Partida Rol por web

Anubis es un huérfano, que apareció en las afueras de Solace poco después del fin de la guerra de los espíritus, después de que sus padres y hermanos murieran en el conflicto, víctimas colaterales de la contienda. El joven se quedó en la ciudad, siendo acogido junto a otros huérfanos, hasta que un mago elfo llamado Valthonis, que se encontraba de paso, vio el potencial del joven, que se encontraba maravillando a sus compañeros del orfanato con unos trucos de Prestidigitación, que había aprendido después de ver como los usaba un Ilusionista de un espectáculo itinerante. Convenció al encargado del orfanato para que le permitiera adoptarlo y juntos iniciaron un viaje, como maestro y aprendiz.

 Desde el comienzo, el humano y el elfo hicieron buenas migas, como dos compañeros de viaje que volvieran a encontrarse. Valthonis le inició en la magia arcana procedente de los dioses, que había vuelto recientemente con ellos, y de las tres lunas. Anubis, aunque estuvo tentado de prepararse para ser un túnica roja, finalmente decidió hacerlo para ser uno de los de la blanca, concentrándose especialmente en la magia de la Adivinación, siendo ideal para descubrir misterios y secretos, además de para encontrar enemigos...

Es un joven humano de 18 años, caucásico. Tiene una larga melena de color castaño rojizo y unos ojos de color azul pálido.

 Anubis es abierto y honesto, amante de la diversión y jovial. También tiene la mente ágil, y un ingenio rápido y vivo, exhibiendo una poderosa afinidad por la magia ya de niño, con la que ganó la atención de su mentor.

 Aspira a convertirse en un poderoso túnica blanca y convertirse en el líder de su orden, un puesto actualmente sin ocupante, debido a que no hay magos de los túnicas blancas actualmente formados en la tradición de la torre de la alta hechicería...

Este año junto al "viejo" elfo, porque no podrias decir a ciencia cierta su edad, dado el caudal de energia que desprenden sus ojos, ha sido sin duda, como un regalo de los Dioses!!

Nunca has podido explicar muy bien por qué este extraño Mago, en una época convulsa para la Magia, con el reciente advenimiento (por segunda vez en la Historia) de los Dioses de la Magia, y la aparente desorganización de las extintas Ordenes de Alta Hechiceria, puso sus ojos sobre tí, aunque internamente quieres creer que es porque el potencial que ha visto en tí es enorme!!

... pero nunca se lo has podido preguntarle, pues siempre está rodeado de un sequito (guardaespaldas, dirias, con mayor concreción), o demasiado ocupado para resolver tus dudas, pero, en este tiempo, siempre te ha enseñado con mucha capacidad, y buenos ejemplos, y la verdad es que no te  ha costado mucho aprender los rudimentos de la Magia Divina, y has sentido sobre tí la luz pura de Solinari en las noches en que está llena en el firmamento.

Tienes claro que debe de ser un noble importante, por la deferencia con que le trata su sequito, pero la verdad es que ni siquiera sabes donde se hospeda!! Aparece, te da la clase, pasea contigo por la ribera del lago Cristalmyr, o subis al Pico del Orador, pero nunca se ha acercado si quiera a la ciudad de Solace, mas que el dia en que se acercó a por tí al orfanato, embutido en una tunica completamente mundana, unas sandalias de esparto, y una rama de avellano...

A finales de Bran (Mayo, en Ergothiano), una tarde en la que la primavera satura los sentidos en la campiña de tu tierra, te encuentras repasando los gestos del nuevo conjuro que has aprendido, cuando oyes un silvido entre unos arbustos: Coralinëë, una guapa elfa silvanesti, Kirath (montaraz y defensora de Silvanesti), por lo que te ha contado Valthonis, que forma parte su sequito, te hace señas para que te acerques, poniendo cuidado en que no la vean. Pese a que es de caracter frio, y a veces distante, habeis entablado algo similar a una amistad, y a veces te ha acompañado de vuelta a Solace, tras una clase en el Bosque, aunque pocas veces son las que ella inicia una conversacion...

- Apurate, Meldo, el Señor quiere verte, y por el timbre de su voz, hay bastante urgencia en hacerlo!!, susurra, haciendo enfasis en la palabra élfica para definir amigo, mientras no pierde detalle de todo lo que ocurre a su alrededor. No hace falta ser muy observador para ver que, aun exiliada de su amada Tierra, tiene un consuelo mas que considerable en los Bosques de Abanasinia que rodean la Villa de Solace.

