Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Prueba

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09/09/2019, 19:21
Elspeth

-Noventa entre mil ciento noventa... siete coma cinco por ciento -respondió la niña, y como estaba empezando a aburrirse añadió:-. Esto es, suponiendo que por "criado" os referís únicamente a criados del sexo masculino. Si os referís a criados en general la probabilidad sería del cien por cien. 

¿En serio me vas a preguntar por todos los casos posibles cuando es obvio que sé calcularlos?

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09/09/2019, 19:35
Maestro Liffin

—Bien, eso es. ¿Y de que las dos primeras sean criadas?

Si tu maestro es consciente de que sus estúpidas preguntas están comenzando a cansarte no da muestras de ello y tú comienzas a sospechar que tal vez no esté aquí para poner a prueba tus conocimientos matemáticos sino tu paciencia.

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09/09/2019, 19:40
Elspeth

Paciencia. De eso los elfos tenían a raudales, pero un mago kender ya habría explotado. Claro que difícilmente un kender tendría la paciencia suficiente como llegar a un nivel de habilidad con la magia como para ser requerido por la Orden de Alta Hechicería. 

-Aproximadamente un cincuenta por ciento -respondió Elspeth, que miró de reojo la cama. 

Si aquello se alargaba se sentaría a descansar un rato.

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09/09/2019, 19:46
Maestro Liffin

—Puede que las razas inferiores puedan permitirse esa clase de cálculos aproximados, señorita Elspeth, pero los precisamente esos seres quienes esperan de nosotros que aspiremos a la perfección para ser el espejo en que ellos puedan mirarse —te reprende con suavidad tu mentor, sin alzar la voz pero visiblemente disgustado—. Son sesenta cientodiecinueveabos, recuérdelo.

»Bien, veamos... —vuelve a centrar su atención en el pergamino que tiene delante— Si cuatro de los sirvientes de Lord Halverin se pusieran enfermos, ¿cuál sería...?

En ese momento escuchas la voz de tu padre llamándote desde algún lugar de la casa, anunciándote que tienes la merienda preparada e interrumpiendo la pregunta del profesor Liffin a medio formular. Éste suspira, visiblemente contrariado mientras enrolla con cuidado su pergamino.

—Bueno, parece que por el momento hemos terminado. Buen provecho, señorita Elspeth. Y recuerde, los buenos silvanestis no son perezosos ni toman atajos.

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09/09/2019, 20:07
Elspeth

La lista de virtudes que, en opinión de los silvanesti, debía cumplir un miembro excelente de los suyos era tan larga que Elspeth había abandonado hace años la pretensión de cumplirla. Había demasiados silvanestis obsesionados por conseguir destilar el mago perfecto, la mente perfecta, el cuerpo perfecto. El líder perfecto. Algunos llegaban incluso a considerar vergonzoso  y esconder cualquier supuesto defecto. Por fortuna, sus padres, aunque exigentes, nunca habían llegado a tales extremos. 

-¡Voy! -contestó Elspeth.

La elfa corrió todo lo fuerte que le permitieron sus pequeñas piernas. Si su padre estaba presente en alguna parte de la Prueba... quizá también lo estuviera su madre. Y hacía muchísimos años que no la veía.

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09/09/2019, 20:34
Director

Tan pronto como cruzas la puerta a la carrera te descubres corriendo directamente en medio de un paisaje desolado y ardiente. La arena caliente del desiento al mediodía te llega hasta los tobillos.

Dejas de correr y miras a tu alrededor. No tienes ni la más remota idea de dónde te encuentras ahora y ni siquiera estás segura de seguir estando en Ansalon. Un sol abrasador proyecta sus rayos directamente encima de tu cabeza, de modo que no hay sombras que te permitan aunque solo sea ubicar dónde están el este y el oeste.

A poca distancia ves un oasis con una palmera, una pequeñs tienda de campaña y una mesa. Una fornida mujer humana con aspecto primitivo y salvaje se encuentra de pie frente a una la tienda, jugueteando con algunos objetos que hay encima de la mesa y que no alcanzas a ver desde donde te encuentras.

La mujer alza la vista, haciendo visera con su mano izquierda, y te saluda agitando enérgicamente su brazo derecho. Su sonrisa blanca contrasta con el moreno de su piel.

