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Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Reconquista de Silvanesti

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14/01/2020, 00:18
Director

Viendo que el enfurecido elemental perseguía a toda velocidad a la pareja de soldados y que estos corrían hacia su árbol, Lithiniel temió por la integridad del mismo. Optó entonces por no arriesgarse a descargar el agua que llevaba en su pico sobre el elemental y dio media vuelta a mitad de camino para regresar al roble. Una vez allí, encaramada a las ramas entre las cuales había almacenado grandes cantidades de agua, abandonó su forma de pelícano para recuperar su apariencia élfica.

Gwyn se encontraba cerca, disfrutando del ardiente espectáculo con las impresionantes vistas y la relativa seguridad que le proporcionaba la copa del gran roble. Desde allí alzó su jarra encantada en un alegre brindis, amartilló nuevamente su ballesta y disparó al gigante de fuego que se le venía encima. El proyectil alcanzó al coloso, aunque éste no dio señales de sufrir más daño que la picadura de un insecto.

Aprovechando que la atención del elemental estaba en otro lugar, Tareth utilizó el cinturón mágico adquirido recientemente en Rocío Matinal para reducir sus dolorosas quemaduras a una molestia soportable y se incorporó del suelo, decidido a atacar la retaguardia del ígneo gigante.

Los escoltas de la Protectoría corrían hacia el árbol, confiando en que una vez llegaran hasta allí estarían a salvo si la druida cumplía con su parte. Lo que ninguno de ellos esperaban es que la ardiente mole se desplazase mucho más rápido que ellos y les diera alcance con facilidad. Sus ardientes tentáculos se alzaron entonces para sentenciar al malherido Lormaen pero Ghïlmeril se interpuso valientemente y fue él quien recibió el impacto con toda su crudeza. El soldado fue lanzado contra el roble, con su cuerpo envuelto en llamas.

Lormaen trató de acometer al elemental con su espada para alejarlo de su camarada caído pero el fuego era tan intenso que tuvo que retroceder, incapaz de soportar el calor que desprendía el elemental.

Sin más armas que su mandolina, Nalvius intentó acudir en auxilio de sus protectores pero Elspeth se lo impidió, sujetándole con todas las fuerzas que fue capaz de reunir.

—No puedes hacer nada ahora —le recriminó la Túnica Blanca, apelando a una lógica desapasionada—. Solo podemos confiar en que ellos hagan su trabajo para que después tú puedas atender sus heridas. Muerto no les sirves de nada.

Entretanto, Ashe había logrado poner fuera de peligro a su agonizante amante pero no pensaba dejarle en semejante estado de indefensión. Ciñéndose el cinturón encantado que éste llevaba a la cintura, también ella apeló a la magia sanadora del artefacto para devolverle la consciencia. Sólo cuando Zeverúth recobró el conocimiento, todavía presa de graves quemaduras, la llorosa semihumana se atrevió a esbozar una temblorosa sonrisa de felicidad y alivio y a rodearle protectoramente con sus brazos.

Notas de juego

Lormaen (27) → 13/30
Elemental (23) → herido
Nalvius (22) → 19/19 [conjuros gastados: "resistir energía"; infundir valor (mientras os siga animando, todos os beneficiais de un +1 de moral a las tiradas de ataque, daño y TS vs hechizos y miedo)]
Elspeth (21) → 16/16
Ghïlmeril (20) → 16/40 [sin armadura]
Ashe (20) → 26/26
Zeverúth (14) → 7/27 [RE 10 (fuego); cinturón curativo descargado] <== VUESTRO TURNO
Lithiniel (13) → 26/26 [sin armadura; forma salvaje gastada]
Gwyn (12) → 24/24
Tareth (8) → 38/43 [sin armadura; conjuros gastados: "contacto electrizante"; cinturón curativo descargado]

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14/01/2020, 07:40
Tareth el Tuerto

Tareth no se lo pensó mucho, pues de haberlo hecho se hubiera dado media vuelta ahora que tenía la oportunidad de salvar la vida. No obstante, el tuerto era un guerrero que trataba siempre de no faltar a la misión encomendada y sobre todo leal a sus compañeros, por muy insufribles que fueran. Por ello, se lanzó a la carrera en contra del elemental que estaba hostigando a los suyos. 

Mientras corría, de nuevo pronunció la palabra de mando. - ¡Electrum! - Y de nuevo su espada se iluminó con un fulgor eléctrico. 

Para cuando llegó a la altura del elemental, descargó un nuevo impacto contra éste. Un golpe devastador cargado de energía eléctrica, que esperaba fuera suficiente como para acabar con aquel ser de colosales proporciones ígneas. De lo contrario, iba a tener muy difícil salir bien parado de aquel combate.

- Tiradas (3)

Motivo: Carga con espadón

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+13)=33 [20]

Motivo: Daño

Tirada: 2d6

Resultado: 9(+5)=14 [5, 4]

Motivo: Contacto electrizante

Tirada: 5d6

Resultado: 21 [4, 5, 3, 5, 4]

Notas de juego

No lanzo crítico porque al ser un elemental, entiendo que es inmune. He aplicado bono de carga y de flanqueo, que no se si me toca el segundo, pero con el 20 natural, poco importa. Ahí van 35 puntos de golpe. Espero que hagan pupita!

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15/01/2020, 22:02
Gwyndrahir

- Si! Eso es! - dijo victorioso el rechoncho kirath cuando vio que el virote esta vez impactó en la inmensa criatura, y rápidamente tomó una segunda saeta para continuar brindando, aún quedaban varias en la jarra. Se había percatado que para el elemental ese impacto no había sido más que la picadura de un mosquito, pero ya había visto en el pantano lo que los mosquitos podían llegar a hacer, así que no abandonó su estrategia.

