Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Escena general del Castillo de Balgrad.

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02/05/2012, 19:18
[RIP] Sargento Dominik.

No estaba satisfecho. La inactividad hacia a los hombres lentos, y perezosos. Tras los aciagos asesinatos, que ni tan siquiera habían sido resueltos de adecuada forma, las mesnadas de mi señor, Durius, habían estado ocupadas de temas menores.

No, eso no era bueno para la disciplina. Debía empezar a conocer a los hombres. Él era el hombre de confianza del señor Durius, a él le debía nombre, fama y posición. Mientras realizaba durante esa mañana sus ejercicios pensó que iría a hablar con él. Lo antes posible.

Cita:

No tardes mucho o te dejare sin desayuno. Ademas Otto me ha comentado antes que nos había guardado un trozo de bizcocho.

- Ferenk. Veo que somos los únicos en ponernos a realizar entrenamientos a tan pronta hora de la mañana. Me alegra veros. Y si, tomaré ese desayuno. Esperad un instante, si os place, y os acompañaré. Quiero preparar una serie de ejercicios para nuestros hombres, puesto que no me parece que estén bien preparados, como quedó ya demostrado en la última situación de emergencia. Y es necesario que estén preparados - dice con convicción, mientras deja en el armero el arma de entrenamiento que estaba usando- Y decidme, capitán, ¿cuales son vuestros planes?

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02/05/2012, 19:34
Capitán Ferenk Zarak.

- Pues me alegra que me lo preguntes, he estado trabajando con la guardia feudal para tratar de mejorar sus habilidades, sin embargo en cuanto a la milicia... creo que poco podemos hacer. Aunque, si los equipamos bien y son capaces de mostrar valor y unión, no creo que tengamos problemas para que se ocupen de los quehaceres diarios.

Y ahí es donde me gustaría que me ayudases, tratando de transmitirles valor. Te mantuviste firme al lado de Durius en nuestro encuentro con el esqueleto, y eso que tanto tu como yo no teníamos la destreza para hacerle frente. Pero al mantenernos unidos y no desfallecer, el enemigo salio huyendo. Tenemos que dar a nuestra milicia esa confianza. Y creo que tu eres el idóneo para hacerlo.

También tengo alguna idea, pero son sólo eso... ideas. Si alguna se concreta en un plan, no te preocupes que te lo haré saber.

Por otro lado, hace tiempo quería decirte que no me fío del caballero Radoslav. No es un hombre de ley ni justicia. Se mueve por caprichos... y si yo fuese el guardaespaldas de alguien...no dejaría que se acercase mucho. -

Ferenk le comenta esto a Dominik mientras van de camino a desayunar y asegurándose que nadie les escucha, sobre todo la ultima parte y espera por si quiere darle alguna replica en privado.

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02/05/2012, 20:15
[RIP] Chambelán Lorand Teleki.
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Tras dejar atrás el patio de armas, distingue al Mayordomo hablando con un pequeño grupo de campesinos. El chambelán se dirige directamente hacia él y tras acercarse lo suficiente, le hace un ligero gesto para captar su atención.

Cuando acabes me gustaría hablar con vos- le dice.

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02/05/2012, 20:33
[RIP] Sargento Dominik.

- No entro en los temas que corresponden a mi señor Durius. Si algo he aprendido es que las cuestiones graves deben ser dejadas a nuestro señor. Yo nada he notado en contra del caballero... pero si algo raro viese en su comportamiento, o en el de cualquiera, informaría a aquel de cuyo nombre participa mi fama, reputación y estima. En cuanto a los hombres necesitan trabajo duro, mano firme y que se le muestre que sus señores tienen tanto valor como se espera que ellos lo tengan. No son pocos los peligros que me acometieron cuando acompañaba a mi señor Durius. Y espero que si los hados me dan fuerza y salud, sean muchos más años los que pueda acompañarle

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02/05/2012, 20:43
[RIP] Senescal Jensi Stolnic.
Sólo para el director

                                                    Cuarto día del mes primero del año de Nuestro Señor Novecientos cincuenta y siete.

Estimado Padre Adelmus, 

le escribo en nombre de mi buen señor el Duque Gyula Kadar, si tuviera a bien acercarse al castillo en la noche tras haber concluido con sus quehaceres sacerdotales, nos gustaría hacerle una proposición con la que estrechar nuestras relaciones y mejorar el estado espiritual de todos los habitantes del castillo. Le ruego haga saber a algún sirviente del castillo a su llegada que lo traigan ante mi presencia.

