Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

20. Las amantes de las arañas

Cargando editor
07/01/2013, 20:06
Madame Van Doren

-Te queda un poco grande... Vas a necesitar comer unas quimeras para llenarlo como antes, pero no está mal, me recuerdas a un tal Ed el Rojo -se sonrió.

Van Doren le condujo a su habitación y cerró la puerta para tener algo de privacidad. En el feudo siempre había muchos ojos y oídos y prefería prevenir antes que curar. La pooka sacó el libro del bolso y lo abrió con cuidado sobre la mesa para leerlo.

-Puedes usar el baño si quieres seguir mirándote al espejo -dijo antes de prestar atención a las palabras.

Cargando editor
07/01/2013, 20:15
Eddie Castle

-Hum. Menos mal. Empezaba a pensar que había engordado -dijo Eddie palpándose el estómago. Dejó que Van Doren se sentase a la mesa y él se recostó en la cama con un pie sobre la colcha y otro en el suelo. Los pinchos del hombro se clavaron en la almohada y el alambre de espino en las sábanas-. No, gracias, aquí estoy bien.

Van Doren empezó a leer y descubrió ante sí un hechizo de protección contra enfermedades. Consistía en la invocación de un espíritu guardián que se alimentaba de la enfermedad y libraba a sus protegidos de ella. El hechizo era antiguo, tanto que podría haber sido escrito antes de la Ruptura, cuando las leyes de la magia feérica eran mucho más libres que ahora.

Cargando editor
07/01/2013, 23:16
Madame Van Doren

La pooka tembló al ver como Eddie destrozaba sus preciosas sábanas en un simple movimiento.

-¡¿Pero no ves que estás atrevesando la cama?! -exclamó haciendo esfuerzos por contenerse y no hacer con Eddie lo que hiciera a la escoba de Bernardette-. Ven aquí y ayúdame. Déjame ver esos pinchos.

Van Doren frunció el ceño. O Garin había hecho algo mal o no es oro todo lo que reluce. La pooka volvió la página adelante y atrás para ver si existía algo que le facilitara las cosas con la quimera, pero al no ver nada puso la mano sobre el grabado del monstruo y cerró los ojos esperando a que Eddie se acercase. En parte no queria volver la mirada hacia la cama y ver el destrozo.

-No es oro todo lo que reluce... -murmuró concentrándose, imaginándose aquella figura grande y negra en su cabeza y tratando de ver lo que se encobraba a su alrededor-. Pero toda sombra es oscura.

Después observó su reflejo en el metal del pincho.

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/01/2013, 23:46
Eddie Castle

-¡No me grites, hostia! -contestó Eddie entre dientes mientras se levantaba. Uno de los almohadones se fue con él. El redcap tuvo que esforzarse por contener la risa mientras se lo despinchaba de la hombrera-. No pasa nada, ¿ves? Nada que no pueda arreglar el mayordomo.

Tiró la almohada sobre la cama. Se acercó a Van Doren con pasos retumbantes y le hizo una caricia leve en la barbilla.

-Perdona. No me acostumbro a estos pinchos, joder. Tu cama está bien. De todos modos, tampoco la usas mucho, ¿no?

Cargando editor
08/01/2013, 00:20
Narración

En el largo y plateado pincho, Van Doren observó la figura larga y delgada de Garin. El sluagh andaba por las alcantarillas arrastrando una pierna herida y sujetando en una mano el cañón que le había robado al nocker el día anterior. Concentrando su poder adivinatorio, la pooka pudo tener cierta idea de a dónde se dirigía el sluagh: a su madriguera bajo tierra, situada en las alcantarillas a la altura del parque Buena Vista, no muy lejos de allí.

- Tiradas (1)
Cargando editor
08/01/2013, 02:33
Madame Van Doren

Van Doren ignoró el comentario de la cama decidiendo no volver a pensar mal, pues quería guardar la integridad de su mano, y se levantó de golpe. La pooka cogió sus cosas y se dirigió hacia la puerta.

-Nos vamos. ¿Has traído coche o algo?

Cargando editor
08/01/2013, 02:48
Eddie Castle

Eddie asintió y la siguió de camino a la salida. Por el camino se cruzaron con Bernardette, que les dirigió la mirada más torva de la historia. Eddie ahogó una carcajada y de camino al coche preguntó:

-¿Qué le has hecho? Entiendo la mirada que me ha echado, pero a ti también parecía querer meterte la espada por el culo.