Miras a tu alrededor. Podrías huir, aunque no parece que haya ningún sitio al que ir. Hasta donde alcanza tu vista se extiende el desierto.

- Tiradas (1)

Motivo: Saber (geografía)

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+6)=7

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09/09/2019, 22:22
Elspeth

El golpe de calor fue devastador, pero no fue nada comparado con la perspectiva frustrada de haber podido volver a ver a su madre, aunque fuera en medio de las retorcidas búsquedas de la Prueba de Wayreth. Enjugándose el sudor de la frente, y preguntándose cuánto aguantaría bajo aquel sol abrasador sin utilizar su pergamino de soportar los elementos, Elspeth se percató de que una mujer de aspecto primitivo le hacía enfáticos gestos para que se acercara.

Elspeth valoró sus opciones: desierto indistinto por un lado (o por muchos lados, según se viera), una mujer sonriente en un oasis por otro. No es que tuviera demasiadas opciones. Ni siquiera sabía dónde diantres se encontraba. 

La elfa silvanesti abrió uno de sus odres de agua y bebió un buen trago antes de dirigirse, con cautela, a la tienda de campaña donde, sin duda, aguardaba su próximo reto.

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09/09/2019, 22:46
Nómada

Tan pronto como te acercas, la mujer comienza a hablarte en una jerga incomprensible, posiblemente su lengua natal. Sin embargo, pronto se da cuenta por tu ceño fruncido que no la estás entendiendo. Hasta ahora te considerabas a ti misma una erudita políglota pero pensándolo bien, nunca te has molestado en aprender ninguna de las lenguas de otras naciones de Ansalon, únicamente las relativas a la magia o a las de tu raza. Algo que es sorprendentemente frecuente entre todos los silvanesti que conoces. Hablar con un humano, con un kender o con un enano es para la mayoría de vosotros tan impensable como hacerlo con un ogro.

La desconocida ensaya entonces algunas frases en la lengua Común, el idioma que se extendió hace siglos por el continente propiciado por el auge de los imperios militares de Ergoth, Solamnia e Istar y que en los últimos 350 años se ha convertido en idioma comercial por excelencia en Ansalon a pesar de su escaso valor lingüístico para los estudiosos elfos. Un idioma que tú misma has aprendido recientemente a raíz de tu forzado exilio en Ergoth del Sur.

—Io propone juego tú —dice la mujer, sin dejar de sonreirte y señalando el contenido de la mesita que tenéis delante. Se trata de una hilera de huevos pintados de blanco y de negro; hay cuatro de cada color y están dispuestos de tal modo que en la fila primero están los cuatro de color negro y a continuación los cuatro de color blanco—. Tú pone huevos colores alternos, ¿sí?

Comienza a moverlos y los coloca de tal modo que quedan salteados los huevos pintados de blanco y negro.

—Pero tú mueve dos juntos siempre, ¿sí? —sonríe y te muestra cuatro dedos de su mano derecha—. Cuatro muevementos solos, ¿sí?

Vuelve a colocar los huevos en su posición original y te invita a intentarlo con elocuentes señales de la mano.

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10/09/2019, 09:18
Elspeth

Elspeth se acercó a la mesita y plantó ambas manos en ella mientras examinaba el problema con el ceño fruncido. Había algunas soluciones muy fáciles, si uno se agarraba a que la nómada no había explicado de forma muy precisa las normas del juego; pero estaban en Wayreth. No se trataba sólo de que los candidatos solucionaran los retos que tenían delante: sino también era importante cómo elegían solucionarlos. Liffin se lo había advertido: los mejores silvanestis no eran perezosos ni tomaban atajos. Elspeth suspiró profundamente y desechó la idea de utilizar resquicio alguno en las reglas del juego, resignándose a hallar la solución más elegante al problema.

Tras meditarlo unos minutos, tomó el sexto y el séptimo y los colocó al principio de la fila. 

Titubeando, como si la solución se le hubiera escapado de la cabeza durante un momento, tomó los dos huevos negros que estaban más hacia la derecha y los colocó en el hueco que había dejado previamente. 

