Partida Rol por web

Astrid arqueó una ceja y añadió con su robótica voz.

- No tengo poder suficiente para acabar con todas esas bestias solo con mi voz, mientras no confiéis en eso y sepáis que tocará luchar si nos alcanzan, no tengo problema con el plan.

Tras añadir eso, se comenzó a tocar en el collar que hizo un pequeño clic y sonó como si algo dentro se abriese, probablemente, ahora si hablase se escucharía su voz. Por otro lado, Rachel asintió, no estaba del todo de acuerdo pero, si era lo que su hermana proponía, le apoyaría. Además, confiaba en la fuerza de esta.

- Hagámoslo así entonces, pero no podemos dejar que nos sigan dentro. Dentro hay un laberinto y por lo que tengo entendido estas bestias se mueven por ellos como pez en el agua, enfrentarlos allí dentro solo les dará ventaja y no podremos perderlos corriendo de forma aleatoria en un laberinto donde además, habrá más de una y de dos trampas.

Sus compañeros no parecían muy convencidos con su idea y eso hizo dudar bastante a Nataly. Era una buena líder cuando se trataba de dirigir a novatos, pero ahí todos eran superhéroes con renombre. Confiaba más en ellos que en ella misma. Pero no pudo más que asentir. Lo dicho, dicho estaba y si se echaba para atrás verían que dudaba.

No mirar hacia atrás. Hay que continuar.

Y a eso se dispuso. Respiró hondo y comenzó su camino - con intención de ser silencioso- hacia el interior de la pirámide.

Todo decidido ya, abrieron su equipaje, se equiparon con sus armaduras antes de comenzar su infiltración. Frank se ajustó una Speedmore, la propia armadura describía su utilidad y es que, alguien con su fuerza y resistencia, solo flaqueaba en su velocidad, algo que ya parecía tener pocas ganas de hacer. Por otro lado, Astrid se ajustaba una Neo-armor, una armadura muy vistosa pero que realmente no era muy usada, aunque a ella parecía gustarle. Y finalmente Rachel, que reveló el motivo por el cual al dejarles allí habían dejado también una caja donde cabría alguien más. Se estaba poniendo nada menos que una Rhynom, una armadura pesada de más de dos metros ¿Desde cuándo tenía una? Lo que estaba claro es que ahí dentro no parecía ella, sino un robot de batalla.

- No todos somos monstruos en el campo de batalla como vosotros tres, los hay que dependemos algo más de la tecnología que de las píldoras. - se justificó, y tras aquello, se pusieron en marcha.

Comenzaron a caminar entre los edificios del pueblo, ahora en ruinas, que rodeaba la pirámide. Era extraño ya que había una mezcla entre lo antiguo y lo nuevo, como si hubiesen usado restos de edificios de antes de la llegada de las bestias y hubiesen construidos otros nuevos con técnicas más arcaicas.

Pero no habían elegido muy bien el camino o quizá tendrían que haber esperado un momento mejor o simplemente, con sus capacidades no podían colarse en la pirámide sin ser descubiertos. Un minotauro los vio, y por la forma tan directa por la que se había acercado, probablemente los había olido antes y con un rugido anunció a todos de la presencia de los chicos. Mientras todas las bestias del lugar ya sabían de su presencia, su prioridad eran los seis minotauros que ahora les rodeaban, pues tras el primero, otros cercanos llegaron con una diferencia de escasos segundos.

Uno de los minotauros, carga contra Frank con sus cuernos por delante y este, a sabiendas de que no va a ser capaz de esquivarlo, se cubre intentando minimizar el daño del golpe pero no fue capaz de lograrlo a tiempo y recibió el golpe de lleno, siendo estampado entre el minotauro y una pared, entrando dentro de un edificio con la bestia.

Pero Frank no se va a rendir fácilmente y lanza dos puñetazos que explotan al impactar. El primero logra impactar y hacerle una herida pero el segundo logra desviarlo el minotauro y recibe solo daños mínimos.

Astrid, por su parte, viendo que la situación se había complicado considerablemente, se lanza contra uno de los minotauros, su especialidad eran los grandotes sin cerebro, pero aunque logra alcanzarlo, no es capaz de infringirle graves daños, aquellas bestias eran bien duras.

¡Mierda! Aquello estaba siendo culpa suya. ¡¿Por qué no había podido pensar un plan mejor?! No pudo evitar que Frank sufriera aquel daño y le hicieran desaparecer de la vista. Aunque no se preocupó por él. Era realmente fuerte y podría contra aquel minotauro. Ellas lo tenían más complicado. Tres contra cinco. Clara desventaja. Además, no deberían gastar tantas energías en aquel punto...

Si tan solo fuéramos invisibles...

