Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

Capítulo I

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09/08/2016, 15:55
Director

El águila regresa a ti cuando la llamas y reemprende el vuelo cuando la envías nuevamente a otear las inmediaciones en busca de los kirath dispersos o de una nueva amenaza.

Te acercas a la hoguera y examinas lo que quiera que arde en su interior. Te sorprende descubrir que no es más que algún tipo de arbusto ennegrecido por el fuego. Nunca has visto una planta así pero no parece más que eso, una planta. Puede que la semihumana haya mentido al asegurar que fueron atacados por eso, pero ¿por qué si no se arriesgaría a encender una hoguera al mediodía?
 

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09/08/2016, 21:54
Erindel

Rápidamente, fui hacia la elfa llorando, y sacando una manta de mi mochila, se la puse por encima.

Tranquila, nosotros nos encargaremos del problema, ahora, respira hondo, bebe un poco de agua. Saco mi odre y le ofrezco un poco. Y cuentanos, tranquilamente, lo que ha pasado.

No me podía imaginar que carnicería podría haber sido aquello para que la joven muchacha se alterara de esa forma, pero sin duda había perdido la razón por la locura, al menos, momentáneamente. Con la esperanza de que pudiera hablar, tras intentar calmarla, espero impaciente por saber que es lo que ha sucedido. Aunque mis esperanzas estén por los suelos y ningún augurio vaticina nada positivo.

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09/08/2016, 22:04
Kenthalas Quinnay (Kento)

-Calma Tërevan. El desconsuelo se cura mejor con buenas palabras que con palabras bruscas- dijo Kento saliendo de detrás del grupo.

Se acercó hacia el grupo que acababan de encontrarse. Sunnay, observaba la escena desde un árbol cercano.

-Mi nombre es Kenthalas Quinnay. Dadas las circunstancias creo que mi compañero kirath tiene razón. No conviene llamar demasiado la atención- dice al tiempo que se detiene a la altura de Tërevan. Se dirigió a la sollozante elfa de extraños ojos-.Os ruego perdonéis mi indiscreción , pero... Decidme, ¿qué sabéis de Sithelnost? ¿Y por qué debías llegar allí?

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09/08/2016, 23:55
Sermë

Sermë bebe con avidez del odre que Erindel le tiende y, aunque se atraganta en un par de ocasiones a causa de los hipidos, para cuando termina de beber parece más sosegada.

—Silvanesti está maldito. Los propios árboles cobraron vida para atacarnos. Era un clérigo de E'li y ahora está muerto —afirma, señalando con mano temblorosa el cadáver con la cabeza machacada—. Los dioses se han olvidado de nosotros.

Sin embargo, su desesperanza parece mitigarse cuando el aprendiz de mago se inclina junto a ella y la interroga sobre Sithelnost. Poco a poco, a medida que habla, va recobrando la entereza perdida y sintiéndose reconfortada con la atención de los presentes.

A pesar de su origen humilde y su pertenencia a la Casa de la Servidumbre, Sermë habla de su ciudad natal con desbordado orgullo. Habla de que los más grandes guerreros, magos y sacerdotes que ha dado la Historia nacieron en esta población y que sus figuras están esculpidas en la Galería de los Héroes.

Os habla también de la existencia del Gran Auditorio, donde antaño acudían los más reputados malabaristas, actores y trovadores para deleite del público, pero que desde el ataque de los dragones cuatro años atrás está prácticamente en ruinas.

También se enorgullece Sermë de la biblioteca, que desde tiempos remotos era la sede de la Casa Mediadora en Sithelnost. Durante la evacuación, alguien llamada Lady Eluarna ordenó que los más importantes documentos históricos, contratos y tratados militares fueran empaquetados y puestos a salvo. Sin embargo, la biblioteca aún conserva muchos tomos que nos exiliados no pudieron llevarse consigo, aunque se teme que los draconianos hayan desvalijado o destruido cuanto hayan encontrado en el lugar.

Pero por encima de todo, no hay nada que le guste más que hablar de la Gran Catedral, situada en el corazón de Sithelnost. Es un edificio de planta con forma de cruz equilátera, con cuatro puertas (una en cada brazo del aspa) y el techo de cristal multicolor de  cuyo centro emerge una enorme estatua de madera hueca pintada que representa al dios Astarin, en su forma de bardo silvanesti, tocando el arpa. Según Sermë, ni siquiera el fuego de los dragones Rojos causó el menor daño a la sagrada talla de madera.

