Nadie había colocado la granada bajo el cuerpo de Scrags, pero ahora ya no tenían tiempo que perder y no podían volver atrás, el objetivo de matar a Scrags estaba cumplido, así que era hora de correr, Albert corrió junto con sus compañeros sin mirar atrás, tenían que llegar a la cafeteria antes de que la resistencia hiciera estallar la muralla.
no había quedado muy claro lo de la granada, así que... no hay fuegos artificiales, ahora a refugiarse como ratas en la cafeteria esperando a que vengan a buscarno, no?
La tenía que poner yo, pero como me has sacado del coche a la puta carrera he interpretado que no tenía tiempo de hacerlo.
Tranqui, cuida el tono. Lo de la granada lo he puesto interpretando al teniente Parks, no lo digo yo.
Llegaron corriendo, casi sin aliento, a la cafeteria, donde habían acordado guarecerse hasta escuchar la explosión en el muro, al otro extremo de la ciudad, lo que significaría que podrían salir.
Los segundos se hicieron muy tensos, escondidos en silencio en el almacen de la cafeteria. Pensando que tal vez les descubrirían y todo se iría al garete. Puede incluso que les hubiesen seguido. Además Kummer no se encontraba allí y eso les ponía más nerviosos. El dueño del local decía no saber nada de él.
Una tremenda explosión se sucedió después, hizo temblar el suelo y las paredes, aún a tanta distancia. Segundos después el caos se extendió por Carentan, la sirena para los ataques aereos comenzó a sonar y los militares alemanes se movilizaban de un punto a otro en sus vehiculos. Era el momento de actuar, no tendrían otra ocasión.
Tomando la mejor decisión para sus hombres Daniel decidió ponerse en marcha.
Vamonos o nos descubriran. No hay tiempo para esperar a Kummer, si nos demoramos mucho aquí puede que nos descubran, seguramente ya esten buscando a los causantes de esa explosión.
Maldita sea, apenas conocía a ese hombre pero por Dios que sin él no hubieramos llegado tan lejos... Hubieramos muerto en la entrada... Cuanto me gustaría agradecerle su servicio...
Recogiendo las cosas Daniel fue el primero en ponerse en marcha.
Anna se tomó unos instantes para arreglarse un poco lo que se había desarreglado para el atentado, y asintió.
Sí, vámonos ahora que estarán ocupados en otras partes.
Albert aun respiraba fuertemente, no sabía muy si era por los nervios o por el cansancio de la carrera que les había llevado hasta allí, miró a sus compañeros extrañado por la falta de Kummer, luego el teniente habló, él llevaba el mando y él tenía que sacarnos de allí.
.- Lo que usted ordene teniente.- Albert se preparó para la salida, recogiendo sus armas y su equipo, presto para salir de allí pitando, a fuera se oia un ruido infernal de sirenas y vehiculos de un lado para otro, sería muy dificil salir de allí, pero quedarse aquí dentro sería catastrofico.
Albert con su equipo y armas a cuestas salió tras su teniente.
una cosilla... para repasar un poco, como salimos de aquí, hay algún plan establecido? por que me suena que dijimos nada!
Al igual que todos sus compañeros, James no hizo menos y siguió al teniente. Ahora tocaba marchar e incoroporarse a las tropas aliadas que desembarcarán tanto en la playa como aereamente. No obstante se sentía bastante desprotegido con un arma de mano, el sureño necesitaba un rifle.
Escaparon de la ciudad por la salida oculta que los hombres de la cafetería tenían preparada. Y pese a estar fuera, haber cumplido la misión con aparente éxito y el hecho de que los nazis estaban tragandose su cebo, pese a todo eso, no se sentían completamente seguros.
Había cierta inquietud en el aire que les hacía desconfiar completamente de su suerte. Nada más salir de la ciudad corrieron campo a través, alejandose de los muros, entre huertos y arbustos salvajes. Se escucharon varios disparos en un punto de la ciudad, que fueron respondidos por otros disparos en otro punto.
Frente a ellos había una caseta semi-derruida, seguramente sirviera como refugio para el sol a los agricultores antiguamente. El teniente les indicó por señas que se encaminarían hacía allí.
No, no dijisteis nada, toca improvisar.
El lugar era muy precario y apenas contaba con un par de paredes y carecía de techo, los cuatro entraban justos y no había espacio para mucho más, pero aún así les servía para planificar su siguiente paso.
Con un gesto les indicó que se pegaran a las paredes.
Albert, ¿aún conserva su equipo de transmisiones o lo dejó junto a nuestras armas en el granero cuando nos hicimos con las ropas de civil? Preguntó el teniente siendo consciente de que la respuesta seguramente iba a ser la segunda opción.
En su momento no dijimos nada de que lo dejaba, aunque se entiende que para pasar disimulados a dentro tuve que dejar las armas, cabe alguna posibilidad de haberlo retenido? seguramente pocas... pero bueno... tendremos que salir de aquí a pelo!
Espero tu respuesta para postear!
Cita:
Sí, lo había.
Gracias Anna por estar atenta. Pero tal como citas:
Pero de lo que puse antes como director y como el teniente Parks se entiende que lo que no es seguro es quedarse y que la mejor opción es huir ya.
Cita:
Cita:
Vamonos o nos descubriran. No hay tiempo para esperar a Kummer, si nos demoramos mucho aquí puede que nos descubran, seguramente ya esten buscando a los causantes de esa explosión.
De todos modos entiendo que a lo que se refería Albert es a una vez fuera de Carentan. Al como volver a las lineas aliadas y eso.
No lo llevas, una radio portatil de aquella epoca era toda una señora mochila, y para pasar inadvertidos tuviste que dejarla junto a las armas. Si no os hubiera pillado de todas todas. ;)
Lo mejor será que volvamos a donde dejaron el resto de su equipo, y de paso vuelvan a ponerse el uniforme. Así, si les capturan les tratarán como prisioneros de guerra y no como espías. Además, necesitamos armas largas.
Eso es lo que estaba pensando. Comentó el teniente. Debemos informar del resultado de nuestra misión y ya de paso pedir que nos rescaten de algún modo. Las ordenes eran informar al capitán cuando esto terminara... Pero... tendremos que hacernos con esa radio primero.
—¡Mujer! Me has leido el pensamiento, era justo lo que iba a proponer —añadió James con una sonrisa—. Echo en falta mi Springfield así que si no os importa me gustaría ir a por él también.
Caminó junto a sus compañeros, iba a ser un largo viaje ya que iban a tener que dar un gran rodeo a la aldea si no querían que les viesen los nazis.
—Señor, ¿rescatarnos dice? —inquirió con cierta sorna en sus palabras—. Yo creía que esto era un viaje sólo de ida, que de aquí íbamos directamente a Berlín —se sentía con ganas de bromear, el hormigueo nervioso del estómago había desaprecido tras cumplir la misión, ahora estaba relajado y satisfecho de que el plan saliera bien—.
Albert frunció el ceño ante las palabras de su teniente.- la radio esta con el resto del equipo, así que si queremos que nos saquen el culo de este infierno será mejor que demos aviso por radio lo antes posible, tendremos que ponernos en marcha pues... .- Albert deseaba por todos los medios tener a su loro junto a él otra vez, si querían salir de aquí sería mucho más fácil con ayuda que sin ella.
A todo esto, ¿qué hora es? ¿Se han visto paracaídas o fuego antiaéreo?