Vaya usted con Dios,

En nombre del Duque Gyula Kadar su fiel senescal
Jensi Stolnic 

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02/05/2012, 20:57
[RIP] Senescal Jensi Stolnic.
Sólo para el director

Tendré que lidiar con el sacerdote, el sacerdote de un Dios débil, todavía no entiendo cómo mi señor, él que ha conquistado cuanto abarcan mis ojos, él que no decae por la edad ni las sombras, se ha convertido en un cristiano, jurando poner la otra mejilla, perdonar a sus enemigos, inconcebible. Es cierto que el modelo feudal está dándonos más riquezas de las que solíamos tener, y es cierto que el pueblo está más sano y contento, pero la mayor parte de la población se ha ido, sigue siendo fiel a los antiguos dioses, a los verdaderos dioses.

Mañana conoceré al sacerdote, aprenderé sobre su religión, aprenderé sobre su persona, seré un cristiano ejemplar, por mi señor y bueno, porque hay que tener a tu enemigo mucho más cerca que a tu amigo, esperar el momento oportuno, o quién sabe, puede que ese Dios tenga muchos secretos que desconozca, si algo he aprendido en la corte es a no sacar conclusiones apresuradas. Mejor será que deje bien atado estos asuntos, los siguientes días pueden ser complicados, no podré entretenerme con trivialidades. -dice posando la vista sobre los papeles que ha apartado en un rincón del escritorio mientras escribía la misiva al Padre Adelmus- Pero antes, -coge la vela y tras plegar la carta acerca el lacre a la llama que derrite poco a poco el material escarlata que se derrama goteando justo a tiempo para ceder ante el peso del sello ducal- esta era la mejor parte del trabajo, eran sus palabras, sus pensamientos y decisiones, y con ese simple gesto quedaban colmadas de poder.

-Sus manos buscan el cordel que hace sonar la campana en las habitaciones de los siervos,- será mejor que alguien lleve esto pronto, no me gustaría que se retrasase más el encuentro con el sacerdote. 

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02/05/2012, 21:31
Capitán Ferenk Zarak.


Que susceptible que es. Tendré que tener cuidado no vaya a malinterpretarme de nuevo con algo mas grave. Y yo que solo pretendía darle un consejo de amigo para su trabajo de proteger al príncipe, y el se lo ha tomado como que pretendía que Lord Durius debía hacer algo al respecto.


Ha sido un placer entrenar en compañía, y tienes libertad para entrenar a la milicia cuando quieras siempre que me avises de antemano para disponer los turnos y demás asuntos que puedan verse afectados.

Te dejo que hace días quiero charlar con el señor Stolnik y hoy creo que no tenia la agenda muy apretada y es posible que me reciba.

Dicho esto, Ferenk sale de la cocina en busca de Jensi Stolnik.

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02/05/2012, 22:13
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.
Sólo para el director

Iakov observaba por la ventana, recargado sobre el alfeizar, el movimiento aburrido de la vida rutinaria del castillo.

No estaba seguro de cuántos años habían pasado ya desde aquella noche en la que Radu se había desvanecido, y con él, se había roto la cadena que había anudado su cuello. Desde aquel momento todos los cambios se habían suspendido, aunque fuera mucho más tarde que lo descubriría. Se había quedado así, tal cual había sido, tal cual sería hasta que se volviera pura sombra o cenizas. Con ello había desaparecido incluso el yugo del tiempo y de la decrepitud. No le quedaba cadena alguna. Sólo estaba atado a sí mismo.

Sólo por ello se había permitido adoptar la identidad que tenía ahora. Caballero, je, por peores bromas habían desmembrado a innumerables bufones en los salones del lujo. Ni siquiera en la antigua época de la Tirsa se habían atrevido a semejante ridículo. Sin embargo, el título le daba la máscara que necesitaba para hacer su voluntad de modo mucho más  libre. Podría haber retomado el nombre de Iakov el Ensartaojos y volver a cabalgar hacia la barbarie, siendo lanceado por unos y por otros, derecha e izquierda, arriba y abajo, delante y detrás. Podría haberse presentado a reclamar su nombre frente a la llamada Ensartacorazones, y con su nombre reclamar a sus seguidores, a sus tesoros, y a todo lo que viniera con su caída. Podría haberlo hecho, sí, y prescindiría de la vida aburrida de un castillo aburrido, una vida para la que jamás había estado hecho, y para la que nunca querría estarlo. Sin embargo, le divertía la hipocresía que la máscara sobre su persona le permitía.

