Partida Rol por web

Entre la barahúnda de sonidos que había en la playa Robert no le dio mayor importancia a la voz del hombre que gritaba buscando a alguien. Siguió con lo que estaba haciendo, que por cierto requería bastante atención. Sin embargo, tras escucharlo una y otra vez se produjo la conexión en su cerebro Pero ese no era... ¡El sargento de mi unidad!
Dejando por un instante lo que estaba haciendo,se levantó y se acercó al cabo que seguía llamando.
Señor, se presenta el soldado de primera robert Herbert, Señor. El hombre al que busca era el sargento de mi unidad, señor. - dijo tras ponerse firme.

Al oír las palabras del sargento, Archie asintió con la cabeza. -Sí señor- Echándose el fúsil al hombro se aproximó a los alemanes del búnker, que habían caído al dispararles.

Registrando los bolsillos de los hombres, dio con un manojo de llaves en el cadáver de un alemán que había muerto alcanzado por un tiro en la cabeza. Con las llaves en la mano, intentó discernir el tamaño de las habitaciones que ocultaban las puertas, aprovechando la poca luz que había.

-Señor, uno de los alemanes llevaba estas llaves -Dijo tendiéndoselas al sargento- Pero es díficil calcular la extensión de estas habitaciones, y menos con esta luz. Lo único que nos sacaría de dudas es abrir las puertas, y ver que hay al otro lado. - Esperó la respuesta del sargento mientras se colocaba de nuevo el fúsil.

El sargento tomó el manojo de llaves que Avner le entregaba pero al estudiar las llaves detenidamente perdió la esperanza de que estas le sirvieran de algo. Avner las había encontrado en los restos del soldado que voló junto a la puerta y las llaves no se encontraban en buen estado: rotas, quemadas, dobladas y deformadas.

A pesar de que tenía pocas esperanzas, David intentó enderezar las llaves para abrir las puertas. Pero el resultado fue el obvio, y ahora el sargento tenía que decidir si persistir en su idea de revisar todo el bunker.

- Si utilizamos otra vez explosivos lo más seguro es que fuera un desperdicio, a parte la detonación podría hacer que la parte superior del techo se viniera abajo...-Pensó.

Dirigiéndose a unos soldados bajo sus ordenes que parecían estar pensando en solucionar el problema con las puertas blindados.- Dejadlo, no vale la pena abrirlas. Salgamos afuera.-

Mientras salía, y en el exterior, se fue fijando en los rangos de los soldados enemigos abatidos. Con esto intentaba deducir si podía haber algún enemigo escondido en las habitaciones que no habían investigado, quizás un oficial. Esta supuesta idea hizo que cuando se alejará lo hiciera con precaución para que un hipotético enemigo no les disparará por la espalda.

El cabo saludó a Robert y tomó algo de aire, parecía extenuado.

¿Dónde está? Espero que siga vivo... Su cara cambió y se volvió más seria reflejando una preocupación importante al pensar en la idea de que hubiese muerto en el desembarco.

Sí, sigue vivo, o al menos lo estaba cuando yo lo dejé, y ya había pasado lo peor del tiroteo. Nuestro objetivo era eliminar... eliminar... - Robert se toma un momento para orientarse, y luego señala con el dedo y continúa - Aquel nido de ametralladoras. ¿lo ve? Luego cuando hicimos el trabajo yo pedí permiso para ayudar en la atención a los heridos, y en eso llevo bastante rato. Umm... en verdad quizá llevo demasiado tiempo separado de mi unidad. ¿Le importa si le acompaño y buscamos juntos al Sargento? Espero que no se haya alejado mucho del búnker que tomamos...

El cabo se tomó un segundo para recuperar el aliento después de que Robert dejará de hablar. Luego recogió su fúsil y palmeó el hombro del médico. Venga Doc, llevame a ese nido, mas le vale a tu sargento seguir vivo... Acompañó las palabras con un gesto de su cabeza para que Robert se pusiera en marcha junto a él.

El capitán Lewis me manda a por él. Explicó el cabo.

Robert se despidió con un gesto del otro médico al que había estado echando una mano, y echó a andar. Poco a poco se fue aproximando al terraplén sobre el que estaba situado el nido de ametralladoras y a las construcciones mazizas que protegían la posición. Por el camino fue mirando a uno y otro lado en busca de alguna de las caras de los miembros de su unidad.

Se subió al terraplen que estaba junto al nido que habían conseguido destruir, del otro lado se podía vislumbrar la entrada a un bunker subterraneo que se encontraba bajo el nido. De él precisamente estaban saliendo el sargento y los demás soldados.

