Partida Rol por web

El amanecer de los Héroes

E1.- El juicio

Cargando editor
12/10/2015, 03:21
Director

Micenas, la bella y rica Micenas, fundada muchos siglos atras, tuvo su desarrollo inicial durante las lejanas migraciones de los aqueos y minoicos. Pueblos que dieron origen a la region y a la ciudad. Hacía apanes unos doscientos años que la ciudad había tenido su maximo auge, llena de oro y diversas riquezas, había dominado una amplia region, superior incluso a toda la argolida. Pero eso había quedado atras, los Dorios habían acabado con todo ello.

La invasión inicio mas de 100 años atras , en un principio lenta y sin importancia, pero llegado un punto, aquel pueblo se torno en una fuerza imparable que seguida de los eolios y jonios, puso a toda la helade bajo una cruenta guerra que llevo al declive de todo lo hasta ahora conocido por los pueblos micenicos. La propia Micenas fue atacada cruentamente por los Dorios hacia apenas algo mas de 50 años. Y aunque había habido paz y muchos de los pobladores se habían entre mezclado, la amenaza seguía latente y Micenas era una de las ultimas ciudades que lograban resistir con exito a la invación. Las mismas Argos y Corinto, grandes y poderosas ciudades vecinas, se encontraban ahora bajo el poder de los Dorios, lo cual aumentaba aun mas la amenaza.

A la fecha, bajo el mandato del rey Alameo, Micenas goza de un amplio poder y considerables riqueza, siendo a un, una de las naciones mas fuertes de la Helade, motivo por el cual es temina y odiada a la vez por los Dorios, bajo su poder, las ciudades de Tirinto y Midea, conforman los limites de su dominio, cuyas fronteras al este dan con las cordilleras montañosas caracteristicas de la region, y al oeste con los dominios de Argos.

La ciudad, fundada sobre las alturas de una montaña, contaba con una amplia ciudadela protegida por una poderosa muralla, mientras que a los alrededores, se arremolinaban una amplica comunidad de viviendas que estaban a merced de los posibles ataques enemigos. La Puerta de los Leones, construida durante el auge de la ciudad, está formada por grandes bloques de piedra y cuyo dintel pesa unas 20 toneladas, es la ejecución arquitectónica más característica y conocida de Micenas. En la superficie triangular que está sobre ella se representa en relieve a dos felinos con las patas delanteras apoyadas en el altar de una columna minoica. Los pobladores de la ciudad suelen decir que los muros y la puerta misma fueron construidas con la ayuda de gingantescos ciclopes.

Ahora, en el 20 de Pyanepsion del año 1088, la ciudad goza de una relativa calma y su auge se mantiene fortalecido. Nadie espera que algo malo suceda en las fechas venideras, pero los designios de los dioses son insospechados y esta noche todo está por cambiar.

Notas de juego

Nota: Un mapa amplio y concretamente fiel a la ubicación de cada ciudad antigua, cual si estuvieras viendo el google Earth, no he encontrado y quizá ni exista, por lo que las distancias y ubicaciones son en cierta medida, interpretativas.
Nota: Para no perderme, usaré la nomenclatura de años actual, es decir, es el año 1088aC, solo no menciono el aC por que se rompe un tanto el trasfondo. Solo tengan en cuenta que los años hacen referencia al pasado e iran en retroceso, es decir, dentro de un año será el 1087.
Nota: Las imagenes pueden ampliarse.

Cargando editor
12/10/2015, 03:28
Director

La mañana inicio como cualquier otra salvo por que el sol había surgido peculiarmente rojo, como si quisiese anunciar sucesos siniestros acontecidos la noche anterior. El clima tenía también un tono nostálgico, la brisa que subía desde el valle inferior hacia la colina humedecía las calles de las viviendas a las afueras de la ciudadela y las amplias nubes en los cielos ocultaban al naciente sol por instantes generando una deliciosa sensación a la proximidad de una vigorizare lluvia.

La gente había salido a realizar sus labores diarias desde muy temprano y los centinelas de la muralla patrullaban con normalidad. La puerta de los leones y la puerta norte ya se encontraban abiertas a aquellas horas y el flujo de gente ya era normal. Muchos agricultores ya se encontraban en el valle inferior trabajando en sus cultivos mientras comerciantes empezaban a llegar a la ciudad o salían de la misma.

Y todo habría continuado igual de no ser por el tumulto que se había gestado tras encontrar el cadáver en la cada de uno de los mas notables comerciantes y artesanos de la ciudad. Lo rumores no tardaron en correr a lo largo de la misma, y los guardias del rey, que se encontraban peculiarmente cerca, habían sido los primeros en intervenir. La noticia de que la bella y querida Penelope había sido asesinada en su propia cama, no tardo en esparcirse por la ciudad.

Penelope había sido hija de un distinguido general Micenico, y uno de los importantes y fieles compañeros del padre de Alameo, actual rey de Micenas, para con el cual, tenía un lejano parentesco. Incluso no era desconocido por todos que el rey tenía un especial aprecio por Penelope pues la había conocido desde su juventud, tiempo en que ella había llegado ser considerada la mas bella entre las mujeres del reino. Con su muerte, un pena se cernía sobre la ciudad, quien perdía a una de sus figuras mas cotidianas y queridas.

La presencia de Ptolomeo siendo arrastrado por los guardias del rey desde su casa con rumbo al Megaron dejaba todo claro, él, su propio esposo, había sido quien la había asesinado. No paso mucho tiempo para que muchos declararan haber visto a Ptolemeo, muy entrada la noche anterior, bebiendo vino con otros mercaderes de la ciudad y riñendo acaloradamente con algunos de estos.

Y aunque algunos pocos testigos presenciales del momento en que todo se descubrió, aseguraban que el primero en enterarse de la muerte de Penelope fue el mismo Ptolomeo quien apenas llegaba a su casa en aquellos momentos, las versiones de que el era culpable y de como cometió el crimen ya eran para todos los pobladores, una verdad irrefutable. Y es que incluso, no había faltado quien aseguraba haber visto a Ptolomeo regresar a su casa antes de la media noche, envuelto en un intenso olor a vino y lleno de ira en su rostro.

Muchos habían visto inicialmente a Ptolomeo roto por la tragedia e incrédulo por lo que sucedía, aunque con el pasar de las horas. Sus gritos de furia desde la prisión en la que se encontraba, ya resonaban fuertemente en los alrededores. Aquel hombre no solo clamaba por su inocencia, sino que exigía justicia y venganza. Su clamor y sentimientos eran casi lo suficientemente convincentes como para que el pueblo estuviera de su lado, de no ser por dos hechos fundamentales. El primero era la historia de la misma muerte de Penelope; ésta, había sido encontrada golpeada y violada, su recinto yacía bañado en sangre, su cráneo estaba desfigurado por un contundente golpe en la cabeza, mientras que sus dedos de las manos yacían mutilados junto a ella debido a que probablemente se había defendido mientras una gruesa daga que pertenecía a su noble esposo, le era incrustada en el pecho.

