Partida Rol por web

Muy buenas Drágalin, me alegro de tenerte en otra partida de ragnarok. No sé que voy a explicarte que no sepas ya, pero de las características, la menos comprensible podría ser Esencia, que representa tu aura y tu suerte.

Luego entre todas te repartes las siguientes puntuaciones, que ya sabes que oscilan entre 1 (torpe) y 10 (eminencia). Por cierto, te repito el 1.

Puntuaciones: 5, 8, 6, 3, 7, 5, 4 y 7.

Cuando lo tengas pasamos a las puntuaciones para las habilidades.

Reparto las características de la siguiente manera:

CAR 8 / INT 7 / VOL 7 / DES 6 / FUE 5 / CON 5 / ESE 4 / PER 3

Imagino al personaje como alguien que basa su exito personal en su manera de ser, que tiene las cosas claras y es un tipo muy listo (de ahi las altas puntuaciones en Carisma, Voluntad e Inteligencia). Por contra tiene una mala percepción en parte porque cuando se concentra sólo lo hace en lo que le interesa, olvidandose del resto del mundo, y a la costumbre de pasarse el día medio pedo.

Interesante Pj el tuyo, me gusta.

Ahora vamos al resto. Los pts de Coraje los puedes usar, durante la partida, para sumarlos a cualquier tirada D20 que realices. En total, se suman los puntos que emplees +2. P.ej. si usas 2 puntos en alguna tirada de estrés, sumas al D20 +5 puntos y te restas 2 del Coraje.
Tu Coraje es igual a tu Voluntad.

La vida es igual a tu CON. Al llegar a 0 no mueres, sino en -4, aunque restarás esa cantidad al dado D20 en cualquier tirada. De todas formas, el estrés es el que va a ser vuestro verdadero enemigo ;P

Habilidades: Por defecto tienes ciertas habilidades consideradas como innatas (correr, saltar, trepar...). Estas habilidades las tienes adquiridas por defecto, y a las apuntas se pueden sumar las más típicas (no te voy a hacet tirar para silbar), aunque no hace falta apuntarlas.

Las habilidades que no uses no podrás usarlas (de las de la lista), ya que se supone que no tienes ninguna experiencia con ellas.
Adquirir una nueva habilidad te cuesta 3 puntos, y ésta la adquieres a nivel 0, es decir, la puedes usar pero no suma bonificación al D20.
Subir el nivel de una habilidad te cuesta el doble del nivel al que desees subirlo.
P.ej. Si adquieres Conducir coche y la subes a nivel 3, te cuesta en total 9 puntos. 3 por adquirir la habilidad y 6 por subirla a nivel 3.

Si tienes cualquier problema comentame.

Una pregunta: ¿El total de puntos que podemos repartir entre las Habilidades es de 5D20+(INTx2)?

Así funcionaba en la partida de Sarah. Confírmamelo y te dejo el PJ listo para hoy.

Ui perdona, se me ha ido la olla con los puntos.

En total son 55 puntos para repartir como mejor desees.

Ten en cuenta que por estudiante recibnes, gratis, lo siguiente:
- Idioma nativo a tope y otro a tu elección a nivel 0

- Charlatanería y Archivos y biblioteca a nivel 0

- Como eres un artista, puedes elegir dos habilidades acordes y tomarlas gratis a nivel 0

55 puntos a repartir.

Por ser estudiante el personaje recibe:

• Idioma extranjero a nivel 0 (Francés, estudiado en la escuela).
• Charlatanería a nivel 0.
• Archivos y Biblioteca a nivel 0.
• Las dos habilidades artísticas elegidas a nivel 0 son Pintura y Escultura.

Habilidades elegidas a Nivel 0.

• Combate sin armas (Se ha metido en algunas peleas)
• Juegos de manos (Podría haber tenido talento como mago)
• Conocimiento de la vida (Ha vivido por su cuenta desde pequeño)
• Conducir (Coche) (Le gusta conducir cochazos)
• Disfraces (Su apariencia en sí es un disfraz)
• Frialdad (Es una persona que no se altera fácilmente)
• Lenguaje callejero (A pesar de su procedencia de buena familia, ha vivido mucho en las calles)
• Seducción (Colecciona amantes)
• Derecho (Estuvo un año matriculado antes de dejarlo)
• Psicología (Le interesa mucho, es autodidacta en este tema)
• Escritura (Le gusta escribir y asiste a talleres de escritura con frecuencia)

11 habilidades x 3 = 33 puntos.

