La explicación de Yelena me ahorraba decir algo, por lo que me acerqué a ella y arrodillándome saque los objetos y los puse en el suelo cerca de ella, completamente en silencio.
La mujer, antes las palabras de Yelena, en lugar de mirarla directamente, gira la cabeza hacia un lado, dirigiendo su oído hacia ella.
Y cuando Artemias deja la daga en el suelo, el ruido que produce el metal contra la roca hace que la mujer vuelva a girar la cabeza. Esta da un pequeño paso hacia delante y se agacha ante la daga. La mujer acerca la mano y la mantiene en el aire durante varios minutos. El único movimiento que produce su cuerpo es el de su respiración... Lenta... Pausada... Rítmica...
Tras este periodo de tiempo, la mujer baja la mano y toca el arma... Empieza a deslizar la yema de los dedos por la hoja, tras lo cual pasa a la empuñadura, para volver a deslizarlos por la hoja... Repite el movimiento varias veces pero en ningún momento agarra el arma.
- Mïra... - Dice girando de nuevo la cabeza hacia la joven. - Debes de ser una joven con mucho talento para haber puesto tu cosmos en contacto con... Esto... - Y hace un leve gesto hacia la daga.
Los tres espíritus que hay junto a la mujer se mantienen al margen, aunque se acercan ligeramente al ver la daga.
- ¿Qué es eso? - Pregunto el hombre de pelo azulado.
Los otros dos guardan silencia ante la preguntan.
Los tres observan como la mujer se agacha para observar de cerca el arma y como un leve hilo de cosmos morado sale de la palma de su mano y se conecta con el arma... Al poco, el arma desprende un ligero cosmos negro que le rodea.
- Interesante. - Dice el espíritu con el pelo blanco. - Tiene su propio cosmos... Si duda, no es algo que suela llevar un gigante encima...
- No, no lo es. - Dice de improviso la mujer. - La verdad es que es un objeto inusual... Informaré a nuestra Diosa Atenea personalmente de vuestros hallazgos.
De un movimiento lento pero seguro, coge el extremo de su manga y la pone sobre su mano antes de coger la daga. Tras esto se levanta y vuelve a girar la cabeza hacia vosotros, como si estuviera esperando algo.
-Esa daga la poseía un gigante, pero antes peleamos con unos cíclopes en la misión donde gananos nuestros cloths y uno de ellos dejó este fragmento- dije mostrando el mismo- el santo de sagitario no encontró nada raro, pero analizándolo con la vista creo que la daga y el fragmento coinciden, si es que gusta también analizarlo- dije dejando el mismo en el suelo.
-Por otro lado Celina-sama, es posible saber que es esa daga?-
La mujer se detiene un momento y vuelve a girar la cabeza.
- ¿Qué sabéis exactamente de esto? - Pregunta señalando tanto la daga que tiene en su mano como el fragmento que ha dejado Artemias en el suelo.
Su tono de voz carece de todo sentimiento o emoción, de manera que sus palabras no suenan duras, cortantes o descorteses, simplemente parecen palabras vacías.
-Yo tan solo se como llego a nuestra manos no se nada mas sobre estos objetos-
Dijo Alexander lanzando una mirada hacia el santo de oro mientras aun observaba a sus espectrales acompañantes.
No es que Alexander le diera igual el asunto simplemente no veía como podría ayudarles, solo estaba allí para oír lo que el santo de oro tenia que decirle sobre los objetos.
- Solo sabemos que están relacionadas con los seres mitológicos que parecen estar reapareciendo por Europa... Nada más - contesto -. Es posible que... haya otros santos ajenos al Santuario involucrados. Sufrimos un encuentro con ellos.
-A decir verdad salvo como las encontramos no sabemos otra cosa, todo lo que podamos deducir son simples especulaciones, por eso es que estamos aquí, no solo para traer esto ante usted, sino para también tener respuestas-
Me quedé en silencio, aunque luego me atreví a agregar otra cosa.
-Nuestro maestro nos ha dicho que puede ser importante y como santos nos gustaría saber de que se trata-
Cuando Yelena habla sobre "otros Santos agenos al Santuario", la mujer vuelve a girar levemente la cabeza. Escucha con atención tanto a la joven como a Artemias, tras lo que añade.
