Partida Rol por web

Mindeb ve como Rhanko, una vez más, se aleja del grupo para ir directamente a las cuevas, refunfuñando y pisoteando como un elefante la vegetación dando pistas de nuestro rastro. -¡Rhanko por ahi no se va a las cuevas, es por aqui!- le dice Mindeb señalando el camino, a lo que Rhanko le responde con un nuevo bufido y otra serie de palabrejas que casi nadie del grupo entiende. Azshara se muestra preocupada por su caballo, pero Mindeb le dice que Alazán y Paticorto cuidarán de él, aunque él mismo duda de sus palabras. Después de andar un rato en dirección norte Mindeb detiene al grupo-Descansaremos aquí. Para adentrarnos en las cuevas necesitaremos antorchas, pués allí la oscuridad es profunda. Tambien necesitaremos algo de comida y agua. .- Les dice a todos al tiempo que señalo en dirección este, alli se puede ver un manantial de agua cristalina que cae cantarina en una pequeña poza de piedra natural, excavavada por la propia agua con el paso del tiempo, y un pequeño riachuelo que se pierde al oeste a través de árboles y follaje. Todos os dirijis hacia allí para dar de beber y llenar vuestros odres de agua, después dejais a los caballos que beban todo lo que puedan para que puedan iniciar su camino hacia el paso de Brielin y después hasta Nyelimb, Azshara se toma un momento con su caballo antes de dejarlo marchar diciendole algo en el oido, lo suelta y deja que su mano se deslice en el lomo de su caballo hasta que se va. Los dos caballos y el burro se alejan del grupo comenzando su propia aventura en solitario. 

Molo os trae algunas frutas que más bien parecen semillas, para que las guardeis por si hacen falta dentro de las cuevas. -Esto os dará energía dentro de las cuevas, solo las tendreís que comer si teneis mucha hambre pués hay que racionar por si acaso.-Dice Mindeb, aún sabiendo que algunos de vosotros no le hareis ni caso. También Molo ha traido algunos palos para hacer antorchas. Con ayuda de Mindeb y de Uriel que se presta juguetón a ayudar, teneis las antorchas terminadas en poco tiempo, quedando un total de 3 antorchas para cada uno.-Con las antorchas os digo lo mismo que con la comida, sed prudentes.- Les dice Mindeb a todos. Después de recogerlo todo os volveis a poner en marcha, en esta zona hay árboles, aunque no muchos, y bastantes arbustos de todas clases, altos y bajos, hay bastante silencio, tan solo se oye el rumor de una tormenta lejana, y algunos pájaros y corretear leve de algunos animales. Aszahara está encantada con esta visión, y Antares también aunque es un poco más sombrio y no deja al descubierto sus sentimientos de la misma forma que Aszahara. Poco a poco vais acercandoos al lugar por donde se entra a las cuevas, una depresión suave del terreno que desde cierta distancia no puede apreciarse, Delian va recitando oraciones que casi parecen canciones durante gran parte del camino. Llegado a un punto Mindeb se para y dice -Por alli se entra.-Les dice señalando un punto al fondo de la depresión cubrierto con arbustos en su mayoría. -Mirad bien la luz del sol porque la echareís de menos.-Les dice Mindeb al grupo y mirando a Molo, que le responde con una mirada de incertidumbre y pesar. Empezais a descender la depresión, que tiene forma de embudo, por un sendero que apenas puede verse hasta que por fin llegais al fondo, Algunos arbustos tapan la entrada pero ahora podeis verla con claridad.-Aqui está la entrada de las cuevas, intentad no separaros de mi, Molo tu quédate en la cola del grupo y vigila la retaguardia. Si nos perdieramos intentad salir como sea de aqui, nos reuniremos al otro lado.Buscad el camino principal hacia Nyelimb y esperad al resto. Que los dioses nos ayuden- Os dice Mindeb.

Miro la entrada de la cueva y  espero pacientemente a que el grupo comience ha avanzar me quedo cerca del que porta la antorcha ya que imagino que los elfos no precisaran mucha luz para ver. Agudizo mis sentidos para avanzar por la oscuridad de esta. Tambien hago pequeñas muescas  en las paredes que indiquen el camino de la salida en caso de que nos perdamos poder volver ha encontrarla gracias a estas.

