Partida Rol por web

Un intenso frío en vuestras mejillas, que casi se convierte en dolor, os despierta. Estáis tumbados en la nieve en medio del bosque. Está nevando ligeramente y apenas podéis distinguir los árboles encapotados. No tenéis forma de saber la hora, no tenéis reloj, habéis perdido vuestras identidades y sentís una punzada de dolor en la nuca. Un vistazo mutuo revela un enorme moratón. Parece que esos hijos de perra han preferido dejaros morir de frío, lentamente, en vez de un disparo rápido; al menos no os han inyectado esa sustancia llamada LSD. O eso creéis.

Observáis a vuestro alrededor, la nieve y la niebla impiden ver nada. Sin embargo, hay algo al fondo; está borroso, pero se mece lentamente y es la única forma que desentona con el resto del paisaje.

Entre quejidos, Jonathan se pone en pie en mitad del bosque, para después ayudar a Neil y a Yael.
Lo siguiente que hace de manera automática es tratar de arreglarse el traje y quitar los pegotes de barro y nieve, pero sin éxito, está como para tirarlo a la basura.

El alivio de seguir vivo pronto se desvanece en cuanto se da cuenta de la situación: Perdidos en mitad de un bosque ¿de Rumanía? Sin posibilidad de volver a casa, sin dinero, sin pasaportes, sin modo alguno de saber hacia donde ir...

Empieza a gritar maldiciones que resuenan por todo el bosque (algo que quizás no sea buena idea) hasta que se le acaba el aliento.
¡¡Queosjodanhijosdeputa!! Termina diciendo, un insulto dedicado a los gangsteres del tren que los han dejado aquí para que se pudran.

Jonathan jadea por el esfuerzo y le pega una patada con rabia a un montículo de nieve. Mierda. Patalear no le va a servir de nada. Se pone en cuclillas y se pasa las manos por encima de la cabeza. El miedo comienza a sustituir a la ira. Está nevando, hace cada vez más frío. ¿Cómo van a salir de aquí?

Espera un momento. Se ve algo borroso allí al fondo entre la niebla.

¿Veis eso? Pregunta a Neil y Yael mientras señala en esa dirección.

Neil parece sorprenderse. Parece que después de todo todavía no ha llegado su turno de convertirse en un Wraith. Pero no ha sido consciente de que sus atacantes se hayan ido. Y estaba seguro de que había oido disparos. No tenían absolutamente ninguna identificación, ni su cartera ni nada de nada. Un puñado de dados de rol era todo lo que tenía en el bolsillo de su gastado y mugriento pantalón vaquero.

¿A lo mejor si que estamos muertos realmente? Pongámonos en camino o moriremos de frio. ¿re-moriremos?
Se da cuenta de que yael tiene que estar congelada bajo esa oscura y fina túnica. El está algo mas abrigado bajo su gastada y algo maloliente y remendada chaqueta de cuero, con la que en su momento fue timado por un compañero de clase pakistaní; pero la necesidad de conseguir que una mujer se digne a mirarle hace que el frio ya no tenga importancia...

Estooo, hace frio, ¿eh? ¿Quieres mi chaqueta? porque no llevas nada debajo de esa túnica... Oh no, Dios mio, otra vez esa incómoda erección. ...y te puedes congelar. Yo todavia tengo un jersey y si vamos a paso rápido no me enteraré del frio. ¡Como si estuvieramos en clase de gimnasia en el instituto!. Y solo de ver como el helador viento pega y moldea la túnica a las curvas de tu cuerpo hace que vaya con un calentón que ni te cuento. marchemos hacia ¿allá? ¿qué es esa figura que se mueve ahí delante?

Y tras dar su mugrienta y vieja chaqueta a la joven asiática comienza a caminar,a cojear, hacia la forma que se ve allí delante

Abro los ojos con la esperanza de estar en el tren que nos llevaba al concurso, o mejor aún, en casa. Pero en lugar de eso estoy en un bosque. El frío es terrible. Comienzo a temblar sin control. Gracias a Dios los chicos están conmigo. Me toco la cabeza y siento una punzada de dolor, atrás, en la nuca. No nos mataron sino que nos golpearon y nos dejaron inconscientes.

Jonathan me ayuda a pararme y Neil me dá su chaqueta.

-Gra... gra.... ci... as.

Llego a contestar, aterida de frío. Me doy vuelta y les pido que no me miren por un segundo. Bajo la túnica hasta la cintura y me pongo la chaqueta sobre mi cuerpo, paso los brazos y la cierro. Luego vuelvo a colocarme la túnica encima. De esa forma me siento más abrigada. Al menos es un alivio entre tantas cosas terribles.

