Partida Rol por web

La asfixia había sido producida por un par de manos firmes y fuertes, y la imagen que describió Servio sobre el sujeto grabado en las retinas del cadáver no dejaba lugar a dudas, se trataba de Anariaco, el frumentarii. Anariaco fue el hombre que contrató los servicios de Silvano aquella misma mañana, muchas horas antes, y fue el mismo que le entregó el libro que encajaba en la estantería y que ahora poseía Gaia Níger. La pregunta era, os estaba ayudando, o involucrando ?

Reparáis en el pozo del centro, y en el ambiente se respira maldad. No podéis evitar sentiros atraídos por el pozo y observáis el vacío oscuro de su interior. Un escalofrío os recorre el cuerpo. Algo parece observar desde el inapreciable fondo, aunque nada se ve.

Escena retrospectiva:
"Quedáis fascinados mirando su interior, como atrapados. De su fondo os parece esxuchar el susurro de una mujer, incluso os llega cierta fragancia a naturaleza, a pino, a ciprés."

Repentinamente volvéis en sí, al escuchar unas voces que provienen del pasillo de la sala anterior.

Quedé fascinado con el placer que me producía el pozo. Me acerqué como hechizado al pozo y quedé embelesado. A punto estuve de caer al interior por acercarme demasiado. Ensimismado andaba cuando el hechizo dejó de ejercer fuerza en mí al empezar a escuchar palabras en el pasillo exterior. Así que este pasillo es más frecuentado de lo que parece. Intento acercarme sigilosamente a ver si puedo reconocer la voz de alguno de los interlocutores. Y esperando descubrir si se acercan hacía nosotros, mientras con un gesto en que ponía mi dedo índice en boca, pedía silencio al resto de compañeros.

Todo parecía volver a encajar y ha meternos de lleno a nosotros en la trama de un crimen.- somos marionetas en manos de algún bufón, nos lleva por donde quiere, pero con una diferencia... nosotros podemos deshacer las cuerdas que nos mueven... .- de repente el pozo llamó nuestra atención, por un momento crei estar convencido de escuchar una voz de su interior y a punto estuve de intentar llamar su atención, parecía una mujer... pero de repente unas voces llamarón mi atención, servio nos pedía silencio mientras el se acercaba para observar quien podían ser, no obstante... el pozo seguía llamandome la atención te´nía la intuición de que podiamos encontrar algo más en él, por lo que aproveche el momento para observarlo detenidamente, como era... la textura... el color...

Silvano empezaba a estar cansado de sentirse manipulado. Señalo hacia la procedencia de las voces e hizo una seña a sus compañeros para que le siguieran

Seguís los pasos de Silvano hasta la sala anterior, donde véis bajo la débil luz proveniente de las velas de los candelabros a dos hombres cuyos rostros os resultan conocidos, pero no adivináis de qué. Sabéis que es de algo más que de verlos en los Jardines durante todo el largo día, de eso sí que estáis seguros.

Los dos hombres no se sorprenden demasiado al veros aparecer por la trampilla escondida, al fin y al cabo, alguien tenía que haberla abierto.

- Oh, observa, Aulo ! - comenta uno de ellos de forma altiva y casi con desprecio - Son ellos !

- Por los dioses ! No estaban bajo los efectos del vino dionisíaco ? - éste, de barba más poblada, denota cierto aire inocente en su mirada. Su nivel cultural no parece ser muy elevado.

- En efecto ! Deben estar comenzando a recordar. - entonces de repente, se dirige a vosotros, aunque en ningún momento hayan dejado de miraros - Malditos bárbaros, casi lo echáis todo a perder.

Miro sorprendido a mis compañeros cuando llegamos al encuentro de aquellos dos hombres. El habernos encontrado en un lugar tan escondido y el parecer que les somos familiares, me deja algo boquiabierto. Sin embargo su insinuación de que podíamos fastidiar algo de lo que estábamos siendo implicados hizo que mi lengua se atreviese a desafiarles. ¡¡Qué estamos echando a perder!! Malditos bastardos... Sin embargo, mi cuerpo decía otra cosa y prefirió tomar cobertura tras Lucio.