Como Iakov era un monstruo perseguido, torturado, el diablo encarnado en carne y sangre, en leyendas de que por esas venas debía correr veneno puro, que no necesitaba llevar armadura pues su piel era tan dura que peleaba desnudo sus batallas. Era el azote, el desolador, el torturador y el asesino, el sádico y perverso, la peste, la maldad y el pecado, el arrase, la desgracia, el terror hecho figura. Como el Caballero Radoslav, simplemente, era el mejor, y la realidad feudal le rendía pleitesía a su ferocidad aterradora, aplaudiendo sus bestialidades como parte de inmensas cruzadas contra los impíos, o más honestamente, contra cualquiera de los enemigos.

A fin de cuentas, la única diferencia entre un asesino y un verdugo era el pulgar arriba del dueño de una corona.

Abandonó la abertura y se ciñó la espada a la cadera. La mañana era abierta, y si cabalgaba lejos del Castillo, quizás hoy podría entregarse a algunos de los gustos que ni con los años, ni con el engaño ni con la muerte, había dejado atrás.

Notas de juego

Iakov sale al patio de armas, o a algún sitio desde donde pueda abandonar las cuatro paredes de encierro.

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02/05/2012, 21:52
Durius Tremere de Slobozia.

Durius se acercó a la ventana y se asomó al exterior. Faltaba poco para que amaneciera y el horizonte perdía su negrura para ajarse con el blancequino color que la primera luz aún sin despuntar daba a aquella pequeña franja de cielo, semejante a una mortaja que pronto se deshilvanaría. Aspiró el aire, y por encima del hedor a orines, putrefacción, heces y estiércol, el aroma del invierno se hizo perceptible.

Se sentó en el alféizar, disfrutando de aquel breve momento de soledad y fragilidad del que gustaba gozar a diario, lejos del Duque y de las impuestas obligaciones como secretario suyo, lejos de sus lacayos, de Valru, su chiquillo, lejos de Pavetta y su familia. Tan solo en algunas ocasiones desearía que su hijo estuviera allí, con él. Un viejo resquicio de humanidad quizás, de debilidad tal vez, o de amor paternal que ni siquiera la esclavitud de la sangre y su imperio podían eliminar completamente.  Y en esas raras ocasiones se veía a sí mismo con Lindor sobre sus rodillas, cantando una de las viejas canciones de Lisander o simplemente disfrutando del calor de su cuerpo mientras le contaba alguna historia de Slobozia.

Lisander, Slobozia, Durius. Todo ello había muerto. Nada era real. Slobozia era un páramo abandonado, estéril, donde las casas se deshacían bajo los rigores del clima y el tiempo que transcurría implacable. Durius, el joven sobrino del Caballero Sidor, muerto en la flor de su juventud, una frágil joya bizantina que no supo amoldarse a los rigores de Transilvania, una tierra dura, implacable, cruel. Como una amante casquivana. Y Lisander, muerto para ser transformado, asesinado para nacer nuevamente a una no vida. Todo era una mentira y él, tan solo una broma.

-¿Quién soy? -murmuró para sí y su aliento dibujó una espiral de vaho en la noche. Se sentía triste, melancólico, quizás por el aburrimiento al que la vida en la corte le condenaba. Miró la luna, apenas un tajo en el cielo cuajado de estrellas que se desvanecían bajo la creciente luz. La noche moría, pero no así las preocupaciones.

Se puso en pie y se encaminó a sus habitaciones y el camino recorrido, las paredes de piedra, los artesonados de madera de los techos, las antorchas, su propia habitación, le recordaron cuál era su lugar. Un siervo más del Duque, sin recursos, sin derechos, sin estatus. Alguien a quien como si de un esclavo se tratara se proporcionaba alojamiento y ropa a cambio de un trabajo bien hecho, a cambio de unas obligaciones claramente determinadas y no retribuidas. 

