Partida Rol por web

Se os ha convocado a ambos a la sala del trono. En ella están esperandoos la Reina Yavanna y su consorte el rey Onikyol junto a su hija de dos años, Maira, una semidragona. Pese a su corta edad Maira tiene su aptitudes mentades desarroladas al nivel de niños humanos del triple de su edad. Es común verla en la corte junto a su madre pues sus padres siempre han considerado que es muy positivo para su desarrollo y aprendizaje de aptitudes que podrían servir en el futuro.

No hay nadie mas en la sala del trono por lo que ya asumis que el asunto del que hablareis tiene una importancia crítica. La reina está sentada en el trono con su hija en las rodillas mientras que el dragón esta en el balcón, mirando lo que sucede fuera.

Has cruzado alguna vez palabras con la semielfa, sabes que trabaja para la reina, si bien sabes que realmente todo agente que trabaje para alguien en el reino trabaja en realidad para Onikyol, lo sepa o no. Algunas familias nobles cayeron en desgracia al descubrirse su complicidad con los actos del rey, por lo que sabes Dylihiel estuvo un tiempo exiliada por causa de estas y solo hace un año pudo volver.
 

Onikyol es un tipo misterioso, por mucho que hable de si mismo no puedes evitar tener la sensación de que por cada cosa que cuenta sobre si mismo omite unas diez. Siempre parece tenerlo todo controlado y desde luego sabes que es practicamente imposible hacer nada en esta ciudad sin que él se de cuenta. Ya sea mediante sus agentes, mediante su magia o una combinación inteligente de ambos nada escapa de su mirada. Sus capacidades administrativas y su liderazgo han hecho que su condición de dragón cromático importe mas bien nada a los ciudadanos de Viljahelm, pues gracias a él se vive en un lugar prospero.

En cuanto al agente que ha sido convocado junto a ti, Richard Kidney, apenas has cruzado alguna que otra palabra, pero sabes que trabaja para Onikyol y solo para Onikyol. Tambien sabes que participo en los eventos de hace dos años que supusieron un cambio radical en la situación de viljahelm.

Al entrar en la conocida sala no puede evitar recordar la primera vez que la pisó, y sus compañeros de entonces. Esperaba que esta vez la semielfa fuera mucho más cooperadora que los anteriores, ya que al parecer iban a trabajar juntos, si no, no habría tenido una audiencia, solo habría recibido ordenes, como siempre. Pese a haber escalado bastantes posiciones "extraoficialmente" sabía donde se encontraba, así que no olvidó el decoro y las "genuflexiones" que debía dar en presencia de la realeza.

Así que con una practicada reverencia. Sus majestades, y por supuesto, princesa. Añadió un guiño y una sonrisa al hablar con la chiquilla, le gustaban los niños inteligentes y por el momento no había demostrado ninguna señal de hecharse a perder, así que de vez en cuando la mimaba con historias(muchas inventadas, otras no tanto) y algún que otro regalo de fuera del castillo que podía parecerle gracioso y que seguramente no conocía siquiera su existencia.

 Me han mandado llamar y aquí estoy. Bien acompañado si puedo añadir. Y no mentía, la semielfa le parecía atractiva, siempre le habian gustado las pelirojas, bueno, en realidad no le hacía ascos a casi nada que fuera de buen ver, incluso de otras razas.
 

Avanzo por la sala del trono en compañía de Kidney, junto a mi, el único convocado a esta íntima reunión. Intuyo que debe ser alguien de confianza para la corona y se que estuvo involucrado en acontecimientos importantes en los últimos años, pero desconozco hasta donde llega su implicación en ellos.

No se me escapa el halago que recibo de parte de mi acompañante, al que sonrío agradada- Puedes, y debes añadir, que yo lo aceptaré ruborizada -me fijo entonces en la pequeña princesa, a la que hago un gestito con la mano para saludarla, y aunque no muestro otra cosa que una amable sonrisa, siento lastima por la pequeña- Se alaba su madurez, pero para mi es algo que llega más pronto de lo previsto, y aunque lo intenten, su infancia y sus oportunidades de ser inmadura y locuaz se echarán a perder bajo el peso de las responsabilidades reales.

