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Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas: EPILOGO.

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25/05/2015, 16:11
Lacayo Vasilov.

Epílogo

Lacayo Vasilov

El retorno de Nuestro Señor Durius fué un bálsamo para mis inquietudes. Antes de su llegada hubiera deseado acabar con el Capitan Ferenk, Hakir por evitar que cumplieramos la misión que Nuestro Señor nos encomendó. Después de la misma lamento que ambos queden impunes tras cometer tales acciones mas nada puedo hacer al respecto así que decido apartar dichos pensamientos de mi mente y centrarme en mis quehaceres diarios.

Por lo menos nuestra fidelidad para con el Primer Caballero no pasa desapercibida a ojos de este y así nos lo hace saber.

- Algo es algo. - pienso.

Observo a mi alrededor la vida en el Castillo. Sin duda alguna ha cambiado mucho con el devenir de los últimos acontecimientos mas me pregunto que nos deparará el futuro. Sólo os Dioses lo saben y evidentemente no nos lo dirán así que ... ¿para que preocuparse? Lo mejor será vivir día a día y con que nos sorprende cada amanecer.

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25/05/2015, 17:00
Mayordomo Visany.

Epílogo

Visany hijo de Dynnu

Con la llegada del Primer Caballero la vida en el Castillo vuelve a "la normalidad" si es que hay algo normal en el mismo.

Al poco tiempo el Chambelán Otto viene a verme para indicarme que finalmente he sido yo el elegido para desempeñar el cargo de Mayordomo.

- Por fin mis esfuerzos se han visto recompensados. - pienso satisfecho de mi evolución.

- Muchas Gracias. - le respondo agradecido. No os preocupéis. No os defraudaré.

Regreso satisfecho a mis quehaceres siendo el Nuevo Mayordomo del Castillo. Sin duda mi nombramiento será mal visto por algunos pero no pienso achantarme ni dejar que me ninguneen. Ahora SI tengo "autoridad" sobre ellos. Mi Futuro en el Castillo acaba de empezar. ¿Hasta donde llegaré? Sólo los Dioses tienen respuesta para ello. Yo por mi parte seguiré luchando para ascender todos los peldaños posibles para así poder proteger mejor a mi familia. No pienso consentir que me arrebaten a nadie más como lo hicieron con mi tía Innya ni que vuelvan a castigara ninguno de ellos como hicieron con mi querido hermano Dagu.

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26/05/2015, 02:30
[RIP] Caballero Glaatu Basarab, Tercer Hijo.

Epílogo

Caballero Glaatu Basarab

¿Como entender que la vida se marcha sin conseguir nada con ella? ¿Como aceptar que se ha entrenado toda la vida solo para morir de la misma forma que si hubiese vivido de manera distinta? Son clásicos pensamientos que asaltan de vez en cuando a quienes se han creado a base de entrenamiento marcial, intentando desarrollar la capacidad de luchar en contra de cualquier situación en la vida. A nosotros se nos entrena principalmente para el combate físico pero esto conlleva un riguroso entrenamiento mental y espiritual en el que se nos fortalece de tal forma que seamos capaces de resistir cualquier clase de maltrato o lucha que la vida, y sus diversas manifestaciones, tengan planeado ponerme por delante.

Intento alcanzar a los guardias que están ayudándome en mi entrenamiento de hoy. Les lanzo golpes con mi espada de madera mientras uso mi escudo para defenderme de sus golpes. Primero uno contra y le derroto con facilidad. Luego de a dos atacantes y fácilmente les supero, imponiendo mi superior habilidad. Luego son tres soldados y también soy capaz de ganarles sin demasiada dificultad. Ahora practico contra cuatro oponentes y comienzo a sudar un poco al tener que hacer rápidos movimientos tanto para evitar sus golpes como para asestarles con los míos. Finalmente caen derrotados los cuatros, quejándose de los dolores que la madera ha marcado en sus pieles.

Les doy permiso para retirarse y descansar, les doblo la ración de comida pues han actuado bien y me gusta recompensar a quienes me sirven de forma apropiada. Mi padre, el Boyardo, nunca estaría de acuerdo con mi magnanimidad pero los tiempos cambian y la nueva generación cree un poco más en inspirar más lealtad que solo temor. No es que no ame causar temor en mis lacayos pero prefiero que me sigan por que lo desean y no solo por la lanza que les espera al retirarse.