Sin esperar contestacion, se dispone a partir, por lo que agarras tus cosas rapidamente, y sales en pos de la Kirath. En menos de media hora llegais a las estribaciones del Pico del Orador, donde, esta vez, esta montado su Campamento. No eres guerrero, ni mucho menos, pero salta a la vista que la seguridad ha subido un escalón. Nervioso, sigues a la elfa hasta unas rocas, donde el viejo elfo parece meditar...

- Acercate, Anubis, muchacho!!, dice, girandose, y mirandote, con una intensidad en la mirada como nunca le habias visto. - Me hubiera que tu entrenamiento hubiese sido algo mas largo, pero graves problemas en el Este, en nuestras tierras, requieren mi atención, y debo partir presto hacia allá...

- No obstante, has aprendido rápido, y no siempre uno elige cuando está preparado!! te dirige, con una amplia sonrisa, aunque puedes ver en su cara arrugas que no recuerdas, y un leve poso de tristeza empaña su voz.

- Debes dirigirte al Norte, a la Villa Solamnica de Thelgaard, donde a no mucho tardar, esperarán tu llegada..., dice de modo criptico. El Destino te espera, chico, y creo que, de veras estás preparado para afrontarlo. Esta vez, creo que no se cometeran errores pasados... que realmente, demostraron no serlo, quien, ni incluso los Dioses puede saber a ciencia cierta cual es el curso de accion mas favorable??, acaba alborotandote el pelo.

- Para finales de Casa del Verano (Junio), deberás reunirte con uno que llegará a ser un gran Caballero de Solamnia, Tarben Uth Crownguard. Cuando lo sepa, él te dirá para qué. Nada debe ser revelado antes de tiempo... En 3 semanas, partirá desde Encrucijada, el "Alas del Viento", un mercante Solanthino, con destino a Port'a'Call, ya en tierras Solantinas. Ya está avisado, Sir Vesper, su patrón, de que debe guardarte su camarote de viaje, aunque aun tampoco lo sabe... Caray, no tengo mas tiempo!!, acaba girandose rapidamente, haciendo que su vieja túnica de tonos ocres ondee en el viento fresco de la tarde cerca de las montañas... Da dos pasos, y luego parece recordar algo, por lo que vuelve sobre sus pasos hasta tu posicion, te agarra por los hombros, y te mira a los ojos, desde sus casi 1,95m de altura:

- Ha sido un gran placer volver a verte, Maestro, porque no dudes que llegarás a serlo... Nunca dudes de tus decisiones, pues ni inlcuso las equivocadas lo suelen ser en todo tiempo y espacio..., tras eso, ya sí, se gira para irse...

 Cuando mi amiga elfa me fue a buscar para informarme de que mi maestro quería verme, no perdí tiempo y corrí a reunirme con él, pensando en que podría tratarse de algo importante. Cuando nos reunimos y escucho sus enigmáticas palabras, demuestra darme la razón y le escucho atentamente, mientras me pregunto, curioso, el doble sentido que a veces sus palabras parece encerrar, pero que yo no soy capaz de entender. Cuando va a irse, le pregunto con el debido respeto:

 - Shalafi, ¿quieres que realice ese viaje en solitario?.

Apenas ha dado dos pasos, tras tu pregunta, cuando para, gira la cabeza, y con una sonrisa y un guiño te dice:
Bueno, supongo que puedo prescindir de cierta Kirath durante unas semanas, no?? Por el rabillo del ojo puedes ver como la pareja que hace guardia en el perímetro se mira, y también sonríe...

 Trato de no sonrojarme, mientras mantengo la compostura, debido a las más que obvias segundas intenciones con las que iba dirigidas las palabras de mi maestro, aunque estaba más que feliz de oír quien me acompañará, aunque me esforcé en disimularlo, por sentido del decoro:

 - En ese caso, si no deseas nada más de mi, querría preparar mis cosas para el viaje cuanto antes, si me lo permites...

- Por supuesto, chico, ve... Todos partiremos en breve..., acaba, cripticamente el noble elfo, mientras se encamina al grupo de tiendas donde mas nutrido es el grupo de guerreros de guardia...

Cuando sales del centro de tiendas, encuentras a Coralinëë afilando su curva daga con una piedra que parece batida hasta la saciedad por miles y miles de horas de agua corriendo por el rio. Al verte aparecer, una sonrisa sincera aparece en su cara, mientras guarda sus quehaceres, y se acerca para despedirse:

- Ten cuidado con el viaje de vuelta a la Villa, Meldon, y evita esa zona de bajío tras aquel boquecillo de abedules, la tierra está cargada de agua, y puede ser traicionera..., te dice antes de cuadrarse, y dirigirse hacia el grupo de tiendas pobladas...