Y entonces una lucecita se encendió en su cabeza. Lucecita que ya podría haberse encendido antes a decir verdad. ¡Les habría ahorrado bastantes problemas! Sacó las píldoras de invisibilidad que había comprado hace tiempo y les pasó una a Astrid y otra a su hermana, que con aquella pedazo de armadura lo difícil habría sido que no les hubieran visto.

- ¡Tomáosla! ¡Nos dará una gran ventaja y corred hacia la pirámide! ¡Yo les despistaré!

¿Su plan? Ir, en invisible, a buscar a Frank mientras ponía al mismo tiempo a salvo a su hermana y Astrid. Aún no se tomaría su píldora, porque lo primordial era que los minotauros dejaran de fijarse en sus compañeras y se centraran en ella. Para despistarles, dio un puñetazo al suelo con su técnica, de manera que llenaría todo de polvo y humo. Momento perfecto para que sus compañeras se tomaran la píldora y salieran corriendo hacia la pirámide y ella corriera en dirección a Frank.

La nube de polvo que levantó Nataly sorprendió a todos, incluidas las bestias que los rodeaban, tardando en reaccionar al no esperarse aquello. Rachel, por su parte, tomó la pastilla de Nataly y se la tomó, dando un gran salto, usando los propulsores para llegar más lejos y ya de paso, levantar una nube de polvo mas grande.

Tras la confusión de la nube de polvo, los minotauros estaban enfadan enfadados, y uno de ellos se lanzó contra Nataly de cabeza con la ira brillando en sus ojos. Aquella nube de polvo los había confundido y habían perdido a uno de los objetivos, estaban muy enfadados.

Mientras, Astrid se metió la píldora en la boca, pero no se la tragó, la guardó bajo la lengua para cuando la necesitase y le lanzó dos cuchillos explosivos al minotauro que tenía al lado, tenía que quitárselo de encima, pero este logró cubrirse a tiempo y reducir los daños. Aquellas malditas bestias eran peligrosas.

Mientras, otro de los minotauros intentó golpear con sus zarpas a Astrid, que recibió sorprendida el puñetazo en el costado, lo que causó un fuerte crujido e hizo que Astrid saliese volando varios metros y entrase volando en una casa lejana a través de la pared, dejando por el camino restos de sangre y trozos de armadura.

Todo estaba saliendo mal. Realmente mal. Rachel sí había huído, pero Astrid había recibido un golpe increíble que la hizo volar hasta otra de las casas. 

Joder...

Pero Nataly tenía sus propios problemas. ¡Ni siquiera ella con sus reflejos pudo esquivar el ataque de otro de los minotauros! Lo único que pudo hacer al tiempo que se tragaba la píldora fue transformarse en Nate para que doliera menos. ¡Qué mala había sido creando planes! 

Nataly, a falta de poder recibir el golpe, se transformó en Nate para reducir los daños en la medida de lo posible, pero aun así salió volando varios metros hasta chocar contra una pared que tembló ante el impacto, pero que por suerte, no cedió y cayó hincando una rodilla en el suelo, aunque para entonces ya era invisible.

Entonces sonó un fuerte impacto y como algo salía volando por el agujero por el que había entrado Frank seguido por uno de los minotauros y lo que salió fueron restos de este volando y algo más… algo a toda prisa. Lo que fuese se colocó entre el minotauro que había golpeado a Astrid y el que había golpeado a Nataly y realizó un rápido movimiento que causó que a ambos se les cayese la cabeza.  

Los tres minotauros que quedaban se sorprendieron de aquello y mirando sorprendidos a aquella figura que estaba rodeada de tanta energía que podía verse con los ojos y salieron corriendo del lugar, aunque probablemente volverían pronto y con refuerzos.

Tras disiparse un poco el polvo, vieron que aquella figura se trataba de Frank, rodeado completamente de energía que de pronto se relajó y cayó al suelo en peso muerto, con los ojos cerrados.

Todo ocurrió tan deprisa que Nate apenas tuvo tiempo de actuar. Ya lo había hecho Frank por todos, salvándoles hasta el punto de quedar inconsciente. 

- ¡Frank! ¡Eh! ¡Frank!

No sabía si Frank despertaría pronto o no, pero no podían quedarse ahí para averiguarlo. Así pues haciendo uso de la fuerza de Nate, cogió a Frank y a Astrid y se los llevó corriendo hasta el interior de la pirámide. Una vez a salvo, vería cómo se encontraba su amigo y compañero.

Nos ha salvado. No puedo permitir que se sacrifiquen así mis amigos... Debo tener más cabeza.

Encontrar a Astrid sería difícil, pues esta se había tragado la píldora al salir volando, pero ella misma se materializó al lado de Nate mientras esta se colocaba en la espalda a Frankl y segundos después apareció Rachel.