Cuando Van Doren le dijo a dónde irían, ya dentro del automóvil, Eddie soltó un par de tacos. Parecía tan poco dispuesto a darse un chapuzón en las alcantarillas como la pooka, pero aún así arrancó el coche y se dirigió al parque. De camino, Eddie murmuró sin apartar la vista de la carretera:

-Ser un idiota es uno de mis muchos talentos, pero creo que ya he sido un idiota contigo para varias vidas. Así que perdona lo de anoche, anda.

No dijo nada más hasta aparcar. Buscaron la tapa de alcantarilla más cercana y Eddie, tras asegurarse de que nadie miraba, la abrió. Dejó pasar a Van Doren primero, que pudo comprobar de primera mano lo difícil que era bajar por escaleras de mano con un vestido, y luego cerró después de hacer lo mismo.

Allí abajo el ambiente apestaba a humedad y a suciedad más que a excrementos. Los canales servían para recoger el agua de lluvia y llevarlo al mar o a las depuradoras, pero aún así los depósitos (hojas podridas, basura y algún animal muerto) olían mal. Eddie arrugó la nariz y enseñó los dientes.

-Como cita, esto puntuaría en una mierda asquerosa. Y aún así es mejor que aquella vez que fuimos a aquel restaurante afgano, ¿te acuerdas? Era mejor ir de visita al ala de quemados de un hospital que oler lo que salía de la cocina.

Cargando editor
08/01/2013, 15:43
Madame Van Doren

-No hace falta que te disculpes -dijo, aunque esperaba que Eddie dijera aquellas palabras desde hacía un buen rato-. Es agua pasada.

Parpadeó varias veces y arrugó la nariz cuando el olor del fondo de aquel agujero le golpeó las fosas nasales. Más le valía a Garin estar ahí abajo, porque si no de quién iba a tener que empezar a huir iba a ser de ella y no de la quimera. La pooka descendió no sin dificultad debido a los tacones y esperó a que Eddie la siguiera.

-Me acuerdo... -fue lo único que dijo Van Doren, incapaz de dejar de mirar el repugnante fango-. ¿Por qué me tiene que tocar esto a mi? Malditos sluaghs y sus madrigueras asquerosas.

La pooka se estremeció sin atreverse a moverse de la seguridad de la plataforma de cemento.

Cargando editor
08/01/2013, 15:51
Eddie Castle

-¿Necesitas que te lleve en brazos? -preguntó el redcap con tono irónico. Sacó de su bolsillo un mechero y lo encendió para iluminar el camino-. Vamos, Madame Van Doren, mueve ese culo.

Eddie echó a andar por la estrecha cornisa de cemento produciendo un sonido rítmico con cada pisada. Vigiló que Van Doren le siguiera, y cuando juzgaba que iba demasiado despacio se lo reprochaba. Cuando llegaron a una intersección más oscura, Eddie le hizo una seña.

-Sangre en el suelo. -Eddie se agachó para tocarla con un dedo e hizo ademán de llevársela a la boca, pero se lo pensó mejor y se limpió en los pantalones-. Está tibia. Y el rastro va en esa dirección...

Cargando editor
08/01/2013, 16:00
Madame Van Doren

La pooka resopló y siguió al redcap. Cuanto este encontró la sangre asintió y desenganchó el brazalete de su antebrazo para que el látigo de cuero cayera libremente hasta el suelo. Prefería estar preparada por lo que pudiera pasar. Van Doren se adelantó unos pasos y se agarró al brazo de Eddie para sentirse más segura; aquel sitio no le gustaba nada y olía muy mal, era incapaz de concentrarse en nada que no fuera en las manchas de sus zapatos.

-Vamos.

Cargando editor
08/01/2013, 16:07
Narración

Eddie aceleró el paso siguiendo las manchas de sangre del suelo, cada vez más evidentes. Cuando vieron a lo lejos la silueta de Garin, cojeando, el sluagh se volvió con ojos brillantes como botones y les amenazó con el cañón de su muñeca.

Cargando editor
08/01/2013, 16:20
Garin

-¡Basta! ¡Ni un paso más! -Los susurros de Garin resonaron en el corredor. El sluagh se cogió la muñeca tembloroso y los apuntó-. Os dispararé.

Cargando editor
08/01/2013, 16:24
Madame Van Doren

-¿Qué me dispararás? ¡Da gracias a que no te parta la cara de un latigazo después de haberme hecho pasar por un río de mierda! -contestó Van Doren revelando su identidad y pensando en que lo que le faltaba era un agujero más para rematar la semana-. Mira Garin, llevo un mes buscándote sin descanso, así que baja ese arma y vayámonos de aquí antes de que se nos coma tu sombra.