55 – 33 = 22 puntos para aumentar habilidades.

1 Habilidad a Nivel 3, que será 6 puntos (quedan 16 puntos): Pintura
3 Habilidades a Nivel 2, que serán 12 puntos (quedan 4 puntos): Charlatanería, Escultura, Conducir
2 Habilidades a Nivel 1, que serán 4 puntos: Seducción, Escritura

El listado definitivo de Habilidades queda como sigue:

Archivos y Biblioteca 0
Combate sin armas 0
Conducir (Coche) 2
Conocimiento de la vida 0
Charlatanería 2
Derecho 0
Disfraces 0
Escritura 1
Escultura 2
Frialdad 0
Idioma extranjero 0
Juegos de manos 0
Lenguaje callejero 0
Pintura 3
Psicología 0
Seducción 1

Ya he completado la ficha del personaje. Incluyendo su historia, que te pongo aquí mismo y en las Notas del Personaje:

Para empezar: Jonathan Kutzel no es Jonathan Kutzel.

Es decir, se trata de un seudónimo, no de su nombre real, pero esto ya te puede empezar a indicar la clase de persona que es. Un mentiroso.
Su padre murió siendo él un bebé, pero les dejó a él y a su madre una pequeña fortuna, lo suficiente como para llevar una vida de lujo durante el resto de sus días.
Su madre era, de mayor se dio cuenta, una cazafortunas que se casó con su padre por el dinero. Ella se movía entre las clases altas como un pez en el agua. Sabía encajar y sabía cómo agradar y cómo comportarse en cada momento para conseguir sus intereses.
Lo poco que fue educado por su madre, fue en este arte de presentar ante los demás una fachada falsa, por lo que aprendió a mentir y fingir desde la más tierna infancia, convirtiéndose ésa en su manera de ser.

El resto de su niñez fue educado en los más caros y prestigiosos internados de Inglaterra. Era un niño caprichoso, consentido e inconstante, pero muy listo. Tras terminar el bachillerato y salir del internado pasó a la universidad para comenzar una carrera de Leyes, pero que dejó durante el primer año.
Y es que al cumplir la mayoría de edad, pudo disponer de parte de la fortuna de su padre (hasta ahora gestionada por su madre) y esto le dio la libertad. Decidió permitirse unos cuantos años sabáticos para decidir que hacer con su vida. La actual etapa que está pasando es la de "artista oscuro y siniestro" con la que está llevando un comportamiento bastante autodestructivo de juergas, drogas y relaciones esporádicas. Puede permitírselo, dinero no le falta. Es un artista de lo macabro, o eso se cree. Además, ese rollo le funciona con las tías. Se ha matriculado en Bellas Artes, asiste a talleres de escritura, se empapa de todo lo "siniestro" que encuentra... y mientras acude a todas las fiestas que puede.

Y, mira por donde, uno de sus relatos de terror ha ganado un premio. Pues qué bien. A lo mejor tiene talento para la literatura y todo...

Con esto, estoy listo para empezar.

Por fin ha llegado el día del viaje. No es que te entusiasme demasiado, pero al menos servirá para desconectar de la vida cotidiana y conocer mundo. Hace rato que abandonaste tu casa para dirigirte al aeropuerto de Londres, el Heathrow, el cual te llevará hasta Lyon, en Francia, donde te espera una guía enviada por la editorial a la que enviaste tu relato corto de terror, la Black Sabbat.

Caminas por un laberinto de calles estrechas y de lo más desagradables. Cae una pequeña llovizna y una ligera niebla no impide observar que es de noche y que no hay mucha gente a tu alrededor. Por un momento piensas que podrías haber avisado al chófer para que te llevara, pero lo cierto es que te da igual y sigues caminando.

