Partida Rol por web

Martes 18, 7:30 AM

Tras el agotador viaje en avión hasta el mismo aeropuerto de Lyon, bajáis por las escaleras habilitadas desde la pista de aterrizaje y, poco a poco, váis llegando hasta la terminal, donde encontráis a una guapa muchacha, algo mayor que vosotros, con un cartel enorme sostenido con ambas manos con un nombre que os llama imperiosamente la atención:

BLACK SABBAT

Junto a ellas se encuentran otras dos personas, al parecer, de vuestra misma edad: un chico y una chica. Serán los otros ganadores del concurso ? Conforme váis llegando, la guía se presenta educada y formalmente con un apetitoso acento francés.

- Bienvenid@s a Francia, encantada de conocerles. Mi nombre es Danisse de Molet, y soy la guía que la editorial Black Sabbat ha contratado para guiarlos por Europa. - la chica no deja ni p run instante de lucir una bonita y amplia sonrisa.

Los otros dos parecen conocerse bien, pues no dejan de hablar más que para saludar a los recién llegados.

El chico se presenta como Hans Hoffman. Es alto, fornido, rubio y de unos profundos ojos azules, lo que le da cierto aspecto ario.
Ella hace lo propio, Elena Dracos, griega. Su mirada y tono de voz son dulces y algo tímidos, lo que queda reflejado tras unas primeras impresiones con ella.

Finalmente arribamos al tren que nos va a llevar a destino. Salir del avión es una bendición aunque no tengo ganas de seguir viajando a decir verdad. Veo a la persona que tiene el cartel con el nombre de la editorial que nos ha premiado, así como a dos chicos que le acompañan. Sonrío y le digo a la presentadora, o guía o lo que sea, en estos momentos aún me duele la cabeza y no coordino bien mis pensamientos.

-Hola, soy Yael Tomada, un placer conocerla.

Hago una leve reverencia con mi torso hacia adelante, producto de mis comtumbres japonesas. Luego me quedo a un costado esperando a los otros ganadores. Miro brevemente a la chica griega y al chico rubio y solamente les doy una breve sonrisa. Luego no miro nada más.

Doy un bajo suspiro.

"La verdad quisiera volverme a casa, no sé qué hago aquí... ya no tengo ganas de participar siquiera pero... todo este viaje, si me vuelvo ¿qué dirá mi familia? No tiene sentido, debo quedarme, la palabra es la palabra..."

Dirigiéndose al punto de encuentro se encontraba un chaval bastante joven, algo despeinado, vestido con una camiseta de algún grupo heavy descolorida de tanto lavar, y una camisa de cuadros por fuera de sus tejanos.

Con una pesada mochila escolar a la espalda y una poco práctica anticuada maleta parece acongojarse ante la presencia de mas personas en el punto de encuentro. Intenta esconder rápidamente un libro de frases útiles francés-inglés y se dispone a decir algo a la mujer que ha venido a recibirlos.

je suis content d'arriv... de eeeehhhhh estoooo (*) carraspea y no sabe donde meterse rojo como un tomate. Traga aire, respira hondo y lo intenta de nuevo.

Enchanté. Je m'appelle Neil(**) consigue decir al cabo de un balbuceo interminable e ininteligible buscando las palabras adecuadas y memorizadas unos pocos minutos antes.

Decide que en este momento mirar al suelo es lo mejor que puede hacer adelantando la mano por si alguien quiere estrechársela mientras siente una horrible sensación de verguenza. Inmediatamente recuerda que debe tener un aspecto ridículo con una leve rotura en uno de los cristales de sus gafas pero es tarde para quitárselas. Seguro que ya se han dado cuenta todos.

Y por último cae en la cuenta de que había querido ser amable con la guia diciéndola algo en su idioma y no había caido que era probable que nadie mas de los aquí presentes pudiera entenderle. Enrojecería mas aún si aun tuviera algo de sangre en algún lugar de su cuerpo que pudiera desplazarse hacia sus mejillas.