Mientras cargaba el arma otras cosas sucedían alrededor, Ashe traía de regreso Zeveruth de una muerte segura, para qué haces eso? si así estaban bien las cosas..., Tareth se abalanzaba hacia el elemental, cuando dije amigo me refería a ti! o no me oíste?, los guardias eran fácilmente alcanzados por el fuego, que corran les dije! Vamos!, los diplomáticos se debatían si entraban o no, ya, entren al árbol de una vez!, Lithiniel se volvía hacia el árbol sin completar su vuelo hacia el invasor, no era que ibas a mojarlo?. Gwyn apenas podía creer la escena que estaba presenciando, negó con la cabeza pero igual apuntó su ballesta - Tengo que hacer todo yo... - susurró antes de disparar nuevamente.

- Tiradas (2)

Motivo: Ataque (ahora sumo boca de jarro y el buff del clérigo)

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+10)=20 [10]

Motivo: Daño (sumo también inspirar valor)

Tirada: 1d8

Resultado: 8(+2)=10 [8]

Notas de juego

Gwyn no ve el golpe de Tareth, porque no pasó aún, que si lo viese otra sería su opinión ;)

Los dados... todo de "diez" xD.

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15/01/2020, 23:20
Lithiniel

La druida ya en su forma habitual le gritó al tuerto diciendo:

-¡Sígue así Tareth! ¡necesito algo de tiempo para tener esto listo! ¡potenciaré tus reflejos para darte alguna oportunidad! -le alentó sin evitar pensar que tras la triste actuación del monje lo mejor hubiese sido que la protección ígnea fuese para el guerrero- ¡ese ser no puede acercarse mucho al árbol o lo calcinará todo! -exclamó para que todos tuvieran constancia de ello y lo evitaran en la medida de lo posible.

De todas formas, si todo fallaba estaba ella en la última línea con la tubería improvisada del bidón lista para verter su contenido...

Notas de juego

Bueno, me reitero en lo dicho, mi idea es terminar la improvisada tubería y luego lanzar gracia felina a Tareth (mientras tapo la tubería con una mano o con lo que haga falta XD). Si me sobrase tiempo, le lanzaría orientación divina todos los que pueda.

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15/01/2020, 23:40
Zeverúth

Zeverúth despertó en los brazos de su amante, y aunque las quemaduras le dolían como si lo hubieran despellejado vivo, lo primero que hizo al ver sus ojos fue sonreír debilmente.

Intentó incorporarse lentamente. Seguir peleando cuerpo a cuerpo estando tan malherido era una locura, por lo que le pidió a su amada que siguiese ella.

- Hay que acabar con él... pero en caso de que no se pueda, debemos irnos, este ser no podrá cruzar el río - recordó la barca, y que solo cabían dos personas... No tuvo que pensar mucho para saber quienes irían dentro si en algún momento estuviera la decisión en su mano.

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15/01/2020, 23:54
Director

En lugar de dejar que el elemental se aproxime peligrosamente a su roble para descargar sobre él los más de doscientos litros de agua almacenados en la copa del árbol, Lithiniel opta por la cautela y emplea su magia druídica para crear un estrecho canalón cuyo caudal sea capaz de controlar con sus manos desnudas y que envíe el agua contra la actual posición del ardiente coloso.

En efecto, el chorro de agua se precipita directamente sobre la criatura ígnea, convirtiéndose en vapor al entrar en contacto con su cuerpo de fuego. La criatura se estremece de manera convulsa en su tormento pero la cantidad de agua canalizada no es suficiente como para acabar con su existencia.

Entre las ramas del roble, Gwyn amartilla una vez más su ballesta y dispara prácticamente a bocajarro al elemental. A pesar de la mala visibilidad, logra hacer diana en el sobrecogido gigante de fuego y éste gruñe dolorido y acosado.

Por su parte Tareth, hechizando una vez más su poderoso espadón, se lanza nuevamente a la carga para atacar la retaguardia del gigante de fuego abriéndose paso entre el cegador vaho. La estocada hace retorcerse de dolor una vez más al pavoroso elemental quien, en vez de retrocer, trastabilla hacia delante perdiendo el equilibrio y precipitándose contra el roble de Lithiniel en un esfuerzo por escapar tanto del tuerto como del agua que le cae encima.

En contacto con el elemental de fuego y con sus entrañas secadas por la magia ardiente de Lithiniel para aislar de la humedad a sus ocupantes, el árbol comienza a arder rápidamente. Tanto Gwyn como la druida quedan atrapados en la copa, mientras un humo denso y asfixiante se alza para envolverlos.

Los soldados de la Protectoría, agradecidos de no haber escuchado el fatal consejo del sobrealimentado kirath, se alejan del roble en llamas arrastrándose y tosiendo; aprovechando la humareda para escapar.

El acosado elemental todavía tiene tiempo de lanzar un ciego latigazo ardiente contra Tareth a través del vaho y el humo. Nada puede hacer el intrépido tuerto para esquivar la acometida y una vez más termina dando con sus huesos en el suelo y con sus ropas envueltas en llamas.

Por su parte, no hay mucho que Zeverúth pueda hacer rodeado como está por los amorosos brazos de su amante semihumana, salvo instalarla a seguir combatiendo. Con una última mirada cariñosa, Ashe echa a correr hacia el elemental empuñando su gélida Catarsis. Solo cuando se ve libre del abrazo, el monje puede recuperar su soris encantado y plantearse si debe acercarse e intentar rematar al agonizante elemental o es mejor dejar que Lithiniel y Gwyn se las apañen para acabar con él y saltar desde lo alto del roble en llamas los doce metros que les separan del suelo para evitar morir asfixiados o abrasados.

—A este monstruo ya le falta muy poco —anima el clérigo de Branchala a ninguno en particular, esperando que alguno de los presentes todavía conserve la voluntad de luchar a pesar del castigo físico y moral recibido hasta el momento—. No desfallezcáis, los dioses os aman.

