Partida Rol por web

Miró enfadada a los dos hombres, parecía que desde que iban juntos a caballo empezaban a pensar igual.

- Ya habéis tomado vuestra decisión, yo no tengo nada que decir. -Su voz sonó fría e impersonal.

Y sin dirigirles una sola mirada, puso su caballo al paso continuando el camino sin esperar ni siquiera a que Voki montara.

Esta vez el soplido que soltó Hanne tras oír a Voki y a Phey sonó lo suficientemente alto para que llegase a oídos de estos dos.

- Nunca pensé que un Guerrero Sagrado de Ihvist fuese tan corto de miras... - Es el único comentario que hace al pasar al lado de este, siguiendo la estela de Aeryn

Alegre se puso al trote y se puso a la par de la sacerdotisa.

—Muchacha, si no piensas guiarnos, la próxima vez que quieras demostrarnos tu desdén, aléjate en la otra dirección y déjame la vanguardia. ¿He sido claro?

Si esperar, respuesta se puso al trote y ganó la cabeza de la comitiva.

Phey observó la reacción de alegre, acercándose a la sacerdotisa y diciéndole aquello. Evitó el contacto de  miradas con la sacerdotisa, quien parecía no aprender que podían haber peligros delante, y si estuviera delante, podría ponerse en peligro... y el era el que tenía que responder por la muchacha...

Se le pudo escuchar respirar profundamente, casi como un gesto de cansancio... Cansancio por aquella situación que había en el grupo..

Tras dejar que los soldados pasen de largo, continuáis la marcha.

Ha medida que os internáis en la Península de Oesmer, el paisaje va cambiando progresivamente, ya no veis ni un rastro de civilización, ni tan siquiera alguna granja aislada a lo lejos.

El camino por el que os lleva Voki, por llamarlo de alguna forma, no es mas que un sendero de unos 4 metros de ancho machacado una y otra vez por el paso de grandes carretas y monturas. Este presenta una inclinación ascendente, muy suave, casi imperceptible, pero que cada vez os lleva a cotas mas altas.

La noche llega mas pronto de lo esperado. El invierno no esta muy lejos y las oscuras nubes sobre vosotros hace que oscurezca mucho antes.

Continuaron camino cada uno ensimismado en sus propios pensamientos, en silencio y con semblantes igual de grises que el día. El frío se notaba cada vez más a medida que iban ascendiendo lentamente, apenas se detuvieron hasta que la noche se les echó encima.

- Sería mejor que buscaras un buen sitio donde pernoctar ¿no te parece? -Aeryn se dirigió a Voki con frialdad, todavía enfurruñada.- ¿O dentro de tus maravillosos planes está el seguir camino sin descansar durante toda la noche?

-Deberíamos de continuar un poco más. Al menos, desviarnos del camino lo suficiente como para evitar problemas de cualquier criatura. 

Comentó, seguro de si mismo. Luego se dio cuenta que, quizás debía haberse callado: Parecía como si las muchachas se sintieran mal porque ellos dos encabezaban el grupo.

Suspiró levemente, y luego esperó que hablara Alegre.

-Si es que debo de estarme callado... No me han pagado para hablar... Si es que, está claro..

Comentó, en voz baja. Solo pudo escucharlo Alegre, quien estaba inmediatamente delante de el, en el mismo caballo.

—No será necesario que volvamos a hace eso —replicó Alegre al comentario de Aeryn, sin apartar la mirada del camino—, a menos que tus amigos hayan decidido seguirnos hasta aquí. Es verdad que es mejor apartarse del camino. No tanto porque no sea seguro, sino porque nos deja muy expuestos al viento y esta será una noche muy fría. Lo mejor es encontrar un buen lugar en el bosque.

Esbuzó una sonrisa casi imperceptible, al escuchar el comentario de Phey y se desvió hacia la izquierda del camino, por donde le pareció que podía haber un claro adecuado para hacer campamento.

Vuestro explorador no tardo en encontrar lo que buscaba, un claro de unos 15 metros de radio en mitad de un bosque de castaños, y no demasiado alejado del camino.

Parecía un buen lugar para pasar la noche, los arboles os resguardarían del frío viento del norte, así como os ocultarían hasta cierta medida de cualquier piel verde que pudiera pasar a cierta distancia.

Claro que los bosques también eran el lugar de habitar para decenas de animales y otras bestias...

Alegre descendió del caballo, en el centro del claro y ató las riendas a un árbol cercano.

—Ayúdame a buscar leña, muchacho —le dijo a Phey—. Tendremos que encender un fuego. Pronto hará frío y quiero tener a los animales del bosque a distancia.

Se volvió hacia Aeryn y la sacerdotisa.