Era claro para todos en aquel momento, que la mujer no había gritado alertando al pueblo debido a que era su propio esposo quien la agredía para luego violarla y asesinarla. Y ahora, con el hecho de que el mismo rey clamaba justicia y el castigo mas severo para su esposo Ptolomeo, no había vuelta atrás. Ya solo faltaba decidir cuando y como.

Cargando editor
12/10/2015, 03:30
Director

El juicio se llevó a cabo al medio día con el Megarón como sede y el mismo rey Alameo como juez. Para cuando los hijos varones de Ptolomeo cruzaban la puerta de los leones y se iban enterando de lo sucedido sin poder dar crédito a lo que escuchaban, los diversos testimonios ya se emitían por parte de los presentes ante la solicitud de Alameo.

Aquella mañana, la caravana mercante de Lykaios regresaba de uno de sus comunes viajes en torno a la Argolida. Para protegerle había solicitado los fieles y confiables servicios del general Spyridon, quien a su vez había llevado consigo a Akintos y Atreo, jóvenes guerreros que aun necesitaban mucha experiencia. Era por ello que ambos hijos de Ptolomeo y Penelope se habían encontrado fuera durante la sucesión de acontecimientos. Por su parte, Dareios, quien aun estaba en formación y era entrenado a las afueras de la ciudad, se enteró por parte de su tío Theron quien se había enterado justo aquella mañana, cuando el escándalo se desató. Theron no solo había mandado a llamar a Dareios para que llegase lo mas pronto posible y pudiese atestiguar durante el juicio, sino que también había sido de los primeros en acudir al recinto de la familia de Ptolomeo, donde Penelope yacía muerta. Allí había encontrado a la joven hija de Ptolomeo, quien había sido recostada en su cama tras se encontrada desmallada en el patio trasero de la casa. La joven Hypatia tenía una herida en la cabeza producto de un posible golpe por la espalda. Para cuando Theron llegó al lugar, Ptolomeo ya había sido hecho prisionero e Hypatia apenas regresaba en si. Sabiendo de la posibilidad de que también fuese retenida, el hermano de Ptolomeo, usando sus contactos y posición dentro de la ciudad, logro hacer que la llevarán a su casa donde estaría protegida. Y llegado el momento, pudo llevarla hasta el lugar donde se impartiría la sentencia.

El joven Ischyros, hijo bastardo de Ptolomeo, también fue avisado de lo sucedido mediante un mensaje de Theron dirigido a la guardia de la ciudadela. No obstante a Ischyros no le fue permitido abandonar su puesto e incluso llego a ver su padre ser arrastrado por las calles de la acrópolis.

Para cuando todos los hijos, amigos y parientes de Ptolomeo y Penelope se encontraba ya en el Megarón, el rey y sus allegados discutían el caso y estaban cerca de emitir un juicio. El lugar había sido abierto a muchas personas importantes de la ciudad en un intento de darle legitimidad y trascendencia. Por ello, Ifianasa sacerdotisa de Hera y amiga de Ischyros se encontraba allí movida por la consciencia de que lo que allí sucedía podría tener consecuencias en el futuro de aquel hombre que era y había sido tan trascendente durante su vida.
También estaban allí presentes tres figuras que un momento nadie tomo en cuenta, pero que en desarrollo de los acontecimientos que habrían de desencadenarse, serían fundamentales. El primero de ellos era Ebalo, famoso guerrero espartano quien se encontraba allí motivado por conocer el famoso general micenico Spyridon, no obstante ante la ausencia temporal de este y los acontecimientos en la acrópolis, había acabado llegando al lugar donde se realizaba el juicio. A la par de este, había un par de hermanos procedentes de un lugar cercano a Atenas, en el dominio de los invasores Jonios, se encontraban allí en busca de aventuras que les dieran riquezas y gloria, ellos se hacían llamar Talios y Anatolius, y a pesar de ser hermanos, eran claramente distintos. El primero de ellos era un descomunal guerrero, mientras que el segundo eran delgado arquero. Hesper, hermana de Ischyros, quien fue criada por Ptolomeo, también se encontraba allí aunque nadie reparó en su presencia.

Junto al trono del rey se encontraban cuatro figuras muy peculiares y trascendentes dentro del gobierno de la ciudad de Micenas. El primero de ellos era Leander, comandante general de las fuerzas de Micenas y fiel súbdito a Alameo. Hablandole al oído con gran insistencia se encontraba Zorba, su fiel compañero y consejero real, de quien se decía, ante la falta de hijos del rey, habría de ocupar el trono en un futuro. Finalmente estaban los silenciosos y siempre vigilantes guardaespaldas del rey, los famosos guerreros Urian y Panos, de quienes se consideraba, eran los mejores combatientes que había en todo el reino, y quizá en toda la Helade.

Cargando editor
12/10/2015, 05:56
Alameo

El silencio se hizo en el salón, el rey había levantado la mano y clamaba a todos los allí presentes le brindaran su atención. -Tras debatirlo personalmente todo este momento, y ante las contundentes pruebas presentadas. No me queda duda del juicio que he de tomar ante esta atrocidad. Y se que todos ustedes, entienden la gravedad de lo sucedido, pues, solo una bestia surgida del mismo Hades sería capaz de confeccionar semejante atrocidad, contra un ser tan puro y perfecto, que el daño no podrá ser olvidado por nosotros jamas. La sangre real, mi sangre, fue derramada cuando nuestra querida Penelope fue asesinaba por esta criatura repugnante- gritó señalando a Ptolomeo quien se encontraba encadenado en el centro del Megaron. Con ello la decisión y sentencia estaban claras, el rey, máxima autoridad inapelable en Micenas consideraba que Ptolomeo había sido responsable de todo ello, había considerado que debido al lazo de sangre lejano que unía a Penelope con él, el acto cometido se había realizado contra su misma sangre y mas aun, había considerado que Ptolomeo era una bestia del inframundo. Todo ello no solo llevaba a la clara conclusión de que Ptolomeo sería sentenciado a muerte, sino que su muerte probablemente se llevaría a cabo de la peor manera posible.

Y sus palabras no tardaron en llegar contundentes. -La muerte no será suficiente castigo para saldar la deuda que esta bestialidad humana tiene para con nosotros, el pueblo de Micenas. Pero no quiero que ustedes sufran acongojados por la imagen de un castigo cruento que en sus sueños no puedan olvidar. Y no quiero tampoco que en sus recuerdos se quede grabada una imagen cruenta de mis designios. Por eso les pregunto, ¿es la muerte lo que merece este hombre?-

En aquel momento, aunque la ira y esperanza se entremezclaban en los corazones de los hijos de Ptolomeo, la calamidad y el infortunio se dejo caer sobre ellos. La gente allí presente, no solo aclamaba a voz intensa por la muerte de Ptolomeo, sino que incluso, para un beneplácito claro del rey, se atrevían a darle ideas de como darle muerte a aquel hombre. En ese momento era claro para todos los allí presentes que nada podría salvar a aquel hombre, solo los designios de los dioses podrían cambiar su futuro, y en aquella tarde, cuando el sol se encontraba en su punto máximo, el cielo se abrió un instante y los dioses les mostraron el camino a seguir.