Notas de juego

Lormaen (27) → 13/30
Elemental (23) → agonizante
Nalvius (22) → 19/19 [conjuros gastados: "resistir energía"; infundir valor (mientras os siga animando, todos os beneficiais de un +1 de moral a las tiradas de ataque, daño y TS vs hechizos y miedo)]
Elspeth (21) → 16/16
Ghïlmeril (20) → 16/40 [sin armadura]
Ashe (20) → 26/26
Zeverúth (14) → 7/27 [RE 10 (fuego); cinturón curativo descargado] <== VUESTRO TURNO
Lithiniel (13) → 26/26 [sin armadura; forma salvaje gastada; conjuros gastados: "deformar madera"]
Gwyn (12) → 24/24
Tareth (8) → 18/43 [sin armadura; conjuros gastados: "contacto electrizante" x3; cinturón curativo descargado]


Tareth no puede atacar este turno, porque necesita al menos una acción de movimiento para revolcarse por el suelo y apagar las llamas, aunque ya ha hecho más que suficiente para acabar con el elemental. Más que todos los demás juntos ;)

Zeverúth sí podría atacar, haciendo un ataque en carga, aunque sería un único ataque en lugar de una ráfaga de golpes. O puede ver cómo sus compañeros arden en el árbol. xD

Gwyn y Lithiniel deben superar un TS Fortaleza (CD 15) o pasarán el resto del turno asfixiándose y tosiendo. A partir del segundo turno asfixiándose comenzarán a sufrir 1d6 puntos de daño no letal por asalto a causa de la asfixia. Pueden tirarse del árbol y sufrir una caída de 3d6 puntos de daño +1d6 no letal. Si tienen éxito en una prueba de Saltar (CD 15), únicamente sufrirán 2d6 puntos de daño +1d6 de daño no letal.

Lithiniel no puede lanzar "gracia felina" u "orientación divina" ni a Tareth ni a ningún otro salvo a Gwyn o a sí misma, porque ambos son conjuros con alcance de toque y sus compañeros se encuentran fuera de su alcance. Lógicamente solo podrá lanzar conjuros si tiene éxito en el TS Fortaleza anteriormente mencionado.

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16/01/2020, 10:03
Zeverúth

El monje no se lo pensó dos veces, se levantó, miró cómo Ashe se alejaba para atacar, y agarrando su arma corrió... en dirección al elemental.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Golpe mortal

Tirada: 1d20

Resultado: 4(+7)=11 [4]

Notas de juego

Perdón por lo escueto del post, en el trabajo.

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16/01/2020, 14:32
Gwyndrahir

Un nuevo virote impactó en el elemental, poco a poco Gwyn sentía que iba acabando con la criatura, el rechoncho elfo sonrió complacido, pero la alegría fue más que pasajera. La druida cambió de planes, ahora con forma de elfa, en lugar de descargar todo el contenido del reservorio de agua, sacaba un pequeño chorro del tamaño de su puño, que si bien lastimó a la criatura, lejos estuvo de acabar con él como esperaban. Tareth, al final de su carrera, logró golpear por la espalda a su contrincante, entre la espada y los rayos dañaron a la criatura, pero el resultado no podía ser peor, el kirath quedó revolcado en el suelo envuelto en llamas, y el elemental se abalanzó sobre el árbol perdiendo equilibrio e incendió completamente el árbol sagrado de Lithiniel.

Gwyn miró a su compañera, tan sorprendido como indignado, qué clase de árbol sagrado se prende fuego así de fácil? Para Gwyn eso podía significar sólo una cosa, los dioses de la naturaleza ya no apoyaban a la druida. Agradeció hacia sus adentros haber podido dormir dentro de la cómoda habitación que iba a ser para los diplomáticos al menos una vez, tendría una buena historia para contarle a los kender si es que salía de esta. Los dos amantes kirath corrieron hacia elemental, la cazadora más relegada y el monje, nuevamente, dejó mucho que desear, veo que quieres volver a morir... adelante, hazlo, yo no voy a detenerte. 

Entonces el clérigo dijo unas sabias palabras, "los dioses os aman", y Gwyn dedujo rápidamente que no era el caso de Lithiniel a quién ya no escuchaban, ni el de Tareth que se revolcaba en el suelo tratando de extinguir el fuego, ni el de Zeveruth que no podía ni acertar un golpe, ni el de Ashe que si en vez de haber estado a los abrazos con el monje hubiese disparado sus flechas congelantes otra sería la historia,  ni de los guardias y diplomáticos que huían primero en una dirección y luego en la otra. Se refiere a mi... Claro! pensó sintiendo el peso de una gran responsabilidad. El humo envolvía a los héroes del campamento del Fénix Azul, Gwyn sacudió su mano para despejar la creciente nube y tomó otra saeta - Veo que quieres brindar más de cerca... a tu salud!- y volvió a realizar un disparo con el proyectil embebido en magia y cerveza por igual.

- Tiradas (3)

Motivo: TS For + Inspirar valor

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 17(+4)=21 (Exito) [17]

Motivo: Ataque

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+10)=27 [17]

Motivo: Daño

Tirada: 1d8

Resultado: 2(+2)=4 [2]

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16/01/2020, 14:53
Tareth el Tuerto

Tareth rodó por el suelo tratando de apagar las llamas en las que se había visto envuelto. Logró apagarlas a duras penas, pero finalmente lo hizo. No resistiría otro golpe como ese. Pero tampoco iba a dejar de luchar. No era su estilo rendirse y menos cuando había compañeros en peligro, por muy mal compañeros que fueran. 

Tareth recogió su arma del suelo y tomó aliento. Las quemaduras le ardían y dolían a partes iguales. Pero una nueva carga contra aquella bestia, era lo que tenía pensado hacer. Sabía que sus tajos y sus conjuros estaban debilitando a aquel ser y quizás con un poco de suerte, un nuevo golpe acabara definitivamente con éste. Sólo esperaba que sus compañeros dejaran de hacer estupideces y se sumaran de verdad al combate, en especial el bueno de Gwyndrahir.