El último en aproximarse al grupo al frente del cual está la muchacha del cartel de Black Sabbat es un joven delgado y alto, vestido con un sobrio traje marrón oscuro y camisa blanca. Colgando del brazo lleva un largo abrigo y con la otra mano tira de un carrito en el que lleva un par de maletas de piel.

Se acerca despacio, sin prisa. Quizás incluso de la impresión de tambalearse un poco. Al llegar y escuchar la presentación de Danisse su gesto serio no se inmuta. Sus ojos tampoco dicen nada, unas pequeñas lentes verdeoscuras los ocultan por completo.
Cuando la guía de la editorial termina de hablarle, tan sólo estrecha la mano de la chica, presentándose con un escueto:

Kutzel. Jonathan.

El joven hace lo mismo con el resto de los componentes del grupo. Estrecharles la mano sin decir nada mientras parece examinarlos con detalle desde detrás de sus lentes, y tal vez disfrutando de la reacción de todos al estrechar una mano llena de pintorescos y grandes anillos.

Después se sitúa entre la muchacha de rasgos orientales que mantiene su vista fija en el suelo y el chico de las gafas rotas que se seca con gestos nerviosos el sudor del rostro con un pañuelo.
Jonathan deja su abrigo sobre el carrito de las maletas, extrae de su chaqueta un paquete de tabaco del que saca un cigarrillo, que se lleva a los labios y enciende con un mechero plateado, todo con un ritmo pausado y una solemnidad propias de un ritual mil veces repetido antes.

Da una larga calada y exhala el humo por la nariz, emitiendo un suspiro de alivio que parece salirle del alma.

Danisse sonríe ante el infructuoso atrevimiento de Neil Sander y educadamente y sonriendo le resta importancia al asunto.

- No se preocupe, Neil, soy yo quien debe acostumbrarse a su idioma. - casi puedes verte reflejado en sus preciosos ojos azules océano. La chica resulta encantadora.

Véis cómo Danisse saca de un bolsillo un panfleto de colores y lo observa meticulosamente.

- Bien, pues ya estamos todos. A las 8 en punto sale el tren que nos llevará hasta Viena.- Danisse se mira el reloj remangándose - Dios Santo !! Apenas nos quedan veinte minutos, en marcha !!

Poco después llegáis a la estación. Se encuentra llena de gente, sin embargo no deja de ser un lugar húmedo y oscuro. De cierto lugar llega ruido de sierras y de tanto en tanto se pueden ver los chispazos de un soplete sobre ellos. Se encuentran haciendo reformas en la estación.

El tren es en su totalidad de pasajeros, salvo un vagón que se ha añadido para algún tipo de mercancía. Un amable individuo os ayuda con las maletas. Se trata del revisor, y Danisse dialoga con él en inglés pese a que ambos son franceses. Sin duda Danisse tiene muy en cuenta que no os sintáis desplazados por el desconocimiento del idioma.

De pronto, una música del grupo Nirvana suena y el rostro del revisor se queda en blanco mientras parece maldecir en francés.

- Non, ils ne sont pas, pas encore.

Por la puerta aparece un grupo numeroso de estudiantes. A primera vista pueden ser unos 25, vestidos de la más diversa forma, con mochilas de acampada y un "loro" gigante.

- Los del Interrail, ¡Les odio! - en esta ocasión lo dice en un perfecto inglés.

Observo con interés al grupo que llega, esos veintipico de estudiantes, y también escucho el comentario. Es una de las pocas cosas que he entendido, si hablaran en japonés, otra sería la historia.

En este momento no sé bien que hacer más que esperar que nos aborden al tren. Podría tratar de entablar una conversación con alguno de los dos chicos que tengo junto, pero no me salen palabras. De por sí no soy de muchas palabras y ahora, con todo lo vivido, no siento ganas de hablar. Sólo quisiera estar tranquila, en casa, leyendo un libro o siguiendo con algunos de mis cuentos.

Suspiro bajito.

