Partida Rol por web

Días extraños

Crisis de fe

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23/11/2009, 22:20
Verónica

Elías había regresado de Etiopía cambiado, muy cambiado. No podía ver el mundo igual. Había dejado el sacerdocio y se había entregado a las ONGs y grupos de ayuda a los necesitados. Debía paliar el dolor del mundo. Después de unos días de meditación y hondas cavilaciones, Elías había logrado mantener al mínimo su conciencia de los sentimientos ajenos. Casi podía hacerlo a voluntad. Pero la experiencia le había cambiado radicalmente. Jamás sería lo mismo.

Elías se unió a Mundo en marcha, una ONG que velaba por los mendigos y desarrapados de Madrid y alrededores. Tenían una sede en el centro, un comedor para indigentes y muchas ganas de trabajar. El coordinador era Óscar Vidal, un joven lleno de vida y buenos sentimientos, pero que solía estar muy ocupado. Por ello era su segunda, Verónica, quien se ocupaba del trato humano.

El Despertado no sabía quién era, y por eso habían quedado en presentarse aquella tarde en la sede de la ONG. Verónica tenía el pelo rojo, los ojos azules y una belleza pasmosa. Elías no había visto a nadie como ella. Verónica le tendió la mano.

-Hola, Elías. Es un placer conocerte por fin.

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23/11/2009, 23:28
Elías

Elías encajó la visión de la belleza de Verónica con toda la entereza que tenía. Y era mucha, gracias a sus votos.

- Hola, Verónica, supongo.

Escuchó mentalmente el asentimiento de Verónica, y se echó las manos a la cabeza. Le mareaba.

- Perdona... Es que llegué de Etiopía hace unas semanas y aún estoy extenuado...

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24/11/2009, 00:47
Verónica

-Me lo contaron. Eres el primero de la ONG que se ha ido de misionero a África. ¿Sabes? Me da orgullo pensar que tenemos a un verdadero luchador con nosotros -respondió ella con una sonrisa sincera.

Entrecerró los ojos y los clavó en Elías. Él percibió cómo le tanteaban los pensamientos y se cerró. Verónica sufrió un espasmo.

-¿Qué ha sido eso...? Tú... -Verónica se cruzó de brazos-. Creo que tenemos que hablar.

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24/11/2009, 00:50
Director

Elías sabía cómo seguía aquello. Verónica le explicaba que no había podido leerle la mente porque él poseía también el don. Le contó parte de lo que sabía, la sociedad de los Despertados, la magia, la búsqueda de iluminación... Elías comprendió algo sobre sí mismo delante de varias tazas de café en el despacho de la ONG. Nunca se detendría en su búsqueda de algo más.

Pero en su recuerdo, algo ocurrió. La imagen de Verónica se quedó parada al cruzarse de brazos. Era como una película de 35 mm fuera del proyector, que se va quemando rápidamente. Y de pronto el negro. Y luego el blanco, y vuelta al sendero de la Verdad.

Elías miró a su alrededor en busca de Jacobo, pero no estaba. Vio sangre en el suelo. Alguien susurró en su oído: "Está en peligro, Elías".

Y Elías despertó de golpe en la charca, con las heridas completamente sanadas.

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24/11/2009, 15:23
Elías

Elías despertó en la charca, alarmado. Salió inmediatamente, y cogiendo sus prendas, miró a sor Lucía.

- Muchas gracias, hermana, pero acabo de tener una visión desconcertante...

Se puso la ropa, aún mojado, y se dirigió a buscar a Jacobo.

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24/11/2009, 15:48
Director

A Elías le dijeron que Verónica había salido con Jacobo a charlar fuera, pero cuando el Corista los buscó, no los encontró. Ya no estaban allí. Se habían esfumado. No estaban en los alrededores, ni en la iglesia, ni en ninguna parte.

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24/11/2009, 15:51
Elías

Elías, desesperado, volvió a entrar a la capilla, y fue a la sacristía, esperando encontrarse a algún sacerdote que le dijese el paradero de Verónica.