-¿Es ta ta ta moss en Ru ru...

No me salen mucho las palabras. Me fijo en eso que señala Jonathan. ¿Qué se supone que sea? Comienzo a caminar junto con los chicos hacia el sitio.

"Cómo quisiera estar bebiendo la sopa de miso que hace mamá..."

Camino entre los dos para sentirme más segura.

Tras los rabiosos gritos de Jonathan y el intercambio de ropa con la que Yael se siente algo más abrigada, os encamináis hacia la misteriosa figura que se mece suavemente.

Observáis con horror que se trata de un hombre que además aparece mutilado. Lo encontráis colgado de un árbol pero os percatáis de que debió morir mucho antes de ser ahorcado. En primer lugar, la aparente cuerda de la que pende no es tal, sino una tira de carne viscosa y ensangrentada que sale de un extremo del mutilado cuerpo. Está congelado y la espalda la tiene llena de salvajes zarpazos. ¿Por suerte? el rostro no lo tiene del todo destrozado, y véis que se trata de uno de los mafiosos que os llevaron al bosque.

Jon aprieta los dientes para evitar que le castañeteen mientras avanzan hacia la figura bamboleante, que resulta ser... un hombre ahorcado con sus propias entrañas de un árbol...

Se lleva las manos a la cara, horrorizado no por el hecho de ver al hombre muerto, sino por quién o qué es el responsable de ello y cómo ha logrado hacerlo.
¿Serán ellos los siguientes? Se pregunta mientras nota que se le encoge el estómago.

Entonces reconoce al cadáver como uno de los gángsteres del tren y se descubre diciendo:

Me alegro que esté muerto...

-Por buda...!!

Digo y me llevo una mano a la boca. Aparto pronto la vista porque temo vomitar lo poco que tengo en el estómago. Me quedo un momento así, agachada, esperando la arcada. Como no viene, me incorporo lentamente y respiro.

-Ok, ok, mejor ellos que nosotros...

De pronto el frío no me parece importante. Lo que sea que hizo eso puede hacérselo a cualquiera.

-Tenemos que salir de aquí...

Pero eso es obvio.

No os lo toméis a mal, pero creo que ya estamos muertos. Si lo pensáis detenidamente veréis como nada tiene sentido para nuestros ojos. Es todo como un sueño responde Neil, quién no parece nada afectado.
¿sabéis lo que es un Wraith? Creo que es en lo que nos hemos convertido. Veréis, un Wraith es el espiritu de un fallecido que se resiste a abandonar este mundo cuando su carcasa mortal fallece. Y puede ser porque no ha asimilado su fallecimiento o porque aún tiene un vínculo o varios vínculos que lo atan con el mundo de los mortales.
fantasea Neil aproximándose al cadáver.

Pero ahora prácticamente nada puede hacernos daño. Ni siquiera el frio. En White wolf nadie decidió explicar como deberíamos hacer para librarnos del frio una vez no tenemos cuerpo...No tenemos donde ir. No merece la pena. dice mientras agarra un palo y con él mueve el cadáver del mafioso buscando un buen punto de visión del cadáver.

¡Qué peste! está colgando de sus intestinos. eso me recuerda... ¿Sabéis que los sajones tenían la insana costumbre de abrir el vientre de sus prisioneros y clavar un trozo de intestino a un roble y a obligar al infortunado a caminar en torno al árbol para forrar el tronco con sus propias tripas?

Neil noparece disfrutar de la situación pero tampoco parece ponerse demasiado melodramático. Parece que tiene mas curiosidad que miedo o angustia.

Miro a Neil con amargura y le digo:

-Te te in... in... te inyectaron algo, ¿verdad?

Pobre, estaba alucinando. Le puse la mano sobre el hombro y tratando de sonar tranquila, le dije:

-No te preo cupes... ya saldremos de aquí.

Esperé a que alguien diga por dónde ir, si es que alguno tenía idea porque yo no sabía absolutamente ni por dónde comenzar a dar un paso. Si los guiaba sería hacia cualquier parte.

¡¿Pero qué cojones dices?! Estalla Jon avanzando hasta Neil, apartando a Yael y arrancándole el palo de las manos y tirándolo lejos.
¡Este tio está muerto! ¡Muerto! ¡¿Me oyes?! ¡Y tú lo estarás pronto si no dejas de decir gilipolleces!

