Partida Rol por web

Tras un instante en silencio, asimilando las palabras de sus compañeros, por fin se decide a hablar.

-¿Y cómo pretendéis que hablen? No podemos hacer una acusación así sin pruebas, nuestro honor estaría en juego. Y me temo que un simple trozo de cinto no es un gran argumento. Aunque quizás a partir de ahí podamos tirar de algún que otro hilo. ¿Tiene algún adorno significativo? Quizás por los colores o algún detalle podamos asociarlo a alguno de esos enemigos, pero sin algo más contundente no podremos ponerlo ante el duque y la reina.

En efecto. Cuando el Duque os dió el trozo de cinto y con la conversación, no os percatasteis de que el cinto es de cuero negro, repujado con adornos y el corte, es limpio.

-Cuero negro y esos adornos... -repetía eso una vez y otra más, más para si mismo que para sus compañeros-. ¿Recordáis el primer banquete?, del día en que llegamos con el presente de la reina, ¿alguno de los caballeros nombrados por Edgar llevaba este cinto o algo parecido?

Intentaba recordar aquella noche, pero no recordaba más que todas aquellas conversaciones sobre sus anécdotas durante el camino.

Buff... demasiado tiempo para acordarme de todo eso. Déjame pensar... - Edgar intenta recordar ese detalle de la cena en cuestión.

Me pongo a pensar en las palabras de Waldon, y les contesto:

-Demasiado vino para recordar algo tan escaso, si me hubiese azotado alguna doncella con él, puede, pero siendo de un hombre.

Recuedas, como la otra noche,mientras el banquete, Sir Duain discutió con alguien que llevaba un cinto de esa calidad. Te fijaste por que no es común ver atavíos de guerra tan adornados. Lo que no tienes tan seguro era con quién discutió....

Tomo el cinturón en mis manos y le doy algunas vueltas.

-Cuero negro... y estos adornos... creo que me suena...

Pongo cara de pensar.

Ya me acuerdo- dice de repente Edgar- Sir Duain discutió con alguien que llevaba exactamente un cinto como este. No puedo recordar quien era, pero ya tenemos por donde comenzar a investigar.

Exactamente, recuerdas el incidente de la fiesta y que era el hijo del propio Sir Duain, con quien este mismo discutía, negándose a hacer algo por o para su padre.

-Tienes razón, amigo Edgar, yo también recuerdo esa discusión, aunque me temo que deberemos llevar mucho cuidado si hablamos de esto con sir Duain, ya que el jóven con el que éste discutía era su propio hijo. Por desobediente que fuera, no creo que a su padre le gustara verlo acusado de algo tan grave.

Propongo-Dice Eliott-que unos vayan a hablar con su hijo, mientras otros localizan a los caballeros que, mas menos que más, se distanciaban de Sir Duain.-

Doy un trago, y dando un golpe en la mesa, digo:

-Muy bien pensado, yo iré con quien quier a buscar a los caballeros.

Parecía que poco a poco el entramado misterio dejaba al descubierto algunos hilos de los que tirar.

-Tenéis buena memoria, yo había olvidado ese detalle -dice a Jerrod y Edgar-. Yo iré a buscar al hijo de Sir Duain*, probablemente esté desolado por la muerte de su padre y haya bajado las defensas, quizás el vino le suelte un poco la lengua -dijo mirando a todos los presentes-.

Me parece bien Waldon. A decir verdad es nuestra mejor pista. Podríamos intentar averiguar si alguien durante la cena vio con quien discutía Sir Duain. No creo que hayamos sido los únicos en percatarnos de ese detalle.