Partida Rol por web

Y por qué cree usted que la tenía tomada en especial con su marido? Qué tenía él que el resto de la familia no tuviese? No quiero importunarla señora, pero no quiero que, aqui mi amiga -dijo señalando a Agnetha- sufra ningún daño, y no he podido convencela de que no entre a la casa - aquello no era del todo correcto, no tenía intención de apartar a la señorita Elesten de su fuente de inspiración, pero así quizás la mujer dijese algo más-, asi que necesito cualquier información por insignificante que pueda parecer. Cualquier cosa puede resultar una pista. Sea amable, se lo ruego, intente recordar qué hicieron los días antes. Quizás encontraron algo extraño en la vivienda? Quien era el anterior dueño? Se la compraron a él directamente?

-No hicimos nada. Solo... esa cosa estaba allí. Y no le gusta que nadie esté en la casa. No debe entrar ahí-dijo la mujer levantándose y dirigiéndose hacia Agnetha. No tardó en entrar un hombre vestido de blanco que la cogió y la obligó a volver a sentarse.

-Por favor, debo pedirles que se marchen. No les dirá mucho más... -les dijo la enfermera amablemente ofrenciéndoles marcharse para no alterar mas a la reclusa.

A mi entender, el Doctor Temple había atosigado a la pobre demente con preguntas, y aunque el era el experto en medicina, seguía pensando que hubiese dado mejor resultado preguntar poco a poco. Por esto no me sorprendió que la enfermera nos pidiese amablemente que nos fuésemos de una vez.

Me levanté y bese la frente de la mujer - Tranquila querida, ya estás a salvo - le susurré antes de abandonar la habitación, mas en cuanto cerraron la puerta , me dirigí con paso seguro y enérgico hasta la reja del pasillo, esperando que la enfermera abriera esta y al fin, poder hablar con la primera muchacha que nos había recibido. 

No iba a poder sacarle más a la señora Macario. No al menos con el tiempo que tenían. Una pena.

Bien, querida - le dijo finalmente a Gabriela Macario- no quería asustarla, perdone mis modales, pero es que la preocupación me nubla la mente. No la molestaremos más. Aún asi, si alguna vez quiere contactar con nosotros, no tiene más que preguntar por el Doctor Temple y volveré encantado.

Beso su mano como despedida y salió junto a la enfermera y Agneta.

Habían quedado con el resto del grupo a la entrada del Hospital , asi que Temple  se dirigió, ofreciendole cortesmente el brazo a la señorita Elesten, hacia la salida.

Según esperaban le comentó.

- Qué le ha parecido, cree que podemos sacar algo en claro de lo que ha dicho la mujer? Creo que tendríamos que haber hablado con Vittorio Macario, parece que era él el sujeto de tanta locura.

Cogí el brazo que tan amablemente me ofreció el Doctor Temple y salimos del recinto - creo que si, que podemos sacar cosas en claro, solo tengo que analizar un poco mejor sus palabras, siento que hay algo que no veo - le digo intentando hacerme explicar - pero sin duda, creo que deberemos volver por aquí, volver a hablar con la mujer, y si es posible también con el Señor Macario... sigo con la idea de contactar con los hijos...puede que ellos nos den una visión mas real de todo lo que sucedió en esa casa no cree? 

Miré en ambas direcciones buscando a las dos personas con las que habíamos quedado - creo que nuestros compañeros se retrasan - comenté mas seguía analizando las palabras de la Señora Macario en busca de aquello que casi podía tocar con los dedos.

Tras un par de horas los cuatro investigadores se reunieron de nuevo en el lugar acordado... 

Allí estaba yo, junto a Pequeño J, caminando por la acera de la calle mientras apuraba el último par de caladas de un cigarrillo para después deshacerme de la colilla, divisando como Agnetha y el Dr. Temple esperaban nuestra llegada tal y como habíamos acordado anteriormente, allá a lo lejos, junto aquel edificio, el hospital mental.

Llevaba un buen rato caminando con un bolso cargado de cosas, me sentía algo cansada y con molestias en la espalda, faltaba poco para que oscureciese, una hora más o menos, pero aún así esperaba que tanto el doctor como aquella mujer estuviesen dispuestos a visitar la vivienda, esperaba hacer mi trabajo cuanto antes. Pero primero pensé que mis compañeros debían hablar con aquellas personas, confiaba en que los testimonios de esa pobre gente descentrara la capacidad de raciocinio del trio, con las típicas historias que suelen contar los locos, con suerte, chaladuras lo suficientemente siniestras como para, al menos, asustar a aquella rubia tan curiosa. Estaba dispuesta a utilizar aquello en mi beneficio, esperaba montar un teatrillo en la vivienda, aprovechando el ambiente que suponía se crearía en el hospital, y finalmente, con fortuna, llegar a tiempo para la cena con Rosa.

-Hemos llegado, J- dije alargando el brazo y señalando a Malloy la situación donde se encontraban el Dr. y Agnetha.

Caminé un poco más rápido hasta llegar a la posición donde se encontraba Agnetha y el Dr.-Buenas tardes- dije amablemente.-Ya estamos aquí, como habíamos acordado. ¿Han preguntado ya en la recepción si podemos pasar todos, o es que acaban de llegar?- pregunté sencillamente de forma espontánea.

