Bueno... - dice Aurora cuando lleva a Felipe a su mundo de cuentas y bolígrafos.
Las cosas no estabam muy ordenadas puesto que antes había salido corriendo, pero tampoco le preocupaba demasiado. Lo que pasa es que no todo el mundo ve su rincón de deberes.
Esto es lo que soy...por así decirlo - dice mostrando su parate de la casa, en la que pasa parte del tiempo del día.
Cuando entró en la sala pudo ver un gran desorden en ella.Hizo todo lo que pudo para disimular su asombro.
Que extraño...Una dama tan bella entre tanto desorden...
-No podéis ser esto...- Dijo mientras sonrió -Ya que no hay nada material que pueda asemejarse a su belleza-
Hizo una leve reverencia con la cabeza y continuó hablando.
-Yo,sin embargo,no he podido dedicarme a nada en concreto,Disney jamás me ofreció libertad para ello. A cambio,he dedicado mi tiempo en prepararme para este encuentro tan esperado.
Por mucho que felipe disimulaba, Aurora podía ver sus ojos asombrados al ver su escritorio. Pero si lo ordenaba todo muy bién, luego no encontraría ni la mitad de las cosas.
Pero lo material no lo es todo...están los sentimientos de amor, dignidad, destreza, responsabilidades. Las cosas materiales no son nada si no has aprendido a hacer distintas cosas, llenando tu vida de riquezas vividas - tomó un respiro.
¿No sabe hacer nada en especial? será bueno en algo, ¿no?
-La verdad...se me da bastante bien tocar el piano.Además,he entrenado mucho con el manejo de la espada y montar a lomos de un caballo.
Mientras dijo eso bajó el rostro,se había ruborizado levemente.No muchos príncipes acostumbraban a tocar música y menos aún si se trataba de un piano,eso era más común en las princesas del lugar.
Eres bueno con la espada, sabes cantar, bailar, y posees valor en batallas.
¿Edito el mensaje y cambio lo del piano entonces?
No, puedes dejarlo. Cualquier cosa que te convierta en "encantador" es válida. Te digo lo demás para que puedas contarle más cosas a la chica.
Vaya...esas cosas no están mal. ¿Ves? ya tienes ocupación - dice Aurora satisfecha. Eso de la vida rica sin hacer nada porque todo el mundo hace las cosas no le iva nada.
Lithit se ha ocupado de eso muy bién, y estaba de acuerdo con sos ideales.
Pero... - prosigue - tus planes de futuro son casarte conmigo, ¿no es cierto?
-Primero he de demostraros que os merezco y que seré capaz de hacer lo necesario para demostraroslo.
Mientras decía esto en su cara se dibujaba una cálida y tierna sonrisa.
No se trata de eso Felipe, mi vida tiene otros retos en lugar del de casarme. No esperaba tener un príncipe esperándome en otro lugar del mundo - Su cara reflejaba alg o de pena por Felipe, no quería rechazarlo pero tenía miedo de que si se casaba con él no pudiera ejercer lo que había aprendido.
No quiero perder todo por lo que he vivido hasta ahora. Tendría que demostrarme muchas cosas Felipe.
-Nadie os obliga a hacer nada que no queráis, y yo no pretendo eso ni mucho menos.Ya os he dicho,bella Aurora, que haré los méritos necesarios para demostrar que soy digno de vos.
Aunque Felipe trataba de mantener la compostura,se sentía un poco afligida y se estaba comenzando a desanimar.Esto no se parecía a lo que le había contado Disney.
Por supuesto Felipe. Os daré la oportunidad de expresaros y ver cómo concurren las cosas entre nosotros.
Tampoco quería cerrar puertas, quizás venía un futuro mucho mejor aún de lo que había planeado, sin descontar las cosas que le gustan.
Sonríe tiernamente a Felipe, no quería asustarlo con sus ideas.
-¿Qué? ¿Ya habeis terminado de hacer el idiota?- acto seguido suelta una pedorreta con la lengua mostrando su desagrado por la situación.- Vamos, moveos, Lilith os quiere en el Salón de Té, y quiere que os acompañe.
Cruza los brazos mirando malhumorado a los dos jóvenes.
¡Cielos! - exclama Aurora cuando habla Gruñón - Felipe, vamos.
Con voz poco autoritaria y sin mala intención le habla a Felipe para que le siga al salón de té.
-Será un placer
Mostró una cálida sonrisa y comenzó a andar elegantemente tras la princesa.
Aurora regresa de la cena a sus aposentos. Había sido un día muy duro y quería descansar. ¿Qué le esperaría mañana? sólo el destino lo sabía.
Se despojó de sus atuendos de fiesta, se cepilló el cabello y se metió en la cama. En seguida concilió el sueño aún con el hermoso baile en la cabeza que Felipe le había brindado.
Como siempre, a los primeros rayos del sol, aurora abrió los ojos y bostezó a la ves que estiraba los brazos arqueando la espalda.
Se levantó y se acercó a la ventana.
¡Qué lindo día hace hoy!
Ahora que estaba despierta, sólo necesitaba asearse y prepararse para el desayuno. ¿Cómo estaría hoy su príncipe? Hasta ahora nunca había pensado en príncipes, sólo lo soñaba, pero ahora se sentía algo diferente.
El sol brillaba con fuerza y se colaba entre las cortinas golpeando cálidamente el rostro de Felipe. Se desesperezó suavemente, cogió sus ropas y se dio una buena
ducha.
Me pregunto cómo habrá pasado la noche Aurora.
Cuando terminó de prepararse, salió al pasillo directo a la habitación de su princesa, sin hacer mucho ruido, cuidándose de no despertar al resto de príncipes y princesas.
Una vez estuvo delante de la puerta de su princesa, tocó despacio y suavemente.
-¿Princesa?
Espero no haberla despertado.