Partida Rol por web

El hombre pareció tranquilizarse, pero el hecho de que siguieran apuntándole le mantenia tenso todavía. Además notaba en la voz de Anna algo de acento alemán.

El hombre se mantuvo a la espera alejandose de Anna y apartando a su familia con él hasta que toparon con la pared.

Supongo que si tuviese la capacidad de hacerme daño ya lo hubiese intentado, despues de todo, parece que haría cualquier cosa por defender a sus padres.

Anna dejo de apuntarlos, guardo el arma teniendo muy en cuenta que ahora debería usar el cuchillo si se le acercaba demasiado. Por ahora no sería necesario. Anna no podía ocultar su angustia. Apuntando a una familia como la suya. Ella no podía hacerles daño, debería intentar llegar a un modo de paz. Camino hacia ellos y a mitad de camino dejo las armas en el piso.

-American, United States-

repitio.

Llevo sus manos juntas hacia un lado de su cara, tipico gesto de sueño o dormir.  Se alejo de las armas y rogó a Dios no haber cometido el peor error de su vida.

El hombre se acercó lentamente a ella y le señaló a un lado de la habitación. Allí había un colchón en el suelo y unas mantas. El hombre se las ofreció sin reparos y en ningún momento miró la pistola que Anna había dejado en el suelo.

Después él y su familia se fueron al otro lado de la habitación y se tumbaron en otro colchón. Durante un rato la observaron sin decir palabra alguna.

Anna no durmio bien esa noche. Tuvo que sentir mucho cansancio para considerar que lo que hacía era correcto. Confiar en que el resentimiento contra los alemanes haría que cualquier habitante que comprenda su procedencia la dejaría en una buena posición. Ella los odiaba mas que ellos, ella odiaba a su pueblo mas que nadie. Se durmió sentada sobre el colchon, apoyando su espalda contra una pared. Las rodillas sostenían su menton y sus brazos abrazaban las piernas.

Había decidido antes de caer en los efectos del sueño que les daría algo de dinero del que disponía. No era mucho, pero ellos lo necesitarían mas.

Eres blanda Anna.

A pesar de sostener eso, Anna no los mató debido al recuerdo de su familia, pero en otras circunstancias seguramente hubiese sido mucho mas cruel, por todo el odio que hay en su alma.

Al día siguiente Anna despertó por unos rayos de sol que incidían sobre su rostro. La familia le miraba desde el otro colchón como espectante.

Lentamente el hombre dejo un tazón en el suelo y lo acercó hasta la mitad de camino entre Anna y ellos, luego recogió otro similar y comenzó a beber de él sin dejar de mirar seriamente a Anna. Su mujer hacía lo mismo y la niña dormía inocentemente ajena a lo que sucedía en el mundo.

En el tazón había una especie de sopa, muy rudimentaria y algo pobre, pero estaba caliente y era algo que llevarse a la boca.

Anna ni lo pensó. Bebió de el como si fuese agua en el desierto. Luego de berber sin prestar atención a la familia busco entre sus pertenencias. Encontro algo de dinero que le habian dado. Se acerco a donde había dejado las armas. Las tomó y en su lugar dejó los billetes.  Salió de la casa sin saludar. Del otro lado de la puerta dijo.

-Thank you-

Puso todo en su lugar armas y vestimenta. Al salir buscó algun soldado transeunte para preguntarle por la iglesia.

Anna fue a preguntar al primer soldado que pasara pero no le hizo falta, ya que en cuanto salió un poco de la casa vió la torre de la iglesia que destacaba sobre los demás edificios.

Aquella mañana numerosas personas paseaban por la calle, con mercancias para sus casas y algunos saludaron a Anna al verla pasar. El pueblo rebosaba tranquilidad y calma.

Anna se encaminó hacia el lugar acordado. Mientras iba acomodando un poco su pelo decidió que hoy extraería sea como sea la información necesaría para poder obtener mas información. No pasaría otra noche hostigando familias ni nada por el estilo. El pueblo estaba particularmente tranquilo, eso ya era una información vital. Anna debería averiguar como se posicionarían las pocas fuerzas aquí establecidas.

Sea como sea conseguiré lo que vine a buscar.