Imito a mi manera los buenos modales de Kidney, y aunque podría hacerlo mucho mejor, enfatizo la coquetería de mi reverencia, sin llegar a resultar burlesca u ofensiva- La etiqueta y buenos modales es algo que dominé en el pasado, ahora me resultan algo tedioso y aburrido -me dirijo a la reina con cortesía- Os traigo saludos del templo de Olidammara -lo cual tendría menos gracia si no fuesemos errantes, ni careciesemos de templos- A vuestro servicio, majestad.

- La primera reunión del Concilio Rojo como tal se celebrara pronto. - os dice la reina mientras la princesa en sus rodillas suelta una risita- Las naciones aliadas aportaran agentes de gran talento al servicio del concilio. Hemos pensado en vosotros pero dado que mi esposo y yo representamos facciones distintas en el Concilio uno de vosotros sera un agente de un bando y el otro de otro. Mera formalidad, pues realmente todos los integrantes del concilio buscamos un mismo objetivo.

Onikyol se gira hacia el salón arqueando una ceja.

- En verdad, que sirvamos a un mismo objetivo es un decir, claro que algunos son de fiar, como el Rey Hipostratos de Ática pero otros, como Salmanasar son de fiar en otro sentido. Puedes confiar en que nos traicionará si ve algún beneficio potencial... En fin, he conseguido una alianza estable del Concilio Rojo y mi madre, ella no es tan fuerte como Junah pero sin duda es el mejor aliado que podemos tener. Despues de todo ella es la segunda mas fuerte de los Seis.

- Eso significa que ambos colaboraremos muy estrechamente, una oportunidad interesante -la idea de que nuestros valedores tengan la ventaja de enviar a dos agentes en lugar de uno me ayudará- Al menos ya se de alguien en quien si puedo confiar sin excesivas reservas entre los futuros agentes del Concilio Rojo, Onikyol no parece tán necio como para traicionar a su esposa, perdería el apoyo de todo un reino, y tengo serias dudas de que no controle ya su voluntad, aunque no por arte de magia, más bien, efectos secundarios de su enamoramiento -sonrío a mi compañero, bromista- Salvo que tengan alguna discusión de pareja, en ese caso desconfiaremos el uno del otro y fingiremos mirarnos mal hasta que se reconcilien -sigo sonriendo, pues reirme sería demasiado descarado.

Espero a que mi acompañante añada algo, si es que quiere decir más, e intento averiguar que más solicitan de nosotros, algo que seguro a él también le interesa- Estaré encantada de servirla, Su Majestad, pues se que sabrá recompensar a mi templo, y a mí. Entretanto, será un placer ayudarla y estaré a su disposición en lo que estime, hasta la reunión del Concilio Rojo -pues sospecho que no nos convocaron con tanta privacidad solo para contarnos que fuimos escogidos.

Tras saber la que sería su misión Richard entró rapidamente en modo trabajo.

Bueno, ¿que clase de libertades podemos tomarnos?¿Oro para sobornos?¿quienes són esos agentes y que sabemos de ellos? Ya que es el líder del concilio tal vez sepa que tipo de misión nos van a encomendar, para prepararnos y eso.

Después de la descarga de preguntas espero respuestas, pero recuerdo donde estoy. Eh, bueno, si nos diera instrucciones por escrito sería más facil recordarlas.

Vaya espía estoy hecho... hablando de esto aquí abiertamente.

Antes de que Onikyol tenga tiempo de responder a Richard alguien entra por el balcón. Mide el doble que un humano corriente y de su espalda surgen alas emplumadas. Esa mujer transmite un aura de santidad palpable en el aire.

- Onikyol, siento interrumpirte, pero es urgente. Konahrik el Conquistador ha sido avistado al este, a la velocidad que va estará aquí en una hora.
 

Se nota algo de nerviosismo en la expresión de Onikyol, el cual saca un libro que Richard reconoce, el Tomo de Aether.

- Dos días antes de lo previsto... esto no es nada bueno. ¿Los componentes de la trampa están completados?

Onikyol empieza a mover las paginas del libro, no sabeis si es un tic nervioso o si realmente esta buscando algo concreto.
 

Miranda intenta exponer la situación con la mayor calma posible, pero se nota que ella tambien está nerviosa.

- Solo los de la primera fase, y no del todo, el ritual es complejo,no es que me sea dificil de entender pero requiere mucho tiempo y mucha paciencia.

