Pese a las reservas de Magnus, buscáis a la chica por la aldea hasta encontrar que en el pozo comunal hay unos escalones que bajan...
En este momento oís que Marcus llega corriendo desde las colinas.
Motivo: destino
Tirada: 2d6
Resultado: 5
-Cassius, ve tú primero. Estas escaleras son muy estrechas.
Las últimas palabras de Quintus habían sido una excusa para resguardarse detrás de su compañero. Aquello no pintaba nada bien y, qué menos, el causante del problema debía dar la cara primero. Así pues se dispuso a bajar por las escaleras, no sin antes desenfundar su gladius por lo que pudiese suceder.
- ¿yo? Bueno... Por esta vez pase.- tras empuñar la antorcha, Cassius empieza el descenso poco a poco.
Descendéis por los fríos escalones, procurando no resbalar, hasta llegar a una obertura donde puede pasar una persona agachada. Cassius entra el primero con muchas precauciones, pero al otro lado hay solo un oscuro tunel que desciende.
Las voces de Marcus despiertan a Antiocus de un sueño placentero, todo lo que podía serlo en aquella situación.
Le costó asimilar las noticias, aun estaba medio dormido. Y cuando lo hizo se despertó de golpe.
Parecía que las tribus locales habían pasado a la ofensiva, malas noticias.
Despertemos a los demás y preparemos la mejor defensa posible. Fue lo único ple pudo decir antes de bostezar durante unos segundos.
Descendió junto a sus compañeros, con la espada en la mano lista para derramar sangre. No pensaba que hubiera peligro inmediato ahí, pero la oscuridad y el misterio de la noche no dejaban de inquietarle. Demasiadas emboscadas nocturnas había vivido ya como para dejarse engañar por el silencio y las sombras.
-Empiezo a odiar esta tierra... -soltó molesto, aferrándose al mango de su arma.
No podía ser que tan pronto derramasen sangre, y que a tan poco tiempo después de la escaramuza contra los nativos, ya se colaran en su campamento. Tenía un par de cosas que decir a tal y cual romano, pero no era el momento de dar lecciones.
¿Yo ya estoy lo bastante cerca de mis compañeros como para bajar con ellos?
No creo Marcus. Tu personaje está de guardia igual que Fuscus, aunque a este se lo ha llevado el centurión presumiblemente al cuartelillo.
Marcus: vas directo a la tienda de tus compañeros o a dar la alarma al centurión?
Descendéis por el oscuro túnel. Las paredes y el suelo son negros, irregulares y húmedas. Más de una vez tropezáis para haceros dolorosas rozaduras. En algunos puntos las paredes se estrechan tantos que los más corpulentos apenas pasáis y tienen que empujar o tirar de vosotros. La respiración se vuelve difícil. La luz de la antorcha vacila. Llega un punto por fin en que el suelo se vuelve liso, pero está cubierto de huesos viejos, amarillentos y quebradizos. Huesos de cordero, buey y niño pequeño. Hay extrañas pintadas en las paredes que preferís no estudiar mucho.
Entonces empezáis a oir un cántico. Seguís adelante.
Seguís adelante con el corazón encogido. Hasta que el cántico se rompe en terribles sollozos. Llegáis a una caverna donde la vacilante antorcha muestra a la chica celta, Ammina, tumbada sobre un altar bárbaro, llorando. Se ha arrancado la ropa y arañado la piel y el rostro.
Haced una tirada de destino.
Motivo: Tirada de destino
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+3)=9
No me acuerdo muy bien como eran las tiradas de destino pero creo que eso es una pifia.
Motivo: Destino
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+4)=11
Motivo: Destino
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+6)=15
Yo voy andando, con prisas, hacia donde está el centurión...
El centurión escucha lo que le cuenta Marcus y enseguida toma medidas. Matar los centinelas puede ser el preludio de un ataque, así que se pone la cohorte en pie de guerra entre gritos trompetazos y carreras.
quintus avanza unos pasos dubitativo entre la alfombra de huesos y siente de repente algo que le sujeta un pie clavándose en la sandalia. por un momento cree que ha quedado el talón atrapado en la mandíbula de un cráneo. Pero pronto ve que una cabeza negra y sin pelo ha brotado del suelo y le ha mordido... Se libra sacudiéndose con horror. La cabeza suelta un chillido agudo... Y de todas partes del suelo de la caverna pequeñas figuras salen contorsionándose entre los huesos, blanco contra negro. Pequeños lemures del tamaño de bebés y dientes como agujas os acechan!
Lemures: muertos inquietos.
tiramos iniciativa, o destino?
Quintus se situó en la misma línea, al lado de sus compañeros, sin perder de vista el espectáculo al que se enfrentaban. Si intentaran huir seguramente les darían caza así que se preparó para el combate.
¿Es posible escuchar como se preparan las legiones para el combate? Si mis compañeros no se prestan a combatir yo salgo corriendo a reunirme con la legión.