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24/11/2009, 16:24
Padre Agustín

El Padre Agustín fue a su encuentro. El sacerdote le puso las manos sobre los hombros.

-¿Qué te ocurre, hijo mío, que estás tan angustiado?

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24/11/2009, 16:29
Elías

- Cuando estaba en el Reino del Horizonte, siendo sanado por la hermana Lucía, he tenido una visión. Jacobo está en peligro, y no sé dónde está Verónica. ¿Sabe dónde han ido, padre? Es muy importante, se lo ruego.

Miles de posibilidades descarnadas habían pasado por la mente de Elías. ¿La Tecnocracia de nuevo?

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24/11/2009, 16:32
Padre Agustín

La sorpresa apareció en el rostro del sacerdote.

-Pero, Elías, ¿no podría ser que se hayan alejado y punto? ¿Qué puede haber pasado?

En realidad, muchas cosas, y Elías lo sabía. En la vida de un mago podían ocurrir las desgracias más catastróficas, como levantarte en un día normal y encontrarte perseguido por la Tecnocracia. Y que, de repente, tu mentora se esfume junto a un novato recién despertado.

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24/11/2009, 17:21
Elías

- Padre... Jacobo estaba siendo perseguido por la Tecnocracia desde hace días. Si estás detrás de ellos, los destruirán. Y los Adeptos Virtuales no estarán siempre para salvarnos la vida. Por favor. Es urgente saber su paradero.

Elías estaba desesperado. Tenía un muy mal presentimiento.

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24/11/2009, 17:38
Padre Agustín

-Ven conmigo -dijo Agustín, tirando de Elías hasta uno de los despachos. Allí el Corista se rascó la calva, pensativo, hasta sacar de uno de los cajones cerrados con llave lo que parecía una brújula con varias manecillas.

-Este artefacto, Elías, puede ayudarte a buscar lo que deseas. Tú conoces la esfera de Mente -La puso en su mano-. Piensa en Verónica y sigue el camino que marca la flecha. Yo te seguiré. Iremos juntos a buscarlos a ambos.

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24/11/2009, 18:55
Elías

Elías cerró los ojos y concentró toda su magia en encontrar a Verónica. Abrió los ojos, miró la aguja e inmediatamente salió de la capilla, mirando hacia atrás para que el sacerdote le siguiera.

Cuando llegó al exterior, se giró al hombre.

- ¿Disponemos de algún vehículo para hacerlo todo más fácil?

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24/11/2009, 19:33
Padre Agustín

-Podemos utilizar mi coche -propuso el cura.

Le llevó con él a un aparcamiento cercano y recogió su vehículo, un modesto Citroen bastante antiguo pero que aún funcionaba. La brújula señalaba en una dirección y el padre giraba allí. La brújula señalaba en otra, y el padre obedecía. Por lo que sabían, Verónica podía estar en cualquier lado. Podría estar al otro lado del Océano y no conseguirían llegar de ningún modo.

Dieron vueltas durante varias horas, pero la aguja dejó de parecer fiable. Señalaba a un lugar y al instante siguiente, al lado contrario. ¿Qué le ocurría?

-Mira, Elías -dijo el Padre-. No sé yo si esto es fiable. Podría no encontrarse en este mundo. ¿Qué se yo? ¡Cualquier cosa! Creo que no vamos a conseguir nada con esto.

Elías entrecerró los ojos y recordó parte de su conversación con Verónica, aquel día en la ONG.

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24/11/2009, 19:47
Verónica

-¿Para qué sirve la magia? -Verónica sonrió-. Para ayudar. Debe de servir para eso. Si existe el Uno, cosa de la que no tengo duda alguna, desea que nos armonicemos. Ese es el único modo de alcanzar la Iluminación, la comunión con él. El único modo que existe es aunar nuestras voces y cantar su canción. Trabajar unos con otros, ayudarnos mutuamente. Quiero arreglar a la humanidad.

Revolvió su café con la cucharilla, que emitió un tintineo metálico.

-Por eso hago lo que hago.