Soy bueno con la espada, soy jodidamente bueno y eso me enorgullece. Veo que algunos de mis hermanos me miran sentados en la piedra. Me acerco a donde están y me seco el sudor con un paño antes de llegar a su lado. Les miro y me responden con una sonrisa en la boca. Les pregunto qué es lo que tanta gracia les causa y me responden que parezco demasiado entusiasmado en mi entrenamiento en armas pero mis soldados están cada vez menos motivados con mi mejora. Me río y les respondo:

 - "Me importa poco cuan morados y adoloridos terminen, estos entrenamientos son los que me mantendrán vivo mientras ustedes mueren por perezosos."

Se ríen de mis palabras mientras insisten en que la habilidad en armas no es lo único importante para un guerrero. Que la velocidad y la estrategia es tanto o más importante que la fortaleza física al momento de enfrentar a un oponente. Me río en sus caras mientras les contesto:

 - "Eso es argumento de débiles y poco briosos. Nadie puede vencerme en combate y eso me mantendrá vivo por siempre."

Mi hermano Iador me mira con sus penetrantes ojos y me pregunta qué haré el día que un enemigo me ataque con algo que no sea un arma, como aceite o fuego. Mi respuesta es pronunciada entre risas:

 - "Supongo que tendré que matarle antes de terminar de cocinarme. Eso o simplemente morir."

¡¿Como saber cuán cierto sería?!

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26/05/2015, 03:19
[RIP] Koldun Vladislav Boru.

Epílogo

Koldun Vladislav Boru

 - "¿Qué puedes decirme entonces de él?"

El espíritu me mira, un poco incómodo por el hecho de estar en este plano de existencia. No es capaz de entender del todo lo que ocurre pero sabe que no está en posición de negarse a mis exigencias. Nadie lo está, en este mundo o el otro.

Sus palabras me hablan acerca de lo que se comenta en la Umbra. Se dice que es poderoso, más de lo que puede imaginarse. Se dice que los espíritus le temen tanto que no atraviesan las zonas donde él ha pisado, que le rehuyen instintivamente incluso sin verle. Dicen que él lo ve todo, que uno mira cualquier sombra en la Umbra y él sabe que estás ahí y te ve sin que puedas verle tú.

Sonrío con calma y un sentimiento extraño... ¿Pena? No, lo creo. Debe ser envidia, es mucho más probable pues hace demasiados siglos que mi vínculo se rompió. Supongo que pequeños retazos de aquella falsa emoción perduran por toda la eternidad, atormentando a las almas de quienes alguna vez cometieron el pecado de beber de la sangre de otros Cainitas.

El espíritu me pide que le deje ir, que le asusta el mundo mortal. Dice que no le gusta la sensación de estar encerrado en una carne y que desea volver a la Umbra a ser libre. Le disipo con un gesto y la criatura desaparece en medio de una sonrisa.

Mis pensamientos no se han alejado de él en todos estos siglos. Sigo odiándolo. Sigo amándolo. Sigo deseando su poder por sobre todas las cosas. Noriz, El Corruptor de Legiones. Siempre fue un nombre ostentoso y estoy seguro de que el sabor de su Vitae debe ser aún más gratificante.

Me pongo de pie para retirarme a descansar. Pienso en que debo posponer mis planes. Me falta un ejército completo para poder vencer a Noriz. Él fue capaz de acabar con mi pueblo entero y los suyos son Legión. Solo apoderarme de toda Transilvania podría darme el poder necesario para aquello. Solo tener un verdadero ejército sería capaz de vencer donde mucho otros han fallado. Debo hacer cosas antes, el tiempo me traerá alguna oportunidad. Siempre lo hace y a veces lo hace de la forma más insospechada.

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26/05/2015, 08:55
Sirvienta Enrietta.

- Es la hora, mi señor.

Mi voz, velada por la preocupación, es incapaz de contener el amor que profeso por mi Señor.

- Por supuesto, mi querida Enrietta, por supuesto.

Caminamos en silencio por las murallas y el castillo hasta los aposentos de Durius. Allí, como ha sido mi tarea durante estos años, lo asisto para que esté cómodo durante el día. Cuando ya por fin reposa, me permito acompañarlo, aovillada junto a su ataud, convertido mi cuerpo en improvisada alarma.