Miró la habitación y el ataud que lo presidía. No era su habitación sino la habitación del Duque, pues nada poseía. Ni siquiera la tierra sobre la que descansaba. Y por un instante echó de menos el lustro transcurrido y ya perdido en el pasado, un tiempo en el que viajó a lo largo de su amado país, llevando la paz y, a veces, la muerte. Era un tiempo donde todo parecía claro, diáfano. No como el presente envuelto en la bruma ponzoñosa de la política, de las mentiras y de las medias verdades, de los intereses personales, de los chismorreos y de la vanidad de unos pocos. Quizás por ello el Duque había sentido la necesidad de invitar al párroco de la ciudad a convertirse en el Confesor de la Corte, se dijo. Pero no, sabí ala verdad o la intuía. No era sino otro paso más, un nuevo movimiento sobre el tablero, una decisión política con la cual habría de bregar él. Una vez más.

Rió. El recuerdo de la miradas, de las medias sonrisas, del aire de superioridad de Teleki y Stolnic le proporcionaron un instante de divertimento. Aquellos ridículos seres, empapados de un egocentrismo embriagador creían poderle ofender con sus maneras, con sus gestos. ¡Ridículos!, exclamó en voz alta, cerrando la puerta de la cámara. Sí,q uizás quedara dentro de él algo del viejo Lisander, el joven bardo inmune a las puyas y con la lengua siempre presta para el sacasmo, la mofa y la befa. Pero él no era la única víctima de su altanería. Estaba Valru, su chiquillo, por cuya sangre circulaba más nobleza de la que aquellos dos piojosos podrían aspirar a tener jamás. No, Valru no estaba bien, algo le atenazaba, le envolvía como un sudario y lo ahogaba. Lo veía pulular, sin rumbo fijo, sin un objeto al que aferrarse. Debían hablar. Ambos eran jóvenes pese a la incongruencia de tal afirmación en el caso del mayordomo. Y debían unir sus esfuerzos en favor de la tierra que les vio nacer y les fue arrebatada. Valru fue convertido. Para el Duque, un acto de crueldad y una prueba de la obediencia de Durius. Para él, una posibilidad, un aliado, un amigo quizás si de tal cosa podía hablarse. Era hora de unir fuerzas, de tejer su propia tela de araña, de iniciar la reconquista de Transilvania y arrebatársela a los magyares. Tenía tiempo. Todo el del mundo. Si sobrevivía. Si sabía jugar sus cartas.

Tiempo. Inexorable, lento y rápido a un tiempo. Su hijo crecía. Pavetta envejecía, por lo años y por la esclavitud a la que se había sometido acogiendo a su indeseable familia. Parásitos que la habían criticado por su matrimonio y que ahora, en las horas oscuras de sus maltrechas existencias, chupaban cuanto podían de sus secas ubres. Pero había puesto remedio. Y confiaba en que los pasos dados en este sentido fueran aprovechados. En caso contrario, él mismo se encargaría de que no constituyeran carga alguna. Pero el futuro de su otrora esposa y de su hijo dependían de algo más que el dinero. Su posición debía ser reafirmada y ello solo sería posible a través del matrimonio. Pavetta necesitaba un esposo y Lindor un padre. Y creía contar con el nombre adecuado. Dominik, su fiel vasallo. Mas estos eran detalles menores, comparados con otros asuntos de estado o de conveniencia. Krevcheski, el Boyardo Basarab y Grigory Bratovich. Espinas clavadas, peligros potenciales, enemigos declarados, aliados... solo el tiempo lo diría. Debía meditarlo larga y profundamente, elegir el momento adecuado, dar con la decisión acertada, pues un mal paso llevaría a una estrepitosa caída.

Pero todo eso sería mañana. El letargo se iba aposentando en él. Se tumbó sobre la fría tierra y cerró el ataud creando su propia noche. Sus manos estrujaron la tierra que le vio nacer, morir y volver a nacer. Su existencia era una abominación, un castigo y a un tiempo un milagro y un enigma. Como lo era el Caballero Radoslav. Percibía le peligro tras su persona. Latente pero constante. Sutil y a un tiempo letal. Cerró los ojos. Mañana sería otro día.

Mañana...

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03/05/2012, 01:50
Lindor de Slobozia.

"El cis...ne, el ba... gre y el can... can... gr... gre...jo... El cisne, el bagre y el cangrejo."

Mi lectura silenciosa comienza lenta en un comienzo, hasta que logro soltar mi mente a los fonemas aprendidos, relacionando las letras escritas con el idioma hablado. Primero descifrar qué dice para luego entenderlo. Lento, pero seguro para alguien que aun está aprendiendo.

