla más de lo necesario, señorita Swamp, pero tengo varias preguntas. Una es sobre la clientela de su compañera. ¿Tenía alguna lista con clientes habituales o algo parecido? O algún... -me resistí a elegir la palabra, pero cada sinónimo me sonaba peor que el anterior.- chulo que le llevase las citas.

Le miré con cierta repugnancia cuando habló de mi amiga de esa manera y contesté:

-Pues no que yo sepa, tampoco hay tanto trabajo como para decidir quien si o quien no.

El policia y los dos chicos hablan, de repente las voces se hacen lejanas, el lugar cambia, ya no estás en un pequeño piso, sino en un bosque

Una pareja aparece en el claro del bosque es de noche y hace frío pero no parece afectarles, ella es morena alta de piel tersa y dorada como la miel, ojos marrones y de labios gruesos pero perfilados bajo una nariz respingona. Él, rubio, de piel clara, y ojos azules como el cielo se desnudan y el comienza a tomarla, al principio es suave y dulce con ella, luego ella se queja y le pide que pare, pero el la sujeta fuerte y ella empieza gritar de dolor y miedo, el hombre se ha transformado en una sombra envuelta en un sudario, no la daña físicamente simplemente le tiene una mano puesta en el pecho pero ella grita de dolor se agarra a un árbol y arranca parte de su corteza, los gritos son de desesperación y de repente un espasmo y deja de gritar, de moverse de respirar. El se separa de ella y la arroja al río como si arrojara una cáscara vacía, entonces se gira, te mira, alza una mano y dice con una voz susurrante.
-tu, vieja, no podrás hacer nada por detenerme...- y se lanza contra ti, sacándote del trance.

La mujer, que hasta entonces había estado escuchando la conversación, fue perdiendo la concentración lentamente, hasta el punto de mirar a la nada y dejar de ser consciente de lo que había a su alrededor.

Frunció el ceño y resolló, afligida, aunque no hubiera nada allí que fuera peligroso. Se levantó de la silla de golpe, casi tirándola al suelo, y se llevó una mano a la cabeza al volver en sí. Tras un momento de silencio, miró al policía y dijo:

- Ha vuelto a pasar.

La había ofendida. Sin duda, todo iba a mejor por momentos. Me rasqué la nuca, pero antes de que pudiera pasar a la siguiente pregunta, la anciana se levantó de golpe, sobresaltándome.

-Se refiere a... ¿Otro asesinato?

Madam Luvie asintió lentamente, mirando la mesa.

- Es posible. He visto... he visto...- negó con la cabeza, ordenando sus confusos pensamientos.- Un chico estaba seduciendo a una mujer, y de repente...- miró de nuevo al policía.- Ha sido en un bosque. No sé cuál, pero... Por Dios, esa criatura me ha hablado.- la mujer se detuvo de nuevo.- ¡Deben buscar en los ríos! ¡Ha lanzado su cuerpo a un río!

-Señora, necesito más información que "un río". -respondí una vez me hube traspuesto del susto.- Algo más que haya visto o que nos indique dónde podría ser... Como una señal de carretera o algo.

A pesar de que sabía que intentaba ayudar, soltar eso en medio de una chica que acababa de perder a su amiga no me parecía lo más correcto, así que no pude evitar mirarla con acritud.

-¡Adam! -grité mientras le abrazaba.

-¿De qué están hablando? -comenté molesto- Están asustando a mi chica. ¿y usted señora cómo sabe que acaban de asesinar a otra mujer?