Antares mira la luz del sol y luego avanza hacia la cueva con el arco en la mano por lo que pueda pasar. En cuanto entra acostumbra sus ojos a la oscuridad y mira las señales que deja Uriel y mueve la cabeza en señal de aprobación. Se situ cerca de Molo a la retaguardia, dejando a los más versados en la lucha cuerpo a cuerpo delante y a alguno que sepa de exploración.

Camino gozoso hacia el interior de la cueva. Justo antes de pasar al interior, me detengo en la entrada. Doy media vuelta, y echo un vistazo al cielo al mismo tiempo que lleno mis pulmones del aire puro del exterior. Una vez terminado este pequeño ritual, vuelvo a girar, encarando el denso ambiente reinante en la cueva. Con cuidado, voy accediendo, intentando hacer el menor ruido posible, caminando despacio, pero sin detenerme, seguro de mí mismo.

Con la tristeza aún en el rostro de ver partir a mi cabalo, me encuentro con la pequeña y oculta entrada a la cueva. Escucho atentamente las palabras de Mindeb y me guardo el odre lleno de agua y los frutos y raíces en la pequeña mochila donde porto mis cosas.

Comienzo a andar, con los ojos cerrados, escuchando atentamente el viento. Cuan diferentes serán los sonidos dentro de estas cuevas... Voy notando mi peso sobre cada rama seca. Siento cada insecto revolotear entre los arbustos que flanquean la entrada. Miro al cielo, el sol, caliente y brillante; y me despido del fresco exterior.

- Namárië... Enomentuvalmë.

Me adelanto un poco hacia la cabeza de la fila. En la parte de atrás van Molo y Antares con Uriel. Por delante Rhanko, Mindeb Y Delian. Detrás de estos me situo yo. Puede ser de ayuda mi vista y mi oído. Asi como mi arco...

- Maldito Mindeb. Siempre tiene que decir unas palabras de más y nunca se queda callado. Ojalá que alguien le cortara la lengua...jajaja...espero que sea tan bueno con su espada como hablador es - balbuceo a las directivas de Mindeb y me río al imaginármelo sin lengua.

Sin detenerme un segundo a escuchar lo que decía Mindeb y los demás, me acerco hasta el riachuelo para llenar mi odre con agua. Después vuelvo hacia donde se encontraba Molo, y meto las 3 antorchas dentro de mi mochila de cuero junto con la odre. Al ver a Molo que me ofrece las insulsas e inútiles frutas, semillas y raíces digo - Bahh eso no hará más que ocupar espacio en mi mochila. No es más que un montón de basura -  y rechazo la comida pensando en las dos raciones de comida que llevo. 

Momentos mas tarde, al pasar junto a Azshara y ver como se ponía por la partida de su caballo le lanzo una mirada como queriendo decir que todo iba a estar bien y que llegaría sano y salvo. Rápidamente sin titubear un segundo me adelanto y me adentro en las cuevas sintiendo como la oscuridad me iba tapando lentamente. Detrás, solo a unos pocos pasos me siguen Mindeb y el clérigo.

Llevo mi mochila cruzada por la espalda, en el otro sentido llevo mi pequeño arco. En mi mano derecha mi espada y en la otra mano la maza. Camino con mucho cuidado agazapado sin hacer el menor ruido tratando de deslizarme por el suelo como una serpiente. Escucho el silencio hueco. Estoy atento a los ruidos que emiten mis compañeros. Trato de mimetizarme con los ruidos de las cuevas y ser parte de ella. Estoy listo. Mi aliento se vuelve cada vez más frío. La respiración mas dificultosa y se acelera lentamente. El ambiente se torna negro. Cierro los ojos para ahorrar energías. Agudizo mis oídos.

Nos adentramos en la cueva, la oscuridad empieza a hacerse notar, de hecho cuando en cuanto entramos no vemos nada pues nuestros ojos no están acostumbrados, en un momento nos acostumbramos a la oscuridad.-Molo enciende un par de antorchas, los elfos no necesitan mucha luz pero los demás si. Empiezo yo encendiendo la mia, y Molo la suya después le tocará a otro.- Les digo a todos. Molo saca el pedernal y con un par de golpes prende las dos antorchas.-Está bien seguidme pero os ruego que si teneis que hablar lo hagais en voz muy baja.-Les digo casi susurrando.