Es de mañana y el Maestro Maserrak de Flambeau me está enseñando una nueva lección. Su estilo es muy apreciado por mí, pues a pesar de ser la única forma de aprender que conozco, no lo me enseña a leer, pues siempre lo hace con otra clase de enseñanzas. Este caso no es la excepción, pues esta fábula, como acaba de llamarla, debería enseñarme algo si soy capaz de entenderlo.

Esta mañana he llegado temprano al Castillo, pues ha sido una de las pocas noches al mes en las que el maestro me permite dormir en mi casa. Muchas veces terminamos las lecciones a altas horas de la noche, por lo que duermo en el Castillo, en lo que se ha transformado en un segundo hogar para mí, si es que no en el primero.

Esta mañana he llegado justo a tiempo antes de que el maestro ingresara en la sala. He venido al Castillo con mi madre, mi tía y mis primos, pues los últimos y mi tía Innya pedirán algún trabajo aquí, algo que nos ayude a tener un mejor invierno que el anterior, donde varios en mi casa pasaron hambre, algo que no me tocó, pues siempre soy el más protegido.

"Sólo que el carr... rro todavía es...tá allá. Sólo que el carro todavía está allá."

La fábula termina y pienso en ella un momento antes de levantar la mano hacía mi maestro pidiendo permiso para contestar a su pregunta. Una vez lo hace, respondo, un poco inseguro de mi certeza, pero convencido de lo que creo:

 - "Maestro Maserrak, he terminado de leer y creo entender lo que la fábula quiso enseñarme. Se refiere a que si las personas no se ponen de acuerdo y trabajan en conjunto para lograr un fin, no lo conseguirán por fácil que sea pues el no apoyarse hace que se estorben. No sé si estoy en lo correcto Maestro, pero eso creo."

A pesar de los beneficios que he tenido a lo largo de mi vida gracias a las intervenciones del Señor Durius, soy un niño tímido no entiende del todo lo que le rodea, pues la vida es más compleja y oscura de lo que una mente tan joven puede comprender sin destruir su inocencia. Por lo demás, soy inteligente y cosas logro vislumbrar, pero los siete años es pronto para comprender a cabalidad las razones de los sucesos a mi alrededor. Entiendo mi situación en el mundo y entiendo que Durius me apoya porque se siente en deuda con mi difunto padre, al que jamás conocí, pero nada sé de los magyares de los que oigo hablar y de porqué la gente les teme. Tampoco nada sé de lo que hace Durius y por lo que tiene lo que posee.

Esas son algunas de las dudas que tengo, pues nadie se ha tomado el tiempo de explicármelas, por lo que el momento de las preguntas se acerca y mi curiosidad es siempre grande y ávida de conocimiento. No pasará mucho antes que comprenda lo que mueve los engranes que dan vida mi situación y todo lo que me rodea.

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03/05/2012, 05:39
Lacayo feudal.
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Entregas la carta a uno de los lacayos del castillo y le ordenas que la entregue al Padre Aldemus Basarab en persona y lo antes posible. El lacayo sale con presteza del castillo en dirección a la iglesia.

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03/05/2012, 12:35
Maserrak de Flambeau.

No había contado aún los cien golpes de bastón cuando el joven Lindor levantó la mano, había terminado de leer y comprender el texto incluso antes de lo que esperaba, después de todo parecía que no estaba siendo un mal maestro. Levanté el bastón y señalé a Lindor para otorgarle la palabra. De forma sencilla y clara expuso lo que había entendido de aquella fábula, para después quedarse callado y esperar mi veredicto.

- Muy bien, Lindor, esa es exactamente la enseñanza que podemos sacar de esta fábula - dije mientras colocaba las manos detrás de la espalda y me acercaba hasta él a pasos cortos.- Esto de lo que hablamos se llama moraleja, y se refiere al tema central de la fábula, que en este caso es, como bien apuntabas, el trabajo en equipo. Es habitual que la moraleja venga recogida en unas cuantas líneas al principio o al final del texto - llegué junto a él y le señalé las tres primeras líneas de lo que acababa de leer.- Leer una fábula requiere un ejercicio de comprensión adicional, pues no se trata únicamente de lo que les ocurre a unos animales cualesquiera, lo realmente importante es la moraleja, de eso es de lo que aprendemos.