Cierro los ojos y me pierdo en el dulce embeleso de un sueño. Un salón profusamente iluminado, bailando en los brazos de Durius. De repente, un griterío atronador y las puertas que estallan ante la furia asesina de un caballero vestido en armadura completa que carga contra él. Una fuerza invisible tira de mí hacia atrás, empujándome contra las sombras de la pared que me engullen. Oigo el batir de espadas y el ruido de la batalla. La sangre se diluye entre las piedras y avanza hacia mis pies. Trato de correr, de alejarme, de encontrar a Durius. Pero apenas me intento alejar un frío de atenaza, un horror que hace gemir las piedras me envuelve. La pared se abre y entonces veo la figura del Koldun que se alza en todo su horror. Grito, hasta dejarme la garganta en carne viva.

- Calma, ya marchó y no ha de volver, pequeña.

Mis ojos por fin son capaces de abrirse y me hallo ante la mirada verde intensa de mi señor. Su sonrisa cala mis huesos y expulsa el frío el horror que me embargan. Sonrío. Estoy en casa.

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26/05/2015, 10:49
[RIP] Caballero Molensk Basarab, Sexto Hijo.

Epílogo: Molensk Basarab

El viento aullaba en la finca al sur de Tirsa de Balgrad. Las maderas crujían azotadas por la ventisca y se pudrían en la humedad de la lluvia, las puertas y contraventanas se abrían y cerraban estrepitosamente y sin control. Resultaba irónico que, en cierta forma, el que fuera hogar de los poderosos Basarab después de la invasión Magyar que les arrebatara Alba Iulia representase de forma cruel la situación de la familia. Unos se pudrían mientras otros, que aún seguían con vida, no tenían a nadie que les protegiera y huían, casi como azotados por el viento.

No se puede decir que no sea algo que el Sexto hijo del Boyardo no hubiera previsto. El que sus hermanos llamaran con cierta sorna "conciliador", pues era en apariencia el más tranquilo de la sangre de Blaatu, vio la muerte de su Casa reflejada en los ojos de su padre cuando su sangre bañó la tierra de su último hogar. El cabeza de familia de familia había caído, y aunque aún quedaran más de diez herederos para ocupar su puesto, ninguno podía compararse con Padre.

Y, aunque los hermanos que aún quedaban con vida y que no habían huido al exilio intentaran trazar un último plan de ataque sobre las fuerzas ducales, todo fue en vano. Ni siquiera recuperar las viejas alianzas sobrenaturales del Boyardo, como el Koldun, fue suficiente para recuperar la casa Basarab del declive. 

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26/05/2015, 11:49
Maserrak de Flambeau.

- Epílogo -

Era una noche más, una de esas oscuras y silenciosas noches de Transilvania. El castillo estaba en calma, algo a lo que sus habitantes aún no se habían acostumbrado del todo. Sin embargo, precisamente durante la noche era cuando más actividad se registraba en aquel lugar, aunque no toda aquella actividad quedaba a la vista del común de los mortales. Se podría decir que aquella sería una noche especial, pues algo estaba a punto de completarse. Años de teorías y experimentos confluían aquella noche en un resultado aún incierto, aunque tremendamente importante.

Una pequeña columna de humo surgía de una de las ventanas del castillo, casi imperceptible, acompañado del leve sonido de frascos de cristal al chocar. Un líquido rojizo bullía en el interior de un recipiente metálico, y las volutas de vapor atravesaban un serpentín de cristal que permitía apreciar su esencia. Cambiaba de color constantemente, variando del carmesí más intenso al negro más oscuro. El vapor atravesaba entonces otro frasco de cristal que estaba sumergido en un balde con agua, condensando un líquido negruzco que parecía tener vida propia. El resto del vapor, ahora de un color más rojizo, entraba en un alambique dónde volvía a calentarse con el calor del fuego.

Al final de todo aquel amasijo de tubos y frascos había un tubo que terminaba en una pequeña redoma de cristal. Unos ojos atentos observaban aquella redoma sin pestañear, unos ojos que esperaban ávidamente algo que estaba a punto de surgir del tubo.

El experimento no se hizo esperar más y con un borboteo una única gota surgió del tubo y se precipitó al fondo de la redoma provocando un sonido casi imperceptible. El hombre recogió el frasco con manos temblorosas y se acercó a la ventana para observar el contenido a la luz de la luna.