- Por aquí - añadió Rachel - He encontrado la entrada.

Entraron de forma apresurada en el lugar y gracias a las linternas que poseía en los hombros de la armadura Rachel podían ver por dónde iban. Astrid aún podía caminar por su cuenta, aunque le costaba un poco, no pensaba permitir que nadie cargase con ella y se ajustaba el aparato que le habían puesto en la cárcel para que pudiese hablar.

- Ha usado una técnica prohibida - comenzó a explicar - Es una técnica que creó su hermana para superar el límite del cuerpo humano, pero al ver el precio que tenía ella misma la prohibió y en teoría nadie más la sabía. Muy pocos conocemos la existencia de esa técnica y es que el precio es la propia vida.

El silencio inundó el lugar y fue cuando Rachel hizo un gesto para que se parasen cuando aquel silencio se interrumpió. Las linternas iluminaban la sala en la que acababan de entrar. La sala era muy amplia pero estaba rodeada por una enorme piscina en forma de U con profundidad desconocida con algún tipo de extraña sustancia negruzca que no llegaban a diferenciar con la poca luz y a esa distancia, pero que se movía como si tuviese corriente o algo en ella.

 - Es el único camino que había… así que la verdadera entrada tiene que estar aquí, y como no nos demos prisa, seguro que entran nuestros amigos los cornudos ¿Alguna idea? - comentó Rachel mientras pensaba en alto.

Miró a Frank, aún inconsciente, mientras le contaban lo de la técnica prohibida. Técnica que ni Maze Storm le había contado a ella, su pupila. No pudo evitarlo y le pegó en todo el pecho a Frank.

- ¡Serás idiota! Estaba todo controlado.-pero él seguía inconsciente.

Se incorporó poniendo los brazos en jarras y echó un rápido vistazo a la sala. Pero dudaba que encontrara nada útil. Se centró entonces en la piscina. Estaba de acuerdo con su hermana. No había otro camino.

A saberse la profundidad que tiene esto...

Se acercó a la piscina y observó el agua oscura. ¿Sería una trampa? Se quitó una bota y la metió en el agua con lentitud, queriendo ver los efectos del agua. A lo mejor era ácido. ¿Quién sabía?

Frank se despertó con el golpe de Nataly y se incorporó mientras Nataly se acercaba a la piscina en forma de U que rodeaba la sala, justo a tiempo para agarrar del hombro a Nataly antes de que metiese nada en el aparente líquido.

- Espera, míralo bien, no es agua - Nataly entonces afinó más la vista y pudo ver de que eran pequeños insectos, tan negros, pequeños y juntos que parecían un líquido - Y te he escuchado - dice mirando a Astrid - he modificado la técnica para que al usándola yo con mi regeneración y solo a la mitad de su capacidad no me conlleve más peligro que un poco de cansancio y la perdida de la consciencia unos minutos, no dramatices.

Astrid suspiró ante las palabras de Frank, no le creía, era la primera vez que escuchaba de eso y recordaba de pequeña como haber visto a su hermana completar la técnica, el estar ella allí ese dia con Frank y que Maze acabase hospitalizada una semana al usarla. Por su parte, Rachel se acercó a donde Nataly se había agachado, alumbrando más de cerca y permitiendo que se viesen mejor los insectos con la iluminación más cercana.

- Odio los insectos… ¡Pero tengo explosivos! - tras añadir eso se abrieron sus grandes hombreras y asomaron dos pequeños lanzamisiles, pero fue Astrid quien la interrumpió evitando que hiciese nada.

- Ni se te ocurra - dijo fríamente con su robótica voz - estamos en medio de la pirámide, si te cargas los soportes seremos sepultados bajo toneladas de piedra y paso. Y por si tu traje lo tiene, tampoco se te ocurra usar un lanzallamas, empezarán a correr por todo el lugar en llamas y seremos nosotros los que acabaremos incinerados.

- Además - interrumpió Frank - son carnívoros, Si nos metemos ahí dentro sin cuidado o les alertamos de nuestra presencia, seremos su cena.

Se quedó de cuclillas, pensativa, con la mirada fija en aquel estanque de bichos carnívoros. Pasó así casi un minuto, intentando dar con la clave de aquello. 

Bien. Es la mejor opción.

No es que le hiciera mucha gracia a decir verdad, pero no veía otra solución. Miró a Rachel, porque ella sería la clave en aquella prueba.

- Tu armadura se supone que no tiene fisuras, ¿cierto?- comenzó. Se cruzó de brazos, marcando los grandes músculos de Nate.- Tendrás que meterte por ahí, a ver qué ves y si puedes encontrar algún modo de que pasemos a la siguiente sala. Pero solo si estás lista.