-La muerte será entonces el castigo para este hombre, muerte desangrado, tal como asesino a Penelope. Urian y Panos se encargaran de hacer que su cuerpo se desangre lenta y dolorosamente sin que su vida se esfume rápido. El dolor de la muerte lo consumirá lentamente abandonándolo solo hasta que su momento haya llegado. Ese será su castigo.

Pero, antes debemos estar seguros de que los dioses del Olimpo aprueban nuestro castigo. Y por ello clamó a los dioses o a cualquiera de ustedes se pronuncien una vez más si hay un motivo por el cual este hombre deba ser perdonado-.

Era ahora o nunca, eso estaba claro. Pues, si intentaban liberar Ptolomeo por la fuerza, solo conseguirían declararlo culpable y ser todos asesinados en el proceso. No, la forma no podía ser esa, ellos no solo tenían que demostrar su inocencia de algún modo, si no que además debían hacerlo sin que su sangre fuera derramada en aquel lugar y la clave justamente estaba allí, en las palabras del rey, los dioses.

Notas de juego

Todos: Iniciamos con la aventura. Son libres de actuar según les parezca pero siempre bajo una coherente lógica.
Todos: Dado que vamos iniciando y que los pongo en una situación en la que aun que hay un trasfondo, no hay idea clara de como reaccionar, he de decir, que bajo una tirada de lógica (DC 7) o bien de conocimiento común (Historia de Micenas) (DC 10) les permito ser conscientes de que el rey Alameo es un hombre egocéntrico y temeroso de los dioses. Por ello, bajo superar lo anterior, si insistiesen en alegar la inocencia de Ptolomeo y el error que se esta cometiendo amparándose en los dioses y en que si les permitiesen probar su inocencia estos les bendecirían, Alameo no tendría otra opción mas que validar sus palabras y ponerlos a prueba. Que claro, aunque lo anterior es una gran ayuda, depende también de sus narraciones.
Ifianasa, Ebalo, Akintos, Talios y Anatolius: Ustedes obviamente no tiene que ver de momento en los acontecimientos, pueden hablar y actuar con coherencia en lo que sucede pero no habría motivo para intercener o intervenir en el desarrollo de los acontecimientos. Es decir por el momento son espectadores.
Hypatia: Lo anterior dicho aplica de cierta manera también a ti, solo que en tu caso es mas por que eres una joven mujer. Si tu hablases, no solo te harían caso sino que provocarías la ira de muchos. Y te aviso de ello por que tu personaje debe ser consiente de ello.

Cargando editor
12/10/2015, 07:47
Spyridon

La caravana por fin había regresado. El viaje había sido largo, pero sin incidentes mencionables por lo que Spyridon estaba contento. Un trabajo rutinario que pronto vería recompensado con una buena cerveza en la mejor taberna de Micenas.

No le preocupaba en absoluto si la caravana había sido productiva o no. Lykaios se ocuparía de eso y pasaría el informe a su padre. Ptolomeo debería estar orgulloso de su primogénito. Además en esta ocasión les acompañaba el segundo hijo de Ptolomeo, Atreo, al que apenas conocía pero que al parecer se llevaba muy bien con su escudero Akintos. 

En la misma puerta de la ciudad les esperaba uno de los sirvientes de la casa de Ptolomeo. Habló rápidamente con Lykaios el cual a su vez lo hizo con su hermano Atreo, partiendo ambos inmediatamente a su casa.

Spyridon preguntó entonces al sirviente que le puso al tanto de las malas nuevas. Parece que la cerveza iba a tener que esperar. Llamó a su escudero:

- Akintos, parece ser que han matado a Penélope, la madre de Atreo. Hay que llevar la caravana a los almacenes, asegurate de que descarguen todo y den de comer a los animales. Voy a acercarme a la casa de Ptolomeo a ver qué ha pasado. Búscame después en el cuartel.

Dejando la caravana al cuidado de su competente escudero, Spyridon se aproximó a la casa de Ptolomeo para enterarse de que su mejor amigo había sido inculpado del asesinato. Presentó su pésame a los miembros de la familia que encontró y, no pudiendo hacer más en el lugar, regresó al cuartel para limpiarse del viaje y prepararse para el juicio que iba a tener lugar al medio día.

Tras recibir el informe de Akintos acerca de la caravana y con tiempo suficiente, pidió a su escudero que lo acompañara al Megarón. Una vez allí escuchó las palabras del rey y la condena que ya pesaba sobre su amigo. No había podido hablar con él y no creía que Ptolomeo, por muy borracho que pudiera estar, fuera capaz de dañar a Penélope. Algo había que hacer, pero Spyridon era hombre de acción y no de leyes ni dialéctica, ni conocía cómo podría retrasar la condena invocando algún juicio divino. Tampoco podía contradecir al rey. Quizás podría intentar retrasar la condena.

Antes de intervenir, Spyridon observaba por si alguien se decidía a hablar.

Notas de juego

Espero si alguien se decide a hablar, si nadie lo hace entonces lo haré yo.

Cargando editor
12/10/2015, 19:30
Atreo

Un torrente de emociones me recorría el cuerpo mientras escuchaba la sentencia del Rey Alameo. Todo había sucedido muy rápido para nosotros, acabados de llegar a la ciudad, y apenas estaba asimilando lo ocurrido.

Mi madre está muerta, y mi padre lo estará pronto

Una parte de mí, aquélla que pugnaba con fuerza en mi interior, la que me impulsaba a internarme en los bosques de noche y perseguir a mi presa, me empujaba a coger el arco y arremeter contra los captores de mi padre. Pero la parte racional, la que me hacía volver a la ciudad después de la cacería, la que añoraba y amaba a los suyos por encima de todas las cosas, le refrenaba.

Miré a mis hermanos allí presentes, con impotencia, con rabia, con súplica, sintiendo que sólo nosotros podríamos hacer algo por corregir aquélla injusticia.

Dando un paso al frente, sintiendo que era mi deber, me encomendé a los dioses y salí a defender a mi padre.

Dame fuerzas, tú que cazas de noche, al amparo de la oscuridad, y valor para abatir a aquéllos que quieren derramar mi sangre…

Elevé la voz por encima del murmullo general, dirigiéndome al Rey Alameo, y a todos los presentes.

- Rey Alameo, decidnos, oh gran Rey, ¿cómo podremos estar seguros de los designios de aquéllos que moran en lo Alto?

