Partida Rol por web

De la pared la mano del desconocido nos indica que entremos, pero yo solo veo los ladrillos del muro. Adelanto mi mano hacia el muro y cuando voy a tocarlo mi mano desaparece en su interior y antes de poder reaccionar el individuo me arrastra hasta el interior, mis dos compañeros maese Bronas y maese Arkantos, siguen mis pasos aunque de una manera mas convincente que la mía. Cuando recobro la compostura veo con asombro donde estamos, una habitación aislada del callejón, en la cual siete individuos de distintas razas se encuentran, a la par que el que nos ayudó a escapar nos hace gestos para presentarnos a los moradores de la habitación.

Al ver que no se tratan de lugareños de la ciudad, me armo de valor y digo para dar mi presentación:

-En primer lugar, les doy las gracias por la ayuda prestada en ese callejón - digo con una reverencia, sobre todo al que nos ayudó- Mi nombre es Galdor, Galdor 'DedosLargos' me llaman algunos, y un largo camino hemos recorrido hasta aquí. - me paro en mi palabrería pues aún no sabemos quienes son como para desvelar más detalles de nuestros motivos-Y estos son ...- digo dejando una pausa, para dejar que se presente cada uno al circulo.

Arkantos deja pasar a Bronas y le indica el camino tocándole en el hombro. Seguidamente mira hacia atrás como la guardia se acercaba peligrosamente y corrió tras el guerrero. Elevó sus plegarias a Tyr para pedir su protección y con fuerza atravesó el muro. Tal fue el impulso del guerrero que al pasar al otro lado a punto estuvo de chocar con Bronas, que había sido el último en entrar antes que él.

Discul...el guerrero iba a disculparse cuando se dio cuenta del lugar en que se encontraban y comenzó a mirar todo a su alrededor. Instintivamente miró hacia atrás para asegurarse que eso era un acceso imposible para la guardia.

Cuando escuchó la presentación de Galdor respondió:
Arkantos Von Berhen. A la par que realizaba una leve inclinación de cabeza en muestra de respeto al religioso de Moradin. No sería un miembro de su clero, pero si merecía el respeto del guerrero religioso al compartir algo que últimamente parecía ser escaso, la fe.

 Con fuerza cruzó el umbral por donde había desaparecido Galdor, dispuesto a derribar el muro su hubiera sido necesario. Pero a pesar de no encontrar impedimento alguno hizo gala de unos reflejos insospechados en alguien  de la corpulencia del norteño.

 Su mirada salvaje pasó por todos los presentes, calificandolos como problemas o no. Luego se giró hacia atrás para mirar por encima de Arkantos en busca de la entrada, esperando ver la reacción de los guardias. No parecía que fueran a entrar... Miro de nuevo a la audiencia y se presento, puño en pecho.

 - Yo soy Bronas de los Pielescarcha.

A pesar de ser amplio, el amoblado es escaso. Una mesa muy "rústica" ocupa el centro con algunas banquetas que no alcanzaba a los que ya estaban allí mismo. Jarras de madera con una bebida que es difícil ver por la escasa iluminación. Hay una sola fuente lumínica y está en un costado sobre un barril del cual parece están sacando para beber por el pequeño goteo que cae de la canilla.

El enano se presenta anunciándose como Turin "Hacha de Móradin", pero ven que su arma no hace gala del dios que representa y este al notar las miradas explica que las autoridades del lugar la tienen ahora. La describe como una excelente arma mágica que ahora reposa en alguna bóveda de las autoridades del lugar. Tipi y Timi son los medianos, que tienen toda la apariencia de ser amigos de lo ajeno, siempre con una sonris en el rostro y esa actitud despreocupada por la vida.

Los elfos son un caso aparte, se ven que vienen de una estirpe alta por las ropas desgastadas que tienen y que están aquí no por su apego a estar encerrados en un hediondo lugar. Lairenossë el arquero y Istararwennen el guerero, ambos con una melena plateada, larga y ahora sin el brillo característico que distingue a su raza. El encierro les está mermando el espíritu al parecer por su actitud.

Finalmente el par de sujetos del desierto está compuesto por un par de al parecer hermanos, uno parco, con su gran cimitarra apoyada en el piso y una mirada desconfiada y calculadora, evita dar su nombre. Pero su hermano no le interesa guardar apariencias y hace gala de esa famosa hospitalidad de la gente del desierto. Gammal el guerrero y el amable Salim. Y este último nuevamente es el que toma la palabra, haciendo una leve inclinación educada a cada uno que se presenta, siguiendo con la frase "Un placer o un gusto" a cada uno que dice su nombre. - Y bueno señores. ¿Qué los ha traido a esta maravillosa ciudad? Si es que se puede saber por supuesto. - Pregunta como queriendo romper el hielo.

Todos los presentes iban presentadose uno a uno, mientras lo hacian los miraba intentando averiguar con que clase de individuos estabamos tratando. Un grupo extraño formado por diferentes razas y profesiones, desde ladronzuelos o eso es lo que parecen esos medianos hasta aguerridos guerreros, pasando por unos elfos desaliñados.  Un enano de apodo "Hacha de Moradín" a pesar de no tener nignún hacha a mano con los simbolos sagrados, nos dice que la misma se encuentra requisada por la guardia de la ciudad, y que es de índole mágica. Me quedo pensativo pensando en el valor que podría tener para un comprador interesado.

