Partida Rol por web

Una banda organizada de ladrones de libros ha atacado hace unas semanas los templos de Yen-Shang y el templo de Mon-Shang. Esos ladrones nos han robado nuestro legado. Lou-Yang, mi maestro, me ha asignado la misión de ir a visitar al druida Avaloki-Sadva para pedirle consejo, el templo de Lu-Shang, aún no ha sido atacado del que debo partir en busca de ayuda pues se teme que así ocurra.

Loy-Yang parte del monasterio de Lu-Shang atravesando el sur del Gran Páramo y tarda 12 días en llegar a Núbelon. Ha pasado las noches en diversas cuevas heladas. Auque en ocasiones el frío hacía temblar el cuerpo del monje, este estaba decidido a cumplir con su cometido, estaba cerca del encuentro con el druida, allí encontraría respuestas a la función que debía desempeñar, además esa noche dormiría en un lugar caliente. Llevaba consigo a una llama un animal que le resultaba muy útil para descansar lo mínimo en el trayecto, sabía que el tercer monasterio del que venía, el monasterio de su querido maestro  podía ser atacado en cuestión de poco tiempo, así que era un asunto de suma importancia...

Estaba bastante cansado cuando llegué a las puertas del monasterio. Casi dos semanas completas con la única compañía de una yama malencarada y que desprendía un olor muy desagrable. Aún así mi ánimo era bueno. Estaba al comienzo de lo que yo consideraba mi prueba. Mi maestro y mentor había confiado en mí, y yo estaba ansioso por conocer algo de vida fuera del monasterio, y seguir mi aprendizaje.
Nunca había visitado un pueblo como Núbelon. En realidad, desde que ingresé en el monasterio siendo niño, apenas había salido a una jornada de distancia de mi hogar. Se respiraba paz y tranquilidad cuando llegué a lo que parecía la plaza central del pueblo.
Los gnomos que curiosas criaturas, que siempre parecían tan atereadas, pero a la vez siempre dispuestos a parar sus quehaceres para tener un momento de charla. Yo apenas intercambié un par de saludos, lo justo para preguntar donde quedaba el hogar del druida, ya que andaba bastante perdido.
Intenté relajarme y pensar friamente. No sabía como podría ser el druida que dirigía aqué lugar. "Escucha más de lo que hables, por eso la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca". Eso es lo que mi maestro siempre me había enseñado.
Al final de la plaza, dos curiosos gnomos charlaban mientras veían que me acercaba a ellos.

- Buenos días monje de tierras lejanas- me preguntó el más alto de los dos, con un atisbo de sonrisa en la cara.
-. Buenos días. Vengo buscando al druida Avaloki-Sadva. Soy el pupilo del maestro Lou-Yang. He partido hace doce días, buscando consejo. ¿Podría ser que lo coonocieséis?. En todo caso, un lugar para descansar y algún bocado, para mi compañero de cuatro patas y para mí, sería bien recibido-. Y respondí a su sonrisa.

Los dos gnomos se miran un momento y sonrien.- Porsupuesto que lo conocemos, commo no... Vive a las afueras del pueblo en un rincón de un bosquecillo de castaños, no tiene pérdida, hay un hermoso lago, es por allí.- Uno de ellos te señala a las afueras del pueblo por una ruta que llegua hasta donde empiezan un bosque. Uno de llos parece que tiene algo que preguntarte pero finalmente no lo hace y dejándote de lado como si no estuvieras comienzan hablar entre ellos en un idioma que apernas conoces, deduces que debe ser el que utilizan los gnomos....

Les doy las gracias haciendo una ligero reverencia, y me apresto a seguir el camino que me han marcado. Perita, "un nombre demasiado dulce para una yama tan desagrable" camina a mi lado, mientras la sostengo con las riendas. Pronto veo los primeros castaños, que me acogen con su sombra. Me gusta caminar entre los árboles, con el viento silbando y el rumor de las hojas.
"Si escuchas atentamente, hasta es probable que oigas palabras, y conversaciones en un bosque. Mantén siempre los sentidos alerta, y verás las maravillas que nos rodean y pasan desapercibidas" Las palabras de mi maestro, retornaron a mi mente. Pero en verdad, por mucho que lo intentaba, no lograba escuchar nada, que no fuera el sonido de las hojas y las ramas.
Llegué al lago. "Precioso en verdad, y diría que profundo!. Voy a aprovechar para para lavarme un poco la cara" Perita bebió un poco de la fría agua, y me miró como complacida. cuando termino de lavarme me siento inquieto. "Es hora de comportarse digno de tu maestro, asi que concéntrate" Para mí cualquier novedad en mi viaje, era parte de la prueba que se me tenía asignada, y no quería defraudar.