Poso los ojos en el chico de gafas, tiene un vidrio roto, le quisiera hacer un comentario al respecto pero no sé cuál; el otro está fumando, ¿se permite?, me pregunto, pero tampoco voy a hablar de ello. Espero que los nuevos, esos estudiantes o lo que sea que andan viniendo, no nos den problemas...

Neil se deja caer pesadamente en el asiento pero torpemente se vuelve a levantar nuevamente. Acaba de darse cuenta de que ninguna de las damas se había sentado antes lo cual no era nada caballeroso por su parte. No es que le importara mucho, pero estos tipos son unos desconocidos y no sabe muy bien como debe portarse ante ellos.

Pero para disimular simula estar alisando sus tejanos y luego buscando algo en la mochila. Y cuando las dos chicas y la guía han tomado asiento, se decide a hacer lo mismo extrayendo un pesado grimorio de su mochila de cerca de 1000 páginas.

Su título es cuanto menos peculiar. "Crónicas de los reinos olvidados. El retorno de los Dracónidos. La forja de Eberron volumen 8/12".

Intenta romper el hielo.
¿A cuanto estamos de Viena? pregunta inocentemente.

Cuando Jonathan cierra la puerta del vagón tras de sí, el ruido que generan las conversaciones de los estudiantes y su música se amortigua hasta casi desaparecer.
Al menos parece que tienen un vagón para ellos, apartado del resto, y en cuanto el tren se ponga en marcha el traqueteo de la máquina será lo único que oigan como música de fondo.

Cuelga el abrigo y se acomoda en uno de los asientos como hace el resto, pero una vez en el asiento no hace más que moverse, como si no encontrase una posición cómoda. Un ligero gruñido de fastidio y se lleva la mano al bolsillo de la chaqueta donde guarda el tabaco, pero entonces recuerda donde está y desiste en sacar un cigarrillo. En su lugar se quita las lentes y las guarda en otro bolsillo. Ahora pueden verse los cercos oscuros bajo sus ojos, ojeras debidas a la falta de sueño en un rostro que refleja cansancio.

¿A cuanto estamos de Viena? pregunta inocentemente Neil, el chico que está hecho un manojo de nervios desde que se reunieron en el aeropuerto.

Unas setecientas millas. Responde Kutzel. Tenemos viaje para todo el día... Espero que los "vecinos" no nos molesten...
Después, ya que se ha arrancado a hablar, se siente casi obligado a continuar.

Lo cierto es que no he tenido oportunidad de leer ninguno de los otros relatos ganadores, y esperaba tener la ocasión de leerlos aquí, si es que Danisse dispone de ellos.

Yo soy el autor de "El jardín de Meredith", un relato en el que me centro en el tipo de terror que más me atrae; el que no surge de lo fantástico sino del mismo interior de los seres humanos, de aquello que nos puede transformar de seres racionales en auténticos monstruos...

El chico de gafas parece muy cortés, esperando que las mujeres se sienten primero. El otro chico trata de entablar conversación, en realidad ambos lo hacen, uno preguntando la distancia a Viena y el otro hablando de los cuentos.

-Yo escribí "El Gato Amarillo" y es una historia cíclica, no lineal, que mezcla los momentos. También es un terror psicológico, aunque no sé cuán profundo, eso me lo dirán los lectores.

Sonrío mientras me miro las manos. El llamado a mi familia que hice al dejar el aeropuerto me ha dejado un poco más tranquila, al menos para sonreir. Luego sigo mirando a los jóvenes que me acompañan y a la guía. Como dije, no soy de muchas palabras.

Pues yo novelé una partida de Kult que estaba dirigiendo a unos amigos. El premio debería ser compartido con ellos, pero como son muy comprensivos no me han insistido en venir y se conforman con unas postales. El título es lo último que puse. Se llama "Sarah". Es sobre una buena historia de vampiros, demonios, ángeles, exorcistas y hombres lobo ambientada en un pueblo de nombre impronunciable a orillas del Lago Ness. Puede parecer un argumento típico, pero tiene muchas sorpresas...