Allá voy... - Se dijo a si mismo tomando fuerzas para la carga.

Notas de juego

Pues eso, hasta el próximo asalto apañáos solos!

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18/01/2020, 16:43
Lithiniel

La alta elfa, viendo que el elemental se disponía aquello que más le importaba en ese momento, con el permiso de Renan, lanzó un grito desesperado diciendo:

-¡No! ¡el árbol no! -gritaba desesperada a la vez que canalizaba su magia moldeadora de nuevo para reconducir la cañería contra el tronco.

Esta vez el objetivo era sobretodo apagar las llamas que se habían generado, no tenía muy claro si su morada podría continuar viva después de ello, pero cuanto antes minimizara el daño mejor. Por ello, aunque el elemental seguramente se llevaría parte del agua pues estaba en su dirección la prioridad de Lithiniel era sin duda salvar a su majestuoso roble...

- Tiradas (1)

Motivo: TS Fort.

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 16(+5)=21 (Exito) [16]

Notas de juego

Pues eso, lanzo el deformar madera para girar la "tubería" haci atrás, no sé cuanto me lleva, pero lo intento hacer lo más rápido posible, por lo que si es más rápido y efectivo rajar el tonel o algo así mientras tapo la otra cañería con la mano, pues lo hago, lo que me interesa es que salga el agua rápido y contra el fuego del tronco.

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18/01/2020, 17:45
Director

Apenas regresado de estar ante las puertas de la muerte, Zeverúth no dudó en volver a arriesgar su vida abriéndose camino a la carrera hacia el ardiente elemental, atrapado entre el roble de Lithiniel y el chorro de agua. Tampoco en esta ocasión el apresurado ataque del monje logró alcanzar a su enemigo, pero sí le puso de nuevo en una difícil tesitura que probablemente le condujera de una vez por todas al final de sus días.

Por su parte, la alarmada druida decidió hacer nuevamente uso de su magia para reconducir el caudal de agua acumulada, pero no en dirección al atacante, sino con el propósito de apagar las llamas que comenzaban a propagarse por su roble. En un primer momento tuvo la esperanza de que lograría poner fin al incendio, pero el fuego ya se enseñoreaba de los laterales del árbol y empezaba a rodearlo por completo. Aunque logró apagar una parte, resultaba imposible encontrar un ángulo que permitiese canalizar el agua en todas direcciones.

Entre toses y con los ojos llorosos, Gwyn se las apañó para amartillar una vez más su ballesta, disparar y acertar con su proyectil al gigante de fuego, aunque una vez más el virote disparado estalló en llamas y se convirtió en cenizas antes de infligir daño alguno a su objetivo.

Vapuleado pero consciente de que él era el único que estaba causando un verdadero daño al elemental de fuego, el tuerto apagó sus chamuscadas ropas rodando por el suelo y recuperó su espadón, aún decidido a seguir arriesgando su vida. Si él no lo hacía, probablemente todos sus compañeros morirían en el intento.

Acorralado, vuestro ardiente enemigo desplegó nuevamente sus feroces tentáculos de fuego pero no contra ninguno de vosotros, sino para golpear el barril con el que Lithiniel hacía caer agua sobre él. La madera crujió y varias ramas se partieron cuando el impactado recipiente se hizo pedazos y descargó su más de ciento cincuenta litros en el suelo, a escasos metros del elemental. El agua lo salpicó todo y convirtió las inmediaciones del árbol en un barrizal.

Los soldados de la Protectoría regresaron malheridos y medio asfixiados junto con sus protegidos para evacuarlos en caso de que vuestros esfuerzos finalmente resultasen insuficientes. Tanto los diplomáticos como sus escoltas eran ya a estas alturas dolorosamente conscientes de que acometer al elemental era estéril y que morirían si se empeñaban en intentarlo.

Deteniendo su carrera a unos pocos pasos del gigante de fuego, Ashe tendió una vez más su arco encantado para descargar una lluvia de gélidos proyectiles sobre él. Sin embargo, en su precipitación únicamente acertó la mitad de ellos y uno alcanzó de refilón accidentalmente a Zeverúth, que se interponía entre ella y su objetivo.

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: Daño

Tirada: 1d10

Resultado: 4 [4]

Tirada oculta

Motivo: Ashe: ataques de toque

Tirada: 4d20

Resultado: 19, 1, 19, 5 (Suma: 44)

Tirada oculta

Motivo: Ashe: daño de frío

Tirada: 2d3

Resultado: 2, 1 (Suma: 3)

Tirada oculta

Motivo: Ashe

Tirada: 1d3

Resultado: 1 [1]

Notas de juego

Lormaen (27) → 13/30
Elemental (23) → agonizante
Nalvius (22) → 19/19 [conjuros gastados: "resistir energía"; infundir valor (mientras os siga animando, todos os beneficiais de un +1 de moral a las tiradas de ataque, daño y TS vs hechizos y miedo)]
Elspeth (21) → 16/16
Ghïlmeril (20) → 16/40 [sin armadura]
Ashe (20) → 26/26
Zeverúth (14) → 6/27 [RE 10 (fuego); cinturón curativo descargado] <== VUESTRO TURNO
Lithiniel (13) → 26/26 [sin armadura; forma salvaje gastada; conjuros gastados: "deformar madera"]
Gwyn (12) → 24/24
Tareth (8) → 18/43 [sin armadura; conjuros gastados: "contacto electrizante" x3; cinturón curativo descargado]


Tareth puede realizar en este turno un ataque en carga si desea hacerlo.

Zeverúth ahora sí puede realizar una nueva ráfaga de golpes.

Gwyn y Lithiniel deben superar un TS Fortaleza (CD 16) o pasarán el resto del turno asfixiándose y tosiendo. A partir del segundo turno asfixiándose comenzarán a sufrir 1d6 puntos de daño no letal por asalto a causa de la asfixia. Pueden tirarse del árbol y sufrir una caída de 3d6 puntos de daño +1d6 no letal. Si tienen éxito en una prueba de Saltar (CD 15), únicamente sufrirán 2d6 puntos de daño +1d6 de daño no letal.

