Partida Rol por web

Bah. Seguro que no es nada. Este tío es duro como una roca.
Veras como ahora mismo se despierta y como si nada.

Disculpe la tardanza, señora subdirectora -responde Fumiko, mirándose los pies-, es solo que Miyu se encontraba mal y no quiso retenerme, supongo que fue a la enfermería. Luego de eso tropecé y caí, es por eso que se han roto mis lentes -contesta, rascándose la cabeza, con aspecto confundido-. Prometo acudir con más prontitud la próxima vez.

Fumiko estaba contenta con la forma en que había contestado a las preguntas de la directora, pero a su vez no comprendía qué había pasado allí durante su ausencia - todos los alumnos y la misma directora mostraban indicios de que algo importante había sucedido, pero no imaginaba qué. Supongo que lo descubriré con el tiempo, pensó para sí.

Tras hablar sobre lo sucedido, acordáis lo siguiente: Haruo llevará a Yuzuke a enfermería, mientras que los otros dos volveréis con la llave para no retrasar al resto.

A pesar de vuestros intentos, no habéis conseguido despertar a Yuzuke, por tanto pensáis que esta es la mejor manera de actuar.

Tal que llegas a la enfemería con Yuzuke a cuestas, deslizas la puerta para encontrar frente a ti a una joven enfermera. Su pelo castaño y liso está recogido en un moño en la parte posterior de su cabeza. Al parecer iba a salir cuando tú abriste, así que se sorprende por tu presencia, y luego mira a tu inconsciente compañero, asustada.

Tras calmarla, le explicas lo poco que sabes sobre lo que le ocurrió y lo tumbáis en la cama. Al parecer ella iba a salir durante un rato para relajarse, puesto que en su trabajo actual se pone muy nerviosa. Hace unos chequeos a Yuzuke y al parecer está bien, pero tiene unas marcas alrededor de su cuello.

- Es como si le hubiesen agarrado ¿Sábes qué ha podido pasar? - Pregunta preocupada la muchacha.

Tras esto se sienta en su escritorio. Este tiene cosas muy comunes: Una lámpara, bolígrafos, cuadernos, fichas médicas... y un dado reluciente azul en una de sus esquinas. Te extraña que tal objeto esté ahí, y no solo eso, sino que te llama la idea de poseerlo. Cuanto más lo miras más caes en su hipnótico relucir. Necesitas que sea tuyo. Pero está justo delante d la enfermera.

Oscuridad, todo lo que ves es negro. De repente, una luz azulada recorre un pasillo que sale de la nada. Brillos fosforescentes púrpuras y rojos decoran el techo, mientras que el suelo está hecho de blanco mármol. Caminas por el pasillo hasta que llegas a lo que te parece una clase.

En esta clase ves muchas pantallas, todas encendidas pero ninguna recibe conexión. Ceros y unos vuelan la habitación con tonos verdosos, pero cuando te acercas, te atraviesan. No entiendes lo que ocurre. Delante de cada pantalla hay un teclado de piano. Al tocar una de estas teclas, oyes un sonido familiar ¿Uno? Veinte sonidos de PCs de Windows iniciándose inundan la habitación. Las pantallas cambian, ahora muestran el logo de aquella empresa ¿Seguro? En lugar del logo, es un dado con la cara de cuatro apuntando hacia fuera. Un dado azul, que cambia a rojo, que cambia a blanco.

Miras hacia la pizarra, un gran dado está dibujado en él, y justo en la parte inferior, dónde se colocan las tizas, hay un pequeño juguete que reconoces bien. Sabes que lo quieres, te acercas, vas a tocarlo, a tenerlo.

Me reúno con el resto del grupo llave en mano.

Disculpad el retraso. Al parecer Yuzuke se ha tropezado en las escaleras y lo han llevado a la enfermería.

¿Qué habéis hecho en mi ausencia?

Así que Fumiko se tropezó, y yo que estaba pensando en que se había peleado con Miyu o algo parecido, creo que me había paranoico con lo últimamente sucedido.

Después llego Ryunosuke igual solo, e igual se fue a la enfermería… tal vez no sea tanta paranoia, pero es muy curioso que ambos se hallan ido a la enfermería.

Ya con la llave con nosotros solo espere a que la maestra por fin nos diera paso a los laboratorios.