¡¡Por Plutón!!¿Qué hacéis aquí? Mi persona no quería delatar que no tenía noción alguna de lo acontecido en el día de ayer. No sabía quienes eran esas personas, pero algo le decía que podían sacar más información de ellos si les seguía la corriente.

No quería encontrarme con ellos directamente, pero en un lugar tan pequeño pocos eran los escondites conocidos por nosotros, así que no quedaba más remedio que enfrentarnos a la aventura de conocerlos, ellos estaban menos sorprendido que nosotros, mi primera reacción al verlos fue de cierto temor, ya que esas personas conocían esos pasadizos tan siniestros, por lo cual seguramente no serían muy buenas personas, Servio fue el primero en reaccionar, pero su fuerte intervención se fue diluyendo a medida que terminaban sus palabras, así quedé de frente de esos dos señores, decidi seguirles la corriente al menos uno de ellos parecía no tener muchas luces y eso nos podría ayudar en momentos tan complicados.- ¿Quien os ha mandado aquí? soys vosotros lo que lo vais hechar todo a perder! En estos momentos no se puede cometer ningun error!

Culpex tuerce su rostro en un gesto ofendido cuando escucha a Servio Ostorio. Aún así, se remanga la aparatosa toga, algo sucia, y alza su barbilla altivamente.

- Uhm - gruñe - hemos venido a ofrecer nuestras mejores plegarias a Phersipnai, para que esta noche Telestis pueda ser bendecida por nuestra Diosa. El plan era reunir a los sacrificados y anularlos con el vino dionisíaco. Pero no pudísteis conteneros, verdad ? Contemplad el atroz espectáculo y el enorme revuelo que habéis montado !! - Culpex señala entonces el carcomido rostro de Gaia Níger - Y al parecer no es la primera vez que os ocurre !!

Cuando nadie habla, el silencio parece inundar los pasillos del pasadizo que conducen al auditorium (sala en la que estáis) y la oscura sala del misterioso y extraño pozo. La noticia de Culpex os asalta el alma, pero sentís que efectivamente lo que cuenta es verdad. Acaso eran tales los efectos que causaba el mencionado vino dionisíaco ?

- En fin - dice Culpex suspirando - hoy es la última noche de luna llena, por lo que aún tenemos la oportunidad de llevar a cabo el ritual. A medianoche nos encontraremos frente al ciprés del laberinto del Jardín. Procurad id sobrios en esta ocasión !

Han pasado ya unas horas desde que os internásteis en el túnel y el auditorium, y aunque aún faltan otras horas para la medianoche, sin duda la oscuridad ya habrá envuelto el cielo de Roma.

Las palabras de Culpex se me clavan en la cabeza: ¿acaso éramos nosotros los fanáticos de  Phersiphai y los que hemos cometido el atroz crimen? ¿Y estamos compinchados con estos dos y Segiditio?

No podía creerlo...

No puedo creerlo - musito llevándome las manos para ocultar la cara - no puede ser que hiciéramos aquello, no puede ser...

Abro los ojos como platos ante la respuesta tan contundente de nuestros interlocutores. Mi cara no consigue mostrar toda la sorpresa que mi persona acababa de recibir. Pe...Pe...Pero...eso no puede ser...una cosa es que me de igual la muerte ajen y otra muy distinta ser el causante de la misma.

Mi estómago empieza a revolverse de nuevo, y he de apoyar una de mis manos en la pared para poder mantenerme de pie. Unos duros segundos que pasan rapidamente y vuelvo a tomar la compostura. ¿A qué os referis con que no pudimos contenernos? ¿Acaso algo no salió como debía? Comento altivamente.

Segiditio, maldito bastardo. Nos ha mentido en nuestras propias narices a sabiendas.