La vuelta se hace mas llevadera, con la sonrisa de la Kirath flotando entre tus pensamientos.

A los dos dias, ya hace uno que el sequito de tu noble Maestro se ha evaporado, como si nunca hubiese existido... Si no fuera porque, en la linde del pueblo te espera Coralinëë, tu guia hacia Encrucijada.

El dia ha amanecido prístino, sin una nube, pero la lluvia de los ultimos dias, junto al viento, da una sensacion de fresco, en las horas siguientes al alba. Cuando llegas al lugar convenido, la elfa te espera apoyada en un nogal, mirando hacia el norte, tu destino. Aunque lo intenta, su cara refleja nerviosismo por no haber partido con su señor, y en un primer momento crees que no queria venir, pero al verte llegar, ese nerviosismo se esfuma, y se transforma en determinacion:

- Espero que traigas un buen capote para la lluvia, Anubis, el dia no terminará sin lluvia..., dice, mirando a un cielo limpido, de un azul monotono...

Vuestros caballos están preparados, y enseguida se adaptan al galope al que los mantiene la elfa en la primera parte del dia. Salis a la campiña, y al ratos volveis al camino, pero la elfa parece siempre elegir la mejor opción, pues escoge trochas secas, que se adaptan mejor a vuestras bestias.

Antes del anocher, poco despues de encontrar un sitio para domir, pegados a una loma, llega la tormenta de primavera, pero el tejadillo improvisado que habeis montado, os protege, mientras Coralinëë prepara un fuego que apenas si suelta volutas de humo. La cena se presenta frugal, con frutos secos, y una especie de gachas que ha preparado la elfa. Apenas habeis hablado durante el dia, debido a la velocidad a la que habeis viajado, y a que siempre parece tener que ocuparse de algo, pero la cena parece un buen momento para charlar...

 Mientras cenamos, observo a mi compañera de viaje con curiosidad. Durante el trayecto he querido hacerle un montón de preguntas, pero, por una o otra razón, siempre había algo que me impedía hacerlas. Ahora que estábamos descansando y resguardados, disfrutando de una agradable velada, pese al tiempo, me parecía una buena oportunidad de hacerlas:

 - Coralinëë, ¿Que sabes de la misión que nos han encomendado?.

La elfa se quita un mechon de pelo plateado de la cara, y te mira con cara sorprendida:

- Nos...?? Que quieres decir, Meldon?? Mi misión es proteger mis queridos bosques de Silvanesti, pero a todas luces, en eso fallamos..., dice, haciendo una mueca, atizando un poco el fuego, tras lo que te muestra de nuevo una de sus calidas sonrisas. - Pero eso está a punto de cambiar. Mi Señor nos guiará de nuevo a recuperar nuestra tierra!! En cuanto te deje sano y salvo en ese barco de Encrucijada, partiré a unirme con los mios... Si me preguntas por tu "misión", no sabia que tuviera una!!, acaba con una carcajada cristalina. Puedes, y quieres compartirla conmigo?? Te juro por los arboles milenarios que rodean Silvanost que nadie se enterará por mi de nada de lo que me cuentes..., dice recostandose en la roca, esperando a que empieces a hablar.

Fuera del tejadillo, la lluvia hace un rato que ha parado, impregnando la noche de miles de olores, mientras las lunas inician su ascenso por la boveda celeste.

 Me encogí de hombros, con una sonrisa vergonzosa, por tener que reconocer mi ignorancia sobre el tema en cuestión:

 - Ya conoces a mi Shalafi, no a sido demasiado claro al respeto, supongo que averiguaré más al llegar a mi destino. Quiere que me reúna con una determinada persona... Un caballero llamado Crownguard, ¿te dice algo ese nombre?.

 Mientras esperaba su respuesta, no pude evitar admirar su belleza, proveniente de otro mundo. A veces me sentía cpaz de contemplarla y admirarla durante horas...

Pese a que ha visto amaneceres de una centuria antes de la Guerra de la Lanza, no puede más que sorprenderte y atraerte por igual la inocencia de su mirada, clavada en el fuego, mientras parece intentar recordar algo:

- Crownguard, dices??, piensa un rato más, y acaba diciendo: - Lo siento, pero no me suena el apellido, aunque, por aventurar, diría que pertenece a la Nobleza de algún reino humano... Vuelve a atizar el fuego un poco, mientras gira la cabeza, atenta a algún ruido del exterior.

- Cierto!!, ahora recuerdas. Ese apellido es famoso, o al menos lo era, en la Caballería Solamnica, pero ahora no eres capaz de recordar por qué.

