Partida Rol por web

No voy a desmayarme, pienso aguantar.

Me concentro en aislarme del resto, mantenerme centrada en un punto fijo...aunque sea cambiante como es todo lo demás. Lo que me queda directamente enfrente, el director Dumbledore. Me fijo solo en él y obvio todo lo demás...desestimo también los mensajes confusos de mis sentidos, no les pasa nada raro a nadie, no voy a dejar que se me confunda...por mucho que crezcan dientes o las orejas, eso no es así. Creerlo solo llevaría a confusión.

No me dejaré vencer.

Te cuesta enfocar, ciertamente y te cuesta escuchar a Ludo.

- Nuestros participantes tendrán que luchar por sus vidas pues lo que han ingerido ha sido ni más ni menos que una poción venenosa. Estos efectos son pocos en comparación con lo que tendrán. Y no cesarán. ¿Dónde está el antídoto? Esta vez os lo diremos, chicos... y los tres están juntos, en el mismo sitio... ¿conoceis el campo de quidditch? Creo yo que sí, ¿verdad?Justo en el centro...- de pronto todo se ha vuelto negro. No te has desmayado y la vista no es que te falle... o eso crees, porque si enciendes la varita puedes ver la luz. La gente parece haber desaparecido aunque estén ahí, en el mismo lugar. No escuchas nada, excepto la voz de Ludo:- ... luchareis por recuperar vuestros sentidos.

Es decir, que debemos librarnos de un veneno. Y uno que parece bastante potente. Creo que lo mejor que puedo hacer es intentarlo...no sirve para todos los venenos pero sí para la mayoría. Quizá para este. Probablemente no y tenga que ser combatido con un antídoto específico pero quizá me alivie los síntomas por un tiempo. O neutralice parte del veneno. En cualquier caso no pierdo nada.

Extiendo mi mano izquierda y con la derecha muevo la varita.

-Accio bezoar.

El bezoar llega hasta ti y eres consciente de que si no funciona los demás ya te deben de llevar ventaja.

Lo tragas rápidamente y de inmediato sabes que no va a curarte, que lo tenían todo planeado. No obstante, los efectos parecen minimizarse bastante. Tu equilibrio está en perfectas condiciones de nuevo y aunque antes quizás no lo notases, has recuperado su sentido del olfato, que ya es algo.

Obviamente has logrado ralentizar los efectos del veneno.

Esto te dará puntos.

Notas de pronto que algo te sujeta la mano y que otra cosa, al parecer otra mano, te empuja ligeramente por la espalda. Como apremiándote.

Ellos están aquí. Tus amigos. Cerca. Y te instan a que salgas para afuera.

Huelo a ver quién hay a mi alrededor. Incluso me concentro para modificar mis ojos, oidos y olfato, para potenciarlos como pantera. Toda ayuda es poca.

Si huelo a Harry cerca me ayudo de él.

-Hay que ig al campo de quidditch ¿No? Vale...me cuesta movegme, sentidos apagte. Así que en cuanto estemos fuega del castillo, dadme mi escoba y oguientadme hacia el campo...no tengo mejog equilibguio que sobgue una escoba, y no me cansagué. Si no os dejan invocagla apguetadme la mano dos veces.

Voy andando ya, no quiero perder tiempo.

Te aprietan la mano. Sí podrás hacerlo, sin embargo, ves que eres mandada hacia fuera del Gran Comedor pero no por una sola persona, pues debe de estar prohibido ayudarte, por lo que entre todos los Gryffindor te van guiando desde sus asientos.

Y así consigues salir afuera al vestíbulo.

No obstante, antes de que puedas siguiera utiliar la varita, el oido te vuelve a funcionar ligeramente. Algo se aproxima hacia a ti. Los de fuera pueden observar que se trata de flechas pequeñas casi como púas. ¡Muchísimas! ¡Tendrás que esquivar!

-Miegda...no veo de donde vienen...