Por fin aparece - pensó Sinichi, contento de finalmente poder entrar a la sala.

Al mismo tiempo, estaba dándole vueltas a lo de Fumiko. ¿Realmente se había tropezado? Parecía un golpe muy bestia como para haberse roto así las gafas. No podía creer que le hubiese sucedido algo así. Tendría que preguntarle luego, la curiosidad le podía.

¿Podemos pasar ya a la sala entonces, subdirectora? - Preguntó con cierta impaciencia, pero respetuosamente.

- Pues han pasado varias cosas Ryûnosuke... - dijo con timidez. No sé si debería hablar más... Pensaba mirando a la subdirectora. - Pero quizás te puedan contar más otros.

Lo último que quería era meter a más gente en los problemas que acababan de ocurrir, o empeorar la situación que había surgido antes.

Bueno. Podéis contármelo o no hacerlo. No hay problema. Pero sabed que podéis contar conmigo cuando lo necesitéis. Como delegado o como colega.

Seguro que algún día me puedo reunir con la subdirectora para charlar sobre los “problemas” que hayan surgido o puedan surgir.

¿Qué habrá pasado? Parecen bastante nerviosos...

Murata miró a un lado y otro, retorciendo y entrelazando las manos en un gesto nervioso. Todos parecían bastante serios y reservados, lo cual era un comportamiento radicalmente opuesto al que habían tenido unos minutos antes. La curiosidad es fuerte, pero aún así el chico decidió guardar silencio y esperar a ver si alguien lo decía sin que él preguntara.

Emi trago saliva... tenía que ser honesta con sus amigos... o al menos con sus compañeros de clase. Miró a la subdirectora como pidiendo permiso, y luego habló a Ryû:

Pues desde que te fuiste, primero metí la pata y ahora algunos de nosotros estamos una "actividad" con la profesora... ella dice que es para divertirnos, pero... se calla ahí, no quiere empeorar todo.

Y ahora Fumiko ha vuelto de estar con Miyu, ella no ha vuelto pero Fumiko trae las gafas rotas, dice haberse tropezado... y creo que eso es todo, no se si ahora esperaremos a los otros o entraremos al laboratorio...

La culpabilidad le podia por lo que habia dicho antes, quizás era todo por haber levantado la voz.

Cuando vas a coger el dado, desaparece. Parecía que una luz cegadora te iba a sacar de tu sueño, pero en lugar de eso, ves el mismo dado, ahora gigante. Un ente de figura humana pero al mismo tiempo compuesto por luz se dirige a ti:

Quizás no te elegí bien... ¿Acaso he metido a alguien débil en el juego?

Una risa hace eco, no estás en una habitación, pero la voz retumba en la oscuridad que la luz que viene del ente no puede hacer desaparecer.

<Enfermería>

-¿Agarrado?, que extraño algo así lo habría visto Takeshi supongo.- Pensaba para si mismo ante la pregunta de la enfermera.

-No, la verdad es que no tengo ni idea, de todas maneras, si Urahada se encuentra bien le haré compañía si quieres continuar con lo que ibas a hacer antes de nuestra llegada.- Dijo Haruo intentando conseguir de alguna manera que la enfermera se marchara, tenia mucha quizás demasiada curiosidad por el dado que había en su escritorio.

Ya veremos quién es débil... Empezaré por ese Takeshi y seas quien seas tú, terminaré contigo.

Dice Yuzuke apretando con fuerza los puños.

No soy ninguna profesora - Interrumpió Akamine mirando a Emi. - Soy la subdirectora de este centro y mi trabajo no es dar clase - Reprendió severamente. - Respecto a nuestro "jueguecito"... Me parece que ya tengo suficientes participantes, por tanto espero un comportamiento ejemplar de todos vosotros. Y señorita Sato... hablaremos en privado. Más tarde.

En tanto lo que concierne a los otros dos alumnos: No esperaremos más. - Con esto, coge la llave de la mano de Ryû y con un ágil movimiento abre las puertas del laboratorio. En esta sala, veis varias filas de ordenadores, todos último modelo.