- Tiradas (1)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 2(+3)=5 (Fracaso)

Notas de juego

Creo que la tirada es así. Si no, la corrijo. No he seguido el discurso porque he fallado la tirada, así que Atreo en realidad sólo da un paso al frente simbólico, para demostrar que él apoya a su padre.

Cargando editor
12/10/2015, 21:41
Anatolius

Observaba con aparente indiferencia lo acaecido en este juicio, aunque en el fondo pensaba en la factible inocencia de Ptolomeo. Cierto era que nunca había estado por estas tierras, y el poco renombre que mi hermano y yo teníamos no había llegado hasta aquí. O eso creía. Estábamos situados en la parte trasera de la sala, observando con cierta calma todo lo que se desarrollaba ante nosotros.

Habíamos venido en busca de alguna aventura, de algo con lo que llenar nuestras exigües arcas cara a proseguir nuestro viaje. Arrugué el rostro. El viaje no parecía cesar nunca, y cada vez me sentía más cansado. Solo la inquebrantable voluntad de mi hermano aguantaba mi tibio ánimo en las ocasiones más lúgubres. Ambos teníamos la esperanza de encontrar cualquier cosa, y lo que encontramos fue un juicio a todas luces importante para el devenir de la propia ciudad.

Algunas palabras y ya me había enterado de todo. El asesinato de la bella y reconocible Penélope había sido un enorme jarro de agua fría para la ciudad, y empañó un ambiente de creciente optimismo en el que se adentraron sus habitantes con el gobierno de Alameo. Era un asunto de profunda raigambre personal al parecer, y eran los que daban más espectáculo, para lo bueno y lo malo. El castigo, desde luego, era terrible.

Alcé la mirada hacia Talios con un rictus de sonrisa en el rostro. No quisiera estar en su pellejo, hermano. Si ya me parece un asunto peliagudo, más lo es su posible inocencia. Al fin y al cabo, parece que hay alguno que intervendrá a su favor, lo que nos va a dar unas escenas bastante entretenidas. Me pasé los dedos por la boca, reflexivo. Fíjate en la mirada del rey Alameo. Algo me dice que es un hombre temeroso de la voluntad divina, y hace bien. Estos dictan sentencia más veces de las que creemos, y aunque no esté en palabras de los aquí reunidos representarlos, su mero llamamiento jugará a favor de ese hombre...y de aquellos que deseen defenderle. Sentencié en voz baja.

- Tiradas (1)

Motivo: Logica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 8(+4)=12 (Exito)

Cargando editor
12/10/2015, 22:14
Talios

*Me situaba a un lado de la sala junto a mi hermano apartado de lo que era el foco de atencion del juicio que se estaba celebrando, apoyado en la pared y con los brazos cruzados observaba la situacion que se estaba aconteciendo sin mostrar ningun tipo de emocion, en todo momento me mantuve en silencio un rato y actitud seria ante la situacion..., la situaciones de las que se veia sumergida gente adinerada y de poder no me gustaba en absoluto y siempre intentaba mantener distacion por prudencia y sensatez con las experiencias pasadas, estaba claro que todo este juicio pintaba mal, habia cosas que no se estaban explicando y estaban tapando con un tupido velo y entonces no pude evitar sonreir ironicamente y negar con la cabeza, despues escuche las palabras de mi hermano y asenti con la cabeza..., mire hacia los lados por si habia alguien observando y despues mis ojos se dirigieron a los suyos mientras le decia...

- Lo se hermano, esta claro que no tienen ni idea de cual puede ser la verdad, necesitan la señal de los dioses para aclarar este asuntos, y como siempre la persona que menos renombre o poder economico tenga saldra perdiendo y los dioses no podran evitarlo ya sabes como terminan estas cosas..., aunque llevas razon en que alguien saldra para defenderle, no tiene pinta de juicio facil, eso mantendra entretenidos a los presentes

- Tiradas (1)

Motivo: Logica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 8(+2)=10 (Exito)

Cargando editor
12/10/2015, 22:27
Hypatia

Ha sido un día demasiado duro para ella. Primero se despierta en su cama con un tremendo dolor de cabeza que la mantiene potrada en ella sin poder levantarse sin marearse, para después descubrir que su madre ha sido brutalmente asesinada y que su padre ha sido apresado, acusado de dicha atrocidad. Cualquiera que lo conociese, sabría que su padre es un buen hombre y que nunca levantaría la mano contra su esposa y, mucho menos, haría las barbaridades de las que se le acusa. Y por si fuera poco, lejos de reconfortarla por la pérdida de dos seres queridos, su tío debe ampararla bajo su protección para que los guardias no la acosen con preguntas.

A la hora del juicio, encontrándose un poco mejor del ataque recibido y con la aprobación de su tío, acude junto a todos los demás. Todos sus hermanos están ahí, asistes a la ira del Rey Alameo. Un rey temeroso de los dioses y que necesita la aprobación de éstos para llevar a cabo el castigo atroz que propone para un hombre que, a sus ojos, es inocente. Su padre no puede haber hecho nada de todo lo que se le acusa y verlo encadenado y condenado no hace más que reafirmar su opinión.

Hablaría, pero sabe su posición. Ser mujer y joven, sin ser más que "la hija de", no calmará la irá del rey hacia su padre. Por eso mismo, se inclina hacia su tío que está junto a ella y le susurra algo.

-Tío, creo que podríamos ganar algo de tiempo si hablamos con las palabras adecuadas. Podemos apelar a que los dioses no han mandado ninguna señal conforme a que aceptan la culpabilidad y el castigo impuesto. El Águila de Zeus no se ha mostrado y tampoco se ha escuchado su trueno. Eso podría ser una señal de desaprobación y podríamos interceder... ¿no crees?

- Tiradas (1)

Motivo: Logica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 9(+5)=14 (Exito)

Cargando editor
13/10/2015, 01:21
Theron

Mal augurio es el día que en su inicio se tiñe de rojo, eso es lo que había pensado cuando tras vestirme había salido de mi casa. No tenía ni idea del estado en que mi ciudad y mi familia se encontrarían. Un muchacho de la guardia acudió a mi con la funesta noticia de que la mujer de mi hermano había sido asesinada y su vivienda poco menos que saqueada. Corrí como perseguido por las furias atravesando la ciudad hasta el lugar del incidente sin poder creer lo que veía, apenas pude reconocer los restos que antaño había sido Penelope la mujer de mi hermano. Cuando pregunté quien era el causante solo me respondieron con evasivas y miradas avergonzadas los guardias más cercanos a mi. Poco tardé en saber que mi hermano era el acusado y que mi sobrina estaba en la casa cuando todo había sucedido, había sido atacada pero los guardias ya empezaban a murmurar, mandé que la escoltaran a mi casa.