Me quedo esperando a que mis compañeros inicien la conversación, y como veo que la situación comienza a ponerse un poco tensa decido intervenir, aunque no estoy acostumbrado a liderar las conversaciones.

-Un placer conocerles a todos, maeses. Reitero mi gratitud en mi nombre y en la de mis compañeros, parece que en esta villa no les gustamos demasiado los forasteros. En cuanto a su pregunta maese Salim, venimos desde muy lejos en busca de una persona en concreto ... - dudo un instante en decir nuestro objetivo, pero estoy en una ciudad extraña , sin ninguna pista de donde encontrarlo y además que el tiempo apremia - ... un enano, un enano ermitaño, se hace llamar Klotar.

 Bronas, ya mientras escuchaba las presentaciones, estaba más pendiente de la zona de la aparente pared por la que habían venido, no se veía la calle por donde habían pasado a toda carrera él y sus compañeros. Antes de avanzar mucho más en confraternizaciones y demás corta con una pregunta.

 - ¿Y la calle? ¿Donde estaos? ¿Qué magia es esta?

Arkantos mira uno a uno a los presentes alternando su mirada hacia ellos con miradas hacia la parte posterior por dónde han entrado. Piensa que si ellos han entrado, ¿qué puede impedir a la guardia seguir sus pasos?

¿Y vos?¿Qué habéis hecho para tener que esconderos en estas condiciones? Dice el paladín claramente nervioso por sus espaldas. Y ¿por qué nos habéis ayudado? Nada sabéis de nosotros ni de nuestras intenciones.

En la mente del caballero no encontraba lógica, pues podían ser simplemente asesinos que la guardia buscaba, o ladronzuelos, o quizá algo peor. Sin embargo habían recibido ayuda sin preguntas. Algo que tenía muy claro, al menos en Aguasprofundas, pues aquí no había sido así, es que quien era perseguido por las autoridades algún crimen habría cometido.

Al ver que las preguntas abundan, el sujeto que viene hablando les contesta amáblemente. - Estaba así cuando lo encontramos la primera vez, nos había pasado algo al parecer similar a lo de ustedes. De casualidad dimos con este lugar. Bueno, dieron. - Señalando a los dos medianos y al enano. - Nos han atacado por ser de otras razas y en nuestro caso porque no les gusta la gente del desierto. - Baja un poco la cabeza un poco avergonzado. - Por ahora no podemos salir de esta ciudad al igual que ustedes y confiamos en ti precisamente. - Refiriéndose a Arkantos. - No se conocen muchos religiosos de Tyr que ostenten su símbolo en el medio del pecho y sean malas personas. - Señalando el medallón que tiene el guerrero religioso en su pecho. - ¿Más dudas? Se las contestaremos todas. Salvo la de ese Klotar, no lo conozco. ¿Y tu? - Preguntándole al enano, pero este niega con la cabeza.

 El norteño pregunta de nuevo.

 - ¿Qué motivo os hace permanecer aquí? Esta ciudad apesta a piratas y maleantes. Pero siendo tan grande tiene muchos sitios por donde poderse escurrir. Si tan mal estáis habríais podido haberos largado hace tiempo. Ya sea por el puerto, por las puertas o saltando la muralla.

Los desconocidos empiezan a responder nuestras preguntas, al parecer nada saben del enano que estamos buscando. Este lugar sigue siendo una incógnita. Si su historia es cierta, los lugareños no ven con buenos ojos a los extranjeros aun siendo de su misma especie. También parece que son religiosos o al menos conocen a quien venera maese Arkantos,  el mismo que sir Nigel, apelando a su bondad.

Después la pregunta del norteño hace que mi curiosidad se dispare, lo que les mantenga aquí debe ser o algo poderoso o algo muy valioso, sino habrían hecho como dice el norteño escapado de este cuchitril. Escucho con atención lo que tienen que decir sobre sus motivos, puede que pueda sacar provecho de la situación.

Después, preguntaré. -¿Y que podéis decirnos de la ciudad? ¿Sus guardias persiguen siempre a los forasteros? Alguien habrá que sea diferente, ¿no?, ¿algún sitio donde no nos vean tan mal?, ... nos hablaron de una posada "El Abrazo del Mar", cerca del puerto quizá allí podríais alojaros, ¿sabéis donde está? - digo intentando poder orientarnos en este pueblo de la mejor forma ,aunque seguramente no sean los mejores guías de aquí. 

Tan acostumbrado estaba a su presencia y a la de sus hermanos en el templo que no era realmente consciente de que los símbolos que portaba, fuera del templo, indicaban su adoración a Tyr y podía servir para ser identificado como tal. En el templo era algo normal, no identificaba a ninguno de los hermanos de forma parecida a como identificaban fuera del mismo.