Sonrió, ahora más segura de si misma, y tomó el segundo y el tercer huevo, uno blanco y uno negro, y los colocó en el hueco que se acababa de abrir.

Tomó los dos últimos huevos de la fila y, mirando a la nómada, los colocó en el espacio sobrante, solucionando el problema.

La elfa dedicó a la humana una sonrisa radiante, ¡estaba muy orgullosa de su respuesta!

-¿Qué te parece? -dijo señalando la hilera de huevos-. Sin trampas, sin dejar huecos, ni nada.

Notas de juego

Mi PJ lo habrá acertado "en unos minutos", pero yo lo tuve que meditar con la almohada porque ayer no me salía XD. Es más difícil de lo que parece si lo quieres hacer bien bien.

Edito: he arreglado lo de "sexo" y le he dado otra vuelta a la redacción del turno. Estaba tan contento por haber encontrado la solución que he redactado un poco de aquella manera.

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10/09/2019, 10:40
Nómada

La mujer aplaude enérgicamente y sonríe de manera genuina, tanto con los labios como con los ojos. Está claro que comparte tu alegría por el éxito del desafío.

—¡Marviloso, marviloso! —exclama exultante— Muy difícil, yo sabe, forasteros no aciertan primiera vez. ¡Algunos, nunca!

Te señala su pequeña tienda de campaña y te invita a entrar en ella con gestos ostentosos que terminan en una profunda y florida reverencia.

—Ven, pasa, siéntate, come, descansa... Seguro tú cansada de desierto.

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10/09/2019, 11:16
Elspeth

Elspeth meditó un momento sobre las palabras de la nómada. ¿Estaba sugiriendo que había más magos que se enfrentaban a ese mismo problema? Tenía sentido. Las dos primeras partes de la Prueba habían tenido que ver, directamente, con su vida. Esta parte, en cambio, parecía más desligada, y podría ser algo a lo que se enfrentaban todos los magos. 

-Eh... sí, muchas gracias. 

Lo cierto es que no había caminado demasiado, pues había aparecido muy cerca de la nómada al pasar a la nueva etapa de la Prueba, pero la humana había sido la primera persona genuinamente amable que había encontrado durante su estancia en Wayreth. Tampoco es que tuviera mucho sitio a dónde ir hasta que el Tribunal decidiera cambiar bruscamente de escena, de modo que se recogió los largos cabellos en una cola de caballo y aguardó a que la nómada diera el siguiente paso.

Notas de juego

¿Ahora es cuando me quiere vender un par de alfombras?

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10/09/2019, 11:48
Director

Entras en la tienda de campaña pero lo que encuentras es el interior de una caverna natural, en la que el agua gotea desde el techo formando estalactitas y estalagmitas.

El lugar está tenuemente iluminado por una hoguera de campamento que arde en los límites de tu visión y desde la que te llegan unos quejidos atormentados.

Un repentino aleteo te sobresalta pero al darte la vuelta te das cuenta de que se trata de Owyn, que acaba de hacer acto de presencia en la cueva a través de la enorme entrada que tienes a tu espalda.

Salir de allí te resultaría muy fácil, únicamente tendrías que seguir tu camino ignorando los anónimos lamentos.

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10/09/2019, 11:56
Elspeth

Y de nuevo, los artífices de la Prueba cambiaban de forma brusca el escenario del reto. Esta vez se hallaban en una caverna húmeda y oscura, repleta de dientes de piedra que la hacían parecer las fauces de una enorme bestia. Salir de allí era fácil, demasiado fácil, y no era lo que se esperaba de una Túnica Blanca, de todas formas. Con cautela, mirando en derredor, Elspeth avanzó hacia la luz del campamento para ver de dónde provenían los lamentos.

Notas de juego

Els va eligiendo 10 en Avistar, total 17 y en Escuchar, total 14 .

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10/09/2019, 12:05
Director

Te acercas a hurtadillas al fuego que arde en el interior de la cueva. Tu aguda vista élfica te permite apreciar desde cierta distancia que el campamento está integrado por un trío de corpulentos guerreros minotauros. Dos de ellos duermen a pata suelta, roncando ruidosamente; el tercero monta guardia sentado en una piedra, con la atención puesta en el hacha de batalla que está afilando en estos momentos.