- Si… al fin… ¡Al fin! – exclamó entusiasmado el maestro.- La esencia de la vida y la muerte...

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26/05/2015, 12:03
[RIP] Sargento Dominik.

Sargento Dominik.

Epílogo.

¿Y donde? ¿y cómo? ¿y de qué manera? Tal vez haya una tumba, en algún lugar. Una tumba de un hombre leal, que cumplió con sus obligaciones lo mejor que supo, y que fracasó en sus humildes pretensiones. ¿Sirvió de algo su sacrificio? ¿tuvo alguna repercusión? Tal vez en la supervivencia de alguno de los criados. Tal vez... pero no, era injusto buscar excusas al hecho de, sencillamente, no haber sido suficientemente bueno como guerrero. En el hecho de haber sido segada su vida por la espada del que, luego, y en un giro cómico del destino, terminó siendo aliado de su señor.

Y ahora, Dominik estaba muerto. ¿Hubiera podido ser feliz de haberse casado con Pavetta? ¿hubiera podido tener hijos con ella a los que haber amado? Preguntas vanas del recuerdo de un hombre que se difumina entre las sombras, sin dejar recuerdo alguno salvo el odio de una estirpe, la basarab, que también poco a poco iría difuminándose hasta que nada quedara de aquellas tragedias y deseos. ¿Recordaría Durius, su señor, su servicio? y de ser así, ¿por cuanto tiempo? ¿Importaba acaso?

Dominik descansa y su alma será juzgada por poderes que exceden a aquellos que lo conocieron en vida.

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27/05/2015, 20:52
Guardia Boru.

Epílogo

Boru hijo de Vasile, guardia de la Dama Radovina Szantovich de Bran.

 

          Seré fiel y sincero con mi Señora. Y amaré todo lo que ella ame y abominaré todo lo que ella abomine. Repitió de forma mental una y otra vez mientras permanecía en el pasillo, escoltando la puerta de la habitación de su Señora, la Dama Radovina. Su mano acabó sobre la empuñadura de la espada, atrapando la muñeca entre el arma y el cuerpo donde podría descansar el brazo tras sus horas de vigilia.

La armadura le pesaba, las correas habían hecho mella en su piel y el agotamiento podía percibirse como algo tangible entorno al noble guardia. Y aun así el permaneció de pie, como una estatua mirando al frente. Y no volvería la vista hacia la puerta en ningún momento, escuchara lo que escuchara. Sería él custodio de aquellos secretos que escapaban al abrigo de la habitación, que se escurrían tras la puerta.

Y callaría, pues no era su deber hablar, si no cumplir y servir. Guardar la vida de su señora al precio de la suya si hiciera falta. Protegerla de todo mal sin importar a que horrores se enfrentara, a que mal o criatura vil tuviera que desafiar. Y con aquel pensamiento, con aquella determinación de mantenerse firmes ante los horrores que no deben ser mencionados, estos acudieron a su mente.

No pudo evitar recordar aquella abominación con forma canina que se abrió paso desde el interior del hombre, cuyos dientes eran como dagas y sus garras como temibles espadas. Aun le faltaba el aliento al recordar aquellos ojos mirándole, cargados con el deseo de la muerte.

En su cabeza, aquellos ojos cambiaron de dueño para ahora estar en el rostro de uno de aquellos canallas Basarab. Más monstruo que persona, se alzó por muchas veces que hundiera la maza en su cabeza. ¿Era algo así, posible? De haberlo escuchado de labios de otro, no lo creería, pero no lo escuchó de labios de nadie. Ni lo leyó. Estuvo allí, sosteniendo la maza, hundiéndola repetidas veces contra el mismo cráneo y temiendo que ni el fuego fuera capaz de destruir aquellos infectos y viles cuerpos.

La imagen de aquel cuerpo destrozado lo devolvió una vez más a las mazmorras del castillo que ahora ocupaba. La imagen de un cuerpo destrozado en el suelo, moviéndose y gimoteando aun le cortaba la respiración. Sintió el estómago flaquear cuando vio correr la sangre y alzarse a aquellos que no deberían hacerlo.