Anna llegó a destino, intento recordar el camino realizado para empezar a orientarse en la ciudad y esperó sentada en uno de los escalones de la Iglesia a Müller

Al cabo de unos minutos, el cabo Müller apareció y fue acercandose a Anna, sonrió al verla allí esperandole y su cara mostró una profunda alegría por ello.

Saludo con la mano de lejos antes de llegar a una distancia en que se pudiesen entender hablando.

Anna lo saludó y se dirigió hacia el interior de la iglesia haciendole gestos para que la siga. Al aire libre no podría tomar ni una medida arriesgada, en cambio de este modo ella podría intentar varias cosas  bajo el manto de la santidad. Palpó sus ropas para saber que tenia su armamente a mano. Antes de que llegara el cabo observo alrededor. Tenía que saber si había gente, cuanta, en que posición. Este era un punto de inflexión el la misión.

Müller siguió a la muchacha como una polilla sigue la luz de una bombilla en medio de la noche. Cuando llegó donde ella se encontraba le saludó con una amplia sonrisa.

Hola. ¿Qué tal estas? El cabo alemán se mostraba muy cortes con la encantadora Anna.

Anna simuló un rostro de tristeza.

-Hola. Bueno yo no muy bien, ¿sabes?. Resulta que con todo esto de la guerra nuestro antiguo trabajo ya no funciona muy bien. La unica forma que tendría para mantenerme a mi y a mi familia  sería trabajando para algún capitan. Pero tu ya me dijiste que hay que concertar una cita que podría demorar mucho tiempo. Ay no se que hacer.-

Anna suspiro intencionalmente fuerte. Esperando una respuesta que le salve la vida al cabo Müller. Sino se vería obligada a actuar violentamente.

Tal vez pueda ayudarte. Dijo el cabo poniendo una mano tranquilizadora sobre el hombro de Anna. Mi sargento es buen amigo del capitán Strags. Y he oido que busca a una secretaria alemana para cubrir un puesto vacante en el puesto de mando. No se muy bien en que consiste el trabajo, pero se que estaban pidiendo a Berlín que les trasladaran a una joven, pero ya sabes como es la guerra...

Sí le habló de tí al sargento, seguro que querrá ayudar a una fräulein en apuros tan bella como tú...

-¿Podrías?-

Anna no simuló su contento, ahora podría ahorrarse muchisimos pasos y ël cabo estará pensando que la alegría proviene del salvataje de la dama en peligro. Lo besó prontamente en la mejilla solo por el hecho de haberlo dicho , ahora solo queda esperar que pueda cumplirlo. Acostarse con Müller no sería ningun problema, seguro es un lecho de rosas comparado con el cerdo aquel que la tuvo entre sus manos.

El cabo se sonrojó y miró timidamente a los ojos de Anna.

Claro que podría. Será un placer. Dijo tomando la mano de Anna y quedandose mirandola fijamente a los ojos. Eres tan bella... Añadió.

-No me haga sonrojar, se lo ruego.-

Anna utiliza la otra mano para taparse el rostro , no es que realmente este ruborizada, sino que quiere ocultarle su cara de desinteres al cabo.

Tranquila Anna es esto o ponerle un tiro en la cabeza.

Bueno, entonces ¿para cuando quieres que concierte la cita con el capitán?

-¡Cuando consigas!. Tampoco voy a ser tan pretenciosa de exigirte eso. Pero en mi situación sería mejor que sea lo antes posible.-

Anna mientras jugueteaba con la mano del cabo.

-Pero tambien entiendo que pueda demorarse. Pero ahora tenemos una excusa para volvernos a ver-

Anna le guiña un ojo al capitan mientras termina esa ultima frase.

Y ruega que siga con ganas de acostarme y no te mate ...perro.

Hablare esta tarde con mis superiores y intentare que sea para mañana. ¿Cómo puedo avisarte?

El cabo es consciente de las caricias de Anna en su mano y acerca su cara a la de la joven mientras habla volviendo su tono más cariñoso por cada palabra que pronuncia.

-Mañana por la tarde , llegando el anochecer nos encontraremos aquí. Siempre y cuando no tengas deberes-

Anna lo besó para asegurarse del cumplimiento de la misión. Pensó.

"Pobre hombre, tanto trabajo y no se va a llevar nada mas que un tiro en la frente".

Luego del beso que ni el cabo sospecho. Anna se fue alejando lentamente.

-¿Hasta mañana?.-