Partida Rol por web

Señortia Haider. Repitió el cabo haciendose eco de las palabras de Anna y mirandola fijamente a los ojos sin dejar pasar inadvertido el detalle del labio.

Está en el cuartel general, pero necesitara cita para hablar con él. Está muy ocupado.

El hombre miró a Anna de arriba a abajo y poniendo cara de extrañeza le preguntó.

¿Y que hace una alemana como usted en tierras francesas? Cuándo la he visto venir me había desconcertado ver a una francesa tan germánica. Pero cuando la he escuchado hablar mi sorpresa ha sido todavía mayor.

-Oh es una lastima, supongo que deberé pedir una cita para hablar con el para darle los obsequios. En cuanto a su pregunta, mi padre había sido enviado aquí para hacer cierta diplomacia. Querían que consiguiera el permiso para extraer hierro cuando no se nos tenía permitido. Todo resultó mal  y una noche lo hayaron muerto.- Anna miraba el piso mientras una sonrisa la aplaudía por tener una historia semejante.-No hemos podido volver y nos retiramos de parís para no sufrir la misma suerte. Mi madre me solicitó que nunca mas hable en frances y que pida a dios que el castigo caiga sobre los culpables. Y aquí estan ustedes- Anna volvía a levantar el rostro- Ganando una guerra, vengando a mi padre.-

¡Y el publico aplaude.!

El cabo siguió atentamente la historia que Anna iba recitando y la miraba con mucha atención pendiente de ella.

Fascinante historia la suya. Dijo asombrado el soldado alemán. Guardó un instante de silencio. Espero que su familia sea vengada. Haremos lo que podamos. La miró con autentico duelo en los ojos, como si la historia de Anna le afectara también a él de alguna manera.

¿Vive aquí en Carentan?

-En realidad viví por aquí y por alla, ahora estamos parando en una pequeña casa aquí en carentan. Por nuestra condición de Alemanas se nos ha permitido estar en una que ha conservado bien su estado ,¡e incluso mas grande que en la que viviamos!-

Anna volvió a mirar al cabo y decidió que era hora de seguir su rumbo a menos que este ofrezca algo mas de información.

- Bueno , se hace tarde y debería irme. Sabes usted que no son tiempos para que una dama ande por ahí. Ha sido un...enorme...placer. Si quiere ayudarme con lo del capitan strags sería para mi un gusto compartir otra charla o algo mas.-

Anna se se había dado media vuelta y caminaba lentamente hacia la nada, no sabía realmente hacia donde estaba yendo, solo apuntaba a adentrarse en la ciudad mientras movía sus caderas de lado a lado. Atentamente escuchaba para ver si había alguna reacción deseable en el cabo. Quizas podía ser el su fuente de información.

¡Espere! Dijo el cabo. Otto. Cubre mi puesto. Le dijo a un soldado que pasaba por allí y al cual la noticia no debio agradarle demasiado porque se lamentó de su suerte por lo bajo.

La acompañare. Tiene usted razón cuando dice que no son tiempos para que una dama ande por ahí, quizá acompañada por un soldado vaya más segura. Sonrió amistosamente.

Serás tonta, cuidado con lo que dices. Ahora debes matar al pobre diablo, no tienes ni la menor idea de hacia donde ir.

Anna pensó que lo mejor sería charlar y buscar un lugar apartado, hacerle creer al cabo que tiene alguna chance romantica y  sacarle la información necesaria a punta de cuchillo.

-Será un placer caminar con usted. Sigame.-

Anna comenzo a caminar junto al cabo sin una dirección en particular, tomando en cuenta eso si, que dirigiera a Carentan y no hacia cualquier otro lado. En el trayecto observaba cuidadosamente para ver si encontraba un espacio adecuado para encargarse del cabo, sino debería probar suerte donde sea.

-Y digame, por que hay tanto movimiento por esta zona?. Se supone que habrá un ataque aquí?.-

No. Respondió el cabo mientras seguía a Anna. La verdad es que no somos muchos. El enemigo no atacará aquí, esperamos que ataquen cruzando el canal de la mancha, pero lo haran por otro punto como le comentó el soldado antes. No somos muchos pero tenemos que mantener esto vigilado, la milicia rebelde francesa está acechando, esperando un descuido, a veces disparan un poco. Espero que usted se encuentre protegida. La miró fijamente a los ojos mientras decía esas ultimas palabras con cierta dulzura en el tono de su voz.

-¿Franceses?, no sabe lo mal que me caen. Sucios, altaneros. En cambio los Alemanes son todos buenos mozos. -

El cabo no podía ocultar su dulzura y Anna pensó que podría utilizarlo un poco mas. Quizas la idea de matarlo no era tan "productiva".

¿ Será mi contacto uno de esos franceses?.

-¿ Sabe Karl?, en mi casa vive muchisima gente, yo le agradezco su compañia, pero la privacidad entre dos personas es algo importante para mi. Si nos acercaramos mas seguro alguno de los niños escucharía todo lo que hablamos o algun ciudadano chismoso. ¿ No le gustaría que nos reencontremos mañana?. Usted dirá donde. No me  mal interprete usted ha sido un caballero y me agrada su compañia, pero hasta aquí ya ha hecho mucho.-

Las palabras de Anna se convirtieron en una preciosa música en los oidos del joven cabo que no pudo ocultar un esbozo de sonrisa halagado por aquellas palabras y embelesado con la belleza de la joven muchacha alemana.