Tras fijarse en los rangos, David decidió que ya no valía la pena dar más importancia a las habitaciones por el momento, ya lo decidiría el capitán Lewis después de darle su informe.

Seguidamente, el sargento distribuyo a sus hombres de forma que a los dos lados de la trinchera quedaran los mismos componentes, habiendo contado ya los que había dejado anteriormente.- Yo y...limpiaremos las de la derecha. Richard tu guiarás al otro grupo, en el que estarán también...Archie...- Había tomado la decisión de que el soldado Wayne fuera el líder del grupo de la izquierda debido a que sabía alemán.- Revisar solamente los primeros 750 pies de trincheras, luego volver aquí.-

Muy buenas, sargento- dijo el soldado Robert Herbert que terminaba de subir el terraplén. - Aquí hay alguien que le busca.

Mientras acababa de dar las explicaciones de revisar las trincheras, una voz conocida llego hasta sus oídos.- Esperad un momento.-

Se acercó hasta Robert.- Buenas, ¿quién me busca?- Pregunto inconscientemente a pesar de saber que la persona que le buscará no andaría muy lejos, pero para solucionarlo por si acaso en cuanto apareció se fijo en el rango que tenía.

Un cabo que caminaba junto a Robert se cuadró ante el sargento llevandose el perfil de la mano abierta a la frente como mandaban los canones militares como modo de saludo.

Soy el cabo Williams, señor. Tengo un mensaje del capitán Lewis para usted. Quiere verle inmediatamente en el puesto de mando de la playa.

- Bien cabo, gracias por la información.-Luego, el sargento se quedo pensativo intentando deducir si dejar solos a sus hombres para que se hicieran cargo de limpiar las trincheras.

Finalmente, decidió que no sería así. No quería perder más hombres y menos que fuera por culpa de dejarlos solos.- !Llamad a los que no están aquí¡- Dijo refiriéndose a los que anteriormente había enviado a cubrir las puertas de salida del bunker hacia las trincheras.- !Nos vamos! Ya se encargará el resto de compañías.-

Cuando todos estuvieron allí.- !Id a ayudar a Robert  y a el resto de médicos a llevar a los heridos hasta el hospital de campaña¡ Yo iré a hablar con el capitán Lewis.-

Antes de que se marcharon todos acompañando a Robert, al que se dirigió- ¿Cuántos bajas hemos tenido?- Lo debía saber pues Lewis seguramente quería tener un informe del desembarco.

Robert se puso serio. - Muchas, señor. La lucha ha sido sangrienta y mortal. El número de muertos ha sido alto, pero el número de heridos y lisiados lo ha sido aún mucho más, y, señor, habría que procurar los medios para atender a los más graves y, bueno, repatriar a los que ya no van a poder seguir combatiendo en esta guerra. Por suerte, en nuestra unidad sólo hemos recibido algunas heridas... lo que me recuerda que debiera hacerme coser esta herida... acabó bajando cada vez más el volvumen de su voz y llevándose la mano a la zona vendada.

En el momento en que se disponían a cumplir las ordenes del sargento, apareció Robert acompañado de un joven soldado. Al parecer el capitán Lewis quería un informe sobre la marcha de la operación. El sargento cambió las ordenes anteriores, por abandonar el lugar del bunker.

-Sí, señor- Contestó Archie. A continuación hizo un gesto con la mano hacia los demás soldados que se encontraban más lejor -¡Venga, vamos!-

Se echó el rifle al hombro, y siguió a su compañia.

Aunque ya sabía que muchos habían muerto, la cara de David fue tomando expresiones de tristeza conforme Robert le iba explicando la situación. Ni siquiera la noticia de que ninguno de los hombres a su cargo había fallecido pudo recomponer totalmente la moral del sargento, además eso quizás fuera por ahora pues lo que si había es heridos, entre ellos Robert.- Sí, lo mejor será que te la cures cuanto antes-

- Luego me reuniré con vosotros donde os hayan posicionado.- Se despidió.

Ahora, hacia el cabo.- Bien, ya podemos marcharnos.- Esperaba que le guiará hasta el capitán.

El cabo guió al sargento hasta el puesto de mando, que se encontraba cerca del hospital de campaña que habían colocado en la playa, cerca de la ladera de las posiciones tomadas a los nazis en el desembarco. El sol ya apuntaba muy alto y el calor de junio comenzaba a apretar ligeramente.

Había bastante actividad por aquella zona, sobretodo en torno al hospital, algo separado estaba el centro de mando allí el capitán Lewis rellenaba informes junto a otros capitanes y también había algún mayor, seguramente preparando el siguiente paso.

El cabo saludó al capitán y presentó al sargento.

Aquí está el sargento Singht, señor, entero y de una pieza. Dijo el cabo.