Partida Rol por web

2 de marzo de 2000 - 10:30

Lady Evonne fue confrontada por Lady Marjolaine cuando ella y Morgan intentaron ir a visitar a Axelle. La Liam tenía los ojos enrojecidos y el semblante pálido, pero por lo demás lucía tan elegante como siempre. Y su mal humor, algo nunca visto en ella, le daba una autoridad que hasta ahora no había querido utilizar.

-¿La Canciller de Lady Marion aquí para hacerle más daño a Axelle? Tenéis que estar bromeando, Lady Evonne. No creáis que voy a dejaros subir a verla. ¿O traéis a Morgan con vos para que me obligue a punta de espada?

-Nada más lejos de eso -dijo Morgan, serio, aunque cálido. Era amigo del hermano de Marjolaine y habían compartido muchas cenas y muchos almuerzos. ¿Podrían haber tenido una aventura, incluso? Dado el carácter sensual de los dos, era posible e incluso probable-. Lady Marjolaine, tenemos un asunto urgente que tratar con Axelle. No tiene nada que ver con Lady Marion. Si habéis oído algo, Lady Evonne ya no goza de su protección...

La Leanhaun no perdió la compostura. Dejó que Morgan se explicase y guardó las formas hasta que le llegó su turno. Suavizó el tono.

-No coincido en absoluto con las formas de Lady Marion, Baronesa. No tenéis por qué preocuparos por ello, nadie le va a hacer más daño a Axelle. Sólo queremos hablar unas cosas que nos atañen a nosotros con ella. Os doy mi palabra.

Marjolaine dudó.

-Voy a preguntarle a ella. Si no quiere veros a ninguno de los dos, quiero que os vayáis sin protestas.

Giró sobre sus talones y fue a ver a Axelle.

Llamaron a la puerta y luego la voz de Marjolaine dijo:

-Querida, están aquí Lady Evonne y Sir Morgan. Quieren hablar contigo. Me imagino que es sobre todo el asunto del otro día...

Cuando Marjolaine se alejó, Evonne se volvió hacia el Eiluned y acortó distancia hasta poner una mano sobre su pecho.

-No quiero faltar a mi palabra. Procuremos tomárnoslo con calma, ¿de acuerdo?

Morgan había demostrado serenidad hasta entonces, pero temía lo que pudiese ocurrir cuando viesen a Axelle. Ella, por su parte, todavía estaba dándole vueltas a su venganza particular, pero primero deseaba conocer los pormenores del asunto, y de primera mano.

"Sobre el asunto del otro día...", Marjolaine lo hizo sonar como si se hubiera tratado de alguna cena que hubiera salido mal.

Axelle esperaba a los invitados sentada en una silla con reposabrazos. Los ojos los tenía ocultos tras una venda blanca, y sobre su regazo descansaba una espada dentro de su vaina.

-¿A qué se debe esta agradable visita? ¿Deseáis terminar el susodicho asunto?

-No es agradable, y nadie va a terminar nada, Axelle -dijo la voz de Evonne, todavía distante-. Considero que ya os han hecho pagar por la barrabasada que habéis hecho. Lo que me pregunto es por qué demonios habéis hecho todo esto, y si de verdad os creíais tan lista como para pensar que no acabaría sabiéndose.

La sidhe se mantenía a una distancia prudencial. Quizá estuviese ciega, pero las armas no le gustaban en absoluto.

-Porque odio a Lady Marion, obviamente -se limitó a decir la dama-. Siento decíroslo, pero no era mi intención haceros daño... Aunque por desgracia era la única forma de hacérselo a ella. Supongo que no se jugar también a este juego de daños colaterales como la Condesa.

Axelle sonrió no muy animada.

-Sois despreciable -dijo la voz de Morgan cargada de cólera-. ¿Y todavía sonreís?

-Sir Morgan -zanjó Marjolaine-. Cuidad vuestra lengua u os veréis en la calle.

Evonne miró brevemente a Morgan. Se cruzó de brazos y avanzó un paso hacia la Fiona.

-Ya veo... Entonces no tuvo nada que ver con vuestro primer aborto -dejó caer-. Es mero odio irracional.

Axelle frunció el ceño.

-¿De qué estáis hablando? -preguntó y su mano apretó el mango de la espada. No tenía intención de atacar a nadie, pero necesitaba agarrar algo con fuerza.

-¿Para qué habéis venido? ¿Para qué os diga que lo siento? -dijo volviendo su rostro hacia el lugar del que había venido la voz de Sir Morgan-. Me sorprende que os moleste que sonría después de haber sufrido semejante humillación, ¿y encima venís a insultarme a la casa de una amiga? ¿Quién es despreciable aquí? Si ya os habéis recreado con mi visión os invito a volver por donde habéis venido, Sir.

Evonne sacudió la cabeza. ¿Trataba de engañarles?

-No tratamos de heriros ni de mofarnos de vuestra situación, Axelle -dijo con seriedad. Se volvió hacia Marjolaine-. Vos sí sabéis de qué estoy hablando, no se os ocurra mentir.

-Ella sabe lo mismo que se yo -contestó Axelle con rapidez-. Y espero que no estéis tratando de confundirme... ¿Estáis insinuando que Lady Marion también tuvo algo que ver con mi primer aborto?

Axelle se inclinó hacia delante en su silla esperando una respuesta.

-Esperaba que vos me contestaseis. Sino, ¿por qué tanto odio contra ella y los que la rodean? ¿Para qué arriesgar tanto sólo por... odio?

-¿Lady Marion tuvo algo que ver con el primer aborto de Axelle? -preguntó Marjolaine con tono amenazador-. ¿Y vos? ¿Cómo lo sabéis?

Evonne miró a Marjolaine como si la fuese a estrangular. Odiaba esa pregunta con toda su alma.

-¡Oh! Por el honor de un troll, soy Adivina. Maldita sea, me dedico a estas cosas. No lo sé con certeza pero imagino que tiene que ver. Sino, ¿por qué? ¿Qué otra cosa horrible habría podido hacer Lady Marion para generar una venganza similar? Ya lo ha hecho una vez, ¿por qué no la anterior también? -acusó, perdiendo los nervios-. Ella conocía de la existencia de ese crío que nos iba a traer el Invierno, y sé que Axelle era la portadora. No es muy complicado de hilar.

Evonne se estaba dando cuenta de la gravedad que empezaba a alcanzar ese asunto y le aterraba a la par que enfurecía.

-¿Por qué? Porque es una mala persona -espetó Morgan-. Pensé que sólo era egoista, pero es malvada. No le ha importado hacer daño a cualquier otro.

-Sir Morgan -llamó la Leanhaun con tono severo-. Si no vais a aportar nada más que reproches a la conversación agradecería que esperaseis fuera. 

-Mi aborto fue debido a causas naturales, si me vengué de Lady Marion fue porque la muy desgraciada hizo que violaran a una niña por alguna razón absurda, probablemente para averiguar o conseguir algo que podía haber conseguido por cualquier otro medio -dijo ya con la escasa paciencia que le quedaba pendiendo de un hilo-. Pero decidió que para que esforzarse más cuando con hacer que violaran a la niña ya tenía la solución a sus problemas al instante. 

Axelle se levantó de la silla y sujetó la vaina de la espada con ambas manos.

-Ya está bien, quiero que este hombre salga de la habitación ahora mismo.