Sermë se confiesa sirvienta de la sacerdotisa Raenavalona, Hija Venerable de Astarin, quien se negó a abandonar la Gran Catedral durante el exilio ordenado por el Orador de las Estrellas. Ahora que los "hombres-dragón" han regresado a Sithelnost, teme por la suerte que hayan corrido sus conciudadanos. Su ama la ordenó escapar en busca de ayuda pero cree que tal vez sea ya demasiado tarde para ella y los demás.

Para cuando la inquietante fémina guarda silencio, la tristeza parece haberse posado sobre ella pero al menos la ha abandonado la catatonía inicial y el angustioso desconsuelo con el que ha recibido vuestra llegada.

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10/08/2016, 16:15
Lithiniel

La druida se levantó tras examinar la supuesta criatura que los había atacado y vio que parecía sólo un árbol, luego miró un tanto dudosa al trío que acababan de encontrar y dijo sin ocultar sus dudas:

-Esto parece sólo un árbol, ¿cómo os ha atacado algo así? -preguntaba como si aquella gente ocultara más información, pero luego vio como el resto de su grupo se afanaba en consolar a la mujer sollozante y tras escuchar su explicación cambio su tono por uno más enérgico y expuso- bueno, ya nos lo contaréis en el campamento con mayor detalle, de nada sirve seguir aquí, ¿no creéis? ... -y mirando como la elfa se recomponía poco a poco concluyó diciendo- y también es inútil llorar por lo perdido, debemos centrar nuestros esfuerzos en ayudar a la causa y algún día recuperaremos Sithelnost, no lo dudes -dijo con profunda determinación en su voz y en su mirada, esperando que aquello infundiera nuevos ánimos en la alta elfa.

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10/08/2016, 16:34

—Ya lo habéis oído —interviene el kirath que hasta el momento se había mantenido en silencio—. Esta mujer afirma que ella y otros lugareños de la ciudad de Sithelnost encontraron la manera de sobrevivir a la Pesadilla durante los años en los que pensamos que todo el que no hubiera huido de Silvanesti había perecido irremediablemente.

»Tenemos órdenes de llegar hasta allí y comprobar si tal cosa es cierta. No tenemos tiempo para desandar nuestro camino y regresar en busca de nuevas instrucciones. Si quedan supervivientes en Sithelnost, debemos sacarlos de inmediato y escoltarlos hasta nuestro campamento. Lamentablemente, parece que hay cuadrillas de draconianos merodeando por la frontera septentrional y entregándose al saqueo. Hace meses nos topamos con un grupo de estas criaturas pero está claro que no eran los únicos.

»Perdimos a nuestra oficial al mando en algún momento entre la pasada noche y esta mañana. Esperábamos reencontrarnos con ella a lo largo de la jornada pero no ha sido así todavía. Lo que sí hemos hallado ha sido a una pareja de arbustos vivientes que han atacado a nuestro grupo, matando a dos de los nuestros y dispersando a los demás. Si no hubiera sido por Ashe y sus flechas incendiarias ahora Sermë y yo estaríamos muertos también.

»Si no queréis sumar vuestras fuerzas a las nuestras en el rescate, ayudadnos al menos a encontrar a nuestra superior. Es una exploradora veterena, una kalanesti, pero está sola y en estos bosques dudo que nadie pueda sobrevivir solo mucho tiempo si está herido.

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10/08/2016, 19:08
Tërevan

El elfo escuchó atentamente con el ceño fruncido a ambos, tanto a la desconsolada mujer como al kirath. 

- Sois pocos para llevar a cabo una misión de rescate - dijo en tono grave dirigiéndose al grupo de tres - y también veo necesario encontrar a vuestra superior al mando, pues no podemos dejar una vida a manos del destino en un terreno tan hostil. Mi opinión es que nos dividamos, un grupo que busque a la exploradora y el otro que se adelante y observe la situación de Sithelnost, porque no podemos realizar una labor de rescate sin un plan antes - observó a la elfa pálida, si había sido capaz de salvarse de aquella pesadilla no había que subestimarla - en cuanto se encuentre a vuestra superior, el otro grupo se reunirá con el primero, y aunando fuerzas podríamos tener posibilidades de realizar una labor de rescate con éxito. 

El guerrero observó a su alrededor y miró a su mujer para dedicarle una sonrisa.