El muchacho atendía a todas mis palabras como si fuese lo más interesante del mundo, y en cierto modo debía serlo, después de las calamidades que había sufrido su familia para llegar hasta aquí todo esto debía ser como un sueño para él. Pronto terminaríamos las clases de lectura y, a partir de ahí, el muchacho sólo necesitaría practicar y practicar, lo básico lo tenía ya más que aprendido. Pensaba regalarle un libro para que mejorase su lectura, aunque aún no me había decantado por ninguno en concreto, tenía algo en mente pero quizás sería más adecuado consultarlo previamente con Durius, al fin y al cabo era él quién decidía a grandes rasgos los contenidos de la educación del joven Lindor.

- Bien, continuemos con las preguntas - volví a golpear con el bastón en el suelo mientras andaba de nuevo alrededor de la mesa.- Imagina que en lugar de tres animales tirando de un carro la situación cambia, piensa en una aldea gobernada por tres hombres - hice una pausa para permitirle centrarse en la situación.- Uno de esos hombres es un anciano, posee la voz de la experiencia, y piensa que la situación actual de la aldea es buena y que sus esfuerzos deben centrarse en consolidar dicha situación mejorando la situación de los campesinos y artesanos de la aldea; otro de ellos es un hombre adulto, preocupado por la seguridad de sus hijos y sus amigos, piensa que para mejorar la situación de la aldea deben defenderse mejor, contruir un fuerte y una empalizada por ejemplo; y el último de ellos es un hombre joven, fuerte pero impulsivo, que opina que la mejor baza de la aldea es entrenar una milicia y atacar las desprotegidas tierras de sus vecinos para acaparar más y más terreno.

Me coloqué frente al muchacho de nuevo y le dejé un tiempo para asimilar toda la información que acababa de darle. Trascurridos unos instantes comencé con las preguntas.

- Como es evidente, no se ponen de acuerdo entre si - aclaré antes de empezar.- Si atendemos a lo que nos dice la moraleja, los tres hombres no conseguirán sacar adelante la aldea... pues bien ¿Qué crees tú que deberían hacer? Puedes preguntar todo lo que quieras acerca de la situación antes de contestar.

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03/05/2012, 17:50
Duque Gyula Kadar.

LLEGADA DE DUBIETA SZANTOVICH:

- Hace un año llegó desde tierras bizantinas una carta de Dubieta Szantovich para el Duque, suplicándole que le permitiera regresar a Transilvania para ponerse a su servicio.

- El asunto fue debatido ampliamente por el Chambelán Teleki y el Senescal Stolnic antes de presentárselo al Duque.

- La tal Dubieta dice ser la Condesa de Covasna, por matrimonio con el fallecido Conde Radu Szantovich el Menor, y tiene un hijo con aspiraciones al feudo de Covasna. Como el Condado de Covasna se considera inhabitable y sin valor, esas aspiraciones no suponen un gran problema.

- La decisión del Duque fue permitir a Dubieta Szantovich y su séquito, que al parecer incluye un caballero y algunos guardias personales, residir en la Corte. El Duque piensa que la "Condesa" puede ser de utilidad, tal vez, puesto que es viuda, sería una interesante noble casadera

- El Senescal Stolnic envió hace ya once meses carta de respuesta a Dubieta Szantovich, invitándola a la Corte del Duque para residir en ella. Es de esperar que la Condesa y su comitiva lleguen pronto. Algunos mensajeros enviados por varios Condes magyares leales al Duque han indicado que ya está de camino.

 

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03/05/2012, 17:55
Duque Gyula Kadar.

MAS PROBLEMAS SZANTOVICH:

- Había rumores de una noble Szantovich aposentada en la aldea de Buzau (perteneciente al Condado de Galati gobernado por el Conde Szechenyi). Al parecer dicha noble cuenta con una fuerte escolta de soldados, que han estado viviendo casi como bandidos en Buzau, arrebatando a los lugareños todo lo que querían sin pagar nada a cambio.

- El asunto estaba a punto de convertirse en un problema que requeriría tal vez una intervención armada. Sin embargo, antes de que eso ocurriera, al parecer la noble y sus esbirros han abandonado Buzau.

- No está claro a dónde se dirigen, pero parece posible que vengan a la Corte.

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03/05/2012, 18:00
13 - La Muerte.

- El Caballero Radoslav de los Cárpatos se pasea por el Castillo de Balgrad.