Y no tengo tiempo para mi varita.

Derecha el primer grupo por lo que ruedo a la izquierda. Apenas termino el giro salto dando un mortal adelante dejando que mas dardos pasen por debajo de mí. Los siguientes vienen de nuevo desde la derecha, pero no veo, por lo que piso barro y el pie me desliza...pierdo el equilibrio un instante y me dan algunos. Una voltereta adelante me deja esquivar otros que caen y por último desde la izquierda los esquivo todos dejandome car al suelo...escepto uno.

-Tsk...

-Continúo avanzando. ¿No vais a haceg lo de mi escoba?

Continúas el trayecto tras levantarte. Te ha parecido pisar la mano de alguien lo que te demuestra que no vas especialmente atrasada.

Sientes que el suelo se zarandea bajo tus pies y te cuesta caminar recta y a oscuras por completo.

Aunque eso cambia en cuanto las puertas principales del castillo se abren. Tu vista vuelve, o más bien la luz. El efecto del bezoar parece ser bueno para ti.

Ahora el aire te choca, has recuperado el equilibrio aunque notas que no puedes fiarte del todo de lo que ves. Aún ves borroso y algunas figuras extrañas, estás cansada, sudas para expulsar el veneno y algunos de tus sentidos no funcionan perfectamente.

Solo hay dos caminos: esperar a si llega en algún momento la escoba o continuar caminando.

Justo en esos momentos de pensar alguien choca contigo por detrás con fuerza y caeis, él encima de ti.

Se trata de Roberto que a duras penas intenta ponerse en pie.

A vuestro lado pasa caminando, y adelantándose a vosotros, Caroline.

Pero tiene algo en la pierna. Algo extraño.

¡Un escorpión! ¿Será cierto o se trata de alucinaciones?

Entonces sientes que algo recorre tu pierna, si miras hacia atrás verás otro. Y Roberto también.

Lo miras fijamente. Realmente dan asco y sabes que son muy peligrosos. La historia que leiste en el libro te recuerda algo:

Prometió aniquilar todo animal que hubiera sobre la tierra, por lo que Gea se enfadó e hizo nacer un escorpión enorme que picó a Orión y lo mató.

¡No parece ser de mentira!

Un grito, el de Caroline se escucha fuertemente. El escorpión le ha picado y ella ha caído al suelo por tanto dolor.

Roberto también grita.

Suerte para ti, tu escorpión no parece querer picarte.

Lo peligroso de estos bichos es la cola...mientras no lo asuste no pasará nada.

Con la pierna atrapada bajo Roberto, lo empujo para quitarlo de encima de mí, sin suavidad ni miramientos. Me está aplastando y no me hace gracia. Me doblo lentamente y sin pensarmelo acerco una mano, rápida como para atrapar una quaffle y cojo al bicho por la cola. Lo lanzo lejos.

Me pongo en pie y me oriento para continuar hacia el campo de quidditch.

Me cago en todo...¿Dónde está mi puta escoba? Con lo fácil que es hacer un jodido accio...tendría que haberlo hecho yo en lugar de decirselo a los demás.

En cualquier caso, aunque les hayan picado a los otros dos, no puedo quedarme quieta y perder tiempo.

Continúas el camino, adelantas a Caroline que sigue con la pierna dormida y sin poder avanzar en condiciones mientras te enfadas porque no te han hecho caso con lo de la escoba. Hasta que... ¿qué es eso? Eso que se acerca hacia ti... parece un pañuelo volando hacia ti. Pero no es un pañuelo y lo averiguas cuando llega.

Te has tragado tu propia escoba que te ha dado de lleno en toda la cara. Te sangra la nariz así que quizás la tengas rota...

Tus sentidos te han vuelto a fallar. Distancia, forma, velocidad... está siendo una prueba muy complicada. Pero al menos tienes tu escoba.

-Auch...

Gilipollas...gilipollas todos...