Hasta aquí había sido duro pero mucho más sería lo que ahora me tocaba hice que un mensajero avisara al general Spyridon que apresurara su viaje, explicándole lo ocurrido. Como amigo de mi hermano y general de estas tierras sus palabra sería importante en caso de haber un juicio. Los hijos de mi hermano debían de saber que había sucedido por mi, lo antes posible Lykaios y Atreo estaban de viaje al igual que Spyridon, esperaría a su regreso para informales de la mala nueva. Ischyros segundo hijo de mi hermano como guardia de la ciudadela solo podía ser avisado por un correo. Dareios por el contrario se encontraba terminando su entrenamiento como soldado en el exterior de la ciudad el camino que recorrí para darle la noticia fue de los más largos de mi carrera.

Tras informarles a todos, intenté hablar con los vecinos del barrio que me contaron una extraña historia de lo acontecido. Mi hermano muy borracho entrando en casa a altas horas de la noche y ni un solo grito, tras la brutal paliza que Penelope recibió. Estaba en esto cuando un joven mensajero me avisó de que el rey conminaba mi presencia.

Empezaba el medio día y con el el juicio a mi hermano, por un crimen que estaba convencido era incapaz de haber realizado. Los hijos e hija de mi hermano se encontraban presentes en la sala del trono, Spyridon había acudido a la llamada de la amistad junto con Akintos su escudero, una sacerdotisa de Hera, la joven protegida de mi hermano, varios extranjeros y la corte real.

Tras el alegato del rey, una clara pena de muerte sino podíamos cambiar el destino de Ptolomeo, solo nos quedaba hablar ante el rey y los dioses. Mi sobrina viva e inteligente como siempre me susurró una posibilidad.

- No lo se Hypatia, nunca he sido hábil con las palabras eso se lo dejaba a tu padre. Yo guío hombres, pero haré lo que pueda para proteger a mi hermano en este duro trance.

Adelantándome e intentando ayudar a mi sobrino Atreo intento convencer al rey.

- Mi rey Alameo, soy Theron general de esta ciudad y hermano de Ptolomeo. Los hechos acaecidos que aquí han sido narrados han sido horribles, con mis propios ojos he visto lo que un alma malvada puede hacer. Su excelencia a decidido el castigo justo para aquél que haya realizado este bárbaro crimen y en eso estoy de acuerdo. Estoy convencido que tales actos no fueron realizados por mi hermano,pero esto mi señor solo son las palabras que esperaría de un viejo soldado y del hermano del acusado. En lo que espero que su majestad caiga en cuenta es que siendo un crimen tan atroz y habiendo proclamado una sentencia tan justa....el gran padre de los cielos no se haya pronunciado al respecto, ni el vuelo de un águila ni el sonido de un trueno para dar su beneplácito.      

- Tiradas (1)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 2(+4)=6 (Fracaso)

Cargando editor
13/10/2015, 02:53
Ischyros

Otro día de guardia, otro día de deber. Mi labor como guardia, para ser algún día algún hombre de honor en el mundo militar y así hacer que mi padre esté orgulloso de mí, es lo que hago y que he elegido. Siempre he sabido como bastardo que soy que el negocio familiar no era un campo en el que podría destacar, sobre todo siendo que Lykaios se encargaba de ello y que no estaría feliz con mi participación en él. Creo que lo mejor era evitar el conflicto y alejarme de él para buscar mi propio destino.

La vida de guardia puede ser aburrida para muchos pues son muchas horas sin hacer más que vigilar las murallas pero yo encuentro que es una labor de mucha dignidad pues representa entrega a la causa de Micenas y a la seguridad de su pueblo. Aparte de eso me brinda mucho tiempo para entrenar físicamente y con las armas, además de aprender de grandes militares.

La idea de surgir luchando por la gloriosa Micenas siempre ha sido mi sueño. La sombra de la última guerra aún está presente y sé que tarde o temprano llegará el momento de probarme a mí y a todo el mundo cuanto valgo. La idea de ver el rostro de mi padre y saber que estará orgulloso de lo que su hijo ha hecho es el motivo de seguir adelante y aguantar las largas horas de vigilancia en mi puesto.

Pero de pronto, todo lo que eran mis ideas se trastornan y caen en un profundo abismo cuando la noticia del encarcelamiento de mi padre llega a mí. Mi tío Theron envío un mensaje a la guardia en la que se me informaba de la muerte de la señora Penélope y como se le ha tratado a mi noble padre como si fuese un vulgar asesino. Él, un hombre siempre justo y con bueno sentimientos para todos.

"Es imposible que él lo haya hecho, simplemente inconcebible."

Lo pensé y se lo dije a todo el mundo, a todos mis compañeros y amigos. No había forma de que fuese cierto y cuando pedí permiso para reunirme con él, me fue negado debido a mis labores. No puse reparos pues es mi deber cumplir con mis horarios, es lo correcto y, por sobre todo, lo que mi padre haría en mi lugar.

Cuando conseguí salir, corrí hacia el Megarón, donde todo el mundo se había reunido para escuchar el juicio a mi padre. No fui capaz de oír los argumentos pues llegué prácticamente al final pero alcancé a estar sentado y presente cuando el Rey Alameo dio su sentencia. Era una que no me gustaba en lo más mínimo y no solo porque era mi padre quien iba a ser ejecutado, sino porque era claramente inocente. Eso no era justicia, era solo una clase de venganza ciega.

Ahora el Rey pide la palabra a los presentes y miro a mi alrededor con desesperación, con la esperanza de que alguien con una mejor posición social que yo hable para defender a mi padre. De pronto, mi hermano menor se pone de pie y habla al Rey preguntándole acerca del designio de los Dioses. Sé que es una jugada inteligente pues conozco como es el Rey Alameo y sé que esa es precisamente la forma en la que aquel hombre de gran orgullo y temor a los designios divinos podría dar un paso atrás en su decisión.

Escucho las palabras de mi hermana y luego de mi tío. Le hablo a él para que pueda decirle al Rey algo que me parece una evidencia innegable:

 - "Tío, el ataque de mi hermana es prueba de que mi padre no fue. El padre no necesita golpear a nadie para entrar en su casa. El golpe a Hypatia es evidencia de que fue alguien externo. Mi padre no fue, lo sé."

Deseo decirlo, deseo gritarlo mil veces al viento pero sé que no será bien recibido, tanto por contradecir al Rey y dejarlo de ignorante como por el hecho de que soy un bastardo y mi palabra vale menos que la de cualquiera. Mi tío Theron es la mejor persona para representarnos pues es un respetado general y aclamado en Micenas. Su palabra es verdad y su motivo siempre es honor, no pondría en duda su palabra.

Me quedo sentado, a la espera de la réplica del Rey mientras espero las palabras de algunos presentes que también quieran decir algo. Mis hermanos deben sentir lo mismo que yo y dudo mucho que guarden silencio, permitiendo un resultado tan injusto como la ejecución de un hombre inocente.