Luego de realizar las compras que Rene necesitaba, lo cual no fue tan aburrido como J penso, llegaron al sitio acordado. El joven llevaba con una mano la bolsa de las cosas descansando sobre su espalda. Procuraba dar un aire de maton, porque ha decir verdad aquel sitio no le agradaba mucho. No porque tuviese miedo en si, el preferia llamarle respeto. Una vez mas sintio deseos de beber Coraje pero esta vez tenia las manos ocupadas, ayudando a alguien mas, para variar un poco. 

Asintio ante el comentario de su compañera, y se puso a observar la infraestructura externa del sitio. Tenia unas altas rejas, pero no parecia dificil de saltar con algo de entrenamiento. Supuso que la falta de seguridad extrema del lugar se debia basicamente a que nadie querria entrar por voluntad propia. Salir, seria otro cantar.

Seguía enfrascada en la conversación con el doctor Temple cuando llegaron los dos jóvenes a los que esperábamos - Queridos, como comprenderéis el tiempo apremia y dada la hora a la que nos hemos separado , el Doctor y yo ya hemos hablado con la Señora Macario - respondo a su pregunta con una sonrisa amable - por supuesto os contaremos todos los detalles de tan curiosa conversación, pero creo que lo mas propicio sería ir a la casa en cuestión, de camino podemos hablar de todo lo que queráis - estaba realmente interesada en ver el "don" de la joven y los misterios que podríamos encontrar en la casa, estaba incluso ilusionada con el tema y sobretodo ansiosa por comenzar.

-Estupendo, me parece muy bien- dije sencillamente a las palabras de Agnetha, por sus palabras no tuve la impresión de que la mujer estuviese en absoluto condicionada por la visita a la Sra. Macario. -Nosotros ya hemos comprado lo que necesitábamos para tratar la vivienda- dije a la vez que mecía mi pesado bolso de cuero marrón mientras miraba por un instante a Malloy cargando los limones, para después, volver a dirigirme a la dama. -Será mejor darse prisa, me gustaría evaluar y dar el primer repaso a esa casa antes de la cena- apunté en un tono profesional mientras miraba por un instante y de soslayo al Dr. Temple.

Noté por la brisa que corría atravesando la calle que la temperatura empezaba a refrescar, recoloqué mi pañuelo del cuello para abrigarme algo mejor, sin coquetería alguna, para después colocar mi melena sobre mi pecho de una sola brazada -Pues, vayamos entonces- dije sencillamente, con disposición y casi de forma ánimada.

Por el camino, Edward puso al corriente al resto sobre su corta conversación con la señora Macario.

- No nos han permitido ver a Vittorio Macario, dicen que está muy mal. A la señora la he visto con más miedo que otra cosa. Decía que había un 'ente' en la casa que, cuando se enfadaba, empezaba a tirar cosas por los aires. Cuando se despertaba, se la encontraba mirándola fijamente, y lo más importante, que la había tomado especialmente con el señor Macario.

Quizás deberíamos investigar quienes fueron los anteriores propietarios a los Macario y tambien deberíamos averigüar los detalles de la vida de Vittorio; a qué se dedicaba, si tenía antecedentes... 

Tenía que confesar que aquel caso le estaba empezando a resultar interesante: era como cuando investigaba un brote epidémico. Una vez encontrada la fuente, se solucionaba rápidamente el problema.

Escuché atentamente al Dr. Temple mientras caminábamos, sus palabras no caían en saco roto, sobre todo al hacer referencia a un supuesto ente, era la excusa perfecta para trabajar con aquello y el pilar de coherencia que utilizaría para preparar mi teatrillo, me sorprendió lo fácil que sería desempeñar mi trabajo con eficacia sin demasiado esfuerzo, hasta el momento lo más complicado de aquel trabajo era cagar con aquel bolso cargado de cosas, hasta el brazo tenía dormido.

Mirando al frente y aparentemente sin reparar en las palabras de Temple, sentencié:

-No necesito hablar con los antiguos propietarios, conozco rituales la mar de buenos, si es cierta la presencia de un ente en la vivienda le pediré que la abandone amablemente, si es inteligente y sabe a que atenerse no volverá a causar problemas, sino descuide, conozco la forma de sacarlo de allí... y si pretende complicarnos la vida haré que se lo trague el infierno.- Dije con el pecho hinchado cual paloma brava, intentando impresionar a mis compañeros.

-Ahora bien- apunté al Dr Temple- Si lo que quiere es hablar con esas personas y remover este asunto, por morbo, o por cualquier otra razón, no tengo ningún inconveniente, pero recuerde que nos pagan por dejar habitable la vivienda, no por nada más. No intente encontrar una razón o un motivo para lo que puede estar ocurriendo en la vivienda, son cosas que pasan, y usted no está preparado, ni si quiera yo misma tengo la certeza de estarlo si me apura, pero le diré algo que tengo muy claro, los Macario son personas con habilidades psíquicas de las que probablemente no sean conscientes, como tales, a veces pueden distinguir las características de las sombras, que son seres con los ojos rojos brillantes. Lo que esta claro es que algunas de estas sombras se alimentan de la energía que desprendemos del miedo, incluso llevando a la muerte a ciertas personas a través de lo que se conoce como la muerte súbita, usted es doctor, sabrá de lo que hablo.