Y en un vano intento de expulsar aquellas ideas, cerró los ojos, tomando aire, repitiendo una sola frase: "Seré fiel y sincero con mi Señora. Y amaré todo lo que ella ame y abominaré todo lo que ella abomine." Porque si pudo hacer frente a todas aquellas atrocidades sin perder el juicio, si pudo mantenerse firme cuando otros habían caído fue siempre por la convicción de que el deber siempre estaba por delante. Y su deber no era otro que proteger a la Dama con su vida de ser necesario.

Así, con aquel mantra tan bien aprendido que tanto recitaba de forma mental cada vez que el miedo, la duda el terror o la muerte le acechaba, alzó el mentón orgulloso y clavó la vista al frente viendo como la luz se filtraba por una lejana ventana y bañaba con un nuevo día el pasillo.

Solo un día más cumpliendo su deber.

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28/05/2015, 04:30
Sirvienta Elena.

Epílogo

Elena. Sirvienta del Séquito de Radovina Szantovich de Bran.

Este fin… es apenas el principio…

Se repitió Elena mentalmente, en aquel momento aquel amanecer traía consigo la esperanza de que ese purgatorio, aquel castillo condenado al averno, tenía escapatoria.

Todos están condenados…

Ante sus ojos, todos los señores y damas que habitaban aquel recinto, eran merecedores de los terrores nocturnos que dominaban aquel sitio, pues no había conocido otra cosa de ellos, ante lo cual estaba segura que toda desgracia acontecida y por acontecer se lo anexaban ellos solos.

Se preguntaba si algún día podría librarse de servir a tan abominable Dama, simplemente una parte de ella gustaba de fantasear con enterrar un cuchillo en el corazón de Radovina, si es que ella tenía corazón. Lamentablemente aquello era pecado y una falta a su palabra de servir.

Así simplemente veía, después de todos los horrores vistos, de sus compañeras perdidas, podía esperar a que la divina providencia arrebatara la vida de la dama a la que servia.

Rezaba por ello a diario, por la muerte de todos los señores pecadores del castillo, tal vez con sus muertes, ella seria libre y tal vez con sus muertes, pudiese purificarse aquel tres veces maldito castillo, pero aun así, anhelaba irse lejos.

Este fin… es apenas el principio…

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29/05/2015, 13:35
TEMPUS FUGIT.

OCASO DEL VEINTIOCHO DE JULIO.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

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29/05/2015, 13:37
TRANSILVANIA.

Durante todo el día, negros nubarrones de tormenta parecían anunciar su llegada.

La milicia alerta de la llegada de una gran comitiva desde el Norte: carros y carruajes, algunos jinetes y un centenar de guardias feudales.

Tras la noche de su derrota, Schaar Dvy permaneció encerrado en las Mazmorras, sometido a tormento inhumano por parte de Carcelero.

El Capitán Zarak no permitió a Dama Dubieta ni a nadie ir a visitarle.

En días sucesivos volvió una cierta sensación de orden, o al menos de tensa calma, al Castillo de Balgrad. La Guardia Ducal mantenía la vigilancia con la colaboración de la milicia de la ciudad, que parecía haber vuelto a sus puestos.

Tres individuos extraños se unieron al séquito del Primer Caballero Durius Tremere de Slobozia, éste los alojó en su mansión en la ciudad.

Así transcurrió el resto de mayo, todo junio y gran parte de julio.

Hasta que la milicia anunció la llegada de una comitiva procedente del Norte, una comitiva que portaba los estandartes del Duque de Transilvania.

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29/05/2015, 20:06
Duquesa Maruska Kadar.

Con el Duque llegaron también su señora esposa, la Duquesa Maruska Kadar, y el hijo de ambos, el pequeño Morout.

La Duquesa resultó ser de armas tomar, además de hablar solamente la lengua magyar. Varios criados del castillo fueron azotados por dirigirse a ella en la lengua de los esclavos (el eslavo es la lengua nativa de las clases humildes transilvanas en esta época).

Algunos de los lacayos y criados fueron hallados culpables de traición, por lo que fueron azotados con latigazos hasta la muerte, en el Patio del Castillo que tanto habían hollado.

Se estableció también una dura disciplina entre la guardia ducal, pues muchos de los guardias, con la honrosa excepción de Itsvan y Hakir, fueron hallados displicentes y vagos en el cumplimiento de sus deberes. En el caso de los guardias a las órdenes del Capitán Zarak, sin embargo, los azotes no fueron hasta la muerte.