- Tiradas (2)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 9(+3)=12 (Exito)

Motivo: Historia Micenas

Tirada: 1d10

Dificultad: 10+

Resultado: 8(+3)=11 (Exito)

Notas de juego

Lógica 12

Historia Común (Micenas) 11

Cargando editor
13/10/2015, 09:14
Spyridon

Spyridon había esperado si alguien intercedía por su amigo. Al haber estado fuera no tenía mucha idea de lo que podría haber pasado aunque su confianza en su amigo era total.

El comentario de Theron le dió pie a intervenir. El rey temía a los dioses y no se atrevería a contradecirlos. Spyridon no era hábil con la palabra, pero tenía que intervenir por su amigo.

- Mi Señor, os ruego escuchéis las palabras del general Theron. No os ha hablado como su hermano al igual que ahora no os hablo como su amigo, somos dos generales a los que solo nos importa el futuro de Micenas.

- Aún siendo un crimen horrible que merece el castigo más cruel imaginable, no hemos escuchado ni asistido a ningún pronunciamiento por parte de los Dioses. Es por ello por lo que os pido prudencia, es peligroso desatar la cólera del Olimpo por no haberles consultado. El reo no va a escapar y podemos tenerlo detenido hasta que una señal divina nos ilumine el camino a seguir.

Y nos de tiempo a saber qué ha pasado realmente y si hay alguien detrás de este crimen que haya inculpado a Ptolomeo - pensó para sí mismo el general.

Hecho, se había puesto en evidencia ante su Rey y su comandante supremo Leander. Esperaba que hubiera valido la pena.

- Tiradas (1)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 3(+4)=7 (Exito)

Cargando editor
13/10/2015, 09:35
Ifianasa

Las noticias son fuego en una ciudad repleta de rumores y, aquella noche, se había prendido la llama que desencadenaría en hoguera por la mañana, como un incendio que avanzase sin impedimento alguno por los bosques secos del verano. La noticia del asesinato de la hermosa y querida Penélope no tardó en alcanzar todos los recónditos lugares de Micenas, quizá distorsionada por las bocas que iban, velozmente, predicando los hechos como si las personas que los contaran hubieran sido testigos presenciales en lugar de meros oyentes. 

Chispa a chispa, fue extendiéndose hasta llegar a los templos más humildes de deidades menores. Por ello, no fue extraño que Ifianasa se enterara rápidamente de los acontecimientos y fue aún menos extraño, dada su conexión con uno de los descendientes de Ptolomeo, que acudiera rauda al juicio que tenía lugar en el Megaron. 

Conocía a Ptolomeo como una sirvienta puede conocer al amo de otra: de lejos y sin mucho trato, siempre en segundo plano tiempo atrás, en las pocas veces que acompañó a sus padres en las transacciones que mantenían con el comerciante. Pero Ischyros le había contado más acerca de su padre y en la mente de la joven sacerdotisa no había lugar para el asesinato en la vida de Ptolomeo. ¿Por qué, aún embriagado, iba a matar a una mujer tan querida cuya muerte caería sobre él con la furia de todo el pueblo? 

Fue a Ischyros a quien primero buscó con los ojos al entrar al Megaron y allí lo vio, junto a su hermana y a su tío que conversaban en voz baja. El discurso del rey había provocado murmullos y comentarios entre todos los reunidos, pero solo unos pocos salieron en defensa del acusado con palabras extendidas de las propias frases de Alameo, palabras que coincidían con sus propios pensamientos.

Alameo había culminado su diatriba con una apelación a los dioses, y las divinidades parecían ser todo lo que tenían de momento los defensores para aferrarse. 

Si consiguen apelar al temor que el rey siente por los inmortales quizá consigan tiempo para demostrar la inocencia de Ptolomeo.

 

Y, así, ninguno de aquellos que amaban al comerciante tendrían que sufrir las consecuencias de un juicio acelerado. Ifianasa misma estuvo tentada de dar rienda suelta a su posición para apoyar a Theron, llegó incluso a adelantar un pie con intención de incorporarse y tomar la palabra. Pero los años como sacerdotisa y su ánimo fuerte no sobrepasaron los primeros años de educación a manos de su madre, que se impusieron, fijándola al asiento mientras el destino de un hombre se desarrollaba frente a sus ojos.

Y se odió por ello. 

 

 

- Tiradas (1)

Motivo: Logica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 10(+4)=14 (Exito)

Cargando editor
13/10/2015, 15:33
Lykaios

El día que su padre le encomendó dirigir la caravana en busca de nuevos géneros, no le hizo especial ilusión. Ahora era un hombre, con su propia familia, con su propio negocio. Pero la ocasión, podría reportarle grandes beneficios entablando amistad comercial, con los proveedores comerciales. Además de lo requerido por su padre, se hizo con un buen lote de telas, para exhibir en su tienda.

Así mismo, se encargó de retrasar la entrada en la ciudad, hasta bien avanzada la mañana. Para asegurarse que ciudadanos, comerciantes y gente influyente de la metrópolis, le observasen entrar por la puerta de los leones, escoltado por el mismísimo general  Spyridon. Algo que ahora en sus comienzos como mercader, no podría permitirse.

Henchido de orgullo, como un comandante regresando a su ciudad después de una gran victoria, se preparó recorrer las calles hasta llegar a la casa, en la que hasta hace no mucho, fue su hogar. Pero en las mismas puertas se encontraba uno de los criados de su padre, el cual le dio la terrible noticia.

Su madre había sido asesina, y su padre acusado y encarcelado por el delito.

Informó a su hermano Atreo, el cual le había acompañado en el viaje, y juntos regresaron raudos a la casa de sus padres. Por el camino, exigió al criado que le contase todo lo que sabía, sin pasar ningún detalle por nimio que este pareciera.

Una vez en la casa, se lavó rápidamente y se puso una camisa limpia. Debía estar presentable, pero sin parecer ostentoso. Por lo que desechó la idea de vestir la toga.

Su madre, Pénelope, lo era todo para el. Y el fuego de Ares recorría todo su ser, pero la calma era lo mas importante ahora. Se odiaba así mismo por haber estado lejos en estos momentos oscuros y rogaba a Hermes, por la mas pequeña información que pudiera revelar la verdadera imagen del verdugo de su madre. Pues aún con todas sus diferencias, sabía que su padre sería incapaz de realizar tales atrocidades.

Una vez en el megaron, en presencia del rey y la corte. Se mostró sereno y expectante, escuchando las palabras del monarca. Uno a uno iban soltando discursos en defensa de su padre. Mientras Lykaios, esperaba su momento.

_ Su majestad, rey Alameo. Comenzó el primogénito._ Renombrados hombres de Micenas, amigos de Ptolomeo, han hablado en su defensa. También mi hermano, un simple y leal soldado de su ejército. Y mas, que faltan por hablar. Todos ellos, hombres temerosos de los dioses. Con calma, hizo una pausa para poner a los oyentes en situación.