Neil parece estar animándose. No tengo aquí el relato. No me di cuenta y envié el original a la editorial y no guardé ninguna copia aunque tengo parte del boceto de la partida por aquí... dice rebuscando en el interior de su mochila hasta que encuentra unas arrugadas cuartillas manchadas de grasa de bocadillo y bastante arrugadas y escritas con una casi ilegible y horrible caligrafía.

No está completa, porque perdí algunas hojas, pero podría acordarme sin problemas. ¿os apetecería jugar la partida y en vez de leer mi relato ser protagonistas de primera mano? No tengo el manual de Kult pero me lo se de memoria.Ahora Neil parece bastante animado.
Todo el día en el tren... puede ser una partida divertida y hará mas entretenido el viajedice sin ni tan siquiera interesarse en si sus compañeros son roleros o no. Ni se le ha ocurrido pensar que puede que incluso desconozcan lo que es un juego de rol.

Hablar de sus relatos es lo que necesitaban para romper el hielo. Pisando un terreno conocido y por el que sienten fascinación, los jovenes autores comentan las narraciones que les han llevado a ganar un certamen de literatura y, en última instancia, a reunirse todos en este tren camino de Viena.

La conversación fluye, distendida, haciendo que incluso la callada muchacha de ojos rasgados y el chico de enormes gafas participen en ella contando su experiencia como creadores de ficción, aunque a algunos les cueste entender todo lo que un entusiasmado Neil proclama.
De los relatos se pasa a los autores preferidos, a las fuentes de inspiración, a los clásicos de la literatura de género, y también a las expectativas que el futuro prepara a cada uno de ellos.

Una portada en la que mi nombre esté escrito con letras más grandes que el mismo título de la novela.
Es lo que ahora está diciendo Jonathan.
Reconocedlo. Eso es lo que queremos al final todos. Ser considerado por la crítica especializada (o no tan especializada) el nuevo Stephen King te puede solucionar la vida. Y si no es posible, convertirse en un autor de esos que llaman "de culto" que tenga su pequeña legión de fieles lectores, aunque muchos sólo compren para decorar sus librerías con títulos de este o ese autor, aunque nunca lo hayan leido.

¿Arte o negocio? A mí no me importa reconocer que firmaría ahora mismo por conseguir ser un best-seller...

Los chicos hablaban animosamente. El de gafas estaba super entusiasmado con lo de la partida, el otro, el guapo, estaba entusiasmado con la profesión de escribir. Yo quería participar pero era media parca para estas cosas, sin embargo no me iba a quedar sentada todo el viaje sin decir nada. Así que, simplemente, miré a Neil, pues su pasión era contagiosa, si algo le gustaba tanto por algo debía ser.

-Disculpa, ¿qué es un juego de rol?

Como Jonathan Kutzel estimó, el viaje duraría todo el día y muy amablemente el revisor indica que está previsto que lleguen a Viena pasada la media noche, como mínimo.

Obseváis que el tren tiene vagones con compartimentos privados, y Danisse os indica que la Black Sabbat no ha escatimado en gastos y ha alquilado dos de ellos, en el que en uno viajarán Danisse, Hans y Elena, y en el otro vosotros tres, ya que parece que habéis hecho buenas migas.

El revisor se presenta como Dominico, y mientras debatís acerca de vuestros relatos y literatura, os indica el camino a seguir hasta vuestros compartimentos, varios vagones más allá. En ese momento uno de los muchachos que llegan con la radio a todo volumen le grita algo a Dominico en francés, y este alza sus ojos en una mueca de desesperación.

- Eh Dominico !! Vous pensé que vous aller sans nous ?? - su rostro jovial viene acompañado de una amplia sonrisa.

Tras ello, Dominico, el revisor, como toda respuesta se mete hacia los vagones contiguos farfullando para sí. Por su lado, los chicos del Interrail entran gritando y riendo, como cualquier grupo de estudiantes de BUP en un viaje de fin de curso. Al veros, algunos de ellos, como el que habló en francés a Dominico, se presentan ante vosotros mientras otros tantos pasan de largo hacia los otros vagones. Este chico se acerca a vosotros resueltamente y con expresión afable.