- ¿Con quién os encontrasteis exactamente? ¿Qué apariencia tenían? ¿Portaban armaduras?
Mis compañeros se alargan dando explicaciones y yo sigo intranquilo quiero alejarme de aquellas visiones cuanto antes
No que yo recuerde. Digo deseando que todo esto acabe lo antes posible para poder irnos de esta casa.
- Eran tres. Se hacían llamar las trillizas. Y había otra persona más, un hombre de ojos dorados. Escuché decir a las chicas, a través de un espía, que podían haber sido traicionadas - explico como mejor puedo -. Ese hombre, por lo que ellas dijeron, no era caballero, sino que más poderoso...
Siento el retraso! No he recibido las notificaciones :S.
La mujer guarda un momento de silencio.
- Esta bien... Muchas gracias. Compartiré esta información con Héctor y con el resto de Santos Dorados, para ver como debemos actuar. Mañana se os informará sobre nuestra decisión... Ahora, podéis retiraros.
No sé si alguien quiere hacer algo más... Sino, podéis poner directamente que salís.
En cuanto Celia dice que podemos retirarnos estoy a punto de salir corriendo pero simplemente salgo con paso ligero, estoy deseando salir de aquel lugar tan inquietante y aterrante cuanto antes, ahora el asunto quedaba en mano de Atenea y los santos dorado si requerian de nuestra presencia ya nos harían llamar...
Suspiro pues me esperaba al menos saber algo ahora, pero siendo simples bronce era comprensible que un santo de oro no nos dijera nada.
Nos tocaba salir y descansar hasta la próxima misión por lo cual hice caso y salí de la casa de Cáncer para buscar a Héctor e informales que ya habíamos entregado el objeto.
Alexander antes de partir hizo un gesto de reverencia con hacia el santo de oro y camino calmadamente hacía la salida, salir de la atmósfera del templo le relajo, ya que estuvo tenso desde que los fantasmas parecieran que fueran a atacarles.
Aunque parecía que sus compañeros tenían mas ganas de salir de ese lugar que él.
Una vez que Celia os da permiso, salís del templo.
Vuestro maestro Héctor os dijo que podíais ir a descansar, y ya mañana os pediría detalladamente el informe, de manera que decidís ir a vuestras habitaciones a descansar.
Mañana será otro día...
Héctor os dijo que, despues de hablar con Celia, fuerais a vuestras habitaciones a descansar.
Vale, fin del capítulo.
Entonces, como siempre.
¿Qué tal la partida? ¿Qué os está pareciendo? ¿Qué tal los otros jugadores y los PnJs? ¿Qué creéis que está pasando? ¿Qué creéis que va a pasar?
Todo eso para mi, os doy experiencia y seguimos en el siguiente capítulo.
¿Qué tal la partida?
Bien, por ahora, nada que agregar.
¿Qué os está pareciendo?
Me gusta y me sorprende.
¿Qué tal los otros jugadores y los PnJs?
Los jugadores como siempre bien, salvo el usuario de Alexander que se pierde cada tanto, ahora los personajes cada vez los aguanto menos pero yo soy el anti xD
Me gustaría pasar más tiempo con algunos PNJs que me parecen interesantes pero tampoco quiero dividir la crónica yd arte más trabajo.
¿Qué creéis que está pasando?
No tengo ni idea xD
¿Qué creéis que va a pasar?
Espero que nos manden a pelear al menos me huelo conflicto.
108Px
No sé si subes de nivel, si es el caso, ponte con la ficha. :P
Inclino la cabeza, dirijo una última mirada hacia las almas y, acto seguido, me dirijo hacia la salida junto a mis compañeros. Cuando me doy la vuelta, Opa casi está en la puerta. Nada que ver con el ritmo de Alexander o de Artemias.
Bueno, se acabó por hoy.
Cuando salgo de la Casa de Cancer, siento un súbito alivio al ver el sol en el exterior. Mis compañeros parecen estar dispersándose. Yo por mi parte, voy a volver al albergue. Me vuelvo hacia Mïra, por si quiere venir conmigo. Acto seguido, me pongo en marcha hacia allí. Puede que hasta me de tiempo a leer un rato bajo la sombra de un árbol.
Y tengo que hacerme con esas dichosas velas para anular esas malditas y molestas runas... Tiene que haber alguna tienda cerca que las venda dada su utilidad.