Os llegan unas imágenes extrañas, era Austrión con otros dragones que no conocéis pero que habéis oído hablar. Veis desde la visión de Negro por el dia riendo con todos y apiadándose de los demás,por la noche sonriendo como un vil asesino junto a otros tres dragones que no podéis llegar a ver pues están cubiertos por brumas.
¡Pensad con la cabeza y ayudadme!
Grito en voz alta, no obstante, ya sé que estas peleas se pierden en la nada, y en una o dos muertes.
Continúo murmurando mis palabras arcanas, canalizo toda mi magia, sin miedo o temor a ser consumido por la estatua...
¡Etéreo!
Grito. No puedo evitar mirar al dragón Púrpura, va a caer en el olvido... Tengo que darme prisa.
Por todos los ancestros, toma mi vida si es necesario... Pero termina con esto ya.
Recuperandose del impacto recibido, Tyrillax convoca a los huesos de Austrión, atrayendolos hacía el. Sumándolos a su estructura corporal, ganando así mas fuerza y tamaño.
MURMUR, ¡DETENTE! Hermanos, debemos detener a Draënathor. Es hora de olvidar diferencias y concentrar nuestras fuerzas. Es un traidor a nuestra raza, su verdadera naturaleza por fin ha sido revelada.
¡ATACAD!
Y tras sus palabras, con fuerzas renovadas, se lanzó de nuevo al ataque.
¡POR AUSTRIÓN!
- Maldito traidor, ¡Acabaras muerto! .- Vuelvo a lanzarme contra él.
Etéreo embiste a el dragón negro mientras grita a la dragona:
¡Sal de aquí! ¡Esto está fuera de tu poder!
Y mucho me temo que también del mío - pensó. ¿Que estaba pasando? ¿De donde salía semejante poder?
Acto seguido intentó acercarse a Murmur, a toda velocidad.
¿¿Que está pasando, Murmur??
¡La estatua absorve nuestra energía! ¡Y vibra! ¡Quizás así podamos liberarla! ¡O unificar nuestras fuerzas!
Digo en un grito antes de volver a centrarme en mis palabras arcanas. Cierro los ojos, heridas profundas se abren en mi piel, estoy concentrando, consumiendo, mi propia energía vital para transferirla... No sé si es lo correcto, pero algo me dice que sí.
Intento resistirme al aura de Draënathor con todas mis fuerzas, para tratar de impedir el combate, cuando la visión me asalta y me deja unos segundos indeciso mientras asimilo lo que he visto:
- Tú ayudaste a matar al anterior concilio, maldito hijo de puta, arrancaré tu negro corazón y me lo comeré.
La estatua comienza a deslumbraros mientras el suelo en derredor se agrieta y,algunas losas,comienzan a hervir.
Una bruma rodea al dragón negro,es una niebla corrosiva,pegajosa y opaca que solo deja ver sus ojos pues son mas oscuras aún.
La bruma comienza a tragarse a Purpura que pasa de dar dentelladas a gritar...
Aunqué esté en desventaja contra el negro no me retiro y sigo combatiendo contra el
Morirás en nombre de los antiguos dragones y sus espíritus serán vengados, tu piel la convertiremos en tapices para nuestras cuevas y tu sangre regará Austrión bestia inmunda
Ahora es cuando la, palmo, XD al menos mi incesante parloteo sirvio para descubrir a un traidor
Tyrillax medita durante un instante las palabras de Murmur.
Te daré un voto de confianza, Murmur. No me decepciones.
¡Id todos a la estatua, yo lo entretendré
Es entonces cuando la bruma comienza a devorar a purpura. Sin pensarselo dos veces Tyrillax acude en su ayuda. Pues aunque la dragona no es de su agrado, no merece la muerte a manos de un traidor.
Recuerdo que cobre y yo tambien nos hemos lanzado (otra vez) a luchar xD
Pero, ¿que pasa con esa dragona? Maldita prepotencia de la juventud...
¡¡¡Crisophylax!!! ¡Sal de ahí! ¡No puedes ganar esta batalla!
Etéreo se tranquiliza al ver que el dragón de hueso va en ayuda de la dragona y, haciendo caso a sus palabras, se dirige hacia la estatua a toda velocidad.
La bruma comienza a solidificarse en forma de tentáculos que salen disparados a todos los presentes,los agarran,los consumen y comienzan a disolverlo.
el olor a carne quemada y putrefacta inunda vuestras fosas nasales.
Si consigo romper el abrazo del aura de Draënathor, despego dando un poderoso salto para poder volar y lanzarme sobre Crisophylax a toda la velocidad que me permitan mis alas para intentar sacarla del aura corrosiva de Draënathor, mi arma de aliento también es un chorro de ácido, por lo que debería darme algo de inmunidad a su maldita aura.
¡Dejad de haceros los héroes maldita sea! ¡TODO EL MUNDO A LA JODIDA ESTATUA! Yo ya he vivido suficiente, vosotros aún tenéis trabajo que hacer
¡A LA ESTATUA YA!
Gritó Tyrillax mientras se abalanzaba con su nueva envergadura hacía el dragón negro. Clavando sus garras de hueso tan profundas que no volvería a ser despedido de nuevo.
Aún siendo consumido no ceso en mi empeño. Extiendo mis manos, pronuncio unas últimas palabras oscuras.
Mi cuerpo escupe un chorretón de sangre, siento cómo todo mi poder mágico me abandona hasta los dedos para entrar en la estatua...
Y exhalo el que, posiblemente, debería de ser mi último aliento.
Ignoro al dragón de hueso y sigo luchando.
El aura ahora era como un muro de putrefacción. Cuando Tyrillax lo toca lo único que consigue es unirse un poco,un humo sale de sus huesos que comenzaban a perder la magia que los rodeaba y a desintegrarse.
Cuppertino vuela contra el aura y se estampa contra ella siendo despedido.Al igual que ocurre con el Dragón Marino
Desde el interior sonidos de los gritos de Purpura,gritos de dolor e impotencia.
Maldita sea, no me caia bien, pero tampoco quiero que muera. Me siento impotente. Intento rugir pero lo unico que sale es una debil palabra:
- No...
Veis una noche sin luna donde sentís una gran ansiedad,estáis dentro del Dragón Negro. Estáis preocupados por esa maldita dragona verde que no para de revivir y se ha erigido como Señora de la Muerte. Lo va a descubrir,lo sabe y sera su final.