_ Todos piden una señal de los dioses que desvele la inocencia de mi padre. Pero, ¿quiénes somos nosotros para descifrar los designios de los dioses? Esa labor esta reservada para los sacerdotes, algo que su magestad, en su inmensa experiencia y sabiduría ya habrá obrado. Nuevamente hizo una pausa, que aprovechó para fijar su mirada en los hombres de la corte.

_ Hoy una ciudadana de Micenas ha sido... ultrajada y brutalmente asesinada, en el calor de su hogar. Una bella y buena mujer, una amada esposa y una queridísima madre, se le ha extirpado la llama de la vida por un cruel y sanguinario asesino, cuya naturaleza se ha de descubrir. De eso se trata todo esto, deseo al igual que su majestad, que que el peso de las leyes de los hombres...  Una vez mas, su mirada se dirigía a los hombres que formaban la corte real. Y la furia de los dioses, recaiga sobre el. Sin miedo, ahora su mirada estaba fija en Alameo.

En una ocasión, un soldado de la corte le dejó entrever la pasión del rey para con los dioses. Y no de todos era sabido, que no se aventuraba en batalla alguna sin consultar con los dioses.

_ Por ello, yo Lykaios, primogénito de Ptolomeo y Penélope, pido humildemente que este caso se resuelva con la calma y paciencia propia de los dioses y no con la celeridad típica de los hombres. Bajo su mando, oh rey de Micenas, hay hombres muy hábiles en la investigación, que con el suficiente tiempo podrán esclarecer y dar luz a este acto tan sombrío.

_ Apenas he tenido tiempo para conocer bien los hecho que se produjeron ayer por la noche, y por ello pocos argumentos en defensa de mi padre os expongo. Pero hay algo que me ha resaltado de todo ello. Según me han comunicado, mi hermana fue encontrada con inconsciente con un fuerte golpe en la cabeza. ¿Qué necesidad tendría Ptolomeo en ello, si solo necesitaba ordenarla que se fuera a sus aposentos? ¿ Por qué un hombre alejado de la bebida, se embriagó ante el pueblo la noche de los actos? Otra pausa,  que reforzó llevándose la mano al mentón en actitud reflexiva mientras sus ojos escudriñaban el suelo. Estas son algunas preguntas que rondan por mi cabeza, y sólo soy un humilde comerciante. 

_ Si su majestad considera oportuno iniciar una investigación, estoy seguro que hombres instruidos bajo su mando pronto encontrarán las pruebas necesarias para determinar lo sucedido. Mas allá de la palabrería de los hombres afines al reo.

Le había resultado realmente duro, exponer su punto de vista de forma calmada y civilizada. En su interior, solamente deseaba conocer el verdadero asesino y tenerlo a su merced. El si sabía que castigo sería el adecuado, para el hombre que le arrebató a su madre. 

 

- Tiradas (2)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 1(+5)=6 (Fracaso)

Motivo: Historia de micenas

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 9(+3)=12 (Exito)

Notas de juego

menuda tirada la de lógica. no se si podía hacer la de historia, por ello tampoco he apelado demasiado a los dioses.

Cargando editor
13/10/2015, 15:46
Akintos

El viaje junto a la caravana de Lykaios había sido vitalizante, una buena oportunidad para traer a Atreo de su reclusión y de aprender de Spyridon en un ambiente disinto.

Al retornar, lo que antes fuese para Akintos un precioso mar de verano se había transformado ahora en una oscura tempestad. La majestuosa ciudad de Micenas tenía sus muros teñidos de sangre, sangre de una criatura bella e inocente.
Así como las noticias llegaron, el joven escudero supo que su rol era de facilitador; como en tiempos de guerra, no debía dudar, no debía preguntar. Obediencia y rapidez, un buen hombre estaba siendo acusado injustamente, un gran amigo de su mentor, el padre de sus hermanos de espíritu.
Sin detenerse, con los cometidos ordenados por Spyridon como único objetivo, el elegido de Poseidón se encargó de que todo lo referente a la caravana quedase en perfecto orden y los sirvientes de Lykaios no tuviesen nada de que quejarse. Revisó por segunda vez cada detalle: los animales, el cargamento, los carros.

Cuando hubo terminado, siguió en silencio a su maestro hacia el Megarón. Cuando caminaba, ya sin encargos sobre sus hombros, pudo caer en cuenta de lo turbulenta que estaban las aguas, los rostros inflamados de ira de los miceniences decían mucho, pero no era eso lo que lo preocupaba.

Atreo, Lykaios y sobre todo Ischyros, los tres amaban a su padre, lo sabía, y la sucia situación del momento les concernía profundamente. Dentro del enorme recinto encontró sus rostros, todos rebosando sentimientos bajos.
Si Spyridon se lo ordenase, saltaría escudo y lanza al frente para sacar a Ptolomeo de allí, en realidad iría a morir desonrosamente y como un criminal, pero aún así lo haría. Despejó ese pensamiento de su cabeza y escuchó lo que se murmuraba luego de las palabras del rey que eran duras como piedras, pero sobre todo injustas.

- Los dioses decidirán el destino de los hombres... no será el rey quien impartirá justicia - clamó dentro suyo.

Sabía que no era quien para elevar su voz en tan importante recinto, por lo que esperó a que su maestro dejase de hablar con el monarca antes de decir nada.

- Tiradas (1)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 6(+3)=9 (Exito)

Cargando editor
13/10/2015, 20:57
Dareios

Las horas de aquel día habían desaparecido y seguían desapareciendo mientras avanzaba entre las nieblas de la desesperación. Dareios había sido informado por su propio tío de la muerte de su madre y aquello había devorado sin piedad su aliento. Dada la situación, se le permitió abandonar sus entrenamientos para acudir al juicio de su padre.

No parecía que pudiera retener ninguna idea concreta, solo la de la muerte de su madre. Pensaba en lo descabellado que era que su padre cometiera aquel acto, intentaba imaginar la escena y se sentía incapaz de hacerlo.

Cuando se reunió con todos sus hermanos, miró fijamente a Lykaios y observó en sus ojos el dolor por la perdida de su madre. Él como hermano mayor sin duda alguna parecía más entero lo que hizo que Dareios se estirara e intentara parecer no menos afectado, sino más cuerdo de lo que estaba.

El rey hablaba y condenaba a su padre como si fuera una bestia, pero allí no había nadie así. Su familia y amigos salieron en su defensa uno a uno, enfrentándose a una ciudad deseosa de ver correr la sangre por la muerte de una persona querida por todos-Malditos, queréis olvidar vuestra perdida con el dolor de mi padre, pero solo es un rasguño comparado con nuestro corazón arrancado, que solo puede ser remendado con la justa venganza-pensaba Dareios mientras observaba a los presentes.

Estaba deseoso por hablar, por demostrar que ya era un hombre capaz de alzar su voz, pero Lykaios habló antes que él y Dareios se dio cuenta que aún debía esperar para hablar, aún no estaba preparado. Su hermano sabía manejar las palabras y él solo era un joven furioso que podría empeorar las cosas así que observó cómo se movía, cómo miraba a los presentes y cómo usaba lo que muchos ya sabían del rey para conseguir algo de tiempo para su padre y la posibilidad de encontrar al verdadero culpable.