Empezamos a caminar, la galería es amplia y los techos altos, pero los podeis ver con la luz de las antorchas, más que la oscuridad lo que os impresiona es el silencio que hay, es como si estuvierais encerrados en una habitación de madera, no hay eco, las paredes son de tierra. El grupo avanza lentamente y en un momento dado Mindeb se para y acerca la antorcha al suelo, allí hay una piedra incrustada en el suelo pero esta tiene grabada una señal que aunque pequeña es visible por todos vosotros, una especie de símbolo rúnico.-Esto quiere decir "hacia la salida". Muchos hombres murieron para poder grabar estas señales si nos perdemos debeis buscarlas pues os guiarán hacia la luz del día. Vamos a seguir por aquí.-Les digo poniendonos otra vez en marcha.

Comienzo ha avanzar lentamente por la cueva manteniendome cerca de Rhanko.

---¿Por que no deberiamos hablar alto?- pregundo susurrando sin  apenas mover los labios.- ¿Hay algo que deberiamos temer de aqui abajo?Durante todo el trayecto sigo haciendo marcas y trascurre sin ningun incidente salvo un tropezon que tuve con una roca, auqnue por suerte logre agarrarme a Rhanko a tiempo. Tras eso me ofrezco voluntario para la siguiente ronda de antorchas que iluminen el camino con la unica mano libre que tengo saco la daga  y la mantengo en la palma de mi mano.

Tras encontrar la extraña runa la memorizo en mi cabeza y seguimos por el camino.

---Significa que estamos cerca de la salida ¿no?- le pregunto otra vez a Mindeb.

-No, quiere decir que debemos seguir esas marcas para encontrar la salida. Y sí deberías temer siempre que te metas en una cueva.-Le digo a Uriel.

---¿por que? Soy un ladrón, la oscuridad, las coaclas, los barrios bajos y las cuevas son nuestro territorio-le digo- no sé por que debreia temer a esta cueva

Antares avanza con mucho cuidado fijámdose en cada piedra, cada recodo, cada ser viviente que habita aquella gruta; no es la primera vez que camina dentro de la madre tierra pero siempre que lo hace le sorprende que haya seres adaptados a la luz que se internen en estas grutas y hagan de ella su morada, seguramente forajidos y o fuera de la ley, que bien podrían haber buscado un refugio en algún bosque donde la naturaleza les habría ocultado sin necesidad de renunciar al aire puro y a la luz del día.

En todo momento lleva una flecha preparada por si es necesaria su intervención para proteger al grupo de cualquier intento de ataque, mirando hacia adelante y observando a a cada uno de sus compañeros, en especial a Rhanko por si intenta alguna acción de locura contra sus compañeros, también se gira de vez en cuando hacia atrás para ver que hace Molo, aunque este sabe cuidar de si mismo, los ojos de un elfo siempre pueden ser de ayuda en tales condiciones de luz.

Camino junto al grupo a través de la montaña, por esos túneles que son como surcos o venas en el interior de la tierra. Es maravilloso el modo en el que se forman estas galerías, con esas paredes rocosas envolviendolo todo como el capullo de una crisálida. Muy lejano, el murmullo de las corrientes subterráneas sirve de distracción y de vehículo de relajación. Cunado la luz de una antorcha dobla un recodo, contemplo las danzarinas sombras como si fueran títeres en un teatro. Algunas veces la luz refleja en una roca más clara de lo normal, teniendo como resultado un destello que recuerda a los rayos de sol, pero en un tono más rojizo y de carácter oscilante.

Hago la travesía en silencio meditando y recitando oraciones mentalmente. Tras Uriel, me ofrezco voluntario para alumbrar el camino.

Sigo a Rhanko y a Mindeb muy de cerca. Mis ojos son sus ojos, la oscuridad siempre ha sido amiga mía aunque me encante el sol. Paso a paso miro atentamente las marcas en la tierra y en la piedra, apenas perceptibles si no prestas un poco de atención., que surgen como brillantes señales del camino a seguir en cuanto acercas un poco la antorcha.

Hay que agradecer a los que nos marcaron estas cuevas para guiarnos hacia el final, de esas gentes muchos seguirán aquí abajo entre nosotros...