Justo cuando te estás mirando con tu buen animal y empiezas a sentirte inquieto, notas como si otra presencia hubiera entrado en el lugar, enseguida levantas la cabeza en dirección donde esperas encontrarte a alguien, pero tan solo ves unos árboles cuyas ramas se mueven, entonces de otro lado escuchas una voz algo profunda pero serena y a la vez reconfortante.

- Que hace un monje solo tan lejos de sus tierras. El motivo debe ser importante puesto que noto en ti como si llevaras un gran peso encima...

Al girarte hacia la voz te encuentras con un anciano delgado de larga barba blanca que te mira con suspicacia, y antes de que empieces hablar te corta con un gesto de la mano.

- Está bien, podrás explicármelo dentro de casa, creo que vienes cansado y supongo que tendrás ganas de comer caliente y reposar tus trabajados pies... Me equivoco? Sígueme una vez allí dejaré que te expliques.

Coges las riendas de tu animal algo confuso, pero puesto que supones que es el hombre al que buscas lo sigues sin más. Detrás de unos árboles más adelante se abre un pequeño claro donde entremezclado en árboles aparece una pequeña casa, en la puerta se ve una tela de lino con unas enredaderas de flores por el marco junto a una pequeña ventana. A la entrada de la casa una mesa con un artefacto encima donde encima de este está apoyado un pájaro, deduces que es algún tipo de nido doméstico. El hombre entra apartando la tela a un lado seguro de que le sigues, una vez dentro te hace sentarte mientras te prepara un cuenco con comida de un caldero recién hecha.

- Y bien?

.-Gracias por su hospitalidad Maestro. Un plato delicioso.- Digo asintiendo ligeramente con la cabeza.
.-Mi nombre es Loy-Yang, díscipulo de Lou-Yang, y tenía toda la razón ahí fuera, traigo una misión importante y que nos está llenando de dudas. Mi maestro me encomendó la misión de buscar al Druida Avaloki-Savda, para pedirle consejo y noticias. Hace no mucho tiempo, algo horrible ha acontecido en los templos de Yen-Shang y Mon-Shang....- Dejo mi cubierto sobre la mesa, y me agarro ambas manos, mientras miro al druida. Me sorprende su delgadez. "Aunque es un anciano ya, y con tantos años de vida dedicada al estudio, y seguramente sin parar de aprender, quizá sea normal"
.-Nos han robado, nuestro legado. Ámbos templos han sido atacados, y muchos pergaminos han sido sustraidos.

 Ese es el motivo de mi misión y de la carga que no yo sólo llevo, sino todos los monjes que convivíamos en paz y armonía.- Dirijo mi mirada al pequeño nido, después al anciano Druida y luego la bajo, sin saber muy bien donde mirar

El druida se queda mirando al monje con cara de circunstancia, empieza a caminar de un lado a otro acariciándose su larga barba, parece preocupado y va mirando de vez en cuando al joven monje, finalmente se detiene, coge una silla y se sienta frente a Loy-Yang.

- Esto es lo que has de hacer, y es mi consejo, por lo que me has dicho están organizados, mmmm... Bien deberás acercarte hasta Ánubel una gran villa, allí tu objetivo deberá ser encontrar mercenarios o aventureros para que os ayuden a los monjes a defender el templo que queda de esos saqueadores... Creo que debes partir cuanto antes, pero será mejor que hagas noche aquí, mañana a primera hora te dirigirás hacia allí. No te será fácil, pero estoy seguro que el gran maestro Loy-Yang te ha enseñado bien....

- Bueno ahora deberás descansar tienes un cometido arduo y duro de resolver, espero que los dioses te acompañen, allí podrás pasar la noche. - Le señaló un camastro que tenía en una pequeña habitación contigua a la sala de donde se encontraban, en cuanto el sol asome te despertaré, descansa hasta entonces...