Poco a poco comienza a llover más y más fuerte, y decides tomar un atajo que conoces bien para evitar mojarte. Al doblar una de las calles te encuentras con un grupo de adolescentes, más o menos de tu edad, vestidos con botas militares, cazadoras "Bomber" y con las cabezas rapadas.

Un ligero temblor te recorre el cuerpo al verlos de repente. Uno de ellos lleva una sudadera granate con las palabras Londonsdale impresas en negro, se acerca hasta tí y te pregunta amablemente.

- Perdona, llevas hora ?

Joder...

Me quedo quieto, paralizado durante un segundo mientras maldigo mi suerte. Precisamente ahora me tenía que encontrar con estos tipos. No hay que ser muy inteligente como para adivinar que si estos rapados están por las calles de noche y en mitad de la lluvia es que están buscando algo de "diversión".

¿Y qué mejor diversión que un tipo como yo, que por las pintas parezco salido de un funeral surrealista? Traje negro, sombrero negro, lentes azul oscuro y delgado como un espantapájaros. Vamos, que sólo me falta tener pintada una diana en mitad de la cara.

Aguanto la mirada del que me ha preguntado con serenidad y con firmeza. A pesar de tener el estómago encogido y que un sudor frío comienza a empapar mi espalda sé que debo aparentar confianza. Estos chicos huelen el miedo igual que un tiburón la sangre. Si se dan cuenta de lo asustado que me siento, estoy jodido.
Por suerte, aparentar lo que no soy es mi especialidad.

No, no llevo... Respondo con seguridad y logrando no tartamudear al mismo tiempo que estiro mis brazos para mostrar que bajo las mangas de la chaqueta no hay ningún reloj. Inmediatamente después, me giro y continúo mi camino por la acera, andando al mismo ritmo que antes, no más deprisa.

Me pregunto si llegaré a una calle principal. Si el grupo ha decidido que no ha terminado conmigo, entonces seguro que no. Me he metido en bastantes peleas a lo largo de mi vida y no tengo miedo a recibir un par de golpes... Pero ahora son cuatro contra uno. Me pueden dar la paliza de mi vida.
Pienso en mis posibilidades. En el brazo derecho sostengo la bolsa de equipaje, colgada del hombro. Si me giro con rapidez la puedo lanzar contra uno de ellos si se acerca lo suficiente. En la mano izquierda el paraguas cerrado que no he abierto todavía. Atacando con la punta, como un florete, puede hacer bastante daño. Y por último mis puños. No soy especialmente fuerte, pero todos los anillos que llevo hacen el papel de puño americano a la hora de pelear.

Ya está decidido. Si se vienen a por mí atacaré primero para sorprenderlos y luego echaré a correr hasta la calle principal en busca de ayuda o de un lugar donde meterme.

Completamente en tensión por lo que pueda suceder, continúo la marcha...

Bajo la lluvia, caminas a paso falsamente tranquilo con la esperanza de que aquellos siniestros muchachos se olviden de tí. Pero cuando apenas das un par de ellos alguien te zancadillea por detrás y caes al suelo dándote un brusco golpe en la frente. La sangre comienza a emanar y la notas por todo tu rostro. Estás algo desorientado, pero a tu alrededor escuchas unas risas malévolas y unos comentarios que no llegas a apreciar claramente.

Cuando intentas levantarte, sientes varios golpes en el costado, las piernas y la cabeza. Las costillas te duelen horrores y tienes la cabeza como si te hubieras golpeado fuertemente contra un yunke de hierro. Durante un instante desearías morir debido al dolor que sientes, pero de pronto los golpes cesan y vuelves a escuchar el único sonido de la lluvia a tu alrededor.

A tientas consigues levantarte, pero te sobresaltas al no encontrar ni rastro de los violentos muchachos. El golpe en la frente sigue ensangrentado y te pitan ligeramente los oídos, pero soprendentemente no te duele nada más.

Me apoyo en la pared, mirando alrededor, confundido. Observo la palma de mi mano, donde la sangre del golpe en la frente se mezcla con el agua de lluvia, diluyéndose en ella.

¿Qué coño ha pasado? ¿Ha sucedido de verdad? ¡El dolor era de verdad!