Mayor fue la disciplina impuesta entre la milicia local ciudadana y entre muchos de los habitantes de la ciudad de Alba Iulia. Hubo decenas de ahorcamientos y el herrero trabajó muy duro construyendo jaulas en las que encerrar a los condenados a exposición, jaulas que se colgaron altas en la plaza principal de la ciudad y en algunos puntos de los muros defensivos.

El Duque por su parte, se entrevistó con todos los notables del Castillo, recabando todas las opiniones y puntos de vista. Y escuchando siempre las opiniones de su amada esposa, la Duquesa Maruska.

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29/05/2015, 21:39
Duque Gyula Kadar.

OCASO DEL CINCO DE AGOSTO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

SALON PRINCIPAL:

Durante toda la última semana todos los habitantes del Castillo de Balgrad han sido interrogados una y otra vez acerca de todos los detalles de todo lo acaecido en el Castillo durante el último año y medio. En algunos interrogatorios se ha usado la "amable" ayuda de Carcelero.

El Duque convoca un atardecer a éste, además de al Capitán Zarak, al Chambelán, a las Damas nobles de la sangre Szantovich, a Maserrak, a un demacrado y de momento excarcelado Schaar Dvy (sin ojos ni manos, y completamente cojo con las rodillas mal curadas y retorcidas); y, por supuesto, al Secretario Ducal. También ha sido llamado Valdav Krevcheski.

- "Mi buen Durius, debemos deciros que casi nos extraña conservar un ducado y una silla ducal en la que sentarnos, tras el relato de todo lo que ha ocurrido en nuestro dominio en ausencia de nos.

Los Condes afirman que los caminos no fueron seguros durante meses, y que nada se hizo desde este Castillo para paliar esa situación. Por fortuna, todas las Tirsas se han seguido autogobernando exitosamente sin vuestra intervención.

Encontramos a nuestra llegada recursos despilfarrados o arruinados, como la Casa Basarab, de la que tanto esperábamos, o la muerte del notorio Iacobus, así como de los Dravescu. La pérdida de servidores leales, como el Senescal Jensi Stolnic, o Farkas Deli.

También sabemos que nos habéis arrebatado lo que en justicia nos pertenecía, y que ahora conserváis en vuestro interior. Un tesoro del que no estamos seguros seáis consciente de cuál es su verdadero valor.

Capitán Zarak, dad un paso al frente. Nos os nombramos Caballero de Transilvania por vuestra lealtad y los servicios prestados. Contraeréis matrimonio con la Dama Radovina, de la Casa de Bran. Nos os encomendamos la tarea de engendrar un linaje de guerreros que proteja este país durante los siglos de los siglos. Recibiréis como dote las tierras abandonadas por la Casa Basarab, así como la mansión en la ciudad que antaño perteneciera a dicha Casa y que había sido cedida temporalmente a Durius de Tremere en usufructo.

Capitán, por su valor y coraje, podéis nombrar Sargentos de la Guardia Ducal a los guardias Hakir e Itsvan, con el correspondiente estipendio. El resto de guardias recibirán la más severa de las disciplinas y podrán ser ahorcados por vos si lo consideráis conveniente.

Schaar Dvy, dad un paso al frente. Vuestra furia fue ciega y tal vez mal encaminada, pero nos consideramos que a vuestro modo nos habéis sido leal. Se os libera de vuestra condena de prisión. Además, si en el plazo de dos meses estáis en condiciones de empuñar un arma y volver a prestar juramento de fidelidad, recuperaréis las espuelas propias de un Caballero de la Casa menor Dvy de Transilvania.

Otto de Sajonia, dad un paso al frente. Os libero de mi servicio y os despojo de los cargos de Chambelán de la Corte y de Mayordomo de Balgrad. Nos os consideramos personalmente responsable del desastre de las dobles bodas en la que los Basarab fueron imperdonablemente ofendidos. Se os condena a muerte por decapitación. Dicha condena permanecerá en suspenso en tanto en cuanto Durius Tremere de Slobozia os acepte a su servicio y os mantenga a sus órdenes, pero será ejecutada tan pronto os releve de su servicio.