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18/01/2020, 18:59
Zeverúth

La carrera anterior lo había dejado demasiado exhausto como para poder hacerle algún daño al elemental. Los nervios se sucedían, y una muestra de ello fue la lluvia de flechas que Ashe descargó con él en medio, en donde estuvo apunto de ser acribillado, escapando por los pelos con un solo roce de una flecha. Comprendía todo aquello, debían darse prisa antes de que todo quedase destruido. No sabía en qué estado estaban las tiendas, ni los daños que había sufrido el enorme árbol de Lithiniel, pero todo aquello debía tener un fin, y en su mano estaba dárselo él o no. 

Sin armadura, sin protección alguna salvo la magia que le habían otorgado, y totalmente expuesto a la voluntad de aquel gigante de fuego, empuñó Caladrithal y atacó sin piedad. Si moría, al menos estaba cerca su amante para recogerlo entre sus brazos. Era el único consuelo que le quedaba.

- Tiradas (4)

Motivo: ataque

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+6)=23 [17]

Motivo: ataque 2

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+6)=26 [20]

Motivo: daño

Tirada: 1d8

Resultado: 8(+4)=12 [8]

Motivo: daño 2

Tirada: 1d8

Resultado: 6(+4)=10 [6]

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18/01/2020, 19:47
Director

Tan agonizante como su enemigo y consciente de que no tendría otra nueva oportunidad, el monje se encomendó a su dios y atacó con todas las fuerzas que le quedaban.

En sus oídos resonaban todavía las palabras de ánimo del clérigo de Astarin y cada uno de los golpes de su soris encantado fue una promesa de muerte. El elemental se tambaleó hacia delante, cayendo al suelo y golpeando una vez más el roble de Lithiniel en su caída. Antes de que tuviera ocasión de incorporarse, Zeverúth le machacó la cabeza con su arma encantada y allí quedó la criatura, ardiendo, consumiéndose a sí misma junto a la base del árbol.

Ya no se levantaría.

Arriba, entre las ramas del roble en llamas, Gwyn y Lithiniel habían quedado atrapados y no tuvieron más remedio que saltar a tierra para evitar morir asfixiados o abrasados. Ambos aterrizaron en el barrizal, situado a unos doce metros de distancia y sus cuerpos quedaron tan maltrechos como su dignidad, pero estaban vivos. Todos lo estábais.

El bosque seguía ardiendo, pero no había ningún árbol cercano que atrajese el incendio hasta vosotros. La druida se había asegurado de eso al elegir cuidadosamente el emplazamiento relativamente aislado de su refugio.

Las tiendas de campaña se habían salvado aunque estaban cubiertas con el humo y la ceniza que flotaban en el aire nocturno y tórrido del verano. La plataforma de observación de Ashe no había corrido tanta suerte y se había consumido totalmente al igual que el árbol sobre el que la había colocado.

La mayor parte de las pertenencias de Lithiniel y de Gwyn seguían dentro del roble mientras se consumía pasto de las llamas, para espanto de la druida y horror de su fornido compañero, pero ninguno de vosotros podía hacer nada para entrar a recuperarlas.

Casi fue una suerte que el elemental continuara ardiendo a los pies del árbol, porque ello propició que terminara viniéndose abajo. Hicieron falta los esfueros combinados de todos para apagar el incendio del tronco caído, echándole encima montones de tierra. Solo entonces fue posible rescatar de su interior la mayor parte de los objetos guardados, que consiguieron salvarse milagrosamente de las llamas.

- Tiradas (5)

Motivo: Gwyn: TS Fort

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 6(+3)=9 (Fracaso) [6]

Motivo: Lithiniel: TS Fort

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 12(+5)=17 (Exito) [12]

Motivo: Lithiniel: prueba de saltar

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 7 (Fracaso) [7]

Motivo: Daño Gwyn

Tirada: 4d6

Resultado: 3(-1)=2, 6(-1)=5, 5(-1)=4, 3(-1)=2 (Suma: 13)

Motivo: Daño Lithiniel

Tirada: 4d6

Resultado: 1(-1)=0, 4(-1)=3, 1(-1)=0, 3(-1)=2 (Suma: 5)

Notas de juego

Lormaen (27) → 13/30
Elemental (23) → agonizante
Nalvius (22) → 19/19 [conjuros gastados: "resistir energía"; infundir valor (mientras os siga animando, todos os beneficiais de un +1 de moral a las tiradas de ataque, daño y TS vs hechizos y miedo)]
Elspeth (21) → 16/16
Ghïlmeril (20) → 16/40 [sin armadura]
Ashe (20) → 26/26
Zeverúth (14) → 6/27 [RE 10 (fuego); cinturón curativo descargado]
Lithiniel (13) → 20/26 y 2 de daño no letal [sin armadura; forma salvaje gastada; conjuros gastados: "deformar madera" x2]
Gwyn (12) → 8/24
Tareth (8) → 18/43 [sin armadura; conjuros gastados: "contacto electrizante" x3; cinturón curativo descargado]

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18/01/2020, 20:21
Nalviusduil

—Habéis demostrado con creces ser unos auténticos valientes —comentó entonces el sudoroso clérigo con una sonrisa—. Tareth tenía razón cuando dijo que érais capaces de cosas imposibles y que los dioses os amaban. Lo que no dijo en su humildad es que él, de entre todos, era el más amado.

»Bien veo, amigo mío, que el cariño que se te ha negado durante toda tu vida ahora te lo quieren devolver multiplicado los dioses. Eso es lo que pienso después de verte combatir contra un enemigo muy superior a todos nosotros y salir airoso de semejante batalla. Ven, acércate, deja que Astarin alivie tu dolor y derrame sobre ti Su bendición. Venid todos y dejad que el Rey-Bardo os reconforte.