Culpex ensancha sus a de por sí grandes ojos y responde a Servio casi en gritos.

- Por Júpiter !! Acaso entraba en el ritual la práctica del canibalismo con los sacrificios ? Debían estar vivos para la ceremonia, no descuartizados a bocados !!

En cuanto las preguntas cesaron, ambos se marchan por el pasadizo con frecuentes miradas de reojo a sus espaldas.

La vista se me nublaba por momentos al escuchar las palabras de Culpex, profiriendo tales acusaciones hacia nosotros, en un rincón de mi corazón aun quedaba la esperanza de que todo eso siguiera siendo una conspiración contra nosotros y que realmente no fueramos nosotros los culpables de los asesinatos, al cabo de un rato recupere la compostura .- Culpex, me he fijado que en las termas falta el cuerpo de una chica de las que estaban allí, puede que haya escapado... te has fijado tu también? y si es así estamos todos bien acabados .- esperaba que mis compañeros averiguasen que mis palabras eran mentida, esa indagación era para descubrir algo sobre el cadaver que apareció en mi cama por la mañana.

Deberiamos poner todos nuestros medios en encontrarla antes de que sea demasiado tarde. - La voz de Silvao sonaba  preocupada.

La medianoche no tarda en llegar. Afuera del auditorium la oscuridad está iluminada por unas cuantas antorchas colgadas del edificio y el único sonido audible proviene del crepitar del fuego en la madera. En los Jardines apenas queda gente. Pompeyo debe haber abandonado la investigación por hoy aunque ha dejado por los alrededores unos cuantos pretorianos que hacen guardia somnolientos.

Tal y como dijeron, véis a algunos de los encargados de los Jardines frente al laberinto, ocultos bajo la sombra del gran ciprés frente al estanque. El estanque tiene peces, y en su centro se alza una estatua de Príapo. Por su parte, el ciprés, de algo más de treinta metros, destaca majestuosamente al tener una altura tan admirable. Aparece recubierto de espeso helecho, el cual los jardineros han podado para simular ligeramente los contornos de una mujer.

- Ave, amigos mios ! - oís decir a Culpex, dándoos la bienvenida con inusitada alegría - Estáis preparados para iniciar el ritual ? Telestis se encuentra ansiosa por volver entre nosotros. - notáis cierto sarcasmo en su tono de voz.

La noche era hermosa, y silvano hubiera disfrutado de ella, si no fuera por que se veía venir la tormenta que amenazaba con pillarle a el y a sus compañeros.

Cuando vió venir a Culpex, se empezo a sentir como un barquito de papel azotado por las gigantescas olas de la tormenta.- Sera mejor que tenga cuidado, si es que quiero salir airoso de esta.- Pensaba para si.

.- Estoy listo.

Esta aturdido y perdido, la oscuridad de la noche tampoco ayudaba demasiado, nos encontramos con Culpex otra vez, pero las palabras que salían de su boca no ayudaban demasiado, ritual, telestis... todo aunque conocido de alguna manera me resultaba extraño, miré a Gaia con cara de extrañeza y al mismo tiempo de cierto temor, si la noche anterior habiamos sido capaces de hacer... eso... en que consistiría el ritual que estabamos a punto de iniciar. Miré de reojo a los pretorianos, parecía que ni se había percatado de nuestra presencia, volvi la vista hacía mis contertulios y de manera lenta y casi insonora salió de mi boca.- estoy listo yo también.- no se si me arrepentiría de lo que acababa de decir, Culpex seguía sin inspirarme demasiada confianza.

Miro sorprendido a mis compañeros. Parece que están dcididos a seguir adelante. Yo no lo tengo tan claro. Sin embargo no quedan muchas opciones. ¿Quienes son los sacrificados en este caso? Pregunto lo más decidido que puedo. Espero que la oscuridad oculte en gran parte mi cara de asombro y extrañeza, por no decir temor.