Los lamentos provienen del interior de una jaula de madera situada detrás del minotauro. Allí hay alguien cautivo, alguien que permanece acurrucado en su interior. La jaula es demasiado pequeña para que el prisionero pueda mantenerse erguido. Tiene un aspecto rudimentario, como si hubiera sido construida de manera apresurada y sin mucho esmero; los barrotes no están muy juntos, pero lo suficiente como para que el individuo atrapado en su interior no pueda arrastrarse por ellos.

Desde la posición en la que te encuentras tienes la sensación de que el infeliz está herido o enfermo tal vez, pero no puedes afirmarlo con seguridad. Su guardián todavía no te ha visto y estás a tiempo de marcharte de allí. Lo que sí parece seguro es que el desdichado debe estar hambriento, a jugar por el modo desesperado en que tiende su brazo hacia el fuego.

El aroma de la carne asándose en la hoguera despierta tu apetito. Hay alguna clase de animal grande cocinándose ahí en un espetón fijo. Está claro que los minotauros han estado comiendo de ello a juzgar por el estado en que se halla, pero todavía queda mucha carne, suficiente como para que el trío subsista un par de días al menos.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber (dungeons)

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+6)=16

Notas de juego

No es mucho lo que sabes de los minotauros, nunca te habías encontrado con uno ni pensabas que fueras a hacerlo en toda tu larga vida. Has oído decir que son un pueblo bestial que viven en una sociedad basada en el honor, donde la fuerza bruta determina el poder tanto en las arenas de gladiadores en las que combaten entre sí como en la vida diaria. Desconoces su lengua, pero sí has escuchado historias acerca de que son excelentes marineros que viven en las islas del Mar Sangriento, situadas en el extremo nororiental del continente.

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10/09/2019, 14:16
Elspeth

Elspeth contempló con desmayo y espanto el tamaño del hacha y del brazo del minotauro que la blandía. Un arma así, acelerada por los músculos de aquel monstruo, sería capaz de partirla por la mitad con más facilidad con la que ella podía partir una ramita. 

Y había tres.

Enfrentarse a ellos en combate estaba completamente descartado. Un único error, un único hechizo resistido y su vida tendría fin de forma prematura allí mismo. Pero tampoco era de las que se rendían con facilidad, especialmente cuando alguien podía necesitar su ayuda. Su única esperanza era distraer al centinela.

Retrocedió unos pasos para asegurarse de que el minotauro no la oía hacer sus preparativos. Antes de nada, activó su varita mágica de escudo. Esta vez intentaría todos los conjuros protectores posibles encima si la violencia era inevitable. Cuando hubo acabado devolvió la varita a su cinto y tras tomar en la palma de su mano un hilo de lana recitó un segundo hechizo:

-Ast menciptakan bumyi hantu.

De pronto, el minotauro escuchó un ruido fuera del círculo de luz que proyectaba su fogata de campamento. Era un sonido como el de algo tropezarse con una estalagmita. Y después, un olisqueo, como si una criatura desconocida estuviera tratando de orientarse por el olfato en la oscuridad.

Elspeth rezó una muda plegaria a Solinari y a Quenesti Pah porque su ardid funcionara, el minotauro se levantara a investigar y pudiera escabullirse hasta la celda del prisionero.

Notas de juego

Elspeth gasta una carga de su varita de escudo (19 restantes). Su CA se eleva a 21.

Utiliza después un conjuro de sonido fantasma.

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10/09/2019, 17:15
Director

Las orejas del minotauro se movieron como por iniciativa propia en respuesta al sonido, después la criatura alza la cabeza y mira a su alrededor. No parece sobresaltado, aunque quién sabe a qué se parece un minotauro sobresaltado.

Se levanta con parsimonia, guardando la piedra de afilar en una bolsa que llevaba al cinto y avanza en dirección al ruido provocado por tu conjuro. Es imposible predecir cuánto tiempo le mantendrá eso distraído pero tú estás decidida a aprovechar la ocasión.

Avanzas hacia la jaula de madera tratando de hacer el menor ruido posible, cosa nada sencilla con todos tus saquillos tintineando por ahí y con la mochila cargada hasta arriba. Afortunadamente, ninguno de los durmientes repara en tu presencia y logras llegar hasta el cautivo sin sembrar la alarma en el improvisado campamento. Sin embargo, el prisionero sí que ha reparado en tu presencia.