-Y cuando lo encontremos, aunque mi vida vaya en ello, le ensartaré con mi lanza hasta ver cómo muere.

- Tiradas (1)

Motivo: Lógica

Tirada: 1d10

Dificultad: 7+

Resultado: 5(+5)=10 (Exito)

Cargando editor
14/10/2015, 21:24
Alameo

Ante las palabras del rey se hizo un silencio a la espera de que se pronunciara alguna voz, y aunque muchos consideraban inaudito que pudiese alguien oponerse a la muerte de tan despiadado y malévolo hombre, sabían de algunos que no dudarían en hablar. Por ello ante las palabras de Atreo, hijo del acusado el silencio de mantuvo a la espera de la respuesta del rey Alameo.

-¿Como podemos estar seguros? Discúlpenlo señores, el amor su padre le ha cegado la cordura- exclamó el rey con una sonrisa generando un sin fin de murmuros de desaprobación en contra del joven.

Cargando editor
14/10/2015, 21:24
Zorba

Fue entonces cuando Theron, general respetado de Micenas impuso sus palabras. Las palabras de aquel hombre aunque era respetado, fueron desechadas por muchos pues se trataba del hermano de Ptolomeo y por ello era obvio que saliera en su defensa. No obstante, sus palabras finales habían sido formuladas de forma sagaz, como una trampa en el aire que podría hacer dudar a la gente con facilidad. Y eso Zorba, consejero del rey lo sabía con claridad.

-Y no sería mas bien lo contrario, si obraremos mal, la ira de Zeus caería sobre nosotros. Este hombre es culpable y no debe quedar duda de ello en nuestros corazones. Si este hombre queda impune, el juicio de Zeus no solo caerá contra el, sino también contra toda Micenas-. Aquel hombre sabía como mover a la gente y esta vez lo había conseguido, pues los ciudadanos, temerosos de la ira de los dioses, olvidaron fácilmente las palabras de Theron.

Sin embargo, la sonrisa de Zorba se esfumó rápido cuando Spyridon, el segundo general mas importante de toda Micenas, solo detrás de Leander se formuló también para apoyar a Theron apelando de nuevo a los designios de los dioses. Leander estaba muy molesto por ello, lo entendía de Theron al tratarse de su hermano, pero no de Spyridon, la amistad no podía estar por encima de la obediencia al rey, y eso era algo que Leander no toleraba en lo absoluto. Su instinto inmediato fue desenfundar su espada y estaba apunto de dar una orden cuando el rey lo detuvo.

Cargando editor
14/10/2015, 21:25
Alameo

-Dejalos hablar, veamos que mas tienen que decir acerca de la culpabilidad de este hombre y los designios de los dioses-. Dijo el rey desafiante y seguro de si mismo. Pero las palabras de Lykaios, cargadas de inteligencia y sabiduría rompieron también el control del rey quien orgullo de si, había picado el anzuelo. -No habrá investigación alguna- exclamó furioso, -no hay en Micenas mayor certeza que mi palabra- expresó aun cargado de furia pero en ese momento fue Zorba quien intervino para hablarle al oído.

El recinto había quedado de nuevo en silencio, todos a la esperaba de las palabras del rey, pero la semilla ya estaba sembrada y ya algunos hablaban al respecto de la posibilidad de esperar una señal. Aunque para otros las señales de aquella mañana ya eran suficiente prueba. Tras reír fogosamente con su consejero por algo complaciente que este le habría dicho, el rey avanzó hasta ponerse frente a todos, y extendiendo las manos, les habló. -Si este hombre es inocente, entonces los dioses estarán con él y se pronunciaran para con sus amigos para esclarecer todo esto. Soy un hombre bondadoso y temeroso de los dioses; es por ello que nuestro pueblo a sobrevivido a las guerras y a alcanzado de nuevo su gloria- expresó en un intento por ir jalando a la gente en sus palabras. -Si estos hombres dicen que Ptolomeo es inocente, no podemos creerles, pues el amor lo que los mueve. Pero si esto fuese verdad, entonces los dioses no dudarían en pronunciarse en su favor ante cualquier prueba que se les pusiese enfrente para probar la inocencia de este hombre. Y yo rey de Micenas, he decidido eso, si, este hombre es inocente, entonces cualquier prueba que ponga yo a ellos para demostrar la inocencia de Ptolomeo, habrán de cumplirla con éxito pues los dioses del Olimpo estarán con ellos-. Y con ello todo estaba dicho, los familiares de Ptolomeo lo habían conseguido, al menos en apariencia. Si sus palabras eran ciertas y carecían de engaño, el rey habría de ponerles una prueba para demostrar con la ayuda de los dioses la inocencia de Ptolomeo. Pero el problema ahora era que, si el rey era lo suficientemente astuto, habría de ponerles una prueba tal que simplemente no pudiesen cumplir. Ya no había marcha atrás, fuese lo que fuese tendrían que intentarlo. Sin tan solo pudiesen contar realmente con la ayuda divina, entonces podrían conseguirlo.

Notas de juego

Todos: Continuamos. Sus personajes pueden de nuevo expresarse si lo desean, no he culminado con todo a fin de no cortarles la oportunidad de decir algo. Igual, si puedo, responderé rápido.
Todos: Como comentario a futuro, no olviden que la fama y las virtudes se empiezan a ganar desde ahora.

Cargando editor
15/10/2015, 02:16
Ebalo

El guerrero espartano está en una de las últimas filas presenciando el juicio. Está de pie, apoyado el codo en el escudo, y el puño en la barbilla, ligeramente inclinado. Sigue con interés todo lo que allí acontece. Lejos de su pensamiento tempranero, cuando Apolo despertó, teñido en sangre de enemigos, estaba el presenciar todo aquello.

Su rubia melena brilla y su semblante tranquilo pasa la mirada por todos aquellos que hablan por turnos para defender a quien su rey ha sentenciado a muerte. Sin duda hablan con la boca de corazón, pues están atando su vida a la del reo. El rey parece sabio y les deja hablar casi sin trabas, sin duda, poderosos intereses comerciales tiene esta familia en la ciudad.

Spyridon, se encontraba allí también y hablaba en favor del acusado. Si es la mitad de buen estratega de lo que dicen, en algo estará ya pensando. Tengo ganas de tomar unas copas con él y conocerlo.

Llevo dos días en esta ciudad y mi bolsa baja al ritmo que sube mi aburrimiento. No descarto en un futuro inmediato tener que dedicarme al noble arte de apropiarme de lo ajeno que no esté correctamente vigilado y poner en evidencias los errores. Y sí, eso puede incluir alguna esposa solitaria.

Tamborileo suavemente con los dedos en el escudo una desvergonzada canción sobre unas sacerdotisas bereberes y un ánfora de miel.