- Me ofrezco voluntario para buscar a la oficial, quien quiera unirse a mí... sabe que es bienvenido. 

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11/08/2016, 00:30
Ashe

Escucho las explicaciones que tan certeramente dan mis compañeros sobre la situación y nuestra misión, y miro a mi alrededor con el ceño fruncido de preocupación.  No podemos volver al campamento ahora.

Entonces uno de los desconocidos propone dividirnos para poder ayudarnos y parece que nuestros rostros se iluminan un tanto.

— Eso sería... —comienzo, emocionada, pero freno al mirar al resto de su grupo— Gracias. Nos vendrían bien un par de arcos más. Además,  así cubriremos más zona mientras avanzamos por si nos cruzamos con esos goblins. Nosotros iremos hacia Sithelnost, necesitamos a alguien más. ¿Cómo queréis dividiros?

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11/08/2016, 05:48
Gwyndrahir

Casi en el preciso momento en que aquel que llamaban "Gwyndaewar" creía haber percibido el origen de la llamada de auxilio (aunque, en rigor de verdad, se trataba más bien de una corazonada, pues el denso follaje pronto se había tragado todo rastro del particular sonido), un estridente chillido cayó desde las alturas para confirmar sus sospechas. Y aquella confirmación, que en cierto sentido podía ser tomada como clara evidencia de lo mucho que había perfeccionado sus propias capacidades, lejos de reconfortarlo, le generaba una profunda y ardiente rabia, que a duras penas podía contener.

Pues el maldito pajarraco volvía a ganarle de mano...

Quizás por ello, el fornido y achaparrado explorador se lanzó de inmediato hacia el lugar designado, abalanzándose a la carrera y desaforadaente entre la espesura, sin preocuparse demasiado por su seguridad personal. Como si bastara con ser el primero en acudir a la llamada para redimirse de su más reciente derrota frente al orgulloso RENAN.

Desgraciadamente, el atolondrado muchacho pronto tuvo ocación de lamentarse por su estupidez. Pues nada en el mundo podía haberlo preparado para el horror al que habría de asistir. Los cuerpos de sus camaradas dispersos y rotos, la sangre reseca impregnando los pastizales, el opresivo silencio, el inconfundible y pegajoso aroma de la muerte...

Su primera reacción fue tensar el arco y buscar cobertura entre los árboles que rodeaban el claro. Desde allí, observó al grupo de desconocidos, estudiándolos desde la distancia pero sin dirigirles la palabra, y siempre apuntándolos con una mirada fiera y decidida. Cuando TEREVAN, LITHINIEL y los demás llegaron mantuvo todavía algún tiempo su posición (y también su actitud), hasta que finalmente optó por bajar el arma y adentrarse en el claro.

Sin embargo, incluso cuando ya ambos grupos habían conseguido romper las suspicacias de los primeros instantes, el extraño personaje continuó igualmente aislado y sin dirigirle la palabra a nadie. Tan solo se dedicó a recorrer el lugar una y otra vez, escrutando con mirada absorta cada palmo del terreno, deteniéndose de tanto en tanto para recoger algo, o inclinándose aquí o allá para estudiar algún detalle con más detenimiendo.

Era una tarea que parecía absorberlo por completo, pues nada conseguía desviar su atención. Ni los comentarios de sus compañeros, ni las prisas de los desconocidos, ni nada. Aunque cada tanto echaba una sugestiva mirada por encima del hombro para detenerse un instante en la llamada Sermë... y una sombra de duda oscurecía sus facciones.

- Tiradas (1)

Motivo: Rastros

Tirada: 1d20

Resultado: 11

Notas de juego

Pues eso, que intentará hacerse una idea lo más detallada posible sobre como se desarrolló la batalla y que tipo de amenaza encontraron los exploradores. También intentará descubrir la dirección por la que pudieron haber huido los restantes sobrevivientes, y si sus enemigos los siguieron.

No se bien que tendría que tirar, así que para agilizar, dejo una tirada basica y tu le pones o le sacas lo que corresponda.

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11/08/2016, 12:36
Director

Haciendo caso omiso de las conversaciones que tienen lugar a tu alrededor y que no despiertan en ti el menor interés, deambulas por la arboleda en busca de evidencias ocultas que verifiquen lo que aquí ocurrió.