Algunos testigos creen que se trata de la sombra de una persona difunta o un ser del más allá, otros piensan que se trata de bajos astrales, seres del inframundo. Son formas oscuras y desaparecen o se mueven entre las paredes o muebles. Los encuentros suelen ir acompañados de un sentimiento de temor. No teman, lo tengo todo controlado.- dije intentando anular al Dr. Temple, metiéndole el miedo en el cuerpo con la intención de manipularle en un futuro a mi antojo, sin duda pensé que de mis tres compañeros, el Doctor, sería probablemente el más difícil de manipular, sabía que debía actuar de aquella forma con él.

Edward no pudo más que sonreir ante las palabras de aquella exótica mujer. Sus ojos brillaban con inteligencia felina. Sinceramente no pensaba que ni ella misma se creyese la mitad de lo que decía.

El doctor Temple trabajaba con lo más bajo de la sociedad londinense y sabía lo que la gente era capaz de hacer por ganarse la vida. No iba, por ningún medio, a desacreditar a aquella bella dama. Le seguiría la corriente, él no tenía nada que ganar o perder en aquella comedia. Solo le habían encargado una cosa, proteger a la señora Elesen, seguir el juego de René no se interponía en su misión. Además, aquella mujer le gustaba cada vez más.

Sí, señora- le respondió con humildad y sometimiento-. No quiero interferir en su trabajo ni interponerme en la ira de algún demonio-sombra de ningún tipo. Si piensa que puede solucionar esto sin ningún contratiempo, le ayudaré encantado. Aunque he de confesar que el pasado de Vittorio Macario me ha despertado la curiosidad, parece un hombre cargado de remordimiento.

Bueno, vayamos a la casa y veamos lo que hay ahí dentro.

Escuché complacida las palabras del Dr.Temple mientras caminábamos, me gusto ver cómo se mostraba colaborador conmigo. Mis compañeros parecían buenas personas, empezaba a pensar que aquel trabajo podría resultar incluso agradable en su compañía, decidí ceder un poco:

-Si les parece podemos descargar en la casa, no tengo muchas ganas de seguir cargando con todo esto- dije señalando simplemente a mi bolso- y una vez allí podríamos plantear cual será nuestro siguiente paso, tratar la vivienda si fuese necesario o investigar quienes fueron los anteriores propietarios y averigüar los detalles de la vida de Vittorio.- dije para terminar mirandoles con una ligera sonrisa, mostrándome tan participativa como el Dr. Temple.

Todo indicaba que habia mas para roer en aquel asunto, pero J tan solo esperaba tener su oportunidad de tomar gentilmy suavemente algunas joyas de la escritora una vez dentro de la casa. Aqulel misterioso y placido dia le estaban menguando de sus deseos de un gran botin. Despues de todo tambien tendria parte de la paga por hacer lo que fuera que hiciesen en aquella casa. Decidio que seria mejor relajarse y disfrutar de su alocado dia libre. Ya se presentara la oportunidad, penso, sonriendo ligeramente y sin poder evitar ver a la mujer mas adulta de costado.

Por otro lado, Rene continuaba mencionando lo cansada y pesado que era su bolso, y aunque el pudiese darle una mano con eso, no estaba seguro de querer hacerlo. Algo le decia que no le dejaria, y que mejor seria no meter mato en la bolsa de aquella mujer. Simplemente acomo las botellas de leche que cargaba y espero en silencio a que los demas decidieran. 

Quiere que se lo lleve? - ofreció el doctor.

Como bien dice, vayamos a la casa y veamosla de una vez. Quizás no necesitemos investigar nada más y esas maravillosas manos suyas eliminen de un solo golpe todo espíritu perverso que se encuentre en ella - guiñó el ojo a la señorita Peterson de forma cómplice.

Me gustaba la forma de ser de René, segura de si misma y de si "don" , pero si quería impresionarme tendría que hacer algo mas que hablar y hacer un ritual donde pareciese que es poseida por un espiritu, ente o lo que fuese, me había documentado bastante bien con respecto a este tipo de personas, eran el centro de atención para mi ya que tenía en mi mente una historia donde una de ellas sería el centro,pero en ese mismo afan por encontrar una manera plausible de enfocar ese personaje, me había encontrado con demasiadas charlatanas que juegan con la mente de las personas.

Sin duda querida, haréis un excelente trabajo, pero cada uno de nosotros debe seguir lo que creemos que podemos, vos por ejemplo, podéis liberar la casa de tan pesada carga estoy segura, pero nosotros, los demás mortales que vamos tenemos que buscar una forma de ayudar.

Aunque estoy de acuerdo en que ahora mismo la mejor idea es ir a la mansión, para que vos podáis limpiarla - como siempre mi voz era dulce y una enorme sonrisa adornaba mi rostro, realmente esperaba que esta joven tuviese el don del que presumía.