Maserrak de Flambeau, dad un paso al frente. Desde hoy ya no sois Maestro de la Corte y se os exilia de la Tirsa de Balgrad ahora y para siempre, bajo pena de muerte en la horca. Podéis permanecer al servicio de Durius Tremere o abandonar el país para regresar a vuestra patria, como gustéis.

Valdav, de la Casa Krevcheski, dad un paso al frente. Vuestro primo Flaviu nos sirvió mal, con grave incompetencia que costó a nos las vidas de cien jinetes magyares y de dos de nuestros sagrados Guerreros de Sangre. La Casa Krevcheski sigue ahora, y tal vez por siempre, bajo sospecha. Podéis elegir servir a Durius Tremere o subir al cadalso para ser colgado del cuello hasta morir. Vos elegís.

Durius de Tremere, dad un paso al frente. Desde este momento, se os depoja de la condición de Primer Caballero de la Corte y del cargo de Secretario Ducal. Además, hasta nuevo aviso, ya no sois bienvenido en esta Corte. Conserváis vuestros títulos y rangos de Caballero de la Casa Tremere, y vuestra condición de señor feudal del señorío de Slobozia.

Precisamente en relación a este señorío, recibiréis la suma de cien Florines, y podréis llevaros a cuantos sirvientes consideréis oportuno de este Castillo, incluyendo si gustáis a Carcelero y sus Mazmorreros, así como al joven Lindor de Slobozia, su familia, y otros miembros de vuestro séquito. También os acompañarán veinticinco familias de la ciudad que quieran seguiros bajo vuestra nueva misión y cometido, que será repoblar Slobozia y convertirla de nuevo en un feudo viable que pague sus diezmos a nos. Como parte de la ayuda que se os brinda en vuestra tarea, quedaréis exento del pago del diezmo ducal durante los primeros cinco años.

Con el objetivo además de repoblar Slobozia, contraeréis matrimonio con la noble dama Dubieta, de la Casa Szantovich, adoptando a su hijo Tiberiu Radomir como heredero, en tanto en cuanto no engendréis con vuestra esposa a un heredero legítimo de vuestra carne y sangre.

Durius, cualesquiera de los siervos plebeyos del Castillo que queráis llevaros estarán a vuestro servicio, aquellos que no queráis con vos serán ahorcados por traición.

Durius, marchad ahora a vuestro nuevo cometido y no nos falléis en esto." -

El Duque sella el acta ducal de repoblamiento de Slobozia y los demás documentos con sus órdenes y nombramientos, y se los entrega al Capitán Zarak antes de dar por zanjada esta sesión de la Corte Ducal de Transilvania.

Queda bastante claro que cualquiera que abra la boca para decir algo será encerrado en una estrecha jaula de hierro, justo del tamaño suficiente para permanecer dentro en pie, y que dicha jaula será seguidamente colgada de lo alto de un poste en la plaza de la ciudad.

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30/05/2015, 12:15
Durius Tremere de Slobozia.

Durius se mantuvo imperturbable mientras Gyula Kadar emitía su juicio y sentencia. Se abstuvo de palabra o gesto alguno, limitándose a inclinar la cabeza en señal de aceptación de su suerte. Pero algo en su porte, en su estar erguido, en su mirada verde hacía pensar que lo que debía ser considerado castigo y humillación pública había sido tomado como regalo y oportunidad inesperados. Se mantuvo inmóvil en el Salón Principal, una estancia que tardaría mucho en volver a ver, hasta que el Duque Magyar salió del mismo. Una vieja sospecha había tomado forma definitiva en su mente. Gyula era un títere en manos de Maruska, su esposa. Podía equivocarse, pero posiblemente ella fuera su Sire, el verdadero poder en aquella tierra conquistada por el magyar, mas su condición de hembra la obligaba a ocultarse tras la brillante estela de su esposo. Sonrió, ampliamente. Lo alejaban de la Corte mas mantenían corta la cuerda de la servidumbre. El Koldun era la clave de todo aquello, el tesoro que lo mantenía con vida.

Se dio media vuelta, dispuesto a su vez a abandonar Salón y Castillo, sin una sola mirada atrás, lejos de caer bajo la maldición bíblica de transformarse en estatua de sal por renuencia a abandonarlo todo tras de sí. Su voz, clara y argentina pudo oírse mientras marchaba.