Debe haber sido el golpe en la cabeza. Ha tenido que ser fuerte, porque me ha hecho imaginar cosas extrañas. Sí, ha debido de ser eso...

Recojo de la acera la bolsa con mi equipaje, el paraguas y comienzo a andar, tembloroso, sin poder evitar echar rápidos vistazos hacia atrás. Pero no hay nadie.
¿Es que lo hubo alguna vez?

Necesito llegar a una calle principal. Necesito encontrar un pub abierto. Ir al baño. Verme la cara en el espejo. El aspecto es importante, no lo descuides. Y después tomar un trago. Dos. Lo que haga falta para calmarme.
Después llamaré a un taxi para que me lleve al aeropuerto. Lo que tendría que haber hecho desde un principio.

Confundido y con un ligero hinhazón en la frente, decides seguir caminando y buscar un lugar más abierto y concurrido pese a la lluvia. Al doblar la siguiente esquina, aún lanzando alguna mirada hacia atrás con cierto nerviosismo, te sorprendes al comprobar que en esa misma calle vuelve a aparecer una escena idéntica a la recién sufrida escasos segundos antes. Un grupo de adolescentes, diferentes a los anteriores pero con las mismas pintas, se percata de tí y uno de ellos se te acerca con unos andares muy chulescos.

- Perdona, llevas hora ?

Tienes la impresión de estar viviendo un dejávu.

¿Qué está pasando? ¿Estoy soñando? ¿O en mitad de una pesadilla?
Tengo que salir de aquí.

N-no, no llevo... Respondo con un tono demasiado cortante y con un ligero tartamudeo al mismo tiempo que estiro mis brazos para mostrar que bajo las mangas de la chaqueta no hay ningún reloj. Inmediatamente después, me giro y continúo mi camino por la acera, andando con algo más de prisa que antes.

Joder, es lo mismo que hice la otra vez ¿es que hubo otra vez? Y ya sabes lo que pasó... En esta ocasión estoy atento a los adolescentes, para que no me asalten sin que me de cuenta.

Tengo que salir de aquí.

Qué está pasando aquí ?

Es la pregunta que más asalta tu mente, por encima del aspecto y las intenciones violentas de los sujetos que te acechan. Justo en el momento en que balbuceas una negación y te levantas la manga para demostrar que no tienes reloj, un brusco golpe impacta en tu cabeza de tal manera que te lanza al suelo de nuevo, como instantes antes. Entonces empiezas a recibir patadas por todo tu cuerpo, incluída la cabeza. Mareado y confuso, apenas puedes distinguir tu entorno, ahora borroso. Todo sucede como a cámara lenta, hasta que la oscuridad comienza a apoderarse de tí lentamente...

[FUNDIDO EN NEGRO]

Un ligero movimiento te despierta de tu sueño. Lo último que recuerdas es estar recibiendo golpes a mansalva, hasta que casi parecías morir. A tientas abres los ojos y te das cuenta de que te encuentras en el interior de un vagón de tren, sucio, polvoriento y extremadamente descuidado. Debe tratarse de un vagón de animales o mercancía, pero se encuentra repleto de gente de aspecto apesumbrado y sus caras se aprecian macilentas y ojerosas.

A través de unos ventanucos del vagón se cuela una potente luz artifical que te recuerda a los focos de los estadios de fútbol. En un momento dado escuchas unos gritos del exterior en un idioma que no alcanzas a comprender, pero que es muy similar al alemán.

- Faul, bringen die yuden schweine und steckte sie in einer reihe gibt. Bewegen, um ihre identifizierung !! - el tono es enérgico e imperativo.

Ahora sí que siento como el miedo se me quiere echar encima como una ola gigante, arrastrándome a las profundidades. Respiro entre jadeos y siento una opresión en el pecho, como si una mano me atenazara el corazón...

A pesar de todo, sofoco el sollozo que viene a mi garganta y contengo las lágrimas que me acuden a los ojos, mientras retrocedo a gatas hasta un extremo del vagón y me acurruco alli, abrazándome las rodillas con los brazos. En posición fetal, mirando a mi alrededor con los ojos abiertos como platos, buscando una explicación lógica (o no, cualquiera me vale) para lo que estoy viviendo.