—¿Elspeth, de verdad eres tú? —la voz enronquecida y susurrante del cautivo no te dice nada, pero se te corta la respiración cuando éste acerca su rostro a los barrotes en actitud suplicante—. Me dijeron que habías muerto. ¡Ay, Elspeth, todos están muertos o los han convertido en esclavos!

Por un momento temes que su angustioso gemido atraiga sobre ti la indeseada atención de sus captores pero, por suerte, no es así.

Aunque no han pasado más que unas pocas horas desde que lo viste por última vez, ahora te cuesta reconocer a Lairon en ese cuerpo maltrecho y enflaquecido que tienes ante ti y que parece haber envejecito setenta años1.

—Qualinost ya no existe y ahora lo llaman el Nalis Aren2 —te confiesa con actitud confidencias, aunque lo que dice no tiene ningún sentido. Es evidente para ti que su salud mental está mucho peor que la física. Sus manos cristapadas se agarran a tu brazo con desesperación y puedes ver la locura en su mirada febril—. Y tampoco existe ya Silvanost, los minotauros la han conquistado y esclavizado a sus gentes. A mí me capturaron hace tres días tratando de evacuar esclavos silvanesti y se comieron a Thosdor. ¡Ay, mi pobre Thosdor!

Su sonoro lamento hace que uno de los minotauros durmientes se revuelva en su sueño, amenazando con despertarse. A ti se te revuelve el estómago al pensar que lo que se está cocinando en la hoguera fuera hace un rato la majestuosa bestia que te trajo hasta el bosque de Wayreth.

—Márchate, Elspeth, vete de aquí, huye. Ya no hay esperanza para los vivos. E'li ya no es ningún dios pero al menos las almas de los muertos al fin descansan... —la blasfemia te provoca un involuntario escalofrío— Escapa tú que puedes, escapa y disfruta de los años que te queden si es que eres capaz de hallar en ellos algún consuelo.

- Tiradas (1)

Motivo: Prueba de "moverse sigilosamente"

Tirada: 1d20

Resultado: 13

Notas de juego

1: Como si hubiera envejecido unos 15 años según cánones humanos.
2: El Lago de la Muerte, en lengua élfica.

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10/09/2019, 18:59
Elspeth

A Elspeth se le encogió el corazón. Se le iban agolpando las lágrimas en los ojos según Lairon iba narrando lo que había sucedido. Una sensación funesta se le ubicó en el estómago. Si las dos primeras escenas de su Prueba hablaban del pasado de Silvanost, ¿sería todo lo que estaba contando el jinete de grifos el presente, tal y como los Magos de Alta Hechicería conocían? ¿Estaba Lairon en peligro? ¿Estaba realmente su amada Silvanost, la ciudad más bella en la faz de Krynn, tomada por aquellos monstruos descerebrados? ¡Si al menos apreciaran lo que habían robado! ¡Si acaso supieran lo que estaban destruyendo! ¡Al menos se sentiría consolada!

Elspeth bajó la mirada, incapaz ya de contener las lágrimas que resbalaban a raudales por sus mejillas. No podía soportar seguir escuchando lo que le había ocurrido a Silvanost, ni seguir mirándole a la cara a Lairon, su hermoso rostro envejecido por las penurias y el sufrimiento. 

No podía rescatarlo, los dos lo sabían. Aunque lograra arrebatarles a los minotauros dormidos la llave de su celda, ¿después qué? Lairon estaba demasiado débil para escapar. Sólo iban a conseguir que la atraparan y la mataran a ella también. Lo único que podía hacer era...

Soltó la daga de la hebilla de su cinturón y se la pasó a Lairon, haciendo un esfuerzo titánico por no romper a sollozar y llamar la atención del centinela. Incluso si Lairon hubiera estado en plenitud de facultades, una daga no era un arma para hacer frente a tres minotauros armados con armas de guerra. Le estaba dando un arma para suicidarse. El suicidio era tabú para los elfos, pero no culparía a Lairon si, en la vida real, fuera de aquella angustiosa Prueba de Wayreth, quisiera quitarse la vida si al encontrarse en unas circunstancias similares. Se lo habían quitado todo.