Elías no podía dejar a Verónica a su suerte. Tampoco a Jacobo. ¡No podía! Pero... ¿cómo iba a hacerlo?

El camino de la Verdad, otra vez el camino de la Verdad. Elías vio el rastro de sangre perdiéndose en el horizonte y supo que no podría encontrarlo.

Los vientos le llevaron un rumor y vio otra cosa.

Dalila y Burp, codo con codo, tecleando en sus respectivos portátiles en una habitación oscura.

-Lo tengo -dijo ella-. Soy un hacha, ¿que no?

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24/11/2009, 19:55
Elías

Se giró al padre Agustín, sobresaltado.

- Los Adeptos. Los Adeptos Virtuales... Los... Mierda.

¿Y si Dalila y Burp NO eran Adeptos Virtuales? ¿Y si eran Tecnócratas? Tenía que buscarlos.

- Ellos tienen la respuesta, Padre.

Se concentró sobre la brújula y pensó a Dalila y a Burp. Abrió los ojos de nuevo y esperó, con toda su fe, que la aguja indicara algo.

Por Verónica. Por Jacobo.

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24/11/2009, 20:00
Dalila

Cuarenta minutos después, Elías y el Padre Agustín se encontraban en el antro de hackers que era la Capilla que ocupaban la Cábala de Dalila y Burp. El ambiente estaba cargado, apestaba a tabaco y a sudor, y a panchitos. Se escuchaba un frenético tecleo, pitidos, se veían lucecitas titilantes... Nada que ver con la paz suprema que era la Capilla de los Coristas Cristianos.

Dalila llevaba un buen rato comiendo palomitas e introduciendo datos en la pantalla.

-Con los datos que me habeis dado he logrado localizar su rastro en el tiempo -dijo señalando el portátil-. ¿Veis?

En la pantalla aparecía Verónica y Jacobo, charlando y caminando por las calles. Las imágenes parecían provenir de cámaras de seguridad, y por la fecha, eran de aquella mañana a las 12:56. Se movían rápido. Ahora, Verónica hablaba por teléfono. Luego seguía hablando con Jacobo.

-Por lo visto se dieron un buen paseo.

La cámara cogía ahora a Jacobo junto a un paso de cebra. Entonces, llegaba un coche negro y unos hombres de traje gris le sujetaban y le metían a la fuerza en él.

-Y ahora los Tecnócratas le agarran.

Jacobo se debatía y la pantalla titilaba. Había rayos por todas partes.

-El tío es una máquina de Fuerzas. Si le han cogido es por algo.

Pero uno de los hombres de gris le clavaba algo en el cuello y el cuerpo de Jacobo quedaba laxo. Lo metían en el coche y fin.

-De la chica no sé nada. Pero sé a dónde ha ido el coche.

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24/11/2009, 20:22
Elías

Elías se sintió idiota por lo que pensó en el coche. Mira que pensar... En fin. Asintió a Dalila.

- Danos la dirección. Primero daremos con los Tecnócratas y salvaremos a Jacobo. Luego buscaremos a Verónica. Ah, y sois libres de uniros. Si queréis un poco de acción, la tendremos.

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24/11/2009, 20:54
Dalila

Dalila se metió una palomita en la boca.

-Siempre estoy dispuesta a darle por culo a los Tecnócratas. Y parece que hemos encontrado uno de sus agujeros.

La grabación seguía al coche durante un tiempo a cámara rápida, hasta que se detuvo frente a un edificio en el centro. Estaba en la zona en la que la brújula se volvía loca, donde habían dado tantas vueltas en coche.

-A por ellos.

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24/11/2009, 20:56
Padre Agustín

-Si me permites -murmuró el sacerdote-, es obvio que tenemos suerte de poder encontrar una Capilla Tecnocrática, pero no sé si atacarla es lo adecuado. Creo que sería un suicidio, francamente. ¿No habría algún modo de entrar y salir para rescatar a Jacobo y punto? Borrando nuestras huellas para que no puedan seguirnos, claro...