Me apunto a la nariz con cuidado y la arreglo.

-Episkey.

Sin más me subo a mi escoba y continúo el camino, más rápida y sin cansarme. Además de que la brisa no me irá mal no tengo que esforzarme, ni mantener el equilibrio siquiera, me es hasta más natural que caminar el ir sobre la escoba. Con todo, no voy a toda velocidad por si acaso.

No quiero tragarme las gradas de quidditch, por lo que voy muy atenta...a otros posibles ataques también.

El camino gracias a ir por el cielo es relajado y no hay más problemas. Les llevas ventaja, y además muchísima. Vas ganando y si consigues seguir este ritmo ganarás sin duda.

Consigues llegar al centro del campo de quidditch. Miras desde arriba y observas que hay tres figuras abajo, paradas. Una de ellas se ilumina y comienza a subir hacia ti. Sabes que esto es realidad. Una vez llega hasta tu nivel te encuentras con que la figura eres tú y estás encadenada. 

No se mueve y parece dormida.

Hay un candado que enlaza todas las cadenas.

La voz de Ludo aparece solo para ti:

- Solo hay una llave. ¿Dónde podrá estar? Podrás cogerla desde donde estás. ¿Pero sabes de dónde sacarla? Las estrellas te iluminarán...

-Vale...una llave. Cuando no había bolsillos se guardaban las llaves en el cinturón. ¿Será por eso lo del cinturón de Orión?

Busco cualquier referencia a eso en los alrededores, incluidas las estrellas en el cielo.

Miras a las estrellas y ahí está, justo encima de ti, el arquero, Orión.

El cinturón está compuesto por tres estrellas y la del centro, la más importante, está brillando de forma intensa. Color azul y también con un aura roja. Marte está alineado con esa estrella.

Sientes que puedes llegar a ella.

-Canis Maior y Canis Minor...los perros de Orión que combaten con el toro. Marte, el Dios de la guerra...y tengo que meter la mano ahí...joder. No parece buena idea.

No obstante, estiro la mano para tratar de conseguir la llave, preparada para defenderme si soy atacada.

Y sin embargo, nada malo ocurre. Estiras el brazo hacia la zona y en tu mano aparece de inmediato la llave. Brillante, roja y azul intensa a partes iguales.

¿Ya está? ¿Ya la tienes? ¿Podrás liberarte a ti misma?

Pues nada, habrá que probar. No quiero desmayarme o algo así por el veneno.

Sin perder más tiempo dirijo la llave al candado.

El candado funciona y las cadenas empiezan a caer abajo, al suelo bajo vosotras. Y tu otro yo empieza a despertar. ¿Y ahora qué? Porque sí, "te has liberado", ¿pero qué hay del antídoto?

Una escoba idéntica a la tuya aparece en el lugar y la Karen Black que está frente a ti la atrapa con una mano y mirando aún hacia abajo casi con los ojos completamente cerrados.

Escuchas tu propia voz:

Karen Black:- Marte y Orión unidos por una noche. Azul del antídoto y la vida y rojo de la guerra y el enfrentamiento. ¿Lograrás pasar sobre tí misma y salvarte?

Instantáneamente abre los ojos y te mira. Unos intensos ojos verdes que brillan incluso en esa oscuridad y quizás más debido a la acción del veneno.

Karen se coloca bien en su escoba antes de caer al suelo, saca una varita y se aleja unos metros, volando y sin apartar la mirada de ti. Un duelo en escoba contra ti misma y sin estar en plenas facultades. ¿Lograrás vencer?

-Me lo estaba viendo venig...

Bien, es como mucho igual de buena que yo...lo cual si ella no está envenenada, la hace mejor que yo. He de suponer eso para no llevarme sorpresas. Por tanto y si eso es así...va a depender de la suerte. Al menos, nadie conoce mis puntos débiles como yo misma...¿Los conocerá ella?

Saco mi varita.

-Adelante pues.