Jonathan jadea con la respiración entrecortada y el aliento se le convierte en nubes de vapor alrededor suyo. Parece una antigua máquina de tren. Poco a poco, su respiración y su ataque de cólera se va calmando. Después habla entre susurros:
¿Lo hueles verdad? ¿El hedor de la muerte? ¿Cómo podrías olerlo si fueses un fantasma?

Se da la vuelta y aprieta los puños. Se acabó. Vamos a salir de aquí. Vamos a sobrevivir. Así que basta de chorradas... Se vuelve hacia Yael ...y de lloriqueos.

Mira hacia el cadáver colgado.
Lo primero es registrar al muerto por si tiene algo que nos pudiera servir.
Después emprenderemos camino...

"¿Registrar al muerto? Por Dios que esté bromeando"

Pero a medida que se acerca a ese cádaver colgante me dí cuenta de que era en serio. Aprieté los dientes y me acerqué unos pasos pero era espantosa la visión.

"¿Tocarlo?"

El olor era espantoso y sería peor si no fuese porque hacía el suficiente frío para desacelerar el proceso de descomposición.

-Que que la luz... luz guíe tu tus pa pasos.

Digo a modo de oración super corta mientras meto las manos en los bolsillos de lo que ahora era una persona. Me cuesta mucho no salir gritando pero me concentro en encontrar algo que nos ayude a salir de esta pesadilla.

Neil parecía encogerse cuando Jonathan le pegó ese grito. Tímidamente bajó la mirada y un ligero temblor se apoderó de él. Tartamudeando y con un hiulillo de voz alvanza a decir:
Pero no hay lugar donde ir. Y vamos a morir de congelación antes de poder recorrer siquiera tres o cuatro kilómetros. Además no dije fantasma. Dije Wraith, es muy distinto.

La tensión entre vosotros va en aumento al mismo tiempo que el frío y la nieve parecen intensificarse. Jonathan se acerca al cadáver del árbol con cierto enojo, planteando la posibilidad de arrebatarle algo con lo pudieran contar en la oscuridad del frío bosque, una pistola. Por desgracia, conforme se acerca al cuerpo comprueba, entrecerrando los ojos por lo horrible de la visión, que carece de ropa y lo que parecían ser pantalones son sus propios músculos desgarrados, contusionados y posteriormente congelados.

Tras unos minutos de nueva discusión, exploráis tirititando la zona circundante y para vuestra sorpresa Jonathan parece haber encontrado lo que parece un camino apenas diferenciado del resto del paisaje. Así pues, os ponéis en marcha a través del frío y la nieve con una mínima esperanza de supervivencia.

La travesía es dura. El tiempo pasa y algunas conclusiones comienzan a sobrevolar vuestras ya debilitadas mentes. Jonathan piensa que no pueden tener tanta mala suerte continua; parece como algo o alguien los estuviera arrastrando hacia el abismo. Neil deja fluir esos pensamientos con un nuevo ejemplo comparativo de sus juegos de rol, lo que produce una nueva tensión entre vosotros.

Pasa el tiempo. Ya estáis todos prácticamente extenuados. El frío os congela hasta las uñas de manos y pies y parece extenderse poco a poco por el resto del cuerpo. De repente, un sonido gutural parecido al aullido de un lobo os "despierta". Demasiado grave para un lobo, pero lo peor de todo es que suena demasiado cerca de vuestra posición.

Os detenéis, os miráis con cara de espanto y salís a la carrera pese a no quedaros fuerzas ni para andar. Al fondo del camino comenzáis a vislumbrar algo: los tejados de unas antiguas casas, con sus chimeneas humeantes y recubiertas de nieve. Miráis hacia atrás, no lo véis, pero lo sentís muy cerca y sus aullidos casi parecen atravesaros los tímpanos. Llegáis jadeantes a la entrada del pueblo, veis personas aunque vuestra vista borrosa no es capaz de identificar a nadie. Extenuados, intentáis pedir ayuda. En ese momento caéis redondos al suelo, reventados y sin apenas fuerzas, lanzando una mirada horrible a vuestras espaldas.

[FUNDIDO EN NEGRO]

No sabéis el tiempo que ha pasado, pero cuando miráis por una ventana cercana comprobáis que ha dejado de nevar aunque el cielo continúa completamente encapotado y oscuro. También podéis ver que os halláis en un pueblo pequeño, de unas veinticinco viviendas de corte antiguo y completamente rodeado de un bosque frondoso. No veis lámparas ni farolas, y la únicas luz proviene de unas antorchas cubiertas bajo techos de madera.