Se notaba la inexperiencia del guerrero, pero todo lo acontecido hasta el momento le enseñaba que la vida fuera de los amplios muros del templo era muy diferente. Él simplemente había tenido que tratar con superiores y en el peor de los casos con algún bravucón que había alterado la paz del templo, nada que ver con la vida en el exterior.

Así que avergonzado por su poca experiencia, decidió callar y escuchar las preguntas del guerrero y las respuestas de los presentes.

Mucho tendría que aprender y mucho le valdría en el futuro.

Siempre es Salim es el que habla, los demás los estudian con detenimiento midiéndolos al parecer con excepción de los medianos que se toman todo a la ligera. - Él. - Refiriéndose al enano. - No se va a ir hasta que recupere su hacha y los medianos están con él y no creo que le puedan hacer cambiar de idea. Los señores elfos no la tienen tan fácil, dado que los muros no son escalables precisamente y por las puertas está complicado el tema, solo resta el puerto y nadie que precie su barco subirá a dos elfos en él, ni aun por una buena paga de la cual no disponen. Nosotros por nuestra cuenta hemos perdido nuestro barco ayudándolos y aquí estamos, juntos en esto. - Ahora se dirige a Galdor para responderle, pero con los ojos un poco menos brillosos, quizás por el recuerdo del barco perdido o mejor dicho confiscado por las autoridades portuarias. - Los guardias persiguen a muchos y por diferentes motivos, no se cual sea el de ustedes y si bien sabemos donde está la posada, es un largo camino llegar ahí entre los diferentes puestos de guardias. - Y se queda pensando, reflexionando un momento sobre lo que dijo y en la situación de sus más nuevos invitados.

El guerrero sagrado escuchó las respuestas dadas a los interrogantes de sus compañeros. Tyr sea con vosotros. Estamos en deuda con todos vosotros. Dijo el guerrero con la mano en el pecho y aferrando el símbolo que portaba. Es muy loable lo que habéis hecho por ayudar vuestros semejantes, dice refieriendose a la pérdida del barco por ayudar a unos extraños en apuros.

Calló durante unos segundos y dió un paso al frente. Estoy convencido... continuó...que estos son los designios de Tyr y Él nos ha guiados hasta vosotros. Tyr ayuda a los que en necesidad se encuentran. Estoy dispuesto a ayudaros a salir de aquí. No puedo más que prestar mi ayuda a vosotros, así la deidad lo requiere.

Mirando a sus compañeros, el caballero continuó: Si encontramos la forma de salir de aquí, ¿vendréis con nosotros? Preguntó a los presentes.

Maese Arkantos rompe el silencio que habia mantenido hata ahora, para decir unas palabras. Ofrece nuestra ayuda para compensar su pérdida a causa de ayudarnos, así que ha dado su palabra en nombre de su dios y de que eso es lo correcto que debe hacerse.

Ante su mirada de aprobación, no puedo más que asentir pues en mi actual posición no puedo negarme, aunque seguramente no obtengamos ningun provecho, sino que nos creemos más problemas. Además le ofrece el poder salir de la villa, -otro problema más al que enfrentarnos por altruismo - pienso apesumbrado.

Cuando ya termina de hablar el guerrero santo, pregunto con curiosidad cuanto más sepamos con lo que tratamos más oportunidades tendremos.

- Ya que os hemos ofrecido nuestra ayuda para salir de la ciudad, y según he esuchado no lo haréis sin esa hacha. Tendremos que traerla para poder cumplir nuestra palabra - digo respondiendo con la mirada a maese Arkantos, aún no me puedo creer que esté haciendo esto sin obtener ningún beneficio esas palabras de Nigel deben de haber hecho su trabajo mejor de lo que creía, pero seguramente les debemos nuestras vidas a estas personas - ¿Qué tiene de especial esa hacha para que la hayan confiscado? ¿Dónde la tienen guardada y como podemos ir? y no menos importante ¿qué nos podemos encontrar? - al menos espero que de camino pueda conseguir algo interesante.

 El norteño miró a sus compañeros, por un momento una mueca parecida a una sonrisa divertida asomó en su rostro.

 - Arkantos si vas tomando más trabajo en lugar de terminar el que tienes empezado, me parece que es complicarte la vida de forma innecesaria. No seré yo quien te diga que hacer. Tan solo recordarte la importancia de por qué estamos aquí.

 Con un encogimiento de hombros el norteño respondió  a los hombres del desierto.

 - Yo a diferencia de mis compañeros, a pesar de que os doy las gracias por salvarnos el culo, debo confesar de que ya voy bien servido de trabajo. Si mientras hago mis pesquías veo algo para ayudaros ya os contaré, pero no centraré mis esfuerzos en ello.

Salim los mira un momento y se queda callado, mira al resto y espera algo, finalmente el enano asiente. Parece que todos esperaban la afirmación del enano porque le costo decir que si, como si estuviera sacrificando algo con la decisión tomada. - Señores, ustedes nos quieren ayudar y nosotros ya lo hemos hecho. A ninguno de nosotros y los incluyo nos irá bien en las calles y debemos salir de esta ciudad. Tengo una propuesta para que todos nos alejemos de este lugar si la desean escuchar. -