Cargando editor
08/01/2013, 16:29
Eddie Castle

-¡Tú! Has sido tú el que ha matado a Dung, ¿verdad? -gruñó Eddie dando un paso adelante. Garin levantó el arma y le apuntó a él-. ¿Me vas a disparar? Yo no soy un mecánico flojo al que puedes matar fácilmente. En cuanto aprietes el gatillo estás muerto, capullo.

Para demostrar que iba en serio, Eddie sacó los dos machetes y los sostuvo en las manos.

Cargando editor
08/01/2013, 16:32
Garin

-No, no fui yo, fue la quimera... La-la sombra... Yo no quería, pero me persigue.

Eddie dio dos pasos más y Garin disparó por encima de su hombro. El redcap se movió, miró la quemadura de la pared y enseñó los dientes, furioso. El estallido del disparo provocó un gran eco en el corredor de la alcantarilla... que fue sucedido por pisadas...

-Oh, oh, mierda, ya están aquí...

Cargando editor
08/01/2013, 16:37
Madame Van Doren

A Van Doren se le paró el corazón un instante cuando escuchó el estallido, pero volvió a respirar al ver que todos seguían intactos.

-Como no te maten ellos te juro que te vas a arrepentir de haber hecho eso -dijo entre dientes acercándose a el y preparando el látigo-. ¿Quién viene? Porque eso no suena a sombra. ¿A quién más has cabreado?

- Tiradas (2)
Cargando editor
08/01/2013, 16:48
Narración

-Voy a cortarte en pedazos -anunció Eddie avanzando hacia el sluagh. La estampida súbita a sus espaldas le hizo pararse-. ¿Qué coño es eso?

-Las otras, son las otras -dijo Garin-. Las Plagas.

Al otro lado del corredor aparecieron dos hombres tosiendo y vomitando bilis. Pero, del lecho de agua sucia, otra cosa se elevó... Un enorme cocodrilo albino como sólo existía en las leyendas urbanas. Garin soltó un chillido y disparó al cocodrilo, que recibió el impacto de un rayo en el costado y rugió de dolor. Los hombres enfermos tosieron en dirección al sluagh, que respondió con otro chillido.

Eddie soltó un rugido y lanzó un machetazo al cocodrilo desde su posición. El arma rajó el morro al animal, pero no se vio detenido. Le devolvió el mordisco, pero el redcap se echó atrás en el momento adecuado.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Garin 16, Quimeras 15, Eddie 14, Cocodrilo 13, Van Doren 1

Cargando editor
08/01/2013, 17:18
Madame Van Doren

Van Doren se sintió tan superada por el olor, las toses y el cocodrilo saliendo del mar de mierda que se mareó. Siendo incapaz de reaccionar se subió el pañuelo hasta que se tapó la nariz y la boca para intentar no vomitar. En ese momento no se maldijo porque se le hubiera caído colonia de más en aquella tela unos días antes.

-Garin, ¡aléjate de ellos! ¡Pretendo llevarte sano y salvo de vuelta al feudo! -exclamó agitando el látigo hacia uno de los enfermos que acosaban al sluagh. Confiaba en que Eddie pudiera distraer al cocodrilo, y no le venía mal algo de acción en solitario.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 éxito, para variar.

Cargando editor
08/01/2013, 17:32
Narración

Garin, asustado por las toses, disparó a la quimera que tenía más cerca, la misma a la que había herido Van Doren. El rayo atravesó al hombre enfermo pero distó de enviarlo al suelo. La otra escupió una flema que impactó a Van Doren en el brazo. De inmediato, la pooka se sintió algo más mareada y la garganta empezó a picarle. Eddie, por su parte, saltó sobre el cocodrilo sin dudar y le asestó un tajo en la base del cráneo. La carne nauseabunda se abrió y empezó a brotar la sangre. El cocodrilo se debatió y trató quitárselo de encima. Se revolvió y le dio un coletazo al redcap, que cayó al agua con un gruñido.

- Tiradas (5)
Cargando editor
08/01/2013, 18:14
Madame Van Doren

Van Doren retrocedió asqueada y volvió a agitar el látigo en dirección de la quimera que le había lanzado aquel repugnante vómito.

- Tiradas (1)

Notas de juego

HIJO DE LA GRAN PUTA. Ejem.