En el escenario de la batalla observas lo evidente: las señales de lucha, los cuerpos sin vida de una pareja de elfos irreconocibles vestidos con las capas de los kirath, la sangre, el suelo removido por la refriega en la zona que circunda a los cadáveres... Pero eso es algo que podría ver cualquiera y tú no eres cualquiera. Tú eres meticuloso, terco, casi rayando en lo obsesivo.

Descubres las huellas de un grupo numeroso entrando en el área. Un grupo que no es el vuestro. Las pisadas de al menos seis individuos distintos, puede que más, caminando hacia el lugar donde está el cadáver del supuesto clérigo con el cráneo aplastado.

La tierra está muy removida en esta zona pero aprecias un grupo de huellas que se alejan de la refriega, volviendo por donde habían venido. Las huellas no son claras y sólo aparecen en intervalos irregulares, allí donde el suelo es lo suficiente fangoso para dejar una marca impresa, pero aún así bastan para que te hagas una idea de que tres o cuatro personas huyeron en esa dirección. Lo sorprendente es que hay marcas en el suelo que parecen indicar que iban arando la tierra a su paso, a juzgar por la tierra sembrada de surcos tras ellos.

Notas de juego

[Prueba de "superviviencia": 11+3 (CD 14+)]

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11/08/2016, 13:20

El kirath más hablador asiente satisfecho al ver que sus palabras han comenzado a calar en los presentes y se dirige a su compañera semihumana:

—Bien, si Sermë y tú guiais al grupo hacia Sithelnost, yo buscaré a Ojos de Luto con... —vuelve su atención hacia Tërevan— perdona, no recuerdo tu nombre. ¿Cómo dijiste que te llamabas?

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11/08/2016, 13:31
Kenthalas Quinnay (Kento)

Kento escuchó atentamente a Sermë y al resto de los kirath.¿Dividirnos?

-¡No!- reaccionó de repente con una brusca exclamación- ¡No debemos dividirnos! Ya somos una fuerza demasiado pequeña como para dividir nuestras capacidades en dos grupos. El terreno es desconocido y el enemigo lo conoce mejor que nosotros. Estoy de acuerdo en que no podemos abandonar a una oficial kirath a su suerte en estos bosques. Pero nosotros - dijo señalando exclusivamente a su grupo de kirath-, somos una unidad. Y vosotros- señala ahora al grupo de kirath recién encontrado- tenéis una misión que aún no habéis terminado;rescatar a las gentes de Sithelnost. Creo que es en eso en lo que debemos centrar nuestro esfuerzo porque , por otra parte, si vuestra oficial sigue perdida deber haberse dirigido a donde cree que vosotros iréis. ¿ Habíais marcado algún punto sobre el terreno para reuniros en caso de pérdida...? No se me ocurre otra cosa que pensar que o está en camino a Sithelnost o que se encuentra ya allí.- Tomó aire antes de lanzar su propuesta-. Continuemos juntos hacia Sithelnost e intentemos encontrar a vuestra oficial por el camino.

Ni él mismo tenía claro si había sonado como una propuesta o como una orden...

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11/08/2016, 17:49
Lithiniel

Tras ver como el solitario Gwaydaewar mascullaba para si mismo palabras indescifrables y como se disponía a investigar el suelo con unos actos un tanto extraños, la druida no le prestó mayor atención y centro su mirada nuevamente en la conversación con el nuevo grupo, diciéndole con tono serio y seco al tal Keradriel:

Se llama Terevan, y no irá a ningún lado sin mi -dijo devolviéndole una mirada de profunda lealtad a su marido- así que contad conmigo para ir a buscar a vuestra oficial -declaró para luego colocarse junto al guerrero y decirle a Kento que parecía reticente a la separación- no nos queda otra opción, abandonar a un hermano kirath es algo que no toleraré y más si es un oficial, algo de lo que andamos escasos ahora que los altos mandos se han marchado a dialogar..., así que yo partiré con Keradriel y Terevan, es obvio que corremos un gran peligro, pero para eso nos alistamos, si lo que querías era seguridad temo que te has equivocado de oficio -termino diciendo con una actitud un tanto temeraria.

Notas de juego

Spartan, no pienso escribir más el nombre de tu pj XDDDD.

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11/08/2016, 18:09
Tërevan

Tëveran soltó una carcajada llena de orgullo al escuchar las palabras de su mujer.