- En una sala contigua al Gran Salón del Castillo escucha al joven Lindor leyendo en voz alta, como le ha ordenado su tutor y maestro, Maserrak de Flambeau. El niño no es más que un plebeyo, pero inexplicablemente ha sido ahijado por el Caballero Durius de Slobozia.

- Ante la puerta que conduce a las habitaciones privadas de Durius, Radoslav ve apostado al lacayo Bucur.

- Radoslav ve al lacayo Vasilov, trabajando en las cocheras. Hay varios carruajes y muchos caballos.

- Finalmente, el Caballero de los Cárpatos sale al patio del castillo y ve por un lado al Capitán de la Guardia del Duque, Ferenk Zarak, hablando con el Sargento Dominik. Ambos son hombres de armas, y parece que hasta hace un momento estaban hablando.

- Ve al Senescal Stolnic entregarle una carta a un lacayo, y al lacayo salir del castillo para entregarla.

- Por último, ve al Mayordomo Otto de Sajonia hablando con unos campesinos, y al Chambelán Teleki, todo un noble, haciendo cola tras el Mayordomo para poder hablar con él...

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03/05/2012, 18:09
[OUT] Flaviu Krevcheski.
Sólo para el director

Algo está empezando a cambiar, y no voy a quedarme de brazos cruzados mientras la marea lo arrastra todo. En los fogones del castillo se cuece algo y no quiero perderme el banquete. Pero para conocer que se cuece en la olla, muchas veces no es necesario mirar dentro de esta, sino preguntar al campesino que verduras y carnes ha traído hoy para el señor. Puede que Vyoyor de Constanta se haya enterado de alguna nueva en sus viajes comerciales, mandare a mi ayudante de cámara a buscarlo, no sé cuando llegaba sus caravana de pimienta, si esta semana o la siguiente.

Mientras tanto yo me acercare al castillo, dudo mucho que el Duque quiera recibirme, cuando no le traigo nada que le pueda interesar; y mucho menos que me de algo sin haberle pagado yo ya el triple del valor del regalo. Pero en la corte se oyen cosas interesantes, no seré tan estúpido como hace cinco años en los salones del Voivoda, en los que me dedique únicamente a gorronear; bebiendo y comiendo gratis, esta vez estaré más atento a los comentarios de los nobles y de los sirvientes, sobretodo de estos últimos. Muchas veces el copero sabe más que quien tiende la copa para que se la rellenen. Hay que buscar información, poseerla o en muchos casos sugerir que la posees, puede abrir más puertas que un ariete.

No dejare que mi primo Gorodru, se burle más de mí. Me retuvo cerca de un año en una celda del castillo mientras seguía con esa estúpida guerra civil por la Tirsa, que me pertenece por derecho, dejándome libre a cambio de que le jurar lealtad. Pues el golpe se lo devolveré con el doble de fuerza. Pero, primero que se confié ante su adulador, agradecido y servicial primo; el petimetre de la corte que nunca ha hecho nada.

Con tales pensamientos me dirijo al castillo del duque vestido con mis mejores gales. Dispuesto a mostrarme lo mas adulador posible. Buscando al mayordomo para hacerle la pregunta diaria de rigor, ¿puede hoy recibirme su magnificencia, el Duque?, y él me responsada con su letanía: no, hoy está ocupado con tal asunto. Reponiendo yo: ohh, no se preocupe volveré otro día. Los actores han cambiado desde la última función pero el repertorio es el mismo, en vede Voivoda ahora es Duque.

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03/05/2012, 19:15
Sirvienta Enrietta.

Su mente aún estaba adormilada mucho después de abrir los ojos. Era más como una neblina que se empeñaba en ocultar los recuerdos de la noche, olvidando así unos sueños que pese a todo sabía que tenía de la misma forma que la sensación que deja la miel en los labios.

Se obligó a desperezarse dándose unas palmaditas en las mejillas, pero su ímpetu hizo que se tambaleara al levantarse demasiado rápido de la cama. A veces despertaba mareada, por lo que recordó las palabras de la cocinera principal diciendo que debía comer más y mejor. Enrietta era una joven delgada que haría bien en seguir la sugerencia de la cocinera, pero aunque quisiera había límites para una doncella.

Finalmente se despejó tras permanecer sentada un poco más en la cama, se desprendió del camisón y cogió un viejo cubo de debajo de la cama destinado al aseo matutino. Como cabía esperar su ropa era sencilla, lo común para una criada. Un viejo peine de madera, que no desgastado, era una de las pocas pertenencias que tenía; suficiente para adecentarse adecuadamente. Por lo general usaba un recogido tradicional que consistía en una corona trenzada.