Rachel se quedó mirando a su hermano durante unos segundos, como si le estuviese tomando el pelo, pero parecía estar hablando completamente en serio. Tras aquello comenzó a negar con la cabeza rápidamente, pero antes de que pudiese nada todo tembló ligeramente y se escuchó un fuerte rugido proveniente del pasillo por el que habían llegado, fuese lo que fuese, sonaba parecido al de los minotauros pero algo más grave, puede que por el eco o puede que fuese debido a que se trataba de algo distinto.

Fue Astrid quien tomó la decisión, agarrándose las costillas con su mano derecha. No quería estar allí cuando llegase lo que fuese que se acercase, estaba demasiado dolorida y enfrentar a algo en ese callejón sin salida era un suicido, por lo que apoyó el pie en la espalda de Rachel y empujó lo suficiente para que se desequilibrase y cayese sobre los insectos, hundiéndose de golpe entre ellos debido a su peso.

- No tenemos tiempo - añadió con su voz robótica, tras lo cual se quitó del todo el protector, escupió bastante sangre y sacó un par de cuchillos mientras miraba al pasillo por el que habían venido.

Frank se sorprendió por la actitud de Astrid, pero no dijo nada, y también se preparó, si había salida, Rachel tendría que encontrarla, y si no, todos morirían allí. Se preparó para luchar preparando su técnica de piedra, papel o tijeras, técnica que a pesar de tener un nombre tan raro, era muy poderosa.

Iluminados por la poca luz que daba sus linternas y tras el silencio de la caída de Rachel al agujero, todo volvió a temblar y el marco de la entrada estalló cuando una bestia más grande y tenebrosa a un minotauro entró en el lugar bruscamente.

Si querían sobrevivir, tenían que enfrentar a aquella abominación que ocupaba casi media habitación y que se parecía vagamente a un minoturo.

Lo cierto es que él no se sorprendió por la actitud de Astrid. Siempre había sido una brusca y la verdad es que Rachel necesitaba un empujoncito. Sin esperar más, se colocó en posición de ataque, piernas algo separadas, puños en alto, codos doblados. Debían acabar el combate cuanto antes y si Astrid actuaba poco mejor que mejor. 

- Hoy sí que me alegro de tu puntería con los cuchillos.- comentó al recordar la vez que su compañera le lanzó uno en primer curso.

Y dicho aquello y visto el enemigo, cogió carrera y cargó su puño*. Una vez estuvo cerca, pegó un salto de impulso hacia adelante y estrelló su fuerte puñetazo contra la bestia.

Nate se acerca y le atina un puñetazo en la pierna a aquella enorme y horrorosa criatura, pero su piel estaba absurdamente dura y es incapaz de atravesarla, incluso se acaricia con la otra mano los nudillos de la mano derecha, eso era una bestia de rango troll, las terceras de la clasificación y aparte de ser duras son famosas por su fuerza y resistencia, aunque viendo la cantidad de heridas que coleccionaba la bestia en su cuerpo, al menos no tenía una alta regeneración, que es otro de los rasgos comunes.

Al ver como el puñetazo de Nate, una de las pocas personas más fuerte de él al natural, no hacía efecto alguno y a sabiendas que hacer explosiones allí dentro sería un suicido, Frank se tomó una píldora de super fuerza y comenzó a cargar su técnica.

- ¡Tijeras! - gritó tras terminar los preparativos de esta. Gracias a esa armadura, podía lanzar la técnica bastante rápido. Se lanzó contra la bestia, que ni vio venir el golpe y recibió un buen corte que salpicó todo el lugar de sangre e hizo enfadar bastante a la bestia.

Astrid, viendo que sus compañeros se estaban apañando bien, se alejó, saltó contra una de las paredes y allí se quedó enganchada viendo el combate. Sus cuchillos explotaban y sus compañeros no parecían necesitar su ayuda, aunque estaría preparada por si hiciese falta que interviniese en algún momento.

La bestia, por su parte, lanzó un golpe a Frank con intención de aplastarlo con aquel extraño brazo izquierdo que tenía, y aunque Frank es capaz de pararlo, aprieta los dientes. Aquel golpe había abierto de nuevo las heridas del combate anterior, y es que aunque se regenerase rápido, no se había recuperado aún del todo ya que su regeneración se había centrado en recuperar sus brazos.

¡Ouch!

Aunque le había dado con todas sus fuerzas, la verdad es que aquel monstruo era muy duro. Aunque se alegraba de que Frank fuera capaz de hacerle frente. Aún así, Nate sabía que estaban gastando demasiada energía. ¡Y solo acababan de entrar en la pirámide! Era el momento de usar cerebro y fuerza en fusión.

- ¡Por detrás, Frank! ¡A la piscina! - avisó a su amigo.