Partida Rol por web

Disgustada, se acercó a sus amigos de la clase y todos tenían cara de preocupación ¿qué había pasado?

No quería meterse en los asuntos del resto, al fin y al cabo quién importaba era ella misma, pero su curiosidad le podía. Dirigiéndose a sus compañeros dijo:

¿Qué ha ocurrido? Por qué estáis tan serios?

Nada, Kaede, solo estamos viendo con la profesora sobre un juego que nos comentaba para motivarnos.

Voltee hacia la profesora para hacer una pequeña reverencia, estaba que caía del miedo con la apuesta del juego, por lo que al estar en la parte más baja de la reverencia deje salir algo de presión con una exhalación.

Muchas gracias profesora, espero que nos divirtamos mucho.

Me repetía para mis adentros que no mostrara debilidad frente a ella, asi podía ser que se compadezca de nosotros por no divertirse. 

<En el pasillo>

Aquello iba de mal en peor para Murata. La perspectiva de aquellas becas sonaba genial, pero mejor todavía sonaban esas vacaciones pagadas. Sin embargo, Murata se centró en otra parte del mensaje totalmente diferente. "Si conseguís llegar al final" y "hacerlas en grupo". Sobre todo esa última parte iba a ser una pesadilla para él.

Sin mucho convencimiento el joven murmuró su acuerdo con el plan (¿tenía otra opción?) y se quedó estático en su puesto organizando ya en su cabeza cómo iba a arreglarselas para no cometer ni siquiera un fallo.

Tras nuestra conversacion lo dejo como hemos hablado. No me defiendo y, a cambio, me lanzo sobre el y lo agarro fuertemente intentando inmovilizarlo y asfixiarlo.

Con paso airado Sinichi se acercó a la subdirectora para darle la lista de estudiantes. Al parecer habían reñido ella y los estudiantes o algo por el estilo.

Se puso al lado de Kaede y le susurró una cosa. Luego se giró a la profesora:

¿Cuándo vamos a entrar a la clase? Llevamos un rato fuera.

Después de todo lo que había pasado solamente quería relajarse un rato.

¡Piensa, piensa! Tienes que salir de esta... Eres la chica más inteligente de la clase, y Miyu está claramente por debajo de tus capacidades mentales, es claro que podrás vencerla... -se dice a sí misma Fumiko. Contempla los nuevos dados que encontró en la pequeña bolsita, cuatro dados rojos y uno azul, idéntico al que previamente escondió dentro de papel higiénico dentro de su corpiño. Siente las mismas ansias que sintió antes de poseer todos esos dados, no sabe por qué. Sin embargo, sabe que tiene que ser prudente y a veces la inteligencia es saber esperar. 

Decide, entonces, esconderse uno de los dados rojos dentro del corpiño del mismo modo que hizo con el azul, de modo que saca la bola de papel higiénico que había usado para emparejar el relleno previamente y se guarda el dado rojo de la misma manera que guarda el azul, y vuelve a chequearse frente al espejo: impecable, ni se nota la diferencia. El papel que acaba de extraer rápidamente lo tira al tacho de basura que está debajo de las piletas de lavarse las manos.

Sin hacer ruido, guarda los dados rojos dentro de la bolsita y los vuelve a colocar dentro de la mochila, justo donde estaban. Toma el dado azul y se acerca a la puerta. Dice en voz alta y lo más convincentemente arrepentida que sus capacidades le permiten:

Está bien, Miyu, perdona. No sé por qué pero algo hizo que quisiera tomar el dado cuando me diste tu mochila para que pudieras ir al baño, vi el resplandor desde fuera -hace una pausa-. Toma, aquí lo tienes, lo siento, no debí habértelo quitado.

Miyu abre la puerta, y tras mirarte desde la distancia con desconfianza, se acerca lentamente. Tras esto, su mano agarra el dado con una velocidad que te parece inhumana. Lo contempla a la luz del sol que entra por la ventana del baño, y cuando comprueba que es verdadero, cierra su puño.

- Me esperaba que fueses un ladrón que se acercase al brillo del dado como una luciérnaga. Pero no me esperaba que realmente tuvieras la cara de un insecto. Debería aplastarte como tal. - Su puño cerrado temblaba. Por fuera sonreía con maldad, pero realmente estaba nerviosa y enfadada. - Sin embargo, eso causaría preguntas. Y es por eso que...

No tienes oportunidad de reaccionar, su mano coge tus gafas y las aplasta con esta misma, como si doblase papel. Tras esto las tira al suelo, a tus pies. - Repite conmigo: "Tropecé y al levantarme pisé mis gafas". Porque es lo que vas a contarle a la subdirectora y cualquiera que pregunte, no solo porque no vayan a creerte, sino porque además todos sabemos que me van a creer a mí de todas maneras. Ventajas de ser atractiva - Guiña un ojo con sarna.

Ahora sal de mi vista, si preguntan, me encontraba mal y no quería retenerte. Y no vuelvas a dirigirte ni acercarte a mí, nunca más.

Te lo parece a ti ¿O su nariz es algo más grande que antes?