- Menudo carácter tienes, mujer - dijo con una sonrisa mientras la tomaba de la cintura - nadie en su sano juicio nos podría separar mientras tú tuvieses algo que decir ¿no es así? - y acercándola a él besó sus labios fundiendose con ella durante unos segundos para después separarse saciado por ahora del sabor de Lithiniel.

Después su rostro se tornó serio de nuevo para volverse hacia Kento.

- La búsqueda de la oficial es tan prioritaria como la misión de rescate que tenían al principio, no es momento de prescindir de oficiales, y lo más posible es que si esté herida, no pueda avanzar hasta el punto en que hayan acordado encontrarse.

Volvió su semblante hacia Keradriel, y su cuerpo se estiró haciendose aún más alto, sintiéndose aún más digno.

- Me llamo Tëveran, y ella es Lithiniel. Iremos juntos - sentenció - y si nadie más quiere acompañarnos, entre los tres encontraremos a tu oficial - recordaba el nombre de labios del kirath, "Ojos de Luto".

"Ojos de Luto... o cualquiera que sea tu nombre. Te encontraremos, puedes estar segura de ello"

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11/08/2016, 20:09
Kenthalas Quinnay (Kento)

Kento escuchó contrariado las atrevidas palabras de Lithiniel.¿Era miedo lo que sentía? Todos lo tenían, no cabía duda. Cuando alguien ve a un igual convertido en un cadáver frío y destripado no puede evitar pensar que a él podría pasarle lo mismo. Pero, sin embargo, su recomendación no estaba basada en el miedo sinó en la lógica.

-Entiendo lo que dices Lithiniel. Pero no se trata de cometer riesgos inútiles. Los Kirath muertos no cumplen misiones. Los desaparecidos tampoco... Esto no es una cuestión de mostrarse más atrevidos unos que otros. Se trata de calcular bien nuestras posibilidades. Aquí este grupo de más de tres- dice Kento señalando a Ashe, Serëm, Keradriel y a los cadáveres- fueron atacados, murieron algunos y el resto quedó dividido. Y vosotros queréis partir siendo tan sólo tres...Como puedes ver no se trata de miedo druida, son los fríos números de la guerra. 

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12/08/2016, 17:19
Lithiniel

Lithiniel se vio atrapada en el arrebato amoroso de su amado, aunque le pilló por sorpresa lo disfrutó completamente y no dudó en devolverle con igual cariño el gesto, saboreando los labios de él. Tras ello y escuchar la respuesta del mago, se apresuró a responderle con un tono un tanto tajante, diciendo:

-Si os guiáis por la lógica de los números, tened en cuenta que estos tres consiguieron abatir a una de las bestias, y a ellos los atacaron dos, además ya sabemos que sufren debilidad al fuego, y estamos sobreaviso con Renan advirtiéndonos desde el cielo -dijo señalando a las alturas- creo que no es un riesgo tan grande como os imagináis y el beneficio merece sin duda la pena... -concluyó esperando que Kento cediera y pudieran ponerse manos a la obra de una vez.

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12/08/2016, 20:27
Kenthalas Quinnay (Kento)

- Vuestra determinación es fuerte-dijo kento- y, mucho me temo, que vuestra decisión es firme. Si así va a ser no perdamos más tiempo. Si alguien más quiere acompañaros que lo decida cuanto antes. Estamos en el mismo lugar de un ataque y no deberíamos permanecer aquí mucho más.

Kento llamó a Sunnay. La lechuza blanca descendió haciendo giros hasta posarse en el brazo del mago. 

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12/08/2016, 20:55
Ashe

Escuché a la elfa con una mezcla de espanto y rabia que me empezaron a subir desde el pecho a la garganta. ¿Que nosotros tres pudimos con uno y que no es una amenaza tan grande?

—Por si no lo recordáis, hemos tenido que hacer uso del atrakha. ¿Crees que hubiéramos usado la llamada de mayor peligro por un brócoli gigante y débil? —intento calmarme, apretando los puños sobre mi arco y respirando despacio—. Varios de nuestros compañeros han muerto. El resto probablemente también lo haya hecho. Si hemos conseguido abatir a esta cosa de aquí es sólo porque estaba entretenida atrapando a mis compañeros con enredaderas y masacrándolos. He tenido que subirme a un árbol y convertirle en una pira de fuego con mi aceite mientras escuchaba los gritos agonizantes de mis compañeros. ¡He lanzado una flecha incendiaria tras otra mientras mis compañeros y amigos me suplicaban ayuda!