Voy escuchando el silencio, no un silencio normal, otro tipo de silencio, ese que pone los pelos de punta. Y huelo el vacío. La cueva es mucho más grande de lo que pensaba. Largas y largas hileras de pasadizo subterráneo aún se abren paso delante de nosotros, y los que nos queda.

Oigo a Mindeb orar bajo y me relaja. Siento la húmedad del suelo bajo mis botas. Nos queda tanto camino por recorrer aún...

De vez en cuando me giro para ver que Uriel está bien, y que todos siguen detrás nuestra.

Mi concentración se ve interrumpida por el tropezón de Uriel y de la fuerza que ejerce el peso de su cuerpo sobre mi brazo cuando intenta no resbalar agarrándose de este. Siento su mano deslizándose con fuerza por mi brazo. Giro rápidamente con los ojos aún cerrados. Me doy cuenta que es el pequeño ladronzuelo porque puedo percibir su olor a través de mi nariz. Un olor inconfundible. Un olor rancio mezclado con la humedad de las hojas, raíces y la tierra de donde seguramente ha pasado la noche durmiendo en el campamento. A todos los identificado a través de sus olores. Esto me ayudará a identificar el peligro aún en la oscuridad absoluta. - je je...Uriel, se bien que eres tu. La proxima vez ten mas cuidado. De no haber sido por mi nariz probablemente estarías en este momento sin un brazo...- jugueteo con él en un tono bajo y amistoso al mismo tiempo que en mi cara se refleja un sonrisa en dirección a Uriel. Es un buen muchacho. Listo. Pero un poco inocente. Se puede ver en su rostro una necesidad de amistad. Es una persona digna de la confianza. Me pongo a pensar en el pequeño Uriel y cuando termino de pensar le contesto - No te preocupes pequeñín. A mi lado no tenéis nada de que precuparse-

Sigo caminando con mis ojos cerrados. Aunque podría abrirlos ya que se puede observar lo que pasa a unos pocos pasos de donde vamos caminando, prefiero no abrirlos. Eso me da tranquilidad y la seguridad de poder volverme parte de las cuevas.

Suelto una risa nerviosa al comentario de Rhanko.

---¿En serio tienes la fuerza necesaria para arrancarmelos?- pregunto impresionada- Increible, aunque no hay que ser muy fuerte para arrancar estos brazos tan delgados- añado estirandolos.

---Ya me siento mas tranquilo, gracias- añado tras el ultimo comentario. Luego me concentro  en el camino y trato de escuchar algun sonido fuera de lugar aparte del sonido de nuestros pasos.

No escuchas nada.

Seguis caminando poniendo atención a cada paso que dais. Las paredes de tierra desaparecen y dan lugar a paredes rocosas de un color oscuro tan gradualmente que casi no os habeis dado cuenta. En un punto determinado despues de llevar unos 30 minutos andando en camino se bifurca, uno que sigue recto y otro que se abre a la derecha. Mindeb arruga el entrecejo pues no ve ninguna señal.-Esperad aqui un poco. No os movais.- Os dice se interna en el tunel que sigue recto, al poco rato vuelve.-En este tunel está la señal, sigamos por aquí.- Os dice a todos. Avanzais unos 50 mtr, y ante vosotros el tunel desaparece dando lugar a una caverna un poco más alta, el suelo también desaparece y en su lugar aparece una pared que baja hasta el nuevo suelo. Mindeb se acerca hasta el borde y alumbra el precipicio, pero no se ve nada, tan solo la pared que baja.-Parece que tendremos que descender por esta pared. Por lo que he visto parece que no es muy dificil, pero corremos un riesgo.-Les dice un poco pensativo.-Quizás podríamos rodear esta pared por el tunel que hemos dejado a la derecha, aunque no hay garantia de volver a coger el camino principal.- Mindeb se rasca la cabeza.-O descendemos escalando, o rodeamos. ¿Que hacemos?. -Les dice Mindeb al grupo.

Miro el precipicio con sumo cuidado calculando  cuanta altura hay de arriba abajo.

--Yo no perderia el tiempo dando rodeos, personalmente si alguien tiene una cuerda podria bajar con ella y atarla  abajo para crear una cuerda de seguridad. Yo puedo bajar  sin ningun problemas, las paredes no son obstaculos para mi ¿Que os parece?- digo al tiempo que les miro.