Apenas conseguí conciliar el sueño en toda la noche. Aunque no quería reconocerlo, estaba temeroso. "Tanto tiempo esperando tu prueba, y ahora te da miedo el mundo" No sabía lo que me aguardaría si tomaba el camino al cual me instaba a seguir el druida. Sabía que la ciudad de Anubel, se encontraba al sur, y también sabía que más o menos a mitad de camino se erguía una fortaleza. " Qué me espera allí?" me preguntaba. "Quizá Avaloki, me pueda instruir en las costumbres de lo que me iba a encontrar"
Por otro lado estaba confuso. "Mi maestro es Lou-Yang, quizá debería regresar e informarle de la misión que me ha sido encomendada. Quizá su intención no era contratar mercenarios para proteger el monasterio" Tantos quizá me rondaban en la cabeza, y no paraba de buscar inútiles respuestas.
"Loy, recuerda que en este viaje, te verás sometido a varias decisiones, y pruebas. Usa el conocimiento que has aprendido aquí, y sigue tu instinto" Las palabras y la imagen de su maestro, le aparecían nítidas en su mente.
Pero había algo que le incomodaba. Una pequeña espina en su cabeza que le prevenía contra llevar intrusos al monasterio. " No seas idiota. El druida tiene razón. Se ha demostrado que los monjes solamente, no han podido luchar contra esa banda de malvados. Necesitamos el servicio de profesionales"

Y su cabeza se inclinaba a creerlo, pero por otro lado, consideraba a los mercenarios dignos de poca confianza " Demasiado materialistas, capaces de matar por dinero y riquezas" Algo incomprensible para él.
.-De acuerdo, iré a Anubel.- pensé en voz alta.
Me levanté con las primeras luces, poco descansado, pero dispuesto a partir a encontrar esas personas que le pudieran ayudar a proteger el valioso legado de la sabiduría, que era lo único que realmente importaba.
"Espero poder ver a Avaloki, antes de irme, para que me diga que precauciones tomar"

(Tiradas de escuchar)

Tranquilamente mientras estás dormido encima del árbol comienzas a tener algún que otro sueño inquietante, como si algo a tu alrededor te estuviera perturbando, después de un rato estar así abres los ojos en estado de alerta, sabes que algo no va bien, agudizas un poco los oídos y escuchas a la llama que relincha inquieta, eso no es nada bueno, pues sabes que es un animal muy tranquilo, intenta agudizar los sentidos para ver si escuchas que haya algún animal cerca al acecho y por ello el motivo de la inquietud del animal...

Escuchas unos pasos de lo que parece otro ser, con unos sonidos que no llegas a entender, como si hablase, pero no logras descifrar si son sonidos de una lengua a gruñidos  de un animal, provienen de muy cerca de donde se encuentra la llama, intentas asomarte por una rama para averiguar que pasa, intenta no hacer nada de ruido (Mov. Sig), logrando parte en el intento...

(Avistar)

 Te asomas un poco y ves como un ser pequeño con piel escamosa de un color marrón oscuro se acerca muy sutilmente, parece como extrañado o al menos eso es lo que crees, por lo visto nunca ha visto un animal como aquel, el ser tiene dos pequeños cuernos de color claro en la cabeza, sus brillantes ojos rojos te llaman la atención, igual que la cola que le sigue por la espalda, su ropa es algo andrajosa, y en una de las manos porta lo que parece una lanza la cual está apuntando a la llama, mas por comprobar que hace el animal que como amenaza, la llama cada vez está más nerviosa, sino fuera por que está atada al árbol hubiera escapado de inmediato...

"Intenta ser rápido y silencioso, estás preparado" Intento tomarle desprevenido mientras sigue centrado en Perita. ¿ Pero, estará sólo, o habrá más de su raza cerca ?. "Tendré que tener cuidado"
Es mi primera prueba, y quiero ser digno pupilo de Lou-Yang. "Demuestra que estás preparado, tu aprendizaje sigue su curso"

El monje se encamina suavemente por algunas ramas del árbol lo mas silencioso posible, estaba al acecho de aquel ser, con escamas. Cuando cogió la posición adecuada efectuó un salto espectacular dando un mortal hacia atrás para quedarse lo mas cerca posible del ser y así pillarle desprevenido, así fue la caída fue tan ligera que apenas si hizo ruido, estaba apunto de atacar al ser cuando este se giraba al notar su presencia, después el monje antes de seguir con su ataque se percató que como efectivamente suponía, no estaba solo, un par de esos seres acechaban por los costados, no tenía tiempo que perder así que ahora un poco precipitado ejecuto el ataque, el Kobold se reaccionó a tiempo y pudo esquivar el golpe en el último instante, entonces se puso en modo de defensa esperando a que sus compañeros vinieran en su ayuda.