- Sera suficiente -dice Onikyol recuperando la calma y girandose hacia vosotros, ha dejado de mover las hojas del libro y con los dedos guarda una pagina concreta- Sacad a la reina y a la princesa de la ciudad. Miranda, activa la fase uno y luego avisa al barón de que debe evacuar la ciudad entera, hasta el último de sus habitantes...

Vaya, empiezo a sentir envidia, ojalá a mi me dejaran expresarme así de bruscamente con la corona.

- Si... porque si nos capturan no les parecerá sospechoso, pensarán que un agente de la realeza no sería tán estupido como para llevar sus instrucciones escritas encima, nos tomarán por meros bromistas ¿Eh? -esta vez me cuesta aún más no reirme, pero lo hago, resisto la tentación y observo la escena, como anuncian la llegada de uno de los dragones antes de lo previsto- Me encanta cuando todo depende de un plán arriesgado y a contratiempo en el que nos jugamos el destino de todos a cara o cruz -le hago notar a mi acompañante con obvia ironía.

Aunque viendo la parte positiva, al fin terminaremos con esta reunión...

Ante su ataque directo sonríe a la gracia. Oh por favor, despues las quemo, o me las como si tengo hambre. Mientras se quedaba medio embobado mirando a la tal miranda habla con el jefe. Bien, supongo que cambio de planes, ¿que hacemos?

- Sacad a la reina y a la princesa de la ciudad. Iba por vosotros dos. -dice Onikyol mientras se dirige a la salida de la sala- Cuando Konahrik llegue no podre garantizar al seguridad de nadie. Espero que le apetezca hablar conmigo de los viejos tiempos, se necesitara tiempo para evacuar está ciudad.

Sentido del humor, estupendo. Al menos será divertido como acompañante, pues dudo que la reina vaya a bromear sobre... nada, realmente.

- Si debemos escoltar a la reina y ponerla a salvo, sugiero que reunamos con calma lo que necesitemos, llevar con nosotros cualquier pieza u objeto importante que no quiera perder Su Majestad, por si no pudiesemos regresar a la ciudad y, tras formar a la guardia real, marcharnos en un plazo máximo de media hora hacia el lugar que la reina estime seguro -así es como yo lo haría, pero aquí no me recompesan por tomar decisiones, sino por cumplir las de otros- Por supuesto, es Su Majestad quien tiene la última palabra al respecto, y obedeceré lo que ordene.

¿Guardía real? Ni hablar, seriamos como un gran cartel diciendo que hay alguien importante. Vayamos a hablar con Raiza y que nos acompañe, sabrá sacarnos de aquí disimuladamente, estamos hablando de un dragón, los guardias no van a servir de mucho. Mejor no llamar la atención.

Si realmente solo venía el dragón, no habría muchos problemas en sacarla de la ciudad, si venía un ejercito tal vez fuera más dificil.

Miranda desaparece ante vuestros ojos, teletransportandose a otra parte mientras Onikyol os dice algo antes de cruzar la puerta.

- Reiza estara ocupada junto al barón evacuando la población. Quizas podais pedirla al alguacil Vignard que os acompañe si creeis que necesitareis alguien fuerte a vuestro lado. Dylihel, se que tienes un nivel medianamente aceptable en lo que ilusiones se refiere y tu Richard, tienes recursos para lograr casi cualquier cosa. Se que los dos sois perfectamente capaces de lo que se os ha encomendado.

Dicho eso se marcha, a donde sea que va.

Cuando os girais a ver a la reina veis que está con el brazo extendido, como si hubiera querido decir algo a Onikyol antes de que se marchará, pero como si no hubiera tenido las palabras adecuadas para decirselo. Su hija la estira de la falda.

- Mama -dice la princesa- ¿Donde ha ido Papa? ¿Que esta ocurriendo? ¿Porque debemos huir?

La reina sonrie calidamente a su hija poniendole la mano en la cabeza.

- Tranquila, Papa ha ido a luchar contra el dragón malo, sabes que nadie puede derrotar a Papa, estará bien. Pero Papa no puede luchar y protegernos a la vez, debemos ponernos a salvo para que Papa este tranquilo.

Luego la reina se dirige hacia vosotros.

- Debo recoger unas cuantas cosas de mis aposentos. Son importantes para el reino, no necesitare nada más. Donde ir de momento es irrelevante, pero necesitamos salir de la ciudad.