La habitación en la que estáis es de adobe, pintada de blanco y con una gran chimenea que por suerte está quemando leña, lo que os hace sentir confortables. Además del fuego, la única iluminación la proporcionan un par de velas sostenidas en un candelabro. Os da la impresión de que este lugar está anclado en un siglo remoto.

De pronto la puerta se abre y un viejecito de unos 60 años entra vestido con ropa muy antigua, típica de los campesinos centroeuropeos del siglo XVII. El anciano lleva una bandeja con tres tazones de un líquido verdoso que huele a naturaleza y está muy calentito. Los ofrece en silencio.

Me despierto en una habitación que tiene una hermosa fogata que nos calienta. Estamos los tres juntos pero en lo que parece ser una casa, en ese caserío pequeño que vimos al fondo. Parece un pueblito auntiguo, ni siquiera sé si se puede llegar a decirse pueblo, por lo pequeño que es.

De pronto veo venir a un anciano que nos trae unos tazones de un caldo verde o algo así. Tiene un olor delicioso, o será que mi estómago siente que cualquier aroma que parezca comida es más que deseable.

-Gracias, Arigato.

Le digo tímidamente al hombre mientras recibo mi tazón. Estoy super hambrienta pero espero que todos tengamos uno para comenzar a comer.

"El calor se siente tan bien, realmente se siente bien... me siento viva, por primera vez en tantos días..."

Ehh,,, eh, Johny, yael, nos hemos metido en el bucle temporal.... Intentad no cambiar nada del pasado o se joderá el futuro. Bueno, de hecho ya hemos jodido el futuro viniendo al pasado, pero aun podemos hacer que no salga el agujero negro que destruya el continuum espacio tiempo. asiente resabiado, como si fuera un gran docto en esta materia.

Estar vivo es maravilloso. Y la sopa caliente también es maravillosa, sobre todo después de estar a punto de morir de frío durante la noche.

Sin ninguna vergüenza, Jonathan bebe la sopa dejando aparte la cuchara, groseramente, pero da igual, ¡está tan rica! Acaba el plato y se limpia la boca con el dorso de la camisa, feliz de haber llenado la tripa.
De pronto se siente muy animado, como si lo sucedido desde que llegaron a Viena no hubiese sido más que una pesadilla medio olvidada. Ni siquiera se molesta al escuchar los desvaríos de Neil. Incluso le hacen aparecer una sonrisa en su serio rostro.

Están en un pueblo. Lleno de gente hospitalaria además, y seguro que por muy atrasado que esté tendrán al menos un teléfono y podrán comunicarse con la civilización. Y pedir que les lleven a una ciudad de verdad.
Y pronto, muy pronto, volver a casa, a Inglaterra (Japón en el caso de Yael), y olvidar todo lo que ha pasado aquí.

Jon intenta comunicarse con el anciano, así que pide a Neil que deje de parlotear. ¿Qué está diciendo de un DeLorean?

¿Hola? ¿Cómo está usted, buen hombre? Nosotros ingleses... ingleses de Inglaterra... Inglaterra, el Big Ben, God Save the Queen... meentiendes?

El viejo os escucha en silencio, se rasca la cabeza y con las mismas sale de la habitación. Os da la impresión de que no ha entendido un carajo aunque dudáis de que lo hubiera hecho aun hablando el mismo idioma.

El líquido caliente, lejos de ser una sabrosa sopa, sabe a rayos, aunque pronto os calma el hambre y la sed, quitándoos el cansancio y algo de estrés acumulado.

Después de un intenso día por fin os sentís relajados. Yael ha dejado de tener la mirada perdida, el rostro de Jonathan realiza muecas parecidas a una sonrisa, y Neil, aun siguiendo a lo suyo, parece haber despejado sus fantasías sexuales por ahora.

A los pocos minutos la puerta de la habitación se abre de nuevo aunque esta vez aparece una mujer que, aunque aspecto anciano, debe tener una veintena de años menos que el viejo que os sirvió las tazas. La suerte parece sonreíros de nuevo cuando contempláis que la mujer habla inglés, aunque bastante deteriorado.

- Padre no hablar idioma. Bueno, padre no hablar todo el día. - se ríe mostrando una escasa dentadura ennegrecida - Yo Carmen. Alegrar ver despiertos. Dormir tooodo el día. Ya bien? - la anciana mujer parece preocuparse sinceramente.