La rutina era una buena maestra para ella, y una de sus lecciones era no perder el tiempo a la hora de prepararse en la mañana.

- Un nuevo día... –dijo mirando a la puerta que pronto sería abierta.

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03/05/2012, 19:29
[RIP] Bucur, criado de Durius.

De pie, ante los aposentos privados de Durius, me consideraba un privilegiado dentro de los siervos del castillo. El mío era un puesto de confianza, vigilando a mi señor en sus momentos de debilidad. Por fortuna, no sólo era un puesto de confianza, sino también un trabajo generalmente sencillo que me permitía pensar en lo que me deparaba el futuro.

Mi situación era incierta. No me había pasado desapercibida la situación económica de Durius, y ni siquiera estaba seguro de si tendría dinero para alimentarme durante las próximas semanas, pero lejos de sentirme amilanado por este hecho veía en el una oportunidad, no sólo la de demostrar mi fidelidad quedándome para ganarme el reconocimiento de mi señor, sino quizá demostrando mi iniciativa buscando la manera de obtener ingresos.

Y es que aunque hubiese nacido lacayo, mis aspiraciones no eran malvivir de un jornal sirviendo de guardián y alimento.

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03/05/2012, 19:53
Capitán Ferenk Zarak.

Ferenk, esperaba más de Alba Iulia. Al convertirse en capital, había pensado en proyectos e ideas para mejorar tanto las defensas como su riqueza y posición. Pero Alba Iulia seguía siendo más o menos lo que era, pero con más casuchas.

Tan sólo el castillo, que antaño era de madera había mejorado de manera ostensible. El resto... una posada de la familia Basarab y casas, la mayoría no eran más que unas pocas tablas de madera mal puestas.

Y su trabajo durante esta media década por tanto había sido encargarse de hacer los horarios de patrullas de la milicia y escuchar los informes de peleas de vecinos, borrachos y cosas por el estilo.

Tan sólo el esqueleto de las ruinas romanas se había salido de la tónica habitual. Y en esa ocasión tan sólo las habilidades de Durius y el caballero Radoslav habían provocado su huida.

Y las cosas no tenían pinta de cambiar. Sentía la necesidad de pedir audiencia al Duque y preguntarle por qué malgastó su sangre evitando su muerte y por qué seguía haciéndolo si cualquiera podía hacer su labor. Pero de la misma manera que se preguntaba todo esto, sabia que jamás le cuestionaría, ¿sería por la sangre? Andaba deambulando por el castillo buscando a Stolnik mientras pensaba esto.

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03/05/2012, 22:09
Lacayo Vasilov.

Vasilov abrió los ojos…

Hace tiempo que gano yo… – pensaba medio sonriente pues pese a lo ridículo del duelo era un motivo de vana alegría cada mañana - … otro día más me he adelantado viejo pollo… bueno un nuevo día o el fin de otra noche según se mire…

Más despejado, pasado el momento reflexivo, se levantó avanzando por la habitación de acuerdo a su rutina diaria: asearse, vestirse y tomar algo de agua para aclarar la garganta; la hora de comer algo esperaba hasta visitar el establo y atender a los caballos si era preciso.

En esas horas dentro del castillo no había demasiada actividad al menos en las zonas que configuraban el camino hasta las caballerizas, el joven avanzaba procurando no hacer ruido… Veamos si Vistzev sobrevivió a la noche, ese viejo corcel cualquier día no amanecerá, una pena incluso en las últimas es un animal recio y poderoso.

A las puertas del establo frenó sus pies, tenía por costumbre parar en la puerta antes de entrar en las salas, quizá pudiera parecer que su intención era la de fisgonear mas nada de eso, su costumbre venía de lejos adquirida tras años de servicio y le había librado de más de un problema. Dentro del establo, todo parecía en orden incluso Vistzev estaba en su lugar.

Tras las primeras tareas sencillas llegó el momento de tomar algo de comida al fin, a la noche no cenó fuerte y sentía las protestas de su cuerpo impulsado por el hambre aunque más molesto resultaba el sonido del desafiante pollo… jejeje derrotado otra vez

La mañana se desarrollaba del modo habitual mientras Vasilov atendía sus obligaciones.