 - A mi me suena, el apellido es famoso, o al menos lo era, en la Caballería Solamnica, pero ahora no soy capaz de recordar por qué.... Esperaba que tú fueras capaz de refrescarme la memoria, pero supongo que es igual... - Le respondí con un suspiro de leve decepción.

 A continuación, miré a la chica con interés antes de preguntarle, con interés:

 - ¿Sabes cuantos días nos queda todavía para separarnos... Es decir, que nos quede de viajar juntos?. ¿Que sabes del lugar a donde vamos?.

 La verdad, es que no quería que el momento de la separación llegase nunca, pese al mal tiempo, disfrutaba mucho viajando con ella, y no querría que eso terminase nunca. La verdad, hacía tiempo que mis sentimientos hacia ella empezaban a ser más profundos que los de la simple amistad y esta podía ser la última oportunidad de confesárselos, ya que no sabía lo que me esperaba en mi viaje. La cuestión era saber si me atrevería a dar el paso...

Coralinëë te mira con esa mirada indagadora que tiene, la misma que tiene al pasar un rato mirando el horizonte, como buscando algo...

- Supongo que no puse demasiada atención en las lecciones sobre el extranjero!!, tras lo que vuelve a reir, al parecer mas que feliz de estar de nuevo en la Naturaleza.

Se mete una avellana en la boca, y se cierra un poco la capa. La noche empieza a ser cerrada, y aunque a finales de Primavera, parece que por la noche refrescará...

De pronto, escuchais a los caballos piafar, un poco mas abajo, en la pequeña pradera en la que los habeis dejado, sueltos. Como un resorte, la elfa se levanta, coge el arco y el carcaj, y sale del circulo de luz, colocando ya una flecha en la cordada.

- Vigila mi espalda, y la tuya, Mago!! Es hora de aplicar las lecciones de mi Señor!! , te dice en elfico, pese a que siempre ha usado el Comun, por deferencia a tí. Parece que, en momentos de tension, le es mas facil hablar en su idioma natal, y sabe que lo controlas.

Tus ojos no están acostumbrados a esta oscuridad, pese a que las nubes se están abriendo, y tu deidad patrona, Solinari, brilla mas alla de mediada en el cielo... Debido a eso, solo puedes  vislumbrar unos bultos subidos sobre vuestros caballos, que empiezan a alejarse, aunque el de la elfa parece encabritarse un poco, antes de salir al trote, quiza molesto por aquel que lo monta. Coralinëë está mas cerca, agazapada en un roca, con el arco preparado.

 Empuñando con fuerza mi bastón, sigo a mi compañera, con todos mis sentidos alerta. Cuando vemos lo que le pasa a nuestros caballos, comprendo que alguien nos lo está robando...

 Aunque no puedo ver en la oscuridad tan bien como mi compañera, si que distingo lo suficiente al ladrón del caballo de mi amiga como para usar un conjuro contra él, el único ofensivo que tengo memorizado, pero que confío que sea suficiente para derribarlo del caballo...

Cuando te acercas corriendo a la roca en la que está Coralinëë, y empiezas a usar la lengua arcana, te echa una mirada con el rabillo del ojo, mientras dice:

- Sea lo que sea lo que haces, Anubis, al que monta tu caballo!!, tras lo que suelta su flecha, y antes de que esta llegue al bulto que trata de dominar a su yegua, lanza un silbido agudo, y mantenido. La flecha entra por la parte posterior de la base de la cabeza, justo cuando la yegua, a la orden de su dueña, frena en seco, mandando el fardo que la montaba, ya muerto, volando por el aire para caer, hecho un guiñapo 20' mas alante.

Por tu parte, no tiutubeas, y la fluidez de tus movimientos, junto a la modulación de tu voz, descargan la energia mantenida en tu mente desde la mañana. Un dardo de pura energia blanco-azulada sale de la punta de tu dedo, y vuela raudo, dentro del alcance de tu conjuro a estrellarse contra la espalda del ser que intenta robar tu montura. Un alarido agonico sale de la criatura: - Sriieeeeekkkkkkkkkkk...!!!, grita, antes de caer del caballo, y aterrizar sobre la hierba mullida, que amortigua el golpe, pero parece no hacer falta, pues la criatura, goblinoide, crees, a juzgar por el graznido que ha metido, queda tirada, sin moverse, en una postura imposible.