Pero Elspeth no podía ver cómo se quitaba la vida, y su hechizo no mantendría al minotauro eternamente ocupado de todas formas. Localizó al minotauro en la oscuridad, para eludirlo y marcharse de aquella condenada cueva, maldiciendo la crueldad de los que habían ideado su Prueba.

Notas de juego

Elspeth le da su daga a Lairon.

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10/09/2019, 19:52
Humano

Echas a correr hacia el exterior de la cueva, con los ojos arrasados por las lágrimas. Apenas puedes ver por dónde pisas pero no importa, solo quieres salir de ese horrible lugar antes de que los minotauros te descubran o de que Lairon haga lo que quiera que su desesperada situación le impulse a hacer.

Fuera está amaneciendo y el sol te da de lleno en el rostro. Enceguecida, chocas contra alguien que protesta cuando estás a punto de arrollarle y que te sujeta con fuerza por los dos brazos para evitar que caigas.

—¡Cuidado, jovencita, deberías mirar por dónde andas! —te reprende el individuo en lengua Común. Le miras y descubres con cierto desagrado que es un tosco humano. No te pasa por alto la ironía de que te llame jovencita a pesar de que muy probablemente al menos le doblas la edad. Él también te mira a ti de arriba abajo y exclama sorprendido—: ¡Vaya, pero si no eres...! Es decir, ¿qué eres tú, un elfo? Seguro que sí, con esas orejas tan grandes, ¿qué otra cosa ibas a ser? ¡Menuda suerte la mía, eres justo la cosa que necesitaba! Dicen que sois muy listos y todo eso y apuesto a que puedes ayudarme con mi problema. Esto me pasa por contratar mano de obra barata...

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10/09/2019, 20:35
Elspeth

-¡Suéltame, bárbaro! -estalló Elspeth, aún deshecha en lágrimas por lo que acaba de suceder.

La elfa se zafó, furiosa, de la sujeción del humano y le soltó un empellón.

-¡Mi tierra está en ruinas, mi gente está muriendo! -le imprecó, somo si aquel pobre desgraciado tuviera la culpa de alguno de sus pesares-. Dime un motivo, ¡un sólo motivo por el que debiera importarme un ardite lo que te pasa!

Porque esto es una prueba de Wayreth -le replicó la voz de la razón-. Todo lo que ves es una inmensa mentira creada por la magia.

Y, sin embargo, había sido tan real... La perspectiva de que lo que le había contado Lairon fuera auténtico...

La elfa extendió una mano abierta en dirección al humano.

-Lo siento -sollozó entrecortadamente, agitando los hombros. Sorbió por la nariz antes de añadir:-. Estoy un poco afectada. Cuéntame qué te pasa mientras intento ordenar mis ideas.

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10/09/2019, 20:52
Humano

—¡Vaya menudo genio! —exclama el hombre, mirándote con más curiosidad que respeto por tu dolor—. Y yo que había oído decir que los elfos no se alteraban con nada...

Sin embargo, pronto se pone de manifiesto que sus problemas son para él mucho más importantes que cualquiera que te haya puesto en semejante estado y no tarda en retomar su disgustado monólogo.

—Pues verás, resuelta que tengo unas tierras de labranza, que son aquellos campos vallados que ves allí. Con los ahorros de mi vida mandé contruir en ellos una casa para cada uno de mis cuatro hijos con la voluntad de dejárselas en herencia el día que yo falte.

—Si los constructores hubieran edificado cada casa en cada una de las esquinas de la parcela, yo no tendría problemas en repartirla en cuatro partes iguales para cada uno de mis vástagos. Por desgracia, esos cerebros de gully contruyeron cada casa una al lado de la otra y de este modo no hay manera de hacer que a cada uno de mis hijos les corresponda la misma cantidad de tierra sin que porciones del mismo territorio estén separadas entre sí al trazas las lindes del terreno.

»Sería una desgracia que alguno de mis hijos, para acceder a parte de sus propias tierras, tuviera que atravesar las de alguno de sus hermanos. Ayúdame a delimitar el cercado para cada una de las cuatro propiedades y te recompensaré con generosidad.