Tareth, Zeverúth, Gwyn, Lithiniel y la pareja de escoltas se beneficiaron entonces de la magia sanadora del Hijo Venerable. Aunque ésta no bastó para poner fin a los dolores de ninguno de ellos, sí consiguió mitigarlos como había prometido.

—No mentíais al decir que Silvanesti ya no es seguro para los elfos. No es seguro moverse por él y tampoco lo es intentar establecerse. Ahora creo que quienes nos enviaron a Silvanost infravaloraron la amenaza de estos bosques o sobrevaloraron nuestras propias capacidades. Con nuestros propios medios es posible que no logremos llegar a nuestro destino, pero tampoco podemos rehuirlo. La esperanza de nuestro pueblo y de nuestra reina dependen de que no fracasemos y nosotros no podemos dejar de intentarlo aunque nos cueste la vida.

»Pero después de lo que he visto esta noche, creo sinceramente que no hay nada que no podamos superar con vuestra ayuda. Acompañadnos a Silvanost, os lo ruego, sumad vuestras fuerzas a las nuestras y ayudadnos a recuperar para Alhana Starbreeze el Medallón de las Estrellas que perteneció a su difunto padre.

- Tiradas (5)

Motivo: Curar heridas moderadas a Tareth

Tirada: 2d8

Resultado: 4(+3)=7 [1, 3]

Motivo: Curar heridas moderadas a Zeverúth

Tirada: 2d8

Resultado: 3(+3)=6 [2, 1]

Motivo: Curar heridas leves a Lormaen

Tirada: 1d8

Resultado: 7(+3)=10 [7]

Motivo: Curar heridas leves a Ghïlmeril

Tirada: 1d8

Resultado: 2(+3)=5 [2]

Motivo: Curar heridas leves a Gwyn

Tirada: 1d8

Resultado: 5(+3)=8 [5]

Notas de juego

Lormaen (27) → 23/30
Elemental (23) → agonizante
Nalvius (22) → 19/19 [conjuros gastados: "resistir energía", "curar heridas menores" x4, "curar heridas leves" x3, "curar heridas moderadas" x2]
Elspeth (21) → 16/16
Ghïlmeril (20) → 21/40 [sin armadura]
Ashe (20) → 26/26
Zeverúth (14) → 14/27 [RE 10 (fuego); cinturón curativo descargado]
Lithiniel (13) → 21/26 y 2 de daño no letal [sin armadura; forma salvaje gastada; conjuros gastados: "deformar madera" x2]
Gwyn (12) → 16/24
Tareth (8) → 26/43 [sin armadura; conjuros gastados: "contacto electrizante" x3; cinturón curativo descargado]

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18/01/2020, 21:21
Ashe

—¿Qué sentido tiene morir por una joya? —pregunta con una nota de indignación en su voz la exploradora semihumana— Ya habéis estado a punto de morir esta noche y volveréis a arriesgar vuestras vidas cada día que permanezcáis en Silvanesti. Todos nosotros lo hacemos, pero por una causa mayor, por ayudar al regreso de nuestros compatriotas.

»¿Queréis ayudar vosotros también? Regresath a Ergoth, a Silvamori, y convenced al Sinthal-Elish de la necesidad de aprobar la partida de gastos extraordinaria que demanda el ejército. Para eso estáis aquí, ¿verdad? Para comprobar con vuestros propios ojos que la amenaza es real y no una invención de nuestros superiores enriquecerse a costa de las otras Casas. ¿No habéis visto ya suficiente? Nuestros valientes camaradas kirath necesitan recursos, armas, equipo... Toda ayuda es poca para combatir a la Pesadilla.

»Pedís que os acompañemos a Silvanost pero nunca nos hemos adentrado tanto en el  bosque, ni sabemos de nadie que lo haya hecho. Y por una buena razón. Hemos oído que se han visto varios dragones verdes adultos sobrevolando la capital. ¿Por qué suicidarse para conseguir un collar? Incluso aunque lograrais llegar hasta allí, ninguno lograría regresar con vida.

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18/01/2020, 21:53
Nalviusduil

—Te han informado mal, heroina de Sithelnost —replica el clérigo con una sonrisa paciente—. Esos presupuestos de los que hablas se aprobaron ya hace semanas. Antes incluso de que embarcásemos hacia Rocío Matinal.

»Como he dicho, nosotros estamos aquí para recuperar el símbolo sagrado que han ostentado todos los Oradores de las Estrellas desde tiempos inmemoriales; un artefacto que algunos aseguran que perteneció al mismísimo Sithel Silvanos, el primer Orador de nuestro pueblo.

»Sin el Medallón de las Estrellas, muchos en el Sinthal-Elish continuarán negándose a reconocer a la hija de Lorac Caladon como nuestra legítima soberana. Hay quienes desearían proclamar como Orador de las Estrellas a Belthanos o a su hijo Rythas, primo segundo de nuestra reina, y estoy seguro de que se sentirían muy complacidos si nuestra misión fracasase antes incluso de empezar.

»Pero ninguno de nosotros está dispuesto a darse por vencido y te diré por qué. Porque sí hay un elfo que haya estado en Silvanost durante la Pesadilla. Una elfa, para ser precisos: Alhana Starbreeze. Ella entró en la capital acompañada por los famosos Héroes de la Lanza, se enfrentó a la pérfida sierpe conocida como Cyan Bloodbane y liberó a su padre de la influencia del Orbe de los Dragones, poniendo fin a su locura y a los horrores que su mente creaba.

»La corrupción de Silvanesti no terminó con aquello, pero sí se puso fin a su propagación. Gracias a Alhanna, ahora cada una de nuestras pequeñas victorias nos acerca un paso más al triunfo definitivo. Gracias a ella, los esfuerzos que hacemos por reconquistar nuestra patria no son estériles.

