Partida Rol por web

El País de los Sueños

Episodio 1 - El Mundo Que Empezó A Descoserse

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31/10/2009, 16:59
Kaia Narugi

Kaia miró alternativamente a Leo, y a Hanna y Gaul. Los pobres tenían que estar pasándolo mal. Después se acercó al maestro de armas.

- Avanzar es la mejor opción. No quiero quedarme aquí… y tampoco me apetece demasiado dormir al raso.

La tecnicísta se cruzó de brazos y miró con desconfianza hacia el bosque torciendo el gesto. Sus compañeros estaban empezando a ponerla nerviosa. Ahora no tenía ganas de dejar de caminar. Ninguna gana…

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31/10/2009, 17:00
Gauldoth

Gauldoth asintió con una exagerada inclinación de cabeza al ofrecimiento de Henry, levantando sus manos por encima de ella y cogiéndola como si fuera una ofrenda divina. Era una forma ridícula de mostrarse agradecido, pero así compensaba el hecho de que Henry no pudiera oírle. Dándose la vuelta para que sus compañeros no vieran su rostro (ya lo pasaban bastante mal con los esqueletos como para ver algo peor), levantó su máscara lo justo para llevarse la cantimplora a la boca y beber de ella, lavando la mezcla de bilis y tropezones de comida semidigerida que todavía notaba en la garganta. A pesar de que tragar esa mezcla era desagradable, era mejor que dejar que permaneciera pegada allí.

Tras beber lo justo para encontrarse un poco mejor, Gauldoth cerró el recipiente y se lo entregó a Henry, mientras decía:

- Hanna... por favor... dile que le estoy muy agradecido por esto, que a tí si que podrá entenderte.

Luego se volvió hacia Leo, sin levantar la vista más allá de sus botas para no ver el horror que se recortaba contra el horizonte de la llanura.

- Tienes razón en que tenemos que buscar un lugar para descansar, Leo. Pero tiene que ser lejos de aquí. Decidamos rápido si vamos a... enterrarlos o no -cerró los ojos por un momento y respiró con vehemencia- Como digo, decidámoslo rápido y vayámonos de aquí lo más lejos y más rápido que podamos.

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31/10/2009, 18:17
Leo Bukharin

 - Bien. - Asintió a las palabras de Gauldroth con un dejé de sarcástica inocencia. - Sigamos adelante. Pero lejos de aquí será dificil a no ser que dejemos Moth... Como no dejemos Moth, no dejaremos sus peligros. Dejemos los cuerpos y busquemos un buen lugar donde hacer un alto. - Leo se irguió, ya alto y erguido, tan ancho como era, parecía una torre infranqueable. Llevó su mano izquierda al pomo de su espada bastarda, colgaba su escudo a la espalda, junto con el macuto de viaje. - Amigos. Bienvenidos al maravilloso mundo de las aventuras y las heroicidades. A partir de aquí veremos cosas mucho mas crueles que ésto, pasaremos situaciones de verdadero miedo y peligro. Pero este es el camino que hemos elegido. Cada uno por sus circunstancias. Y si estamos aquí, ahora, no deberíamos separarnos jamás. Juntos podremos sobrevivir a cualquier cosa.

 El joven habló con decisión y determinación. Habló, quizás, demasiado ácido, demasiado realista. Pero pensó que era necesario. Recordó las historias de héroes y aventuras que le contara a Kaia, y vio en la mirada de Hanna un brillo soñador. No quería romper sus sueños, ni sus espectativas de lo que es una aventura, heróica aventura. Pero esta aventura, al contrario que las que habrían escuchado o leido, rajará, dará miedo, cortará, y matará. Las espadas que portaban no eran juguetes de madera o entretenimiento. Con ellas tendrían que matar. Muchas veces de manera deshonrosa y poco cortés. Pero deberían de luchar por sobrevivir y contar su propia aventura.

 Sin más el joven trató de poner en marcha al grupo. Observó a Hanna atendida por Henry, quien le pasaba la cantimplora a Gauldroth. Cuando pasó cerca de Kaia la miró de soslayo y sonrió. Vivir una aventura junto a la única persona que ha podido llamar amiga le daba fuerzas de enfrentarse a cualquier obstáculo. 