-Enrietta, Mikail, Vasilov, vaciad mis dependencias de forma inmediata. Partimos a destino conocido. Otto de Sajonia, acompañad a Dama Dubieta Szantovich y ayudadla en cuanto esta y su hijo necesiten y haced que todo les resulte cómodo. Maserrak, venid con nos pues el futuro nos pertenece y es hora de modelarlo. Valdav, Slobozia es nuestro destino y vuestro nuevo hogar. Id a la mansión y tomad vuestras preciadas pertenencias y al resto de mi séquito y esperadnos a las puertas de la misma. Mi comitiva os recogerá. Hijos de Slobozia, es hora de regresar al hogar -dijo y en su voz podía percibirse una humana alegría-. Carcelero, no es mi deseo alejaros de vuestro Señor, con quien os unen lazos indisolubles. Permaneced pues en Castillo a su servicio. Mas sabed que si en alguna ocasión necesitáis un nuevo hogar o un nuevo señor, seréis bienvenido. Pavetta, tomad a vuestro hijo y a cuanto queda de vuestra familia. Y a todo aquel que deseare una nueva vida, de trabajo arduo, alejada de una urbe que huele a muerte y desolación, venid con nos -se detuvo ante Dama Dubieta cuando pasó a su lado. Tomó su mano durante un fugaz instante y su mirada se clavó en la de ella-. Me temo que siendo inocente, habéis sido castigada condenándoseos a un cruel destino. Mas vuestra sangre es fuerte y vuestro espíritu os permitirá hallar luz en las sombras. Capitán Ferenk Zarak, os felicito de corazón. Estoy seguro de que sois merecedor de cuanto se os ha dado. El sol que ilumina vuestra vida ha regresado y nunca más os abandonará -una carcajada argentina rubricó aquella frase que solo Zarak llegaría a entender-. Regresamos a casa, al hogar.

Dicho aquello, reanudó la marcha, en dirección a sus habitaciones. Sus proyectos, sus esperanzas, su destino habían cobrado una nueva intensidad. Sus labios se curvaron y una vieja canción, apenas musitada, acompañó el comienzo de aquella nueva vida, una vieja canción antaño escuchada de la  voz de una viejo y fallecido amigo.

Dulce  pastora las ovejas a abrevar llevaba

y en la orilla vio un burro que  a yegua montaba.

Jamás verga igual en el mundo se vio

y enorme ardor por el cuerpo a la zagala le  subió.

Corriendo, corriendo al agua bajó,

el sayo en todo lo alto por el calor.

Metióse en el río  hasta que el conejo ahogó

buscando en el arroyo alivio y frescor.

Cosas verás, dijo el poeta

mas nunca imaginó semejante seta.

Grande boscaje era el que entre piernas asomaba

y grande la raja que  la pelambre surcaba.

Una trucha que por allí pasaba,

muy cristiana se persignaba

mientras a los santos se encomendaba

sin poder apartar mirada.

¡Por San Juan, San Pedro y Santo Tomás!

¡Esas son las barbas de Barrabás!

Nadando trémula, veloz se alejó

mas en el camino con la anguila topó.

¡Alto! ¡Parad! ¡Huir es menester!

Alejaos del monstruo ¡pardiez!

¿El cuálo monstruo vuesa merced?

Y la trucha respondió: ¡Aquel! ¡Aquel!

Curiosa se acercó la anguila

con parsimonia y muy tranquila.

Cosas peores he visto en esta vida,

solo es potorro sin esquila.

Además, buena gruta se me hace

protegida por tanto follaje.

Ni corta ni perezosa

acercóse dispuesta a la chocha

y con valentía muy hermosa

metió la cabeza en la fosa.

Cálida, húmeda y fragante

se le antojó a la muy tunante.

Presta, hacia dentro culebreaba

para ocupar lo que nadie llenaba

de mientras la pastora penetrada

gozaba, gozaba y gozaba.

Pronto la gruta uterina sufrió  terremoto

y de arriba se oía: ¡Lo noto! ¡Lo noto!

Tanto alboroto y movimiento

provocó al inquilino gran descontento

y tomando las de Villadiego

se fue sin un ¡Hasta luego!

Y así acaba esta historia tan mundana

que no ha de conocer, madre, hija ni hermana

porque os han hecho saber que tendrán dicha

si a mano han una bicha.