Nuestas instalaciones informáticas están todas conectadas en red, tanto a Internet como a un servidor interno donde se almacenan vuestros trabajos. Cualquier intento de dañar, física o computerizadamente, el equipo del instituto repercutirá con la debida sanción - Dice "sanción" con tal acento que sabéis que se refiere a expulsión inmediata. - Además de para clases informáticas, podéis usar esta sala en sus horarios de biblioteca para hacer investigaciones o proyectos, pero el resto del tiempo la sala permanecerá cerrada. También hay portátiles disponibles para ser prestados en caso de que el resto estuviesen ocupados - Señala un armario lleno de laptops. Todo el material debe de pedirse al responsable que esté en la sala. Pueden usarse dispositivos propios, pero han de avisar al encargado para que les permita conectarse a la red.

Tras enseñaros más a fondo la sala, entendéis que no solo los ordenadores tienen una potencia fuera de lo normal, sino que están conectados a toda la red del colegio. El servidor central no se encuentra en esa sala, sino en un almacen de la planta baja y bien protegido. Este servidor controla los megáfonos, las cámaras de las salas comunes y la red al completo.

Mirando su reloj de muñeca, Akamine hace una mueca de disgusto - Tanto tiempo perdido... Por lo que veo, no seré capaz de mostrarles el resto de instalaciones. Avisaré a sus pertinentes profesores. Ahora, síganme, les enseñaré el parque al que los alumnos de segundo grado tienen acceso.

Los alumnos de primero, a la hora de almorzar, pueden acudir a la cafetería o comprar algo en la tienda. Sin embargo, no tienen permiso para estar en el parque que hay en la parte posterior de la escuela, por medidas de disciplina.

Pero antes de partir ¿Tienen alguna pregunta?

La enfermera se atusa el pelo, mientras piensa con la mirada perdida.

Sí, es como si le hubieran agarrado la garganta. La tiene toda roja e irritada. Ahora se nota menos, pero estoy casi segura de que le han apretado el cuello con fuerza... ¿Sabes si tu compañero tiene algún enemigo...?

Tras esto despierta de su ensoñamiento, y se levanta rápidamente.

¡Ups! ¡Lo siento! No quería ser entrometida ¿Te quedarás con él por mí? Realmente tengo que ir a buscar a la enfermera jefa.

Inclina su cuerpo, disculpándose. Tras esto sale con cierta prisa de la sala. Una vez se ha ido, tomas el dado con la mano y lo alzas, sus reflejos azulados llenan tus ojos con una sensación que no sabías que existía. No sabes de dónde ha salido, pero ahora es tuyo. Lo metes en el bolsillo de tu chaqueta.

¿Eres tú, o se acaba de mover algo detrás de ti?

La risa sigue retumbando, pero tras tus palabras cobra fuerza. Es la de un niño, estás seguro, pero aún así tiene un toque tenebroso en la voz. No que te importe, con la rabia que sientes.

- Calma tigre - Dice la voz - No es a mí a quién quieres dañar ¿Es a Ryu, verdad? - Crees que la figura está sonriendo. - No sé de dónde sale tu odio repentino hacia tu compañero, aunque creo que es que tú ya estabas lleno de odio antes ¿Cierto?

La figura está lanzando dados al aire y recogiéndolos con su mano una y otra vez. 

- Sin embargo de que sirve tu furia cuando el otro es capaz de patearte el trasero - Tras esto le da una especie de risa tonta, y se cae sobre su espalda, sin poder retener su alegría. Tú deseas acabar con su vida, pero ves que no puedes moverte. - Lo siento, me parecía hilarante. Sin embargo te voy a dar la posibilidad de poder vencerle ¿Qué te parece? Podemos quedar en paz así.

Ya te lo he enseñado. Has visto dónde está el dado. No te diré para que sirve aún, pero ya conoces la localización. Ve a buscarlo y tíralo. Después podremos seguir jugando.

Una luz cegadora sale de los dados que estaba lanzando, te pones la mano para protegerte de la luz, y de repente... abres los ojos. Oyes unas voces y una figura se incorpora y se marcha de la habitación. Ves a alguien poner su mano en la chaqueta, y tras esto se gira.

Estás en la cama de la enfemería, gruñes y Haruo se gira, cruzando su mirada contigo.

Eh, tú. Haruo, ¿verdad? ¿Qué está pasando aquí?

Yuzuke hace lo que puede por incorporarse, llevándose una mano a la cabeza.