A otro silbido de la elfa, su yegua se gira y vuelve, trotando, mientras tu garañon castrado la sigue. En lo que vuelven, Coralinëë parece ver algo mas allá, cerca de la siguiente loma a la vuestra. Señala, y ves otros bultos moverse y lanzar improperios, pero enseguida se giran y desaparecen.

- Bestias cobardes..., sisea, mientras acaricia la cabeza de su yegua blanca, y le dice algo en voz baja. Tu caballo para unos metros mas allá, y piafa un poco, nervioso aun. La elfa se acerca, y con una leve caricia, hace que desaparezca esa desazón. Vuelve a decir algo a su yegua, y empieza a andar hacia los cuerpos caidos, haciendo una señal para que la sigas.

 Tras asegurarme de que el enemigo se a retirado realmente, sigo a Coralinëë mientras le pregunto, preocupado por la salud de nuestras monturas, tratando de hablar en voz baja, para que solo ella pueda oírme:

 - ¿Los caballos están bien?. Espero que esas viles criaturas no les hayan hecho ningún mal...

 A continuación, mientras observaba los cuerpos, le propuse:

 - Será mejor movernos a otro lugar, ¿no crees?. Por si vuelven...

 Al parecer, mi intento de crear un momento romántico se había ido al traste de manera asombrosa, aunque al menos tenía el consuelo de que no era por mi culpa.

Mientras, con pasmosa eficacia, voltea los cadaveres, recupera la flecha, y los cachea, te responde, tambien en bajo:

- Si conozco bien a estas criaturas, y creo que sí, no creo que vuelvan, viendo nuestra efectividad, con esto, te guiña un ojo: - Aunque no sabia las razones por las que mi Maestro decidió acogerte, estaba convencida de que no se habia equivocado!! Me preguntabas antes que cuanto tiempo quedaba antes de que nos separaramos... Bien, si no tenemos muchos mas problemas, deberiamos llegar a Encrucijada en menos de 5 lunas. Repito, si llevamos buen ritmo...

... Mi misión de acompañarte se supone que acaba en el momento en que cojas ese barco hacia Solamnia, pues mis compañeros me llevan ventaja, y debo juntarme con ellos a la mayor brevedad... Aunque, si voy contigo hasta Port o'Call, solo para asegurarme de que tomas tierra sano y salvo, y te unes a una caravana, solo perdería una decena de jornadas..., dice, echando cuentas, y sacudiendose el polvo de las manos, tras lo que se enfunda unos guantes ligeros de piel de color ocre.

Arrastra los cuerpos hasta una zanja natural, y los arroja allí, con un pensamiento en alto: Las bestias salvajes harán su funcion en el ciclo...

- Los caballos están bien, solo que los olores de estas criaturas los pone nerviosos, un poco de hierba y se les pasará, dice, mientras se encarama a una roca alta, y otea alrededor.

Ya de vuelta en el campamento, de pronto, te dice: - Pensaba que el Maestro te habia reclutado para ayudarnos en la tarea de recuperar nuestra Tierra, pero veo que no... Lastima, estoy segura de que te encantarían los Bosques Milenarios que la forman, y podrias mejorar, y mucho esos conocimientos sobre hierbas que posees..., acaba dejando flotar esa ultima frase en el ambiente.

- Ahora, descansa. Al alba, cuando tus ojos puedan valerte para vigilar, te despertaré. En pocas horas estaré lista, y podras estudiar ese libro tuyo, señala con su naricilla ligeramente respingona.

 La miré mientras habla sobre los Bosques Milenarios, refiriéndose a su hogar, y entonces, tras decidirse las guardias, mostrando mi conformidad, me acerqué a ella y la miré fijamente a los ojos, mientras le respondí:

 - No te preocupes, algún día tu hogar será liberado y podrás enseñarme todos esos hermosos bosques de los que tantas veces me has hablado, y enseñarme todas las hierbas extrañas y exóticas que en ellos crecen...

 A continuación acaricié su cabello con ternura, como muestra de mi apoyo y afecto por lo que su pueblo había y estaba pasando... Y tal vez por algo más...

Algo turbada, te sonrie, con un leve rubor en sus mejillas, y se gira hacia su arco y su aljaba, se los cuelga al hombro, y se ajusta bien la capa de colores moteados, calandose la capucha justo hasta antes de las orejas.

Mientras se acerca a ahogar la hoguera, sin que salga humo tampoco, te dice, con los ojos fijos en la tarea: - Trata de descansar, Meldon, mañana será un dia largo, y debes estar descansado para rernovar tu arte...

Tras eso, y con una sonrisa que solo entreves gracias a los rayos de la luna Roja y la Blanca, se aleja del campamento, en busca de un buen sitio del que vigilar...