Me encaró con el ser que estaba amenazando a mi bestia. Ya había perdido el factor sorpresa. "Maldición, no puedo desaprovechar el pillar desprevenido a un adversario!!" " Qué hago?, intento quitarme a éste rápido de en medio, y me agazapo buscando refugio en algún árbol para poder defenderme de los tres?"
Había sido adiestrado para momentos como éste y más complicados..."Divide y vencerás". Ese era el consejo de Lou-Yang. Así que me dispuse a abatir al sorprendido ser que tenía delante.
Le lanzo una furiosa embestida de puñetazos, pero para mi incredulidad, usando su lanza a modo de defensa, logra pararlos. Le miro, y cuando veo que se dispone a responder a mi ataque, me coloco en posición defensiva.
"Tienes que concentrarte, eso no es un juego, debes relajar tu mente, o no saldré de aquí"

El monje había tomado una decisión utilizaría sus artes aprendidas durante duros entrenamientos para salir airoso de aquel desafortunado encuentro, pero por lo visto parecía mas nervioso de lo normal, intentó hacer uno de sus golpes preferidos de velocidad, sabía que perdía precisión pero su intención de acabar con un combatiente antes de que los otros dos se lanzaran a por el era mayor, desafortunadamente los nervios le podían y sus ataques letales con el puño parecían simple gestos de intentar asustar a la criaturas, o así parecía que lo creían las criaturas pues una especie de mueca o sonrisa salía de la comisura de sus mandíbulas.

Las criaturas cogieron confianza puesto que vieron que al ser que atacaban no portaba arma ninguna, y lo único que intentaba hacer era asustarlos con gestos extraños de movimientos con sus brazos.

El Kóbold que el monje tenía delante intentó pinchar al humano con la lanza pero tal vez estaba más divertido que amenazado y eso hizo que la lanza apenas rozara al monje, el cual estaba concentrándose para no ser pasto de sus armas. El Kóbold que tenía debajo se acercó rápidamente con la lanza en alto he intento pinchar el pecho de Loy-Yang, pero este estaba demasiado atento y su entrenamiento en el combate había sido muy completo y sin dificultad pudo esquivar el golpe con un movimiento rápido. Uno de los seres por lo visto quedó atrás de todo mirando lo que sucedía...

"Bien, bien. Al menos mis reflejos están en su sitio. Debo concentrarme en quitarme al menos a uno. Respira hondo" Percibo que son dos los que toman la iniciativa, mientras un tercero mira divertido. Yo doy pasos manteniendo la distancia y calibrando a cual de los dos intento quitarme de en medio antes." Si al menos pudiera quitarles sus malditas lanzas..." Me abalanzo sobre el mismo ser, que había intentado golpear primero...
Esta vez intento alcanzarle con una patada lateral, pero vuelvo a quedarme muy corto. Mi pié pasa a más de 30 cms de su cara. Empiezo a sentir dudas e impotencia..."yo me creía preparado, tengo que estarlo...que me ocurre?!"
Le lanzó una mirada de desafío al primer ejemplar, y miro de reojo al otro miembro. Noto sus ojos rojos clavados en mí. Empiezo a sentir algo de miedo...pero vuelvo a respirar hondo. " Vamos!! esto es parte de tu aprendizaje, no lo olvides!!"

El monje intenta una patada al kóbold que parecía divertirse, el cual parece ponerse serio en cuanto el pie pasa cerca de su cara, al instante algo decidido clava la lanza en un brazo al monje, el cual gime de dolor al notar lo afilada que está, la cosa empezaba aponerse seria, el monje debía concentrarse mucho o no saldría vivo de su primera experiencia en un combate a muerte, el segundo kóbold que tenía al lado intentó hacer lo mismo que su compañero, pero esta vez el monje utilizó su gran habilidad y esquivó hábilmente el golpe, mientras el tercer ser, se acercaba mirando con atención....

La llama, el animal del monje saltaba encabritado por los sonidos de los seres y la lucha....

El dolor en el brazo me toma por sorpresa. Temía defraudar a su maestro, al druida Avaloki, y deshorar su monasterio. No podía permitirlo. "Debo cambiar de estrategia...golpea y huye un tramo, intenta que no lleguen a ti" Sino preveía que lo iba a pasar mal. "Si fallo el siguiente ataque quizá sólo pueda intentar huir" miré a la nervisa yama, y una idea se me ocurrió.
El dolor en el brazo hace que casi me sea imposible levantarlo para golpear a la odiosa criatura, y con un gemido lanzo mi puño al aire, más bien en señal de amenaza..."Venga Perita! Sálvame de ésta".
El golpe es tan desastroso que estoy a punto de caer, pero aprovecho el impulso para hacer un salto mortal hacia adelante, sanltando sobre el lomo de mi animal y iendo a parar detrás del árbol para intentar protegerme de mis rivales. [I]" Pero, no debo huir. Si la naturaleza quiere que mi aprendizaje continue, me sonreirá la fortuna. Sino, moriré aquí esta noche"