Yuzuke corre hacia Ryû, y su puño se hunde en el estómago de este. Sin embargo, tras recibirlo de lleno, Ryû agarra su brazo y da la vuelta sobre su persona, agarrando desde su espalda la garganta del pobre estudiante vestido de negro, que cae sobre sus rodillas. Este comienza a asfixiarse, si no hace algo, podría caer inconsciente.

La subdirectora, mirando con desconfianza a Takeshi, aparta la vista para coger la lista que le entrega Sinichi. Tras estar mirando un rato los nombres con las respectivas fotografías de los alumnos, oye el comentario que susurran sus alumnos.

- Es cierto que vuestros compañeros se están retrasando, quizás necesitemos que alguien vaya a buscarles. - Mira alrededor de la clase con paciencia - Hanayami y Oda ¿Cierto? Pónganse en marcha, vayan  a comprobar la localización de vuestros amigos. Si les encuentran, pregunten sobre su tardanza y avisadles de que no se debe de hacer esperar a una señorita. - Sonríe con sarcasmo - Y debo recordarles que no quiero más retrasos, o cierto juego nuestro se volverá mucho más difícil.

Tras esto apoya la espalda contra la pared y vuelve a su lectura, pero frunje el ceño, tras esto vuelve a mirar a los alumnos que quedan en el pasillo.

¿Qué es esto? ¿Por qué las motivaciones de los alumnos no están rellenas? ¿Acaso el profesor se saltó los procedimientos? Imperdonable. Todos ustedes, quiero que se pongan en fila y me vayan diciendo por qué están en esta escuela y qué pretenden tener como oficio en el futuro.

Con esto mira a Haruo y Murata - Ustedes márchense, luego charlaremos. - Dice mientras agita el móvil en su mano.

Me parece que hemos empezado con mal pie Yuzu.
¿Que te parece si lo dejamos en tablas y llegamos a algún acuerdo?
Estoy seguro de que podemos beneficiarnos mutuamente de ser tan fuertes.

A ver que te parece esto. Yo recojo la llave, tengo un interés especial en conocer a la subdirectora. Como delegado de la clase creo que nos podría beneficiar. Nos vamos juntos y, a mitad de camino, te doy la llave y la entregas tu a su destinatario.

Si en lugar de enfrentarnos unimos nuestras fuerzas podemos ser los puñeteros amos del instituto.

Yuzuke se mueve, intentando agarrar los brazos de Ryu. Pero no es suficiente. Este sostiene su postura y aprieta con mayor fuerza la garganta de este. Las piernas de Yuzuke empiezan a temblar.

¿Pero a ti que coño te pasa? ¿Eres sordo o simplemente idiota?

¡Te estoy ofreciendo una tregua!

Imposible rendirse. 

¿Nuestras motivaciones y oficio?, no había pensado mucho en eso, pero algo se me ocurriría en lo que me tocaba hablar, por lo que intente quedar lo más atrás posible.

 Cuando fue mi turno me pare firme y decidido para decir lo que iba a decir.

Yo quiero ser parte del servicio secreto de algún país, eso o consejero escolar, aunque eso ultimo lo veo difícil.- Bromeaba un poco. Y estoy aquí porque puedo y pude, me han enseñado a aprovechar cualquier oportunidad por lo que esta no me la podía perder por nada.

Movía constantemente los brazos y las manos para dar énfasis a mis palabras y terminar con el puño cerrado frente a mi.

<Pasillo hacia el tercer piso>

Haruo diligentemente seguía las ordenes de la subdirectora, mientras caminaba en busca de Takeshi y Urahada observaba de reojo a Oda.

-Me pregunto si sera buen compañero para la prueba, pero también puede que no le interese quizás debería preguntarse lo, no, no, sera muy incomodo si no esta interesado, pero...- Mientras pensaba como no hacer la situación incomoda su cara era un espectáculo, ojos dando vueltas buscando una respuesta en cualquier lado, mano izquierda en la barbilla pensativo, totalmente un genio del teatro a la hora de actuar con naturalidad.

Después de todo lo que habia pasado, no sabía si debía hablar o no... a fin y al cabo por ella ahora estaban en un juego macabro que la profesora habia comenzado.

Y-Yo... comenzó a decir. - Yo quiero ser alguien importante, como una política... y poder ayudar a los demás pero también poder ganar dinero y tener poder.

Sabía que no iba a ser fácil, pero podía soñar conque podía conseguirlo.

<Pasillo hacia el tercer piso>

Cuando recibió el encargo de la subdirectora, Murata tragó saliva y tras mascullar un leve "sí" se puso en marcha, caminando junto a su compañero. Sin embargo, mientras caminaban, Oda no levantaba la cabeza del suelo, su mirada fija en las baldosas, pero lanzando de vez en cuando miradas de reojo a Haruo. Le veía gesticular en actitud pensativa y eso le pareció un comportamiento bastante...extraño.

¿Qué hace? ¿Está tramando algo? ¿Querrá empujarme por las escaleras? Mierda, seguro que sí que está planeando hacerme cualquier cosa. No, pero no se atrevería. La subdirectora sabe que viene conmigo. Sí, sí, eso es. No se atreverá a hacerlo, se metería en un lío con ella. Pero ¿qué pasa si...?

Y siguió argumentando y contra-argumentando contra sí mismo durante toda la marcha.