—Vosotras, id desempacando algo de comida —se estaba dando la vuelta, cuando se detuvo y se volteó a mirar nuevamente a las mujeres—. Si es que no os parece bien a vuestra majestad y a vuestra santidad, por supuesto.

Acto seguido, se internó más allá del límite del claro y se puso a recoger madera.

-Si, por supuesto, Alegre.

Comentó, bajando del caballo. Antes de nada, lo dejó en algún lugar a la sombra, atado. Llevándolo de las riendas, lo colocó allí para que no se escapara. Entonces miró al caballo, con infinito cariño, y pegó su rostro al animal. Le habló muy bajito.

-"Brisa, descansa. Muchas gracias por aguantarnos, te mereces un descanso."

De nuevo, y debido a que fue por el mismo camino que voki, fue el último el único que lo escuchó.

Luego se dirigió con el explorador... Miró hacia atrás, hizo una pequeña reverencia a las dos mujeres y sonrió.

-Por favor, no os metáis en líos. Si hay problemas, gritad.

Era gracioso observar a aquel guerrero en medio de un claro, con su armadura, el casco en el caballo ahora, una espada y escudo. Se supone que allí descansarían y, sin embargo, allí estaba, vestido para la batalla.

-¿Nos alejaremos mucho? Me preocupan Aeryn y la sacerdotisa...

La sacerdotisa no dijo nada ni ante el comentario de Voki ni al de Phey. Con la capucha aun ocultando su rostro, ató su montura cerca de la del Guerrero Sagrado, bajo las mochilas de este y tras sacar algo de comida, principalmente pan duro y algo de queso, lo dejo sobre una manta.
Luego sin probar bocado se alejo un poco, pero a la vista de Aeryn (no mas de 30 metros) y se preparo para sus oraciones nocturnas.

Alegre se encogió de hombros.

—Los muertos ayuden a los Pieles Verdes que se lleven a estas dos —comentó, sin dejar de recoger leña—. En verdad les compadezco.

De buena gana les rebanaba el cuello a estos dos... ¿Acaso están sordos? No claro, seguro que soy yo que hablo en un idioma desconocido. Disfrutan tergiversando mis palabras, escuchando lo que les da la gana y sacando sus estúpidas conclusiones. Sólo he dicho que fuera buscando un sitio donde acampar pero no dije que tuviera que ser en mitad del camino, ¿acaso me consideran tonta?

El humor de Aeryn no iba mejorando con el paso del tiempo sino al contrario, cada vez que Voki abría la boca conseguía que ella se enfureciera un poco más y ahora encima tenía el apoyo del sacerdote. Mordiéndose la lengua intentó no inmutarse cuando, una vez que se detuvieron, el explorador se dirigió a ella con el término despectivo de majestad y tampoco cuando Phey se atrevió a recomendarles que no se metieran en líos. ¿Si tan hartos estaban de ellas porque habían aceptado acompañarlas?

Ató a Deah a una rama y le quitó la silla y los bultos, mientras la acariciaba le susurraba palabras cariñosas. Vio por el rabillo del ojo a la sacerdotisa colocando algo de comida sobre una manta y retirándose después, seguramente para orar a su diosa. Aeryn sólo esperaba que no se alejara demasiado y poder tenerla controlada.

Sacó algo más de pan y carne seca que colocó también en la manta. Se sentó a esperar al resto mordisqueando un trozo de queso y pensando en el extraño grupo que formaban y en todos los secretos que cada uno de ellos seguramente escondía.

El guerrero sonrió, mientras comenzó con la tarea, junto a Alegre, de coger leña. No dijo nada mas, solo observó a las muchachas, o trató de hacerlo, para mantenerlas seguras.

Suspiró, mientras llevaba a cabo aquel trabajo. Creyó que era un buen momento para hablar.. 

-Así que.. - Pareció ni siquiera darle demasiada importancia a sus palabras -¿Como es que aceptaste llevar a una mujer como Aeryn? Parece que os lleváis bastante mal... Hubiera sido mas fácil simplemente negarse y no atormentarte... ¿No?

Permanecía atento a la respuesta de Voki... Ahora que lo pensaba, ojalá el pudiera negarse a hacer según qué cosas...

—Ella me paga —respondió Alegre, sin dejar de recoger leña—. No necesito llevarme bien con mis clientes. De hecho, no recuerdo que eso haya pasado nunca. Sólo necesito hacer mi trabajo.

Se detuvo un instante, con un montón de leña sujeta contra el pecho y miró a Aeryn, que ataba a su yegua a varios metros de distancia.

—Esa mujer es obstinada. Si no la llevo adonde quiere ir, irá sola o caerá en manos de algún hijo de puta, que le hará daño. Tengo que llevarla hasta la mina. Después de eso, no será asunto mío. Los muertos sabrán que he hecho todo lo que podía.

Acto seguido, se encaminó hacia el claro.