 - Vamos, Kaia. No me separaré de vosotros. Venga muchachos, que no se nos eche la noche encima. Gauldroth, Hanna, ¿necesitáis alguna ayuda? - Preguntó Leo a disposición del resto de miembros del grupo, incluso a disposición de Gauldroth, aunque tuviera reservas para con él. - Si os parece bien, Rolan abrirá la marcha, yo me quedaré protegiendo la retaguardia, si os parece correcto, pero... tenemos que movernos ya.

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31/10/2009, 20:16
Hanna Svensson

Hanna aceptó la cantimplora y le dio un trago largo, y otro para enjuagarse la boca y escupir. Ahora se sentía mucho mejor, aunque los vapores del vómito le estaban dando arcadas. Procuró alejarse de los dos charcos naranjas mientras Gauldoth le pedía que le dijera a Henry que estaba agradecido.

-¿Que le diga que...? ¿Por qué? ¡Ah! La máscara, claro -Hanna sonrió y se giró hacia el chico sordo-. Oye, Henry, que dice Gauldoth que está muy agradecido por esto. Yo también, ¿eh?

Había que decidir si se enterraban los cuerpos. Hanna pensaba que era su deber enterrarlos, pero no le agradaba la idea de hacerlo ella. Antes que tocar los esqueletos prefería cortarse la mano.

Leo soltó un discurso. Tan grande como era él y tan pequeña como era ella, Hanna lo miró alzando la cabeza, como si estuviese ante un héroe, un ídolo. Las palabras que decía eran ciertas. A Hanna le daba miedo lo que pudiesen encontrar más adelante, sí, pero era lo que quería. Siempre había deseado vivir aventuras y ahora se encontraba en una. Ahora descubriría si estaba hecha de la pasta de los héroes o no.

-Yo no necesito ayuda -dijo Hanna respondiendo a la pregunta de Leo-. ¿Gaul? ¿Estás bien?

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31/10/2009, 20:38
Gauldoth

En otra situación, Gauldoth habría encontrado tal vez algo grandilocuentes las palabras de Leo, como las de un orador demasiado enamorado de su propio carisma; en aquel momento, no es que fueran como un oasis en el desierto, pero le hicieron sentir bastante mejor. Sí, juntos podrían sobrevivir a cualquier cosa.

Y él tan sólo tenía que aguantar mejor la compostura la próxima vez.

- Yo también estoy mejor, Hanna. Leo -asintió al enorme joven moreno-, creo que aguantaré. Sólo ha sido la impresión. De todos modos, gracias por interesaros.

Sí, sólo había sido la impresión. Pero, mientras se situaba en el centro de la comitiva, Gauldoth no podía evitar maldecirse. ¿Cómo diablos iba a aprovechar sus dones si reaccionaba así al ver la materia prima? Y sin embargo, no podía evitar pensar en el horror del que advertían aquellas figuras descarnadas a las que ni ahora se atrevía a mirar. En comparación, Goldar ya no le parecía tan horrible, aún con los Skuling y sus fieras.

Además, ¿quién no le decía que los Skuling podrían haber decidido extender su campo de acción allí? O peor, ¿quién sabía si esos pobres desgraciados habían sido dejados allí por gente aún peor que aquellos bárbaros locos?

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02/11/2009, 19:59
Rolan Gerviev

- Sea. - dijo Rolan, sacando su espada y desabrochando su escudo, para portarlos. - Por si las moscas, no creo que en un sitio en el cual hagan estas cosas reciban muy bien a los recién llegados. -

Viendo que Gauldoth y Hanna ya estaban bien el norne miró hacia adelante de nuevo por lo que pudiera pasar. - Creo que será mejor que avancemos directamente, no ganamos nada enterrando los cuerpos... bueno sí, quizás enemigos. Así que voto por avanzar y ver qué nos depara más allá. -

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02/11/2009, 22:13
Director

Y así fue.

Rolan tomó el camino, seguido por una preocupada Hanna en segundo lugar, y luego Kaia. Cerraban la compañía Gauldoth, en cuarto lugar, Henry, preparado con el arco, y al final, el gigantón Leo. Era una formación típica cuando habían problema, que llevaban días ensayando. Ahora era el momento.

Nuestros héroes salieron de la foresta, y se internaron en la llanura de los esqueletos empalados, temiendo, o quizás excitados, con la idea de lo que descubrirían más allá...