Oh, la entiendo perfectamente señorita. No querría causarle ningún problema ni perjuicio. Se disculpó. Me encantaría poder volver a verla. Es usted un regalo del cielo, si me permite piropearla.

Hay un pequeño parque junto a la iglesia de Carentan. Es algo pequeño y esta algo asolado por la guerra, pero es un lugar bonito. Podría quedar mañana por la mañana si a usted le va bien.

-Será un placer-

Anna le dio un beso en la mejilla, pero rapido voltió y emprendio una caminata rapida para doblar en una esquina y perderse en la ciudad alejada del cabo. Siguió caminando  para sentirse lejos de aquel hombre. Un poco agitada pero mas tranquila en espiritu, Anna decidió seguir observando la ciudad. ¿ Podría encontrar alguna pista de los rebeldes, podrían darle alguna información?. Anna siguio su camino, ahora buscando un lugar donde quedarse.

Durante ese día no encontró nada que le pudiera ser de utilidad. El pueblo había sufrido las inclemencias de la guerra y así lo demostraban muchos de sus edificios, pero la gran mayoría se encontraban en perfecto estado de conservación, lo cual demostraba que los alemanes apenas obtuvieron resistencia en Carentan cuando la arrebataron de manos francesas.

La mayoria de la población eran franceses sometidos al tercer Reich, y sobretodo soldados alemanes que patrullaban la zona con tranquilidad, ajenos a encontrarse con una espía en sus calles que caminaba tan campantemente.

Pronto comenzó a anochecer, Anna debería buscar un lugar donde refugiarse para pasar la noche.

Anna decidió elegir un edeificio al azar, introducirse en el y ver que tan habitado estaba. Si había poca gente en el los sometería y utilizaria el lugar como su centro de bases. En caso de ser civiles indefensos podría llegar a negociar, tenía algo de dinero y podía llegar a solicitar hospedaje. Primero debería ver dentro. Frente a Ella un pequeño edificio se erguía  generandole curiosidad, las luces inexistentes daban la sensación de soledad, pero podría equivorcarse. Decidió entrar y observar detalladamente.

Ana se escurrió por una de las puertas traseras del edificio, el cual aunque parecía deshabitado demostró no ser así. Unas voces se escuchaban en el interior, hablaban en voz baja y en susurros, Anna consiguió descubrir la voz de un hombre y de una mujer, aunque hablaban en frances y no podía entender lo que decían.

Es una guerra Anna, tienes que sobrevirir.

Anna de a poco iba sintiendo como las circunstancias la iban transformando en aquellos que asesinaron a sus padres. Debía encontrar un lugar y quedarse alli un tiempo. La diferencia idiomatica no le permitía entablar contacto con los habitantes del lugar. No le restaba mas que entrar , disminuirlos y luego intentar hablar con ellos. Anna tomo su pistola y asomo para ver donde y en que circunstancia estaban aquellos franceses.  

Anna se movió con un asombroso sigilo aun sobre los escombros que cubrían el suelo. Desde un rincón pudo estudiar sin ser vista la habitación de la que provenían las voces:

Dos adultos, un hombre y una mujer, civiles y con ropas harapientas y llenas de descosidos, charlaban en voz baja, al parecer su conversación era triste, la mujer lloraba y el hombre le limpiaba las lagrimas conteniendo las suyas también. La beso con ternura, y luego se inclino para besar a una pequeña niña de tan solo un año que la mujer tenían en los brazos.

¡Mierda!.

Anna lloraba mirando la escena.  Ahora apuntando su arma su sollozo se escuchó tan fuerte que seguramente la tendríanq eu haber escuchado. Se quedó apuntando a los dos adultos. Mientras sus lagrimas surcaban su rostro dijo.

-Im sorry.-

Su ingles no era muy bueno, pero pronunciar su idioma nativo aberrante para ella y la situación produjo que hablara en su segundo idioma.  Con la pistola hizo un ademan para que se movieran contra una de las paredes.

Instintivamente el hombre se colocó delante de la mujer y la niña para que en caso de que Anna disparará protegerlas de sus balas. El hombre comenzó a hablar en francés, palabras que Anna no entendía, pero que por su tono de suplica logró a comprender.

Le pedía que no disparara y que les perdonara la vida, sus ojos reforzaban esas palabras. Le rogaba que dejara vivir a su mujer y a su hija y también le decía que ellos no tenían nada más que a ellos mismos.

Anna bajo el arma a una distancia considerable. Si el hombre intentaba hacer algo ella le dispararía. Lo unico que intentó hacer fue conseguir que el hombre entienda sus motivos por la intrusión. Los ojos le seguían llorando.

Un fracaso Anna, eres un fracaso.

Llevando su mano libre hasta su pecho Anna probó con tres palabras

-American, United States.-