- Oye - dice dirigiéndose especialmente a Yael y Elena Dracos, la muchacha tímida griega. El chico resulta bastante atractivo - Sois también del Interrail ?

Estaba esperando que Neil me contara qué era un juego de rol cuando este muchacho nos hace una pregunta, parece que se dirige a mí y la otra muchacha, la de rasgos griegos.

"¿Cuál era su nombre. Mamá se enfadaría si supiera que me refiero a una persona por sus rasgos de descendencia" me repito, pero primero debo contestarle al chico.

-Eh...- digo

-Nosotros...- concluyo y miro a Neil y a Jonathan para que terminen la respuesta. Yo no soy buena en hablar con personas que no conozco nada y me suelo quedar helada cuando suelen ser demasiado directos. No es que el chico sea maleducado, es que yo soy tímida y cuando me pregunta se me borra la respuesta que iba a ser...

"Vinimos aquí por un concurso de Literatura"

En cambio mi boca sigue repitiendo.

-Ehr....

Neil va a contestar a la joven que le hizo la pregunta, pero tartamudea mas que nunca en la vida. Esta debe ser la segunda o la tercera vez en su vida que le dirige la palabra una mujer de carne y hueso que no sea su madre o su hermana. Y para colmo es guapa.

P-p-pues es...
¿Me ha hablado? no se ha limitado a mirar hacia otro lado, sino que se ha interesado por mis aficiones. ¿Y si la hiciera rolera? sería la envidia de todo el club, bien, veamos como se lo explico para no espantarla...

p-p-p-uues e-el ju-juego de rol es u-un...
El juego de rol es un entretenimiento muy extendido en Inglaterra y EEUU y al cual cientos de jóvenes jugamos una vez por semana para evadirnos de la vida real durante unos pocos instantes y en el transcruso del cual seguimos un guión que está previamente establecido por las indicaciones del maestro de juego, o director de juego, aunque no está totalmente cerrado. Lo mas parecido sería una obra de teatro en la cual encarnamos personajes de ficción y los hacemos protagonistas de una obra que nos va siendo narrada por el director de juego pero en la cual tenemso libertad absoluta para decidir lo que nuestro personaje dice o hace y que por supuesto improvisamos. Además nuestro personaje tiene unas habilidades y unas características que lo hacen diferente a nuestro alter ego real y para determinar si tiene éxito o no en sus acciones usamos un sistema aleatorio consistente en lanzar uno o varios de estos dados de varias caras y su resultado determinará el éxito de la acción que nuestro personaje pretende realizar basándose en unas puntuaciones que habremos definido previamente, antes de comenzar el juego

Pues el ju-jueggo de r-rol es... hay mucho en Inglaterra y EEUU... y nos ju-juntamos los fines de semana los jóvenes... bueno algunos no son jóvenes, y es como una obra de ... hummm.... hay un maestro de ceremonias...bueno, no es unmaestro de ceremonias sino un amo del calabozo, y nos habla y nosotros tenemos personajes que no son como nosotros... y hacemos cosas que a veces nos salen bien o mal según el resultado de estos dadosrebusca algo en la mochila y una ruidosa morterada de formas geométricas plagadas de números en cada una de sus caras y de colores muy variados cae ruidosamente por todo el suelo del compartimento del vagón.
Ooooops.... si, estos dados... Neil se agacha torpemente e intenta recogerlos con rapidez muerto de verguenza.
uuuh... como teatro pero con dados...
¡SOCORROOOOOOO!
Y sin guión.
Es guapísima, y me ha hablado. Y se ha interesado por el rol... pero creo que acabo de tirar a la basura todas las posibilidades que tenía con ella...

Cita:

Ok !

Cita:

En cuanto comentas esto, la voz del chulo playa resuena por encima del murmullo de gente.

Cita:

Y acto seguido Yael balbucea no le salen las palabras :-D