»Lorac está muerto, enterrado en los Jardines de Astarin, pero el juramento que le hizo su hija en el lecho de muerte no lo está. Ella juró que traería de vuelta a nuestra gente algún día; y yo no estoy seguro de que los demás candidatos a Orador de las Estrellas quieran o puedan cumplir semejante promesa.

»Por eso estoy dispuesto a arriesgar mi vida tratando de llegar a Silvanost. No por una joya, ni siquiera por una reina. Lo hago por nuestro pueblo, por las generaciones venideras, por Silvanesti. Y si vosotros amáis nuestra patria tanto como yo lo hago, deberíais acompañarnos.

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19/01/2020, 00:08
Gwyndrahir

El humo no le dejaba ver al rechoncho elfo lo que ocurría1, sabía que la criatura de fuego seguía allí abajo porque sentía el calor, pero no pudo más que toser y cubrirse los ojos. En pocos instantes el calor abrazador dejó de sentirse, el elemental al parecer había dejado de moverse, pero las llamas que envolvían al árbol estaban más cerca, y tanto él como la druida tuvieron que saltar hacia el barro para no terminar como la madera ardiente. Sus ropas se mancharon nuevamente, Silvanesti iba dejando su marca en su armadura de camuflaje, primero en el pantano y ahora en el lodo en torno al moribundo árbol sagrado. Embarrado como estaba se quedó parado contemplando la caída del que supo ser su hogar, de la única porción de vida que había hecho raíz en esa tierra por un largo tiempo, de la esperanza de la naturaleza de reconquistar un bosque que a las claras ya no le pertenecía, de los sueños de la druida... y de su liderazgo. El plan de Lithiniel estaba allí, delante de él, deshecho, carbonizado, destrozado, sin posibilidad alguna de realizarse. Como una burla del destino, las endebles carpas de la cazadora y el monje seguían de pie, no había signo más claro para Gwyn de que la druida ya no contaba con el favor de los dioses. El reconocimiento a su liderazgo por parte de los demás compañeros lo había perdido hacía rato, y el de la comitiva nunca lo había recibido, sólo contaba con el apoyo de Gwyn, y eso hablaba por sí solo de lo mal que estaba el asunto. - Lamento que tu hijo árbol haya muerto, Lithiniel, como tu hija  mula, como tu esposo Terevan, ha de ser muy triste... pero así son las cosas parece - dijo en tono de resignación, sin hacer un gran esfuerzo por mejorar el ánimo de la druida. 

Cuando las llamas se calmaron y recuperaron las cosas que había dentro de las habitaciones destrozadas, aprovechó para tomar un pedazo de madera que no estaba totalmente quemada - Me quedaré con esto de recuerdo - le susurró su compañera, la madre del difunto árbol, y lo guardó en su mochila para algún día tallar algo con él, suponiendo que tras todo lo ocurrido, la prohibición de no tocarlo ya no corría con la misma fuerza. Entonces, el clérigo del Rey Bardo volvió a elogiar sus hazañas, y Gwyn sintió que parte de la vida volvía a él, comenzó a soñar con las leyendas que Nalvius contaría acerca de cómo había brindado con una criatura gigante de fuego, y no pudo menos que sonreír. Su humor mejoró aún más cuando la bendición del clérigo sanó sus heridas. No sentía envidia por los elogios que el sacerdote hacía acerca de Tareth, los había sorprendido a todos, para bien, no como los demás. Se acercó a él y palmeó su espalda - A parte de medio ciego estas medio sordo, amigo, y se nota que te gusta dar vueltas por el piso mientras tus nalgas se queman - le sonrió y le mostró los dientes - Pero has estado muy bien, para pertenecer al E'li eres bastante bueno. Creo que Nalvius tiene razón, los dioses están contigo... y conmigo también, claro - entonces levantó la mano del tuerto, como si hubiese vencido un duelo - Te lo has ganado, Tareth, o mejor dicho Sargento Tareth! Ahora tú mandas - y luego miró con los ojos entrecerrados a los demás - Me imagino que no van a andar cuestionando su liderazgo también, verdad? Esta visto que La Pesadilla se ríe de los títulos señoriales, y que los dioses han elegido al campeón de los kirath, este elfo les salvó la vida a todos los que estaban abajo - miraba a los dos diplomáticos, a sus dos guardaespaldas y a los dos enamorados, los del Fénix no le debían nada, pero sabían reconocer cuando algo era bueno y cuándo no - Así que nada de quejas y a respetarlo un poco, eh, que nadie lo ha hecho antes y es hora de comenzar a hacerlo - dijo, poniéndose a su lado.

Le costó seguir la intensa conversación entre el clérigo y la cazadora, en parte por aburrida, y en parte por los nombres que nunca había escuchado. Sólo reconocía uno, el de la hermosa Alhana, recordaba su piel, su mirada, su dulce voz. El rechoncho elfo no tenía las cosas claras, pero algo de todo lo que decían sonaba muy mal - No entiendo... si ya habían decidido apoyar a los kirath... entonces para qué el Comandante Lareth Thlörendil ... - se interrumpió, la última vez que había hablado de ese tema no le había gustado a Tareth, y ahora que había ascendido a líder no iba a incomodarlo, pero sí tenía que advertirle - Perrito, tu dueño miente más que tú me parece, mejor que andemos con cuidado - le dijo en voz baja, pero no tan baja como para asegurarse que los demás no escuchasen, y luego cerró la boca, mordiendo con fuerza para no tentarse a abrirla nuevamente.

Notas de juego

1 justo fallé la TS y me perdí el único momento heroico del monje ;)

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19/01/2020, 12:38
Tareth el Tuerto

A Tareth no le gustaba ser el centro de atención, pero debía reconocer que había combatido bien. Era bueno con su espadón y era bueno con lo arcano. La combinación de ambas era decididamente una muy buena idea. Sin embargo, los halagos que había recibido le estaban provocando cierto sonrojo y se sentía incómodo. Más cuando Gwyndrahir tomó el relevo de Nalvius y empezó a halagarle y a denominarle como nuevo líder del grupo.