Pero no hay explicación.

Entonces la luz que viene de fuera y se cuela por las rendijas me ciega. Alzo la mano para protegerme de los focos cuando alguien empieza a gritar algo en alemán y mi mirada se cruza con la de un chico joven, delgado y pálido.

¿Dónde estamos? Me atrevo a preguntarle.

El hombre de aspecto terriblemente pesaroso tiene serias dificultades para mantener la mirada hacia ti, y en un momento de lucidez por su parte consigue balbucear ciertas palabras que te cuesta entender, pese a que las pronuncia en inglés.

- Tranquilo muchacho - en su cara se dibuja una mueca extraña y horrorosa, debe ser una especie de sonrisa - Sólo vamos a las duchas.

Enseguida, la puerta corredera del vagón se abre velozmente impulsada por alguien desde fuera. Es de noche, puedes ver una fina capa de nieve y una ligera neblina. Hay montones de soldados organizando la salida de montones de personas que, como tú, salen de otros vagones contiguos al tuyo. Todos ellos van vestidos de igual manera y puedes ver un número inscrito en sus atuendos. Otros soldados hacen guardia mientras sujetan con bastas correas a unos pastores alemanes con muy malas pulgas, ladrando sin parar y tirando con fuerza de sus amos. Los prisioneros son dirigidos a través de la nieve hasta un almacén construído en piedra no muy lejos de las vías. Al salir, el intenso frío te hiela hasta los huesos, y puedes observar en lo alto de una torre un potente foco de intensa luz que vigila todos vuestros movimientos.

Al verte parado y algo confundido, uno de los soldados se acerca hasta ti metralleta en mano, te agarra fuertemente de la pechera y te lanza al frío suelo cubierto de nieve bruscamente. Todos sus compañeros empiezan a reir grotescamente, con muy malas maneras y con miradas desafiantes.

- Wer bist du, was ist ihre zhal übereinstimmung? Dreckiger Jude, bevor sie einen schuss traf hier !!! SCHNELL !! SCHNELL !! -

Cómo reaccionas ?

Me incorporo con mucha dificultad. Es cómo si no tuviese fuerza en las piernas. Alzo mis manos temblorosas por encima de la cabeza mientras evito la mirar directamente a los ojos del soldado.

¿Q-qué? N-no lo entiendo... ¿Están hablando alemán? Parece alemán...

Termino de levantarme, tiritando, aunque no se si por causa del frío o del miedo.

¡No sprechen! ¡No sprechen!

El soldado se acerca hasta ti apresurado, metralleta en mano y apartando de mala manera a los prisioneros que se interponen en su camino. te estremeces y por un momento te invade el pánico, no has conseguido pasar desapercibido. De repente, un hombre de avanzada edad que ha sido empujado por el soldado reacciona como por instinto, un instinto catalogado de humano y civilizado, y reprende en voz baja al soldado. Éste no parece dar crédito a lo que oye, y agarra al hombre vestido con harapos y lo lanza bruscamente al suelo tras haberlo enganchado de la pechera. La gente de alrededor se aparta rápidamente, aunque compruebas con desánimo que todos continúan su camino, cabizbajos y pesarosos, aunque conscientes de lo que pasa.

La sangre te salpica y el cuerpo cae inerte al suelo, con un agujero del tamaño de un puño en la parte posterior de la cabeza. La gente de alrededor continúa su siniestro camino en filas ordenadas hasta la estructura de piedra, pero en sus rostros puedes ver dolor e impotencia.

Aparto la mirada del cadáver del hombre que con su intervención ha salvado mi vida y mis pies, actuando más por su propia cuenta que por la mía, dan un paso tras otro hasta llevarme a una de las filas que entran en el gran edificio.

No siento nada. Es como si todo esto fuera irreal. Creo que estoy en estado de shock. Me dejo llevar como una oveja dentro de la fila, mirando nada más que el suelo, donde la nieve se ha convertido en un barrizal.

Como una oveja... ¿hacia el matadero?