Desde que llegué aquí ellos han sido como mi familia, ¿sabes lo que es ver morir a tu familia? —me doy la vuelta un segundo, intentando reprimir las lágrimas—. Debéis saber que no me queda aceite para más criaturas arbóreas. Y que no es la primera vez que nos tienden una emboscada. Meses atrás perdimos a otro compañero combatiendo contra unas cocatrices que nos emboscaron desde arriba, desde las copas de los árboles. Convirtieron a uno en sólida y robusta piedra. Estos bosques son más peligrosos de lo que podéis llegar a imaginar, y apenas nos hemos adentrado aún en ellos. Kento tiene razón, si queréis ir solos y terminar como ellos, adelante. Pero quiero que recordéis por un segundo el juramento que hicisteis. Estamos aquí para explorar, para informar. Si morimos en el intento, no cumpliremos nuestro objetivo ni podremos ayudar a recuperar lo que es nuestro. Llegaremos hasta Sithelnost, pero no podemos llegar solos.

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12/08/2016, 21:10

—Lo que dice Ashe es cierto. Debo confesar que yo no he tenido mucho que ver en la muerte de esa... criatura —reconoce Keradriel, visiblemente azorado—. Ha sido mérito exclusivo de mi compañera y de sus flechas incendiarias. Fue una emboscada. Estos seres emplearon sus largas y profundas raíces para atraparnos y ponernos a merced de sus golpes. No tuvimos la menor oportunidad. Aquellos de nosotros que no logramos escapar a tiempo de su radio de acción prácticamente no pudimos hacer nada. La mayor parte de mis flechas rebotaron inofensivas en sus gruesos troncos de madera o se clavaron en ellos sin que pareciera frenarlos en modo alguno.

»Lothar, atrapado, se encomendó a E'li y luchó con denuedo por defender a Sermë. Lo pagó con su vida —añade, señalando el cuerpo con la cabeza aplastada. A continuación, señala a las otras dos víctimas—. Tesarë, nuestro druida, también trató de detenerlos con la ayuda de su fiero mastín. La escena habla por sí misma... Si el resto de nuestro grupo no hubiera emprendido la huida llevándose al otro monstruo tras ellos, seguramente todos estaríamos muertos ya.

»Estoy seguro de que, sabiendo lo que sabéis ahora, podríais hacer frente a esta amenaza mejor de lo que lo hicimos nosotros si os topáis con ella pero, ¿quién sabe qué otros horrores se ocultan en este bosque de pesadilla?

»Como ha señalado con acierto Kenthalas, nuestra oficial siempre ha avanzado por delante de nosotros, alertándonos de los peligros del camino. Si está en alguna parte, confío en la hallaremos en la dirección de Sithelnost. ¿Alguno de vosotros cuenta con un mapa de la región? ¿No? Lástima. Ashe es la única que ha conseguido una copia y, aunque comenzamos a pensar que no sea del todo exacta, es la mejor baza con la que contamos ahora mismo para alcanzar nuestro destino.

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12/08/2016, 21:29
Erindel

Escucho con ilimitada paciencia cómo propios y extraños se enzarzan en un debate sobre el curso de acción a seguir a continuación. Desde luego, esto no es lo que es lo que me esperaba esta mañana cuando nos enviaron a patrullar las inmediaciones pero que me exilien si ésta no es la ocasión más emocionante que se nos presenta desde que llegamos aquí.

Si es cierto que una comunidad logró sobrevivir a los años que duró la Pesadilla de Lorac... Bueno, hasta ahora creo que nadie pensó que fuera posible tal cosa. ¿Qué honores nos concederán por llevar a cabo semejante rescate heroico e histórico?

- Vamos a ir a Sithelnost y vamos a sacar de allí a tu señora y a todos los demás sanos y salvos -le prometo a la acongojada Sermë, acuclillándome hasta ponerme a su altura y dedicándole una reconfortante sonrisa-. Y si de paso nos podemos llevar por delante a tres o cuatro de esos draconianos, tanto mejor para todos.

Me incorporo nuevamente para dirigirme en esta ocasión a la semihumana rubia, que parece muy tensa y preocupada por el hecho de haberse quedado sin aceite.

- A partir de ahora no tendréis que preocuparos más por el fuego, eso es cosa mía -le digo, guiñándole un ojo con la esperanza de aliviar su tensión-. ¿A qué distancia decís que se encuentra Sithelnost?