Tareth era valiente y entendía que si querían sobrevivir y cumplir con sus objetivos, debían colaborar. Eso era lo que había tratado de hacer en aquel insufrible grupo desde el principio, aunque había obtenido un nulo resultado. Un líder tenía que ser el pegamento del grupo. Eso era algo que Tareth no había conseguido y por ello no podía ser el líder. Primero debían crear un grupo y apartar las rencillas y luego ya elegirían a un líder para el mismo.

Gracias por tus palabras, si... - Le dijo a Gwyn. - Pero no. No soy líder. Nunca lo he sido y de momento no lo soy, no... - Le dio unos toques sobre el hombro y le dio la espalda dirigiéndose a Nalvius. 

Nalvius era un hombre razonable y tenía una misión muy diferente a la que ellos creían. El oficial kiriath les había mentido o puede que les estuviera mintiendo ahora Nalvius. Lo único cierto era que desde un buen principio el oficial kiriath les había tratado con malos modos y secretismo y siempre le había quedado a Tareth la duda de si estaban haciendo o no lo correcto. Fuera como fuera, ir en busca de una reliquia, siempre parecía algo más noble, que el hecho de un secuestro.

Podemos ayudar, si... - Dijo Tareth. - Pero hablo sólo por mi, si. No puedo poner palabras en bocas de otros, no. El líder de éste grupo no existe, pues no somos un grupo, no... - Sonrió de forma enigmática. - Cada uno hace la guerra pos su parte y al sumar la aportación de cada uno suele dar un resultado favorable en conjunto. Si... debe ser, si... - entonces se giró hacia el resto de kiriath buscando una respuesta por su parte.

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19/01/2020, 12:59
Gwyndrahir

Gwyn sintió que el nuevo líder estaba satisfecho al darle unos toques en el hombro y agradecerle sus palabras, la panza del rechoncho kirath, cubierta de barro, se ensanchó un poco más si es que podía. Las palabras de Tareth mostraban que era el adecuado para la tarea, lejos de reflejar le absurdo orgullo de los otros elfos que codiciaban someter a sus congéneres, él hablaba con humildad y respeto hacia todos. Era, sí, un tanto escueto con las palabras, casi nunca terminaba sus frases, y algo de los sesos se le había escapado por el ojo tuerto, pero ya le había regalado un tapón para solucionar ese problema y eso no tenía porqué empeorar - Yo iré a dónde vayas, Tareth - dijo apoyando de inmediato la propuesta de su nuevo jefe.

El tuerto recorría los rostros de los demás kirath después de dirigirse a su mejor amigo, el clérigo parlanchin. - Tienes toda la razón, esto no es un grupo, ni siquiera sé si alguna vez lo fue, y muchos compañeros hemos perdido a causa de eso. Ashe se ha vuelto una ladrona, Zeveruth un pollerudo, Lithiniel una viuda resentida, tú mientes a como te convenga y yo... bueno, algún defecto también debo tener - reconoció el pequeño elfo - Pero eres el único miembro del campamento E'li al que la druida y yo escucharíamos, eres el único al que la cazadora y el monje no han traicionado, no dudaste en acompañarnos a buscar a Kento, eres el mejor amigo del Venerable Nalvius - al decir eso último lo codeó y guiñó un ojo - lo bien que haces, eh, él será quien cuente nuestra historia y la tuya será la que escribirá con más ganas - dijo reconociendo la astucia de su compañero - y si bien eres el perrito de Lareth, ya empiezas a darte cuenta que ese elfo está completamente loco... así que vamos, no seas tímido, tú eres la amalgama que puede unirnos, si no lo haces tú no lo hará nadie. Anda, si lo haces mal, que pierdes? No hablaremos peor de ti de lo que lo hacemos ahora, pero, si lo haces bien, como creo que lo harías, tal vez podamos sobrevivir a La Pesadilla - volvió a sonreirle, mostrando los dientes nuevamente. Entonces miró a los otros kirath, e hizo un gesto con la mano invitándolos a que hablasen.

Notas de juego

Perdon que postee dos veces seguidas casi, es que lo sentí así, no quería dejar pasar la oportunidad de alentar a nuestro modesto compañero ;)

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19/01/2020, 15:29
Zeverúth

Aquella revelación dio un giro de 180º a toda la misión. Lo que pretendía ser un secuestro, ahora se había convertido en una misión suicida en busca de una joya. Todo carecía de sentido.

- Si me permitís el atrevimiento... ¿por qué vais tan pocos a una misión tan arriesgada? si es por cuestión de discreción, sería un error que todos nosotros os acompañásemos, y si lo que os faltan son apoyos, tal vez vuestra idea no sea del todo correcta - clavó el soris en la tierra, pensativo - debo meditarlo antes de unirme a semejante empresa, y si aún así decidiera aceptar, tendría que llegar a un acuerdo con esos dos señaló a Gwyn y  Lithiniel - porque ni todos los peligros de la Pesadilla son peores que tenerlos al lado, sobre todo él.

Después se volvió hacia Tareth, y con una mano en su hombro, le dijo:

- Pocas veces he visto luchar a alguien como tú, si tuviera que seguir a alguno de estos, ten por seguro que te seguiría a ti el primero - los dos guardaespaldas de los diplomáticos eran superiores en rango militar, pero no los conocía de nada, ni se habían distinguido tanto en el combate contra el elemental como Tareth, que sin duda era digno de su leyenda. 

Dicho esto, esperó a que los demás tomaran una decisión. Él todavía no lo tenía claro.

Notas de juego

He buscado "pollerudo" en internet y me parto con el resultado xD

Una imagen vale más que mil palabras. Que sepais que Ashe y yo tenemos una relación sana y basada en la igualdad, ¿verdad, cariño